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EXTRA 1


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*





Taehyung está fascinado.

Debería ser lo contrario, pero no puede evitarlo aún si todo lo que siente viajar por el lazo es la molestia de Jungkook.

—No me voy a contener —la voz de Jungkook se carga de amenaza mientras alza la barbilla, dándole una mirada desafiante que golpea en la zona baja de Taehyung—. Te lo advierto.

Jungkook de pronto se tensa, y Taehyung sabe que es porque su cuerpo percibió sus propias emociones cuando lo escuchó hablar.

Por supuesto que lo sentiría. Estaban unidos de todas las formas posibles.

Taehyung tiene ganas de reír, y sus ojos brillan porque a pesar de lo que se delata por el lazo, Jungkook mantiene esa postura inquebrantable.

—¿Aunque sea tu otra mitad? —decide preguntar, de forma inocente.

—Aunque seas mi otra mitad, Taehyung.

Jungkook se prepara, en posición de ataque listo para saltar hacia él.

Taehyung solo asiente, tomando sus palabras.

—Bien. No llores después —Responde, y a pesar de que diez metros de distancia los separaban, no se perdió ningún cambio en el rostro de Jungkook ante sus palabras.

Hijo de puta.

El insulto fue demasiado rápido y todo lo que Taehyung hizo fue levantar ambas cejas.

—Ayer lloraste —le dijo, a modo de defensa porque él tiene un punto aquí. Jungkook pareció haber dejado de respirar cuando vio el brillo y la sonrisa en sus labios—: llorabas sobre mi poll-

Una chispa electrizante viajó por el lazo un segundo antes de que Jungkook saliera disparado hacia adelante. Directo al ataque.

Fruncía sus cejas, pero el aullido satisfecho de su lobo, las mejillas sonrojadas y el aroma excitante lo delataban por completo, haciendo sentir a Taehyung en un estado de alerta por el ataque, pero consentido bajo esos sentimientos que le indicaban y le respondían que le había gustado, que ayer las cosas fueron llevadas a un ritmo agradable.

Pero entrenar juntos siempre era un caos de emociones.

Lo que sentía Taehyung lo sentía Jungkook y viceversa.

Aunque siempre era Taehyung quien encontraba maneras de hartarlo, provocarlo hasta que diera el primer ataque, porque, si no lo hacía, Jungkook tenía serios problemas para tomar la iniciativa, su lobo, a veces se negaba a querer hacerle daño, incluso si era un simple entrenamiento.

Sin embargo, cualquier forma que ocurrieran las cosas, les gustaba entrenar juntos.

Joder, les gustaba estar juntos.

Taehyung alcanza a bloquear con su brazo flexionado la patada que Jungkook dirigía hacia sus costillas.

Tomó su tobillo para tirar de él, pero Jungkook no perdió tiempo y golpeó con su otra pierna su costado, sujetándose con sus manos antes de caer al suelo, utilizando la fuerza de su tronco para hacer girar sus piernas y golpearlo en lugares vitales.

Una patada alcanzó su pecho, Taehyung cayó hacia atrás y Jungkook empezó a tomar distancia para evaluar su postura y volver atacar.

Por supuesto que el vampiro no lo dejó. Taehyung desapareció frente a él y se materializó a centímetros, tomando con sus manos su cintura y mirándole tan cerca que podía sentir el ligero toque de su nariz con la suya.

Ocurrió en apenas un segundo, Jungkook ahogó un jadeo emocionado cuando tuvo su aroma, su presencia y su cuerpo tan encima de él.

Estuvo a punto de arquear la espalda para tenerlo más cerca.

—¿Te molesta que haya dicho eso, Kook?

Sabía la respuesta, pero escucharlo de su boca era mucho más emocionante.

Jungkook cerró los ojos para evitar verlo.

—¿No crees que te estás dando demasiados créditos?

Las manos en su cintura se apretaron, Jungkook sintió el agarre fuerte y pesado, como si quisiera domarlo, como si quisiera tenerlo justo donde lo quiere y no pudo evitar sentir una contracción en su estómago ante la idea de sumisión.

Taehyung entierra la cara en su cuello, sus manos vagan y abrazan su espalda baja, su aroma se proyecta y todo el gimnasio se rocía del olor asfixiantemente dulce para otra persona que no sean ellos dos.

Frota su nariz en la piel de Jungkook y puede sentir un ronroneo por el lazo.

—¿No es así, entonces? —pregunta, con la voz aplastada, sus labios le provocan una cosquilla. Jungkook sube una mano y la envuelve en su nuca de manera cariñosa—. ¿No se sintió bien?

Jungkook sabe, Taehyung está jugando, es más bueno con las palabras que él, pero eso no evita que se derrita, no evita que suelte un ligero mmh mientras sus dedos enrollan el cabello ajeno.

—Por supuesto que sí se sintió bien, maldición.

Quiere arrullarlo, quiere mimarlo, quiere besarlo, quiere darle lo que pida, quiere darle lo que necesita, lo que quiera. Quiere darle todo.

Pero están entrenando, no es el motivo real del por qué comenzaron esto.

Taehyung suelta una risita que lo trae de vuelta al mundo.

—Lo sé.

Jungkook gruñe.

—Sé que sabes, y esto no es el punto del entrenamiento, Tae.

Sin soltarlo, Taehyung se aleja solo para ver su cara.

—Exacto, no es el punto. Lo siento, lobito.

Jungkook no alcanza a tomarle el peso a las palabras cuando otra risita viaja por el lazo.

Taehyung desaparece nuevamente de su vista y antes de que Jungkook pueda buscarlo, termina en el suelo por culpa de una zancadilla que no predijo.

El vampiro está sonriendo cuando él levanta su cabeza y le mira, sin poder creérselo aún.

—Eres... —ni siquiera sabe qué decir—. Maldito bastar-

Taehyung se encoge de hombros.

—Dijiste que no te ibas a contener... yo tampoco, caes muy fácil.

Cualquier cosa que Jungkook quisiera decir, muere en sus labios.

—Bien. —murmura, más para sí mismo antes de ponerse de pie en un movimiento de kip-up, volviendo a su posición inicial de ataque.

Evalúa el escenario, observa a Taehyung frente a él y no puede evitar las mariposas en su estómago cuando siente el amor que se desliza por el lazo cuando lo ve, cuando ve a Taehyung darle esa mirada enternecida, esos ojos dilatados, casi negros y esas vibraciones que se envían constantemente como una frecuencia construida para que solo la entendieran ellos.

Siente su alma en su propia alma y el vampiro tiene corazones en los ojos y Jungkook recibe tanto amor que por un segundo se pregunta si fue una mala idea sugerir el entrenamiento. Sin embargo, tiene a Taehyung diciéndole que está bien, sin palabras, sin señales. Es solo el lazo y es algo que tranquiliza a Jungkook al instante porque es una cuerda que lo ata a la realidad.

Entonces, a eso de las cinco de la tarde, el gimnasio de entrenamiento está lo suficientemente lleno con ellos dos y sus fuertes aromas impregnando el aire.

Nadie quiere entrar y ver lo que está sucediendo ahí.

Jungkook vuelve atacar y ellos comienzan una lucha cuerpo a cuerpo que no se detiene, como si estuviese sincronizados para moverse a la par del otro.

Taehyung es ágil, Jungkook tiene más fuerza.

Taehyung ataca más con sus piernas, sabe ocupar todo su cuerpo mientras que Jungkook ataca con sus puños, cargando toda la fuerza desde su tronco, sabiendo donde hacer un buen gancho, sin perder el equilibrio mientras se mueve entre el ataque y la defensa, el control sobre sus cuerpos siendo prácticamente perfecto.

No hay magia, Taehyung no vuelve a ocupar ningún poder sobrenatural y Jungkook retrae sus garras cuando amenazan con salir.

Son ellos dos y sus aromas mezclados.

Jungkook sabe que Taehyung no es diligente con el entrenamiento como él. Sabe que Taehyung no ha pasado toda su vida entrenando, así como él. El vampiro tampoco le da mucha importancia a este tipo de lucha.

Pero a pesar de eso, es Taehyung quien tiene trescientos años y es Taehyung el hombre que lo conoce por completo, sabiendo los puntos específicos para atacar en él.

Y estos entrenamientos los hacen volver al pasado, de alguna u otra forma, cuando ambos entrenaban como si quisieran arrancarle la garganta al otro, herirlo hasta hacerlo sangrar. Completamente frustrados por ese aroma que los delataba.

Esta vez, hay un sentimiento mucho más profundo y puro de por medio.

Jungkook tira un gancho corto hacia la mandíbula contraria, su mano queda a mitad cuando la mano de Taehyung envuelve su muñeca. Gruñe al ser interceptado, tirando de su otro brazo para golpearlo directo en la barbilla, errando por milímetros cuando Taehyung inclina la cabeza hacia atrás, sujetando su otra muñeca.

Antes de que pudiese ocupar sus piernas para golpearle el tronco, Taehyung lo hace primero, atrayéndolo hacia él para estamparle un golpe con su rodilla directo en su estómago, arrancándole todo el aire de sus pulmones.

Taehyung aprovecha su conmoción ante la falta de oxígeno y, sin dejar ir sus muñecas, se voltea y dobla su tronco para pasar su cuerpo completo sobre el suyo y tirarlo al suelo.

Jungkook cae de espalda sobre la colchoneta, gruñendo mientras mira a Taehyung desde arriba cuando se le acerca, rodeando su cuerpo hasta quedar frente a él, entre sus piernas.

Lo ve cruzarse de brazos, esperando por él.

—Si me dices hyung, te dejo ganar la ronda.

Jungkook se eleva en sus codos y alza una ceja ante la petición.

—¿Hyung? Tienes como trescientos años —resopla—, estoy seguro que, si te llamo por algún nombre, hyung sería el menos indicado.

Taehyung solo lo mira, Jungkook aprovecha el momento de apreciación y cierra entre sus piernas las del vampiro, tirando de ellas para hacerlo caer sentado frente a él.

Taehyung abre y cierra la boca mientras termina de asimilar el dolor, sintiéndose estúpido por no proveer el movimiento antes.

—¡Auch! ¡Eso dolió, Jungkook!

Jungkook solo ríe, y el pecho de Taehyung se siente cálido al verlo así.

Se apoya con sus manos hacia atrás. Relajándose por completo.

A este punto, Jungkook sabe que dan por terminada la pelea.

—Entonces, llámame majestad.

Jungkook deja de reír y lo estudia con curiosidad.

—¿Es ese algún fetiche oculto que tienes?

—Podrías llamarme basura y yo estaría encantado.

—Cállate —le reta, colocándose de pie solo para ir hacia él y sentarse a horcajadas sobre su regazo. Taehyung lo recibe, pasando automáticamente sus brazos por su cintura mientras que Jungkook rodea sus hombros. Le mira directo a los ojos—. No te diría así, solo quiero consentirte...

Eso lo abruma. Las emociones de Taehyung se disparan de golpe al tan solo escucharlo, teniéndolo tan cerca, mirándole así. No puede quedarse quieto. Lo ama, lo adora y se encarga de transmitirle todo a través del lazo.

—Está bien, tú ganas.

Tiene a Jungkook ronroneando como respuesta, cuando Taehyung se inclina hacia adelante y besa su mandíbula, trazando un camino hasta su cuello, mientras sus manos se deslizan por sus costillas, una y otra vez a la par con los besos que va depositando en cada extracto de piel que siente contra sus labios.

Como si quisiera ser consumido por él, Jungkook echa la cabeza hacia atrás y expone su cuello para que Taehyung hiciese con él lo que quisiera, como si no lo ha hecho ya. La marca de unos pequeños colmillos aún permanece presente en su piel pálida.

—Supongo... —Taehyung murmura, besándole cerca del oído, su lengua uniéndose a su piel, haciéndole inclinar las caderas hacia abajo como respuesta. Suelta un gruñido y Taehyung lo aprieta más cerca—. Supongo... que el entrenamiento terminó... ¿o quieres seguir?

Su voz habla directo en esa zona sensible, siente una exhalación cálida que lo hacen soltar un ligero gemido.

Jungkook cierra los ojos y posa su cabeza en el hombro contrario, una de sus manos vaga hacia la nuca de Taehyung y la otra se mantiene en su hombro, apretándolo como si quisiera buscar un poco de estabilidad ante todo lo que el otro le hace sentir.

Las manos de Taehyung no se quedan quietas, vagan por su espalda, vagan por su cintura, por su pecho, sin quedarse tranquilo porque la ropa en sí es lo que le está incomodando ahora.

Mi pregunta. Respóndela, cachorrito.

Su tono ronco se proyecta por su cabeza y suena como una orden que le crispa la columna.

—Tú sabes... —Jungkook suelta con una larga exhalación mientras sus sentidos se centran en las manos que vagan por su cuerpo—. Tú sabes la respuesta.

Le inclina el cuello, le expone su cuello para que lo muerda, para que hiciese lo que quisiera y el aroma vuelve loco a Taehyung. Ya no es gentil y perezoso con los besos que reparte. Ahora hay dientes que no lastiman pero que alcanzan a dejar enrojecida la piel.

—Mmh... quiero que me lo digas.

Sus manos se escabullen, metiéndolas por debajo de la camiseta de Jungkook. Recorren su piel caliente y a pesar de que es un tacto que mantiene todos los días, es como si fuese nuevo, como si Taehyung aún estuviese conociendo cada pedazo de él, como si tocara para recordarlo, como si todos los días hubiese una nueva sensación por descubrir, por aprender bajo la piel que exploran sus manos.

Sus manos terminan en la curva de su trasero el cual acaricia, amasándolo con sus dedos abiertos y empujándolo hacia su propia erección, haciendo a Jungkook perder el control sobre sus gemidos, sacándole un lloriqueo que apaga en la piel de su cuello.

Sigue haciendo eso, vampiro.

Esta vez, Taehyung empuja sus caderas y la respiración de Jungkook se agita, siguiendo el movimiento cuando siente la erección contra su trasero, frotándose en ella una y otra vez mientras la sensación de ser tocado por él, ser amado por él lo lanzan al precipicio.

Busca su mirada, Taehyung le mira fijo mientras emite un gemido bajo y ronco.

—Jungkook... —le llama, como si rogara y Jungkook cree que nadie podría decir su nombre con tanta vehemencia como él.

No puede evitarlo, el lazo tira de ellos, los sentimientos están al borde de piel y tiene a Taehyung por todos lados. Le da lo que quiere. Es lo que él quiere.

Jungkook. Joder.

Jungkook se inclina hacia adelante, cortando el espacio y se lanza hacia él, sus bocas besándose, su lengua siendo arrastrada por la contraria mientras se sincronizan en un movimiento perfecto, mientras sus caderas no dejan de frotarse en una extensión dura y pesada.

Taehyung empuja con fuerza. Jungkook le muerde el labio y él gruñe.

—Ayer también ocurrió lo mismo —le murmura en la boca. Taehyung lo ignora y vuelve a besarle, callando lo que sea que el chico intentaba decir. Sus manos recorrieron la piel hasta alcanzar un pezón que retuerce entre sus yemas, haciéndolo jadear.

Jungkook estaba en lo cierto.

Ayer también alcanzaron a entrenar unos diez minutos antes de que alguno tuviera la necesidad de tocar a otro. Entonces el otro no podría resistirse y eso terminaría con ambos envueltos en una masa de besos toqueteos y abrazos.

Anteayer también fue algo similar, solo que Jungkook arañó la mejilla del vampiro, haciéndola sangrar antes de que sanara. Por supuesto que Taehyung se hizo el malherido solo por el capricho culposo de tener a Jungkook culpándose y dándole mimos que no son propios del menor.

Taehyung sabe que Jungkook tiene una personalidad dominante, su lobo alfa lo es por naturaleza y verlo derretirse bajo sus toques, presenciar cómo se vuelve maleable y sumiso para él, es algo por lo cual está fascinado.

Probamente mañana también ocurra algo similar y en diez años también.

—Es difícil no tocarte —Taehyung le muerde el labio, deja salir sus colmillos ligeramente para sentir el roce de la piel delicada contra la punta. Lo ha hecho a menudo, después de que Jungkook le revelara que le gustaba la sensación—. Eres mi compañero.

Jungkook echa la cabeza hacia atrás y Taehyung no tarda en darle una lamida sobre su garganta, sintiendo su manzana de adán moverse sobre su boca cuando Jungkook traga fuerte.

—Vamos... —Jungkook deja salir el aire. Cree que no puede soportarlo más. El toque, su boca contra su piel, sus caderas frotándose—. Vamos a tener que cambiar el método, entonces...

—¿Sí? —rápidamente, un brazo de Taehyung envuelve su cintura, sintiéndose dolorosamente apretado y pesado, su otra mano pasa por la pretina de sus pantalones cortos, los nudillos rozando el elástico cuando encaja los dedos en la tela—. ¿Cómo? —susurra, sus dedos largos se burlan del bóxer cuando llega mucho más allá, la punta de las yemas rozando su entrepierna.

Escucha a Jungkook complacido, gimiendo bonito cerca de su oído, mientras acerca su pecho, mientras Taehyung lo acerca con el agarre de muerte que lo asegura en su sitio.

No puede evitar bajar la vista, mirando entre sus cuerpos, ver el bulto apretado dentro de los pantalones de Jungkook es un disparo de emociones hacia la base de su propio pene adolorido.

Honestamente, es como si le secara la boca, necesitando relamerse los labios.

Jungkook suelta otro gemido cuando él vuelve a rozar la base de su pene y Taehyung lo siente acercando sus caderas a sus dedos para que lo toque, para que lo atienda.

El lobo intenta ordenar los pensamientos y la conversación que llevaban a medias mientras se deshace en los dedos ajenos.

—Entrenar... e-entrenar y solo-

Taehyung no pierde tiempo cuando las palabras entrecortadas lo golpean.

Deja a Jungkook recostado sobre la colcha y se cierne sobre él, entre sus piernas. Se sostiene con una mano al lado de su cara mientras que la otra se ocupa de levantarle el buzo hasta el cuello, exponiendo la piel blanca para él, llena de musculatura fibrosa y marcada, al igual que todo su cuerpo entrenado.

Puede ver su estómago hundirse y levantarse ante las fuertes respiraciones que está dando, su parrilla costal agitada, Taehyung siente una fuerte sensación de pertenencia, una fuerte sensación de dominio cuando le urge la necesidad de tocarlo.

Vuelve a preguntarse si es Jungkook el que le hace sentir estas emociones, si es el lobo de Jungkook el que le hace sentirse casi tan primitivo como un animal.

Pero no lo piensa demasiado, no se da el tiempo de pensarlo porque la necesidad es mayor. Lo necesita, necesita a Jungkook tanto como Jungkook lo necesita a él. Así que baja hasta que su boca atrapa un pezón rosado, lamiendo la zona sensible y haciendo al chico retorcerse bajo suyo, haciéndolo soltar ese aroma dulce que parece querer atraparlo, atraerlo más de lo que ya estaba.

Las manos de Jungkook vagan por su cabello, tomándolo con suavidad mientras Taehyung mueve sus caderas, frotándose contra él hasta hacerlo retorcerse bajo suyo.

La boca de Taehyung es rápida, todos sus movimientos lo son, deja ir la mano con la cual sostiene el buzo para sujetarse su peso con ella, mientras que la otra se desliza por las costillas de Jungkook, cortándole la respiración, masajeando la zona de su torso, acariciando la zona de sus pectorales una y otra vez mientras chupa y lame como si no lo hubiese hecho ayer, como si no lo hubiese hecho esta mañana.

Lo toca como si no hubiesen estado envueltos alrededor de la piel del otro hace horas atrás ya. Como si Taehyung no hubiese interrumpido el desayuno de Jungkook cuando no pudo quedarse con las manos quietas, tocándolo por todos lados mientras el chico fracasaba en cocinarse unos huevos con tocinos porque las manos que recorrían su piel lo desconcentraron lo suficiente como para que desistiera de alimentarse y a su vez se enredara en los brazos de Taehyung en la isla de la cocina, siendo arrastrado hacia la corriente de emociones que el otro le provocaba, cuando comenzó a vagar su cuerpo llenándolo de besos y otras cosas obscenas que lo tuvieron gimiendo y babeando sobre la mesa por alrededor de una hora.

Cuando Taehyung bate sus caderas alineándolas perfectamente con las contrarias, es que todo rastro de cordura se pierde de Jungkook, el fuego lo recorre por dentro y unos gemidos más necesitados comienzan a ser audibles en el eco del gimnasio.

Taehyung vuelve a sentir esa dominancia posesiva en él y no tarda en iluminar sus ojos, colocando una barrera completa alrededor de todo el gimnasio.

Como si alguien se atreviera si quiera a interrumpirlos. El aroma de ambos debe sentirse a kilómetros y ningún lobo es lo bastante estúpido para pisar un lugar empapado en el olor de otro.

Posiblemente Yoongi se moleste con ellos más tarde, por hacer este tipo de cosas en un espacio público, un lugar que debería ser utilizado por todos los lobos de la manada.

Pero más allá de darle importancia a eso, es el pensamiento posesivo, de que alguien siquiera supiera sobre Jungkook así, el que le encienden algo oscuro dentro de su mente.

Saca la boca del pezón de Jungkook y casi le mira enojado.

—Joder... —no tiene palabras, el rostro excitado del menor es un desastre provocado por él.

Antes de que Jungkook pudiese decir algo, los está transportando a su casa.

Caen en la cama, el dulce aroma de ambos los rodea con mayor fuerza y Taehyung mira lo bonito que se ve Jungkook así, con el buzo arrugado contra su cuello, sus pantalones cortos bajo sus caderas, apretados con el bulto que se muestra en ellos.

Jungkook flexiona la pierna y pone el pie en su pecho, empujando sin mucha fuerza para llamar su atención.

—Dios, Taehyung, avisa que harás eso, idiota.

Taehyung ríe, tomando el tobillo y acariciando su pantorrilla perezosamente. Jungkook lo mira, encantado con el sonido. A través del lazo golpea un estallido de felicidad pura entre ambos que hace brillar los ojos de Jungkook. Esmeralda, granate. Es fuerte y vivo, Taehyung puede verse reflejado en ellos porque los suyos brillan igual. Un sentimiento de necesidad, de consuelo, de deseo por el otro.

—Lo siento, déjame recompensarlo. —Una ola de excitación viaja por Jungkook cuando Taehyung ladea el rostro y besa su tobillo, su pierna, bajándola suavemente para ubicarla a un lado de su cadera. Jungkook le mira expectante, los ojos de Taehyung recorren su cuerpo y el calor lo enciende por dentro porque el lazo que comparten es un canal abierto y sus intenciones son claras como el agua.

Baja hacia Jungkook, dejándole un beso profundo en los labios y luego se separa unos centímetros para mirarlo a los ojos.

Date la vuelta.

Jungkook gime dolorosamente. La voz de Taehyung está en su cabeza y golpea en todas partes.

Le hace caso, separando las piernas del firme agarre que tenía en las caderas ajenas y se voltea, hundiendo la cara en la almohada, obteniendo el aroma de ambos, dulce, a coco, a rosas. Un aroma que lo hace sentir posesivo porque es suyo, es suyo. De nadie más. Solo suyo.

No puede evitar inspirar con fuerza cuando siente a Taehyung bajar para empezar a repartir besos a lo largo de su columna.

Su lengua es helada, pero los lugares donde deja una mordida, un beso, una lamida, arden como si fuese fuego.

Jungkook aprieta los ojos, cuando las manos de Taehyung encajan en su cintura y lo aprietan dolorosamente.

Apenas respira.

—Ngh... Tae...

—Quiero morderte. —Taehyung lo interrumpe y sus colmillos empujan a salir por completo.

Jungkook traga con dificultad. El aire está atorado en alguna parte de su garganta y tiene la urgencia de soltar un ruido que probablemente lo avergonzaría por el resto de su vida.

Se muerde los labios y se esfuerza para encontrar su voz.

—¿Dónde? —pregunta, en un murmullo tenso, sus manos se enrollan en las sábanas, sus nudillos blancos cuando siente los dientes de Taehyung presionarse tiernamente en la carne de su costado, bajo sus costillas.

Cierra los ojos cuando Taehyung no deja ningún lugar recorrer, ninguna parte por probar.

—Por todos lados —le dice, y siente la nariz recorrer todo el tramo lumbar hasta llegar a la otra porción de cintura donde no se tarda en maltratar con leves mordidas—. Que cada parte de ti diga que es mía.

Jungkook hace un ruido satisfecho y ladea la cabeza, intentando verle por el rabillo del ojo.

—Todos lo saben... —Traga saliva con fuerza y puede sentir el cuerpo de Taehyung cernirse sobre el suyo, niega ligeramente—. Todos saben que eres mío.

Taehyung se inclina sobre él, su peso cae hasta que las rodillas de Jungkook se aplastan extendidas sobre la cama, hasta que su boca está chupando el lóbulo de Jungkook.

—Quiero que lo vean.

Cierne sus caderas, su erección aún dentro de su pantalón deportivo crea una fricción cuando se frota contra el trasero de Jungkook, haciéndolo gemir con sus labios apretados. Su mano cae en la del menor y él vuelve a batir sus caderas, besando su mejilla, su mandíbula, detrás de su oído y donde sus labios queden cerca.

Lo hace varias veces, su ritmo acelera y Jungkook no puede evitar alzar un poco más el trasero, sus piernas abiertas cuando Taehyung las abre con las rodillas, su peso sintiéndose fuerte sobre él, como una presa cautiva, acorralada bajo una enorme bestia que busca domarlo.

Jungkook vuelve a gemir complacido.

—Taehyung... quítalo. —Le pide, le implora y Taehyung no tarda en hacerle caso.

Se separa de Jungkook, su mano viaja hacia la pretina del pantalón contrario y jala su ropa y su bóxer hacia abajo, dejándolos a mitad de sus muslos.

La vista es majestuosa, lo tienen con el cuerpo completamente tenso, lo tienen con sus propios pantalones apretados, su extensión completamente dolorosa.

Toma la cadera de Jungkook, la alza hacia arriba, volviendo a quedar apoyado con las rodillas sobre el colchón para dejar su trasero al aire, alzado y expuesto para él, la pretina apretando sus piernas cuando estás se abrieron demás cuando Taehyung posó una fuerte mano entre sus muslos para separarlo.

—Tócate. Quiero ver.

Su voz es oscura, Taehyung retrocede, colocándose sobre sus talones para verlo, contemplar la exposición ajena mientras se le hace agua la boca, mientras sus ojos se iluminan en fuego, mientras el propio fuego estalla dentro de la habitación como combustión lenta, apareciendo y desapareciendo porque no puede calmar todas las emociones que Jungkook le provoca mientras lo tiene así, con el culo al aire para él.

Y bendita meditación que ha hecho porque gracias a esos entrenamientos mentales no ha quemado nada a pesar de que sus emociones siempre son un desastre cuando se trata de Jungkook.

El menor es lento, parece dudar de cumplir su orden, pero lo hace. En la misma posición, alza un poco más su trasero y vaga con sus manos hasta llegar a todos esos puntos que lo tienen adolorido, tocándose tanto adelante como atrás.

Taehyung escucha el gemido del chico en su mente y el lazo vibra con fuerza. El aroma dulce se dispara y es Jungkook todo lo que rodea el ambiente.

—Eres tan bueno en lo que haces —le murmura. Viéndolo con la cabeza enterrada en la almohada, los hombros dándole soporte mientras sus manos se mueven con gracia, una acariciando la base de su propio pene mientras que la otra juguetea haciendo círculos alrededor de su entrada, estimulándose antes de hacer entrar sus dedos.

Hazlo. Taehyung vuelve a ordenar y Jungkook obedece, joder si le obedece.

Jungkook, quien impone presencia cuando se presenta, su lado animal mucho más al borde que la mayoría del resto de los lobos. Un lobo alfa sucesor de esta manada.

Jungkook, quien también es el compañero de Taehyung, está con el rostro enterrado en la almohada, amortiguando los sollozos que brotan sin contenerse, sus caderas alzadas, sus rodillas rígidas y su pecho aplastado contra la cama mientras dos dedos se hunden en él una y otra vez, siendo demasiado consciente de que Taehyung está mirando en primera plana el desastre que ahora es.

Jungkook gime, aprieta sus ojos, mientras hunde sus propios dedos hasta los nudillos. Le tiemblan las piernas, Taehyung puede verlo en su postura que parece querer derribarse.

El estímulo que se da a sí mismo es una cosa, pero el hecho de sentir la vista de Taehyung tras él, es otra que lo tienen completamente excitado.

Porque sabe cuánto le gusta.

Taehyung está al borde de la locura mientras mira. Tiene la urgencia de tirar del elástico de su propio pantalón deportivo y dejar salir su propia erección latente, dura y mojada en la punta, enrojecida por lo desatendida que ha estado todo ese rato.

Envuelve su pene con una mano y se toca mientras ve a Jungkook deshacerse en espasmos, en pequeños jadeos que reprime con los labios apretados.

La vista es todo, los ruidos y lloriqueos del chico golpean todos los puntos exactos en él y lo hacen sentir como si estuviese a punto de volverse loco por él. No lo aguanta, no soporta no tenerle una mano encima cuando está tan expuesto para él.

Es por eso que se acerca, deja el juego y se inclina hasta que ingresa un dedo, mezclándose con los otros dos de Jungkook.

—Mmh ¡sí! —Jungkook chilla, lo recibe a gusto y el lazo es la luz verde que le dice que lo está disfrutando, deshaciéndose en gemidos y palabras ilegibles.

Mantenlos ahí. Ordena y no pierde tiempo cuando baja su rostro, saca su lengua y le lame los nudillos, lame su propio dedo y de paso alcanza a lamer la entrada maltratada, provocándole una sensación de placer a Jungkook que parece inexplicable.

Su otra mano vaga por la cadera contraria hasta llegar a su pene, encontrándose con la mano de Jungkook, la cual rodea para seguir el mismo ritmo perezoso que llevaba mientras se masturbaba para él. Pone un poco más de presión cuando sus dedos recubren todo, y acelera el ritmo al mismo tiempo que su lengua da lamidas largas desde sus bolas hasta su entrada.

—T-taehyung... —gimotea, pidiendo por él, Jungkook parece estar llorando, Taehyung siente los lloriqueos en la zona baja de su abdomen. Su pene está adolorido, hinchado por el estímulo y siente que podría perder la razón en cualquier momento.

Las caderas de Jungkook se mueven hacia atrás, y el dedo de Taehyung se desliza con movimientos de adentro hacia afuera, lentamente mientras que los otros dedos de Jungkook hacen su trabajo en abrirlo y prepararlo para él.

Jungkook siente la presión, siente la lengua deslizándose de arriba abajo, dejando un desastre en él y siente cuando el dedo de Taehyung llega mucho más profundo que los suyos, siente cuando lo saca y lo vuelve a meter acariciando ese punto que lo tiene mordiéndose los labios, lo tienen ardiendo de deseo por su compañero, pidiendo por él a través del lazo porque no es suficiente este toque, no es suficiente sus manos. Quiere todo su cuerpo encima suyo hasta que lo devore y lo aplaste.

Y es esa última sensación la que golpea a Taehyung por completo, volviéndolo casi hambriento.

—Maldición... —murmura, quitándose con rapidez su buzo, tocando el pantalón de Jungkook para desintegrarlo con magia.

Jungkook no dice nada, pero Taehyung está seguro que el chico se enojará por eso cuando sus pensamientos estén lúcidos. Sonríe al tan solo pensarlo porque su ceño fruncido es lindo de ver.

—Estás tan mojado, Jungkook... voy a quitar tus dedos... —Avisa y lo hace al segundo. Jungkook se siente vacío por dentro hasta que de pronto Taehyung se mueve en la cama, se mueve hasta que Jungkook tiene la pesada polla descansando entre sus glúteos.

Taehyung desliza la punta de su pene entre ellos, rozando la entrada, la cual se contrae cuando lo siente, manchándola de líquido preseminal.

Taehyung gime, cerrando los ojos y volteando la cabeza hacia atrás mientras la sensación lo inunda por completo. La calidez de la piel de Jungkook, su propia polla adolorida. La temperatura de la habitación, el aroma excitado que libera Jungkook.

Es todo un conjunto de cosas que se acunan en la zona baja de su ombligo mientras se frota una y otra vez.

—Mm-más... —implora Jungkook, balanceándose en su pene una y otra vez—. Necesito que tú me folles... —ruega otra vez y se siente como si fuese un desastre porque sus palabras salen entre gemidos rotos, Taehyung siente que cada parte de él pierde el control al tan solo verlo. Su rostro de perfil con sus labios rojos de tanto que se los ha mordido, sus ojos húmedos, con lágrimas acumuladas en sus pestañas.

Las marcas que dejan sus propias manos que amasaron y apretaron su trasero con fuerza.

Taehyung siente cada vista, cada golpe en la base de su pene hinchado que pide por él.

—Kook... —gime, le llama porque no sabe qué otra cosa hacer, la cordura desaparece y es el deseo el que lo sucumbe cuando es Jungkook quien no para de frotar su trasero en su pene, fallando en todos los intentos por meterlo él mismo—. Amor... joder-

En un movimiento de sus caderas, su pene queda alineado contra la entrada y se hunde lentamente hasta quedar completamente dentro. Jungkook suelta un gemido largo y tortuoso, un sonido de placer al sentirse por fin lleno, al sentir que por fin le dan lo que estuvo pidiendo. La luz los envuelve y el lazo brilla con fuerza al verse así de unidos. Taehyung está hambriento, demasiado hambriento de él como si no tuviera al chico para él todos los días.

Sale lento, las paredes lo aprietan y todos sus puntos nerviosos se alteran bajo la misma sensación de placer que Jungkook le está dando. Sujeta sus caderas, Jungkook está con el culo alzado y su espalda se arquea para darle la alineación correcta, para que cada vez que embistiera golpeara el punto que lo está haciendo temblar y sollozar con fuerza.

—Me estás apretando demasiado... —Taehyung gime, con embestidas fuertes porque sabe lo que Jungkook quiere, sabe lo que Jungkook necesita y porque cada vez que lo golpea con fuerza el lazo vibra. Cada vez que golpea con fuerza Jungkook gime, soltando palabras que no tienen coherencia, dejando a Taehyung con sus músculos tensos cada vez que sus caderas chocan y golpean el culo ajeno, el cual rebota cuando él llega y se hunde hasta la base.

Todo se multiplica entre ellos, el canal de su lazo es un punto abierto, no pueden controlarlo y todo lo que siente uno lo termina sintiendo el otro.

Taehyung baja para besar la nuca de Jungkook.

¿Estás bien?

Jungkook asiente apenas.

Es un desastre mientras el sonido de sus gemidos y sus cuerpos chocando inundan la habitación.

Taehyung sabe que lo está. Lo sabe por el lazo, pero no puede evitar preguntarle. Ha experimentado con Jungkook todo lo que nunca se permitió y cada cosa es tanto nueva para él como para el contrario.

Besa la línea de su columna cervical, amando la suavidad de su piel, pero al mismo tiempo sintiendo cada músculo entrenado.

Toma con una de sus manos la mandíbula de Jungkook y gira su cabeza, guiando hasta que se inclina y le besa lento, mezclando sus lenguas juntos. Besa con ahínco, y es el mismo beso el que lo hace hundirse por completo teniendo solo sus bolas afuera, sus muslos rozando la parte posterior de los de Jungkook, haciéndolo gemir en su propia boca.

Es demasiado, el placer de su cuerpo encajando en el otro. Todos los estímulos siendo recibidos por ellos y llegando al mismo punto.

Taehyung rompe el beso, se separa solo para volver a su posición y notar el arco bonito que hace la columna de Jungkook así de arqueada, con el trasero alzado y el pecho aplastado. Lentamente, desliza las manos por sus costillas hasta que las deja descansar en sus omoplatos, aplastándolo para retenerlo ahí. Entonces, sus caderas retroceden y golpean con fuerza nuevamente, haciendo a Jungkook llorar por lo brusco, haciendo a Jungkook gemir complacido, arañando las sábanas con sus manos y abriendo más las rodillas para tenerlo hundido por completo sobre él. Taehyung vuelve a empujar, su pene entra con mayor facilidad y golpean todos los puntos que dejan a Jungkook volteando los ojos, apretando los dedos de los pies mientras gime mencionándole lo bueno que se siente su polla enterrada en él.

Después de unas cuantas estocadas, mientras sus oídos y toda su mente se bañan de los sollozos del menor, Taehyung no cree soportar más.

Una de sus manos abraza la cintura de Jungkook mientras que la otra rodea sus hombros y lo levanta contra él, apegando su espalda contra su pecho.

Golpea nuevamente en ese punto que hace a Jungkook perder la cordura. La habitación demasiado caliente entre ellos dos, llenándose del ruido de sus cuerpos chocando y sus respiraciones agitadas.

Taehyung reposa la mano en el estómago ajeno y abre la palma.

—¿Lo sientes hasta aquí? –su pregunta es un murmullo envuelto en una exhalación profunda. Desliza la mano un poco más abajo—. O ¿aquí?

Jungkook baja su mirada hacia las manos ajenas, sus ojos están nublados. Toma la muñeca de Taehyung y lo guía un poco más arriba, cerca de su ombligo.

—A-aquí. Lo siento hasta aquí- joder-

—Oh...

Taehyung besa su cuello, besa tras su oreja. Su boca queda cerca de ahí mientras gime junto con él a medida que entra y sale en embestidas profundas.

Estoy tan cerca. No creo soportarlo más.

Hazlo, entonces.

—Taehyung... —Jungkook extiende su mano hacia atrás y acuna la nuca de Taehyung acercándolo como si no tuviera al chico pegado a todo su cuerpo, sus caderas se balancean y él gime complacido—. Muérdeme —pide, con las voz implorada y cargada de deseo—, muérdeme, por favor, estoy tan cerca-

Taehyung suelta una maldición, la petición es algo que lo manda a una caída en espiral de la cual no cree poder volver, sus ojos destellan con fuerza, se iluminan y es Jungkook todo lo que envuelve su mente cuando sale de él y se hunde por completo, abriéndolo y rozando todos esos puntos que hacen a Jungkook ver estrellas.

Siente su orgasmo venir en una larga exhalación y Taehyung lo alcanza, abriendo su boca y mordiendo la zona entre su cuello y su hombro, enterrando los colmillos con fuerza mientras ambos son atravesados por un orgasmo mucho más brutal al sincronizarse con esa mordida.

Jungkook se siente lleno, abre la boca y nada más que un gemido sale desde su garganta, Taehyung cierra los ojos y los aprieta mientras lo llena, una de sus manos envolviendo su cintura y la otra cerca de su pecho, abrazándolo por completo, como si no quisiera dejarlo ir.

Su mente es un desorden mientras se calma y Taehyung quita los colmillos para ver la nueva marca a la cual le da lamidas antes de depositarle un beso. Siente la sangre picotear sus colmillos, es dulce, pero no le provoca nada más. No hay una sed enfermiza y no hay deseo extremo por querer clavarle los colmillos hasta no dejar ni una gota dentro de él.

Ahora es la acción posesiva la que lo envuelve por completo.

Es exquisito. Las rodillas de Jungkook tiemblan y él se desploma contra el cuerpo ajeno, dejando caer su cabeza sobre el hombro de Taehyung mientras este lo envuelve en caricias lentas y perezosas.

—Me quemaste el pantalón —es lo primero que reprocha y Taehyung suelta una risa por lo predecible que fue.

Le acaricia el estómago y le da un beso detrás de la oreja.

—Puedo comprarte diez más.

Jungkook sonríe y se deja hacer por él.

—Me gusta eso.

—¿Ser llenado por mí?

—Mmhh... también.

El ronroneo en su voz produce cosas en Taehyung, todos sus músculos se vuelven a tensar y su mano detiene la caricia. Jungkook levanta una ceja.

—¿Qué pasa? —pregunta, abriendo los ojos como si quisiera mirarlo—. ¿Quieres otra ronda?

—Tu qué crees —Taehyung frota su mejilla contra la contraria—. Te dije que mi lívido era una cosa de otro mundo, cachorrito.

Jungkook se siente igual, las señales de excitación se envían por el lazo, se retuercen y se estiran viajando hacia ellos.

—Quiero montarte.

Taehyung le da un mordisco en su cuello por la sensual propuesta.

—Tú mandas, cachorrito —le susurra con su voz ronca. Sus pieles aún están unidas y Taehyung siente su miembro duro dentro de Jungkook—. Soy todo tuyo.

Jungkook sonríe, inclina la cabeza y le comienza a besar.

Otra ronda más, entonces.






***




ASI QUEEEEE VOLVÍ SOLO PARA TRAER PELEA DE ESPADAS AHRE

Bromis, tengo dos cap más que subiré que son EXTRAS apartes. (no me he olvidado de sus peticiones pero OIGAN CÓMO VOY A EMBARAZAR A KOOKIE??, SORRY NO PUEDO CON ESO ASJDAHS  no porque no me guste sino porque NO ME SALE perdón no soy tan genial como creen ahre)

Luego subiré una historia paralela de poquitos cap (espero)

SUPONGO QUE LE ESTAN HACIENDO STREAM COMO LOCA A JUNGKOOK¡¡??? PQ SINO NOS VAMOS A DESCONOCER AQUÍ LOCAS

QUIERO RECALCAR QUE LOS EXTRAS SON SOLO DIVERSION PERSONAL Y AGRADECIMIENTO POR LEER ESTO U.U, NO HAY PROBLEMA SI NO LOS LEEN, LA HISTORIA PRINCIPAL TERMINÓ EN EL CAP 29 CHAU y MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR LEYENDO CONMIGO :*

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