Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Ebba

No sé si fue buena idea traer a Jen a este lugar. El olor a alcohol y la música excesiva no son el ambiente adecuado para una pequeña de cinco años.

-Eres una imbécil. ¿Quién lleva a su hermana a una fiesta de borrachos? -me recrimina mi conciencia, pero estoy decidida.

-No soy una imbécil, solo quiero ver a Lucas cueste lo que cueste.

Trato de alejar cualquier pensamiento que me torture sobre Jen mientras entramos a la fiesta. Conozco esta casa; he venido varias veces, así que me dirijo al patio trasero, donde estuve con Lucas la última vez.

-¡Ebba! -gritan tras de mí.

-Helena -saludo con una sonrisa forzada, intentando ocultar mi nerviosismo. No viene sola; está con una mujer que no reconozco, pero me resulta familiar. La energía en el aire se vuelve densa.

-¿Y esta hermosura quién es? -le pregunta a Jen, pero me quedo muda cuando detrás de ellas aparece Lucas.

¡Está aquí! No puedo apartar mis ojos de él. Mis manos cosquillean y el pulso se me acelera. Hacemos contacto visual y siento que desfallezco.

-Yo soy Jennifer -dice la mocosa que capta toda la atención en un momento tenso.

-¡Hola pequeña! Yo soy Helena y ella es River, mi cuñada...

River. Es la hermana de... Lucas. Mi cerebro da vueltas y el corazón se me quiere salir del pecho. Son novios. Ella es su cuñada. Es imposible. Busco los ojos de Lucas, pero él agacha la mirada. Mis ojos se agrandan, y el silencio se vuelve insoportable.

-Vete a la mierda, Lucas -no soy nadie para reclamarle, pero no puedo irme sin decírselo.

Me castigo una y otra vez. Después de tantos años, ¿cómo pude ser tan ingenua? Tomo a Jen entre mis brazos y salgo volando de allí, dejando atrás las miradas sorprendidas de todos. Lucas intenta decir algo, pero su voz se pierde en el ruido de la fiesta. Mierda, creí que él también estaba interesado en mí. ¿Cómo no pude verlo?

Soy tan estúpida que solo quiero emborracharme y olvidar que esto es cierto. Pero ¿dónde podría dejar a Jen? No confío en nadie para que la cuide. Encuentro una esquina apartada y nos sentamos juntas. Coloco mis manos en mi cara, sintiéndome como una completa boba.

-¿Qué te hizo ese niño, Ebb? -pregunta Jen con inocencia.

-No es nada pequeña. ¿Tienes sed? Porque yo sí.

-No, tengo sueño.

-¿Sueño? Jen, acabamos de llegar.

-Pero tengo sueño.

-Bueno, déjame ir a buscar unas bebidas y vemos dónde puedes dormir.

Voy a la barra y pido tres botellas selladas de cerveza. Al abrir una, no puedo evitar tomar un trago largo. La música inunda mis oídos mientras le ordeno a mi cabeza que olvide lo que acaba de pasar. Puedo ser una imbécil, pero también puedo ser una completa hija de puta.

Con cada sorbo, me sumerjo más en mi deseo de olvidarlo todo. Pasado unos minutos me acabo la primera y mitad de la segunda botella. Jen me mira, no deja de mirar lo que hago curiosa.

-¿Puedo probar? -dice después de un rato y yo niego.

-No, esto no es para niños.

-Pesada -refunfuña en su asiento poniendo los ojos en blanco y me río de ella, es una mimada.

-¡No te rías! -me da una palmada en el hombro, ¿cómo pretende que no me rías si arruga así la nariz?

Las carcajadas se pierden entre la música, pero me río con fuerzas, mucha fuerza que cuando voy a responderle con algo que la siga haciendo enojar no noto la persona que tengo al lado.

-¿Puedo hablar contigo Ebba?

Mis ojos se vuelven llamas intensas de ira. Tenso cada músculo de mi cuerpo. No voy a aguantar ofensas, juro que si la tarada esta se pasa le voy a romper la nariz.

-Nada de lo que digas puede interesarme.

-¿Nisiquiera lo que sucedió hace un rato? -trae dos vasos consigo, es ponche-Toma te traje esto.

-Lo que sucedió hace un rato no tiene explicación y si la tuviera, no me interesa tampoco.

-Helena no es mi cuñada. Es evidente que te gusta mi hermano, por eso debes saber que solo dijo eso para llamar su atención.

-¿Qué ganas tú con esto? -estoy a la defensiva, no tiene motivos para venir y decirme esto, aún si fuera cierto-Años atrás no querías que me acercara a tu hermano. ¿Qué cambió? O no, mejor aún, ¿por qué eres tú la que viene a decirme esto?

-Eramos niñas Ebba. Eso sucedió en el pasado. Quiero arreglar las cosas, pero entiendo que no confíes en mí. Solo vine a eso. Que disfrutes la fiesta.

No respondo, solo la observo alejarse. No confio en ella. La forma en la que habla tiene un tinte divertido. Si esto es verdad Lucas es el que debe aclarar la situación.

-Tata -dice dubitativa, como si algo la estuviera ahogando-¿Ya no me quieres?

-¿Qué? -mi asombro es evidente-¿De dónde sacas eso pequeña?

-Yo...Dave...tú se lo dijiste a Dave.

-¿Estuviste oyendo conversaciones ajenas? -la conciencia me maltrata, no me refería a eso cuando dije que fue un error triple.

No tengo motivos siquiera para reprenderla por oír una conversación que no tuvo que ir a esa dirección.

-Lo...lo siento -baja la cabeza y la tomo de la barbilla buscando sus ojitos cansados.

-No te lamentes. La culpa es mía, no debí olvidar recogerte en la escuela pequeña ¿me disculpas?

-Bueno...sí, pero no me olvides más.

-¿Quieres que te cuente un secreto -ella asiente-Mi hermana favorita eres tú. No le digas a Dave o a Katia.

Una sonrisa deslumbrante se aloja en su rostro, resaltando esa mirada tan juvenil y soñadora.

-¿Si? ¡Soy la favorita!

-Sí pequeña, eres mi favorita. No te lo cuestiones. Te amo.

Le dedico una pequeña sonrisa. No es mentira que es mi favorita. A ella la cargué, alimente y dormí en mis brazos cuando era solo una bebé, y si eso no es amor filial realmente no sé qué podria ser. Le tengo un cariño inmenso como si de mi hija se tratara.

Jen a mi lado está bostezando y eso me recuerda su petición de dormir.

-¿Puedo probar eso? -dice de la nada cuando me llevo a la boca el ponche que trajo River.

Miro el recipiente, solo son frutas. No tiene tanto alcohol. Sin embargo tiene un toque salado, algo que raspa mi garganta. Me tomo todo de un sorbo, dejando un poco en el fondo. No le hará daño que solo pruebe.

-Toma -le doy lo que queda-Vamos a ir a buscarte dónde dormir.

La cargo y subimos juntas a la segunda planta que tiene varias habitaciones vacías. Esto más que una casa parece un puto hotel. Abro una al azar que queda justo a un lado de las escaleras. El cuarto es simple, sin muchos adornos y paredes blancas. Como un lienzo que necesita ser pintado, pero que solo sirve de recipiente para que alguien duerma una noche. La acomodo bajo las sábanas, miro el reloj. Ya ha pasado 1 hora desde que llegamos.

-Duerme bien pequeña, dentro de un raro vuelvo a buscarte -beso su frente-Te amo.

-¿Me amas? -sus ojos brillan bajo la oscuridad de la habitación.

Claro que la amo. ¿Tan incierto es?

-Sí. Te amo.

Su sonrisa es refrescante, juvenil y tierna. Le hecho un último vistazo antes de salir. Cierro la puerta con cuidado para no molestarla y cuando me giro corro con la negativa de encontrarmelo...Lucas. Nuestros ojos se encuentran, pero solo lo veo por unos segundos antes de girar hacia las escaleras. No quiero hablarle. Es un imbecil. Su brazo me atrapa. El contacto es tan frío que me envía un escalofrío por la espina dorsal. Quiero irme a bailar, no hablar con este tarado.

-Déjame en paz -me suelto bajando los escalones de dos en dos sintiéndolo tras de mí.

-No, quiero hablar contigo.

-¡Vete a la mierda Lucas! -grito por encima de la música, intentando alejarme. En vano cuando me aprisiona en una esquina.

-Escúchame. Solo escúchame por favor.

-¡Aquí no te voy a escuchar una mierda maldito tarado! -bien, soy una estúpida ¿por qué debería escucharlo? Todo quedó claro, pero mi mente enamorada cede.

Él suelta un suspiro, alivio. Subimos nuevamente, a la habitación frente a la de Jen.

-Tienes 2 minutos y voy por 1.

-Helena no es mi novia. Ella y River lo planearon para fastidiarte -dice desesperado.

-Eso no es asunto mío.

¿A quién intento engañar? Necesitaba esa puta confirmación. El alma me vuelve al cuerpo, me mantengo neutra pero por dentro grito de la emoción.

-Sí, te debo una explicación...

-No, no me la debes. Solo soy una amiga de tu infancia. Nada más.

-Sabes que no es así. Eres...especial para mí.

-¿Especial? No entiendo...

Sus ojos me miran con determinación. Mi estómago se encoje del nervio. Ese brillo, esa mirada intensa. Lo veo acercarse lentamente hasta mi lugar. Pasa su mano por mi rostro acariciando cada grieta de mi corazón.

-Me gustas Ebba.

Me besa. ¡Joder me besó Lucas! El beso es tierno, es una danza suave que recorre cada terminación nerviosa de mi boca. Mi mano se posiciona en su cuello intentando alcanzar más profundidad. Él me corresponde. No nos soltamos, el ambiente parece perder fuerza ante el tumulto de sentimientos guardados.

Me suelta en busca de aire y siento que desfallezco ¿me besó?¿Estoy lo suficientemente mareada como para imaginar un beso?

-¿Me besaste? -intento buscar una confirmación. No estoy loca.

-Sí. Lo siento...no sabía que tú...pensé...

Voy hacia él y lo beso. Todo mi cuerpo reacciona a él. Siento que me alejo de este mundo entre sus brazos y la parte baja de mi abdomen empieza a cosquillear. Nos besamos continuamente. No me alejo, no se aleja. Vamos más rápido aumentando mis ganas. Es precipitado, pero confio en él. Me hace sentir segura, sus besos me llenan de vida y solo pienso en una cosa. ¿Lo haré? Lo deseo, lo deseo mucho. Quiero mi primera vez con él, aquí en esta fiesta desastrosa, en este cuarto sin vida, es el momento.

Me separo, lo veo agitado y la confirmación que necesitaba la encuentro en el bulto que se forma en su pantalón. El pulso lo tengo a mil, las luces se clavan en mi cabeza dejando intervalos de pensamientos fuera. No sé qué estoy haciendo.

-Follame -digo al fin, nerviosa y entrecortadamente.

-¿Qué? ¿Aquí? ¿Conmigo? -sus palabras me hacen arrepentirme al instante, pero él lo nota acariciándome la cara-Sí. Claro que sí Ebb.

No me da tiempo de aliviarme cuando vuelve a darme un beso cargado de deseo. Sus ojos no son los mismos, sus pupilas están dilatadas y yo sigo estando mareada, muy mareada.

Me levanta cogiendome por sorpresa, pero me adapto enroscando mis pies alrededor de su cintura para no caer al suelo. Me da besos por todo el cuello mientras me lleva a la cama. Mi primera vez, no la imaginé así. Pero me encanta como esta siendo. Cuando me deja caer en la sedosa cama siento que exploto de nervios. No sé qué hacer.

-Déjate llevar, yo te guio. Confía en mí -asiento suavemente y él comienza a quitarse la ropa.

Llega al pantalón y mi sistema nervioso amenaza con desvanecerse. No tengo con qué compararlo pero ¿está bien no?

Delicadamente me alza el vestido, lo observo dar cada moviento estática. Debo parecer una completa tarada. Llega a mis bragas y mi cara pierde el color, las baja hasta mis pies e introduce un dedo en mi entrada. Eso fue rápido.

-Estas mojada -dice y entiendo la razon de la rapidez.

Saca el dedo y se coloca sobre mí. Me da un beso rápido que me ayuda a fingir que no está acomodando, eso, en mi entrada. Cierro los ojos al ver que intenta...entrar. Grito, la invasión es jodidamente dolorosa que por un momento creo que voy a llorar. Mi cabeza da vueltas, duele mucho. Trato de concentrarme en el placer que me provoca, en serio lo intento, pero estoy mareada. Él me ve y baja el ritmo.

-¿Te duele?

-Sí -digo en un susurro.

-Toma mi mano, arañame cuando te duela.

Asiento y se mueve un poco más rápido. Jadeo. Mis uñas se clavan en su piel y un dolor intenso se aloja en mis sienes. Por un momento pienso que puedo estar drogada, pero descarto la idea porque todo lo que he consumido hoy he ido yo a buscarlo, excepto por la bebida que me trajo River. Mis ojos se abren cuando ato cabos. No, ¿Lucas dijo...ella y River?

-¡Maldita River! -empujo a Lucas bruscamente para que salga de mí.

Me mira confundido y me pongo las bragas obviando la sangre que hay esparcida producto a mi desfloracion.

-¿Qué pasa Ebba?

-¡Tú puta hermana puso droga en una bebida que compartí con Jennifer!

No espero su respuesta y con el dolor de haber sido momentáneamente penetrada corro hasta la habitación donde deje a Jennifer. Los ojos me arden. Siento a Lucas tras de mí. El pecho se me encoje y pierdo el aire cuando entro a la habitación.

-¡No! -corro hasta ella, está convulsionando-¡Lucas llama a una ambulancia!

Las lágrimas me ahogan, no puedo respirar. Ya no se mueve, la tomo entre mis brazos balanceándola. ¡Maldita seas River!

-Lo siento Jen. Lo siento mucho pequeña-mis lágrimas pesan con cada minuto que pasa.

Las manos me tiemblan, el líquido blanco que sale de su boca la dejó en un estado vegetativo. Trato de moverla. No reacciona.

-Despierta Jen -digo con la voz desgarrada, intento parecer fuerte.

¿Cómo puedo ser fuerte ahora? Si se muere...no soportaría 2 muertes en mi vida. No lo soporto, el hipo, las lágrimas, el mareo.

-¡No lo soporto! ¡Soy una imbécil! -la garganta me arde. La vida me duele. Debería ser yo la que estuviera soltando espuma ahora. Joder debería haber sido yo la que murió aquel día.

Miro el brazalete que me regalo mi mamá. Recuerdo que dijo que eran las iniciales de ellos. M de María, A de mi papá, supongo que su nombre iniciaba con A y E de la estúpida más grande de este planeta.

-Mamá, ayúdame por favor. Me faltaron más te amos por decirle.
________________《👑》_________________

Me encantaría agradecerle a mis amigos cercanos que me han apoyado mucho con este historia, Alfred y Anita muchas gracias por sus consejos y soportarme cuando los molesto ♡.

Besitos.

Kami.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro