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♢
Seúl 17:25:20
Hubo una notificación de alerta en la pantalla. Actuaron tan pronto lo notaron.
—Señor, el satélite detectó otra actividad no programada proveniente de la base de los lobos.
Choi Siwon dejó lo que estaba haciendo y se acercó al hombre sentado frente a la computadora.
—¿Puedes ampliarla?
El hombre negó.
—Imposible —le dijo, tecleando rápidamente, como si quisiera desbloquear algo, no consiguiéndolo cuando en cada intento el programa le tiraba error—, el sistema de protección que usan altera la radiofrecuencia, es imposible ver lo que ocurre, pero la dirección marca la frontera del sur, a unos cinco kilómetros de aquí, desde el pie de la montaña hacia la zona limítrofe.
Eso, le hizo dudar.
—No habíamos programado incendios.
—Creo que el vampiro ha ocupado poderes, pero la actividad es diferente.
—¿Cómo así?
—Es diferente, no es como la energía que se liberó cuando apagó los incendios, esto es más potente y concentrado, además, duró más tiempo, alrededor de diez minutos.
Otro científico se acercó a ellos dos, observando a Siwon mientras sostenía una ficha.
—¿Alguna idea, señor Choi?
—Podría haber usado otro tipo de poder, no apagar un incendio, sino que crearlo ¿no? es diferente la actividad, así que quizá ocupó otro poder, joder —sus ojos brillaron, completamente emocionado cuando su mente maquineó ideas sacadas de un montón de teorías con respecto a ese chico—, este vampiro es excepcional, necesitamos cazarlo cuanto antes.
—¿Cómo procedemos? —el científico que estaba sentado, maniobrando la computadora cerró los archivos y colocó un mapa completo, donde se mostraba parte de Séul y todo el bosque de los lobos—, ¿Utilizamos a la bruja?
—A ella le tengo otro fin —le respondió, negando con la cabeza, sin embargo, luego de meditarlo, agregó—: aunque sáquenla si es necesario para atraer a las demás, quizá vengan a buscarla, nos vendría bien que ellas lleguen.
—¿Y al vampiro? ¿Cómo procedemos?
—Manda a algunos soldados, que se muevan por el bosque, con los trajes especiales no podrán detectarlos, el bosque del sur es demasiado brumoso para que los encuentren, pero deberían esperar a la noche, mantener vigilado y sólo capturar al vampiro cuando se quede solo.
—Les ordenaré que vigilen.
*
Era droga, la sangre de Jungkook era droga, lo hacía gruñir, hundir los colmillos con ahínco y pedir más, llevándolo a un paraíso en el cual tuvo que cerrar los ojos y dejar que la sensación se expandiera por todo su cuerpo, liberándose por fin en su estómago bajo.
Mas dolía en su pecho el hecho de ser consciente de lo que le estaba haciendo.
A él, Dios, a él, al chico con el que se condenó una eternidad, con el que no le importaría dejar su orgullo pisoteado, al cual defendería por sobre todas las cosas porque su destino ya se escribió y se sentía como si todo lo que estuviera bien fuera únicamente él.
Jungkook.
Jungkook.
El toque que tienen sus largos dedos en su cuerpo, su piernas envueltas alrededor de su cadera, sus brazos apretándolo, su aroma envolviéndolo como si su lobo estuviera marcándolo, dándole ese aroma que es idéntico al suyo pero más dulce, más amable, más de piel y Taehyung jura poder visualizar su parte animal porque lo ve, a través de sus ojos, siempre que el chico le mira intensamente puede verlo ahí, moviéndole la colita, ladrando feliz, intentando arrullarlo cada que puede y se siente de otro mundo.
Es de otro mundo.
Y si esto es el amor, entonces Momo tenía razón, porque a Taehyung no le duele.
¿Cómo podría doler algo como esto?
Era el cielo, Jungkook lo era todo y ya no puede detener los pensamientos incluso si le aterra sentir que es demasiado para él.
Así que lo abraza con fuerza, como si tuviese miedo de soltarlo y dejarlo caer porque Taehyung ahora siente que prefiere caer solo, profundo y hondo con tal de no lastimarlo y no le importa si es por él.
Todo es por él.
Ah, joder, había reprimido tanto el sentimiento que caer en cuenta y asimilarlo era como un golpe de aliento que lo hacía sentir vivo.
Sin embargo, no puede detenerse, es miel lo que sus labios saborean, dulce, empalagosa, el placer volviéndolo tan adicto que solo un tonto dejaría ir este momento, esta oportunidad.
Le habían enseñado por tantos años a no beber sangre, pero ahora que lo hizo, se sintió como tocar el cielo, todo lo que hacía este lobo era como hacerlo tocar el cielo y joder, es imposible detenerse, es demasiado delicioso y la corriente que atraviesa su cuerpo es el mejor golpe de energía que ha tenido en su vida.
Pero era Jungkook, solo Jungkook siendo tan dispuesto, tan precioso, con esa temperatura abrasadora que le regalaba calidez, tanta calidez mientras lo sentía arrullarlo aun en esas condiciones, aferrándose a su cuerpo tan fuerte como él lo hacía con el suyo.
Y fue esa última emoción, la que se imaginó tener por siempre, lo que realmente hizo detenerse de golpe, aterrado cuando dejó de morder y vio los borbotones de sangre salir de las pequeñas incisiones que hizo con sus colmillos.
El pecho se le apretó y frunció el rostro con culpa cuando lo vio, sintiendo los brazos de Jungkook flojos, como si se hubiese desvanecido de fuerza y Taehyung enterró el rostro en su cuello, notando que incluso su aroma se volvió más bajo, haciéndolo a él soltar su fragancia de forma automática, como si quisiera compensarlo.
Lamió la herida, con remordimiento y echó la cabeza hacia atrás, buscando el rostro de Jungkook, sosteniéndolo de las mejillas con ayuda de sus manos, notando de pronto sus labios pálidos, su temperatura más helada y mierda, Taehyung no quiere volver hacer esto, por más exquisito que sea, prefiere no hacerlo.
Tiene miedo de matarlo.
Y el solo pensamiento le hace tener un escalofrío por su cuerpo completo.
—¿Estás bien? —preguntó, con un poco de miedo y preocupado, su rostro apenas a centímetros del contrario, cuando Jungkook asintió casi adormilado, parpadeando con debilidad y como si fuese demasiado difícil para él mantener el cuello derecho porque Taehyung sintió el aumento de peso de su rostro bajo sus palmas.
Sonrió de lleno al verlo, de alguna forma, tan débil, pero sin ningún rastro de aroma amenazador, como si confiara en él para mostrarle este lado.
Como si él lo hiciera sentir seguro.
E inconsciente o no, Taehyung no pudo evitar mirarle con sus ojos enternecidos.
—Hola cachorrito.
Le llamó, y los ojos del lobo se mostraron para él, de un verde esmeralda como el más bonito bosque que pudiese Taehyung conocer.
Sin embargo, no se quedaron observando los suyos, Jungkook de pronto miró más allá de él y todo a su alrededor.
—Creo que si funcionó —murmuró y fue ahí cuando sintió la brisa golpearlo.
—Mierda...
—Sip —le escuchó decir, notando todo nada a su alrededor—, incendiaste toda la cabaña.
*
Yoongi soltó una risita despreocupada, y en ese cuadrilátero de entrenamiento ubicado dentro del gimnasio, caminó hacia Jimin, abriendo los brazos para envolver su cuerpo desde atrás.
—Recuerdas cuando Taehyung decía que olías a perro, bueno, él ahora huele peor- ¡auch! Jimin, q-qué rayos...
Su cuerpo fue tirado hacia tras de improvisto, cuando Jimin sin pensarlo dos veces, se volteó y estiró una de sus piernas, extendiendo la rodilla por completo y dándole con el pie de lleno en su pecho, haciéndolo caer a varios metros a la distancia, justo en la línea de su parte del cuadrilátero.
Joder.
¿Qué pasemos a entrenar un rato?
Pura mierda. Jimin realmente se estaba desquitando por lo que le hizo al vampiro hace un par de horas atrás.
En defensa de Yoongi, no tenía ni la más mínima idea de que sus palabras y su propia aclaración de los hechos iría a desembocar en un Taehyung retorciéndose de dolor en el piso, con ramificaciones negras expandiéndose desde sus hombros a todo su cuello, dándole la sensación de ahogo y envenenamiento.
Mas Jimin no lo creía así.
Yoongi se alzó en sus codos, levantando su torso para mirarlo desde su lugar en el suelo a metros de él.
Jimin endureció su mirada y su lobo alfa ladró emocionado.
En serio, no sabía lo que ocurría, pero ha de admitir que Jimin luciendo así, emocionaba mucho a su lobo, aun cuando el chico claramente lo estaba castigando.
—Eso fue porque nunca haces caso.
—Soy el líder —se defendió, colocándose de pie en un movimiento de kip-up perfecto—, tengo que tomar las decisiones.
Jimin le mostró los dientes, su corazón apretándose un poquito cuando Yoongi se echó el cabello hacia atrás con las manos, y luego se ubicó en posición de combate frente a él.
El híbrido lo imitó a los segundos.
—Pero esperando a los demás, y yo te dije que no lo hicieras. —refutó, ampliando su base de sustentación y ubicando los brazos flexionados cerca de su cara, esforzándose un poquito en hacer salir su aroma amenazante, aunque sabía que eso ni siquiera colocaba el ambiente hostil porque podía ver claramente al lobo de Yoongi feliz moviéndole la cola, incluso si él estaba enojado.
Además, Yoongi no podía concentrarse.
—¡Dios! —gritó de pronto, y gruñó para él mismo, negando con la cabeza y echándose un poco hacia atrás—, no puedo, Jimin —le dijo, y sus ojos brillaron emocionados, con el dorado de su lobo mostrándose feliz para el chico que parecía echar humos frente a él—, es que eres demasiado sexy enojado, qué quieres que haga.
—¡Toma la responsabilidad y discúlpate con Tae! —y no esperó más tiempo, Jimin se echó a correr hacia adelante y Yoongi recién ahí recordó lo bueno que el chico es en combate callejero, con su cuerpo fibroso, al cual ahora se le añadía un componente sobrenatural, haciéndolo incluso más fuerte y hábil que antes.
Lo único que Yoongi tenía a su favor, era lo preciso que ha sido siempre en leer y analizar los movimientos de la gente.
Y más si se trataba de su compañero, a quien veía como un libro abierto frente a él, su pequeño lobo, tranquilo y sereno, quedándose en calma, como si estuviese diciéndole a Yoongi que no tenía intenciones de discutir con él y sólo era Jimin el frustrado.
Llegó hasta él, golpeando los puntos clave en su torso, sin ninguna compasión y si antes el lobo de Yoongi había aullado feliz, ahora aulló porque su compañero se estaba tomando esto muy en serio.
Y su falta de concentración, hizo que un puño de Jimin le diera directamente en el lateral de sus costillas, tirándolo hacia un lado.
—Jimin... tú... —y se quejó, volviendo a colocarse de pie—, buen gancho supongo, pero estoy seguro que no te estas tomando esto como un entrenamiento.
—Es un entrenamiento.
Y volvió hacia él, sin esperar que Yoongi se recompusiera para volver a golpear.
Honestamente, Jimin sabía que no le estaba dando con toda su fuerza, se estaba midiendo porque algo en todo su ser no podía simplemente herir a Yoongi, era su compañero, no podría herirlo de verdad, nunca.
Ambos lo sabían, no había odio, pero sí había dolor.
Y Yoongi estaba dispuesto a tomar todo eso. Así que capturó sus dos muñecas cuando dos ganchos rápidos intentaron golpear a sus costados y dejó sus brazos atrás de su espalda, apresándolos con sus grandes manos y de paso abrazándolo, sus torsos tocándose y sintiendo la respiración del otro en su boca, a unos cuantos centímetros cuando Yoongi arrulló, frotando su nariz con la contraria.
—Cálmate —susurró, y sus labios fueron suaves cuando se tocaron, haciendo a Jimin jadear pequeñito—, tranquilo... está bien...
Soltó sus feromonas, cubriéndolos a ambos y acarició con su nariz ahora todo su rostro, llenándolo de suaves piquitos por algunas partes de su cara, relajándolo por completo.
Entonces, dejó ir sus manos y Jimin no atacó, se dejó hacer por él, cuando Yoongi rodeó su cintura con sus brazos y él, en un movimiento necesitado, rodeó sus hombros, dejando cualquier sentimiento de ira y sólo dejando espació para un poco de dolor que apretó en el centro de su pecho.
Y ese dolor se sintió a través del lazo, Jimin se apretó contra él, buscando su calor y hundió el rostro en su cuello, justo de donde nacía aquel aroma que lo hacía sentir seguro, como si de pronto su lobo estuviese cubriendo el suyo mientras le aseguraba que nada malo iría a pasar.
—No quiero que nada malo le pase a Tae... quiero que esté tranquilo —murmuró y Yoongi lo abrazó con más fuerza, alzando una de sus manos para acariciar su cabello de la nuca en un gesto tranquilizador.
—Lo estará si se queda aquí.
—Yoongi —Jimin llamó, y se separó para verlo a la cara, mostrándole su rostro preocupado—, tenemos que romper esa maldición, Hoseok dice que las brujas se fueron y ellas parecen ser las únicas que pueden quitarle lo que sea que tenga, pero algo tenemos que hacer, no puede estar así para siempre.
—Hoseok llegará con más información la próxima semana —respondió, inclinándose hacia adelante para rozar sus labios, siempre intentando calmarlo—, esperemos hasta entonces y le consultamos ¿si?
No estaba conforme, Jimin frunció el ceño y se quedó pensativo mientras lo observaba, sintiendo como el toque de su pulgar haciendo círculos en su cintura lo relajaba. Honestamente, Jimin creía que en otro momento se hubiese vuelto loco si es que no tenía este tipo de soporte, este tipo de consuelo, este tipo de tacto.
Y fue ahí, en ese momento de nostalgia, que recordó.
—Hay algo —le dijo, pero Yoongi frunció el ceño, arrugando la frente mientras esperaba a que continuara hablando, la tensión sintiéndose a través del lazo, como si supiera que las palabras que le diría, no le iban a gustar para nada—, mi padre tenía una caja fuerte en su estudio, detrás de la biblioteca, cubría toda la pared, podríamos investigar...
—Es peligroso —le respondió, y cuando Jimin creyó que volverían a discutir, Yoongi agregó—: pero no es algo que no hayamos hecho anteriormente...
—Lo hablaré con Taehyung, si él no quiere beber sangre, tendrá que hacerlo, si se recupera podría llevarnos ahí en un segundo y volver de inmediato.
Yoongi asintió, y se separó un poco más, aunque sin dejar de tocarlo del todo.
—Informaré a Hoseok para que recorra el lugar antes de que ustedes vayan, en caso de que haya gente del gobierno vigilando.
Jimin le observó, le observó por bastante tiempo hasta que se inclinó hacia adelante y besó de lleno sus labios, en un movimiento suave y lleno de paciencia, como si tuvieran toda la vida para hacerlo y es que, en realidad, sí la tenían.
Así que no hay apuro, solo cariño y cuidado cuando Yoongi desliza su lengua y la entrelaza con la contraria, su sabor dulce volviéndolo adicto cuando no para de besarlo hasta en un buen rato más, cuando muerde ligeramente su labio inferior y Jimin le da un corto último besito y lo abraza.
—Gracias —susurra cerca de su oreja, donde deja otro beso—, gracias por ayudar a mi hermano.
Yoongi cerró los ojos, y simplemente se dejó querer, respondiéndole íntimamente a través del lazo.
Por ti, Jimin, lo que sea.
*
—Así como voy, yo creo que si tengo un orgasmo hago explotar todo Seúl.
Jungkook le dio una mirada dubitativa, no sabiendo cómo reaccionar ante su comentario estúpido, si reírse o no porque todo a su alrededor estaba vuelto cenizas.
Seguía envuelto en su cuerpo, desconociendo si la causa era por sus piernas aún envueltas en sus caderas o porque Taehyung rodeaba su cintura en un agarre fuerte con sus brazos, cuando dejó ir su rostro, él cual se sentía demasiado pesado para él.
—Quemaste todo, Yoongi nos va a matar... —murmuró, e inspiró profundo, tan agotado que no pudo evitar cerrar los ojos.
—Sí, bueno, sorpresa —Taehyung dijo, agrío—, él estuvo a punto de matarme ya- ¡Jungkook!
La cabeza de Jungkook cayó hacia atrás mientras el vampiro hablaba, como si no pudiese mantenerla ya, con los párpados cerrados y la boca ligeramente abierta, como si se hubiese desmayado, Taehyung sujetó con una mano su cintura y la otra se acunó en su nuca, alzándola nuevamente y procurando no lastimarlo.
Era su culpa, lo sabía, y eso sólo le dio espacio al remordimiento calándose hondo por todo su cuerpo.
Llevó su cabeza hacia adelante y la dejó reposar en su hombro, el toque siendo recibido por Jungkook de inmediato cuando se acomodó mejor.
—Estoy cansado —Jungkook susurró, como si su voz hubiese perdido fuerza, más luego Taehyung lo sintió gruñir—, deja de sentirte así —le dijo, como si hubiese leído sus pensamientos, hubiese notado sus emociones llenas de culpabilidad—, yo elegí esto, sabía que esto pasaría, así que deja de sentirte así, solo quiero descansar, nada más.
—Eres tan demandante, incluso en este estado...
De forma inconsciente, Jungkook imperceptiblemente frotó su mejilla en el hombro donde reposaba.
—¿Algún problema con eso? —Preguntó, desafiante aun cuando se sentía avergonzado por lo que estaba haciendo, marcándolo sin ningún cuidado, rogando para que Taehyung no se haya dado cuenta.
Pero oh, por supuesto que se había dado cuenta, sólo que Taehyung sintió cosquillas en su pecho porque le gustaba, joder si no le gustaba, sin embargo, era algo que Jungkook no sabía y Taehyung preferiría que nunca sepa.
Así que el vampiro ordenó sus pensamientos y le respondió:
—Ninguno, supongo, capitán Jeon —y sus manos se clavaron en su cintura, abriendo sus dedos para abarcar todo el espacio que podía tocar, sintiendo a Jungkook tensarse por un segundo antes de volver a relajarse—, es más —le dijo de pronto—, debido al excelente servicio, lo llevaré a un lugar donde pueda descansar.
Y apenas dijo eso, bromeando con su cargo, todo cambió, cuando Jungkook sintió el aroma cosquillear en su nariz, su aroma más fuerte, él y el de Taehyung juntos, notando que ahora su espalda reposaba en algo blando, la temperatura del ambiente volviéndose alta, más cálida.
No tuvo que abrir sus ojos para reconocerlo, Taehyung los había llevado a su habitación. Sin embargo, los abrió cuando el frío se cernió por su cuerpo, notando que el vampiro se había despegado de él y qué ironía, Jungkook no sintió frío antes cuando se abrazó al cuerpo de Taehyung, pero sí sintió helado cuando se separó de él.
Lo vio de pie, a metros de su cama, quitándose la chaqueta y revolviéndose el cabello castaño, esponjoso que caía en ondas suaves frente a sus ojos.
Tan hermoso.
—Taehyung —le llamó, y el vampiro se giró a verlo—, ¿no me marcaste, cierto?
—¿Qué? —Taehyung soltó una pequeña risa y lo observó en silencio por unos cuantos segundos, como si no hubiese escuchado bien, aunque el rostro serio de Jungkook le decía que sí, así que fue hasta él, sentándose en la cama y alzó una mano para tocar ligeramente su barbilla con la punta de sus dedos—, ¿quieres que te marque?
Jungkook gruñó apenas.
—No juegues —bramó, cansado, pero Dios, mierda, joder. Las cosquillas fueron intensas, por todo su cuerpo y su lobo no pudo evitar mover la cola como si la quisiera fracturar de lo emocionado que estaba y- basta, joder, basta.
Taehyung le miró, sintiéndose mal ante la vista casi demacrada de él, apretando los dientes por no poder hacer nada para enmendarlo.
Le afectaba, más de lo que él habría imaginado, así que se esforzó para decir tranquilo:
—Nosotros no marcamos, creamos vínculos —explicó, acercándose más a él y los ojos de Jungkook brillaron con los de su lobo, sin poder detenerse, haciéndolo sentir a él fascinado—, pero eso se crea entre dos vampiros, no sé qué pasaría si lo hiciera en un lobo, además —y arrastró las palabras, sus ojos viajando por todo su cuerpo cuando alzó una mano y la envolvió en su muñeca—, tendría que morder aquí —los dedos fríos erizaron la piel de Jungkook, soltándola al segundo cuando su mano ahora comenzó a viajar hasta su cintura—, o aquí —apretó suavemente la carne y luego la soltó, sus ojos cambiando en intensidad cuando volvieron a mirar a los del lobo, quien pareció dejar de respirar porque toda su habitación pareció drenarse de oxígeno, sus labios entreabiertos, jadeando en silencio cuando tuvo que tomar aire por la boca, esa boca que Taehyung bajó a mirar profundamente, no sabiendo por qué, preguntándose a qué sabría si se inclina hacia adelante y la toma.
Mierda.
Jungkook apenas pudo contenerse, cuando tuvo la urgencia de mirar hacia abajo, hacia su cintura, levantarse la camiseta y comprobar si Taehyung había dejado marcado sus dedos en su piel blanca y sensible.
Lo más probable que sí, y eso no hizo más que secarle la boca.
—Estoy seguro que ahí no es —le dijo, abruptamente y la mano de Taehyung se movió, esta vez, posándose sobre su muslo, con sus dedos en la parte interna de estos, la sensación de su tacto sobre la ropa haciéndole hormiguear por completo, incitándole a apretar las piernas y capturar esos dedos entre sus muslos.
—¿Aquí entonces? —preguntó, apretando más y más fuerte, su voz saliendo ronca y la habitación completa llenándose del aroma dulce de ambos.
Y tuvo que necesitar una fuerza mental descomunal para poder chasquear la lengua y negar, haciendo que Taehyung quitara la mano de inmediato, casi como si entendiera que estaba disconforme con su tacto.
—Deja de joder —Jungkook pidió, demasiado agotado.
—El cuello es nuestra fuente de comida principal se supone —Taehyung contó, colocándose de pie nuevamente y el corazón de su lobo cayó al creer que se iría—, así que para vincularnos mordemos otra zona, cualquier zona, pero yo no sé...
—¿Qué? ¿qué no sabes?
—Las marcas entre vampiro y cambiaformas están prohibidas, las marcas entre razas sobrenaturales diferentes están prohibidas, desconozco el motivo, lo único que sé es que duele, pero... no sé... además, ¿por qué hablamos de esto?
Ah, joder, qué vergüenza.
Jungkook se colocó completamente rojo y se dio vuelta, dándole la espalda y cubriéndose hasta la cabeza con el edredón.
—Estoy cansado, voy a dormir, no vayas a vigilar sin mí, me despiertas.
Taehyung observó, observó y observó, recién ahí cayendo en cuenta de su conversación, como si ellos estuviesen hablando sobre marcar al otro, sobre crear un vínculo y Dios, no pudo evitar sentir esas burbujas explotando por su cuerpo, teniendo el deseo de querer jadear, cuando sus labios temblaron y lo imaginó, lo visualizó, no sabiendo cómo sentirse realmente al caer en cuenta que quizá, Jungkook tenía deseos de marcarlo y no, no entiende por qué su cabeza va hacia ese hilo de pensamientos que no debe porque Jungkook no ha dicho nada y la vedad es que Taehyung no tiene idea de nada que concierna al chico, simplemente sabe que se dejó morder porque su lobo quería ayudar, nada más, es algo que cualquier lobo de la manada haría, Taehyung está seguro, así que debería detener estos pensamientos porque aquí, el único atado de por vida a pertenecerle a su corazón, a sola alma, era él.
Sin embargo, como ningún otro vampiro, como ningún otro ser de su raza, Taehyung se imaginó una marca, un vínculo y todo su cuerpo reaccionó, reaccionó completamente diferente, porque por primera vez, reaccionó de una forma que no iba con ninguna de sus características vampíricas:
Se puso rojo.
—Jungkook —llamó, y por favor que no se diera vuelta porque Taehyung estaba seguro que se daría cuenta del rubor extraño en sus mejillas. Negó, para sí mismo intentando concentrarse y se mordió un poco la mejilla interna antes de hablar—: lo siento, por todo, no lo haré de nuevo.
No esperó una respuesta, no quería una respuesta, así que se dio media vuelta y abrió la puerta para salir de ahí.
Sin embargo, la voz de Jungkook se alzó, al mismo tiempo que su aroma cambiaba, como si hubiese reaccionado mal a sus palabras.
—Y tú, Taehyung —le dijo, bajo y suave, demasiado bajo, pero, aun así, era algo que Taehyung podía escuchar con claridad, incluso el tono medio adolorido de su voz cuando terminó diciendo—: no me hagas insistir así de nuevo.
Porque ninguno supo realmente quién era el que lo necesitaba más, si el lobo de Jungkook, acongojado por sentir al vampiro así de débil, o el mismo Taehyung, sintiéndose enfermo de sed y de baja energía, tomando todo lo que su boca pudiese recibir y los músculos de su estómago se contrajeron en un exquisito golpe al tan solo recordar su sabor, su paladar salivando como si en sus papilas gustativas existiera el recuerdo y la memoria de lo que probó hace horas atrás.
El precio fue grande, con tan solo ver a Jungkook así, agotado bastaba, sin embargo, la sensación que le entregó, la sangre que tomó, perduraría por toda su vida.
Y Taehyung sabía, eso, es algo que jamás podría olvidar.
Bueno, siento que este fue un cap para concluir un poco la parte de la blood ahre la blood aksjdw en fin, se acerca la parte del principio, lo siento mucho, espero actualizar pronto, gracias por todo, por leerme siemre y comentar, gracias ♥
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