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SI ESTAN PARTICIPANDO EN LA STREAMPARTY CIERTO????? SON CINCO HORAS HASTA QUE SALGA EL ALBUM (A LAS 1AM EN MI PAÍS), HAGANLO O ME MATO, ESTE CAP SE DESBLOQUEA SOLO SI ESTAN ESCUCHANDO A BTS, HAGANLO O MATO A TODOS EN GRANATUM, AHRE PERO HAGANLO :(((((((










Jungkook nunca en su vida había actuado tan rápido.

Mingyu se tiró hacia atrás, empujando a Hoseok también con la silla, sus manos nunca dejando de cubrir al chico a su lado, ambos observando completamente conmocionados lo que estaba pasando.

Porque nadie pudo hacer más que observar, incrédulos, como Jungkook alzaba su voz y se inclinaba hacia Yoongi, gruñéndole en la cara en un acto de amenaza y desafío.

Al mismo tiempo que Taehyung se quejó dolorosamente, cayendo al suelo mientras se tomaba la garganta con las manos.

Joder, joder, joder.

Jungkook llamó a su lobo, al borde de transformarse mientras sus ojos cambiaban al color esmeralda de su alfa, soltando un rugido fuerte que vibró en su pecho e hizo temblar toda la cabaña, el aroma amagando una pelea y ejerciendo hostilidad entre todos los presentes. Y a pesar de que Hoseok no la sentía como los demás chicos, no pudo evitar sujetar del mango una pistola que llevaba bajo su traje, sólo en el caso de que tuviese que proteger a Mingyu, porque ninguno sabía en qué desencadenaría esto.

—No vuelvas a hacer eso —Bramó Jungkook, molesto, olvidando por completo que se estaba enfrentando a su líder, a otro alfa. Todo lo que podía sentir era la amenaza, el dolor de Taehyung, el ladrido de su lobo implorándole porque proteja al que era suyo porque lo estaban atacando, lo estaban hiriendo, este lobo frente a él lo estaba hiriendo. Jungkook le mostró los dientes—, no lo vuelvas hacer, no vuelvas a hacer eso.

Yoongi ni se inmutó, le observó en su misma posición, incluso si le sorprendió que el chico se haya alzado casi sobre la mesa para encararlo, la madera crujiendo a punto de ser rota ante la fuerza desmesurada que había usado.

Por dentro, su lobo estaba a punto de explotar, así como el de Jungkook, más se calmó, incluso si se sentía a segundos de mutar, su lobo frío, de ojos dorados amagando salir para poner en su lugar al subordinado que le estaba faltando el respeto.

La cuerda era muy fina, Yoongi sabía, se rompería en cualquier minuto y no habría vuelta atrás, o era Jungkook o era él, porque si se ponían a pelear, ambos saben que sus lobos no permitirían dejar vivo al otro.

Sin embargo, más allá de eso, a Yoongi le quedó claro que Jungkook había decidido su camino, su bando: Taehyung y su protección. Sino, no hubiese actuado así.

Mas no lo culpaba, lo entendía, él estuvo a punto de hacer lo mismo por Jimin en su momento.

Era abrumador reconocer que la fidelidad de un capitán y un alfa como lo es Jungkook no estaba con él, o bueno, en parte, pero era entendible, y lo respetaba, así que quizá ese es el real motivo por el cual logró calmarse definitivamente.

Aunque sabe que gran parte tenía que ver con Jimin y los sentimientos que su compañero esparcía a través del lazo, su aroma sintiéndose angustiante y ansioso.

—¡Taehyung! ¡Taehyung! —se escuchó a Jimin gritar, el temor en cada sílaba y Yoongi, quien no podía quitar los ojos de Jungkook, pudo notar por la periferia movimiento de Mingyu y Hoseok, ambos cazadores yendo a comprobar el estado de Taehyung, quien yacía en el piso y jadeaba como si no pudiese respirar—. ¡Te dije que no lo hicieras, Yoongi! —la voz de Jimin se rompió cuando se dirigió a él—, ¡Te lo dije!

Pero Yoongi no respondió nada, no podía verle, no podía decirle, porque sus ojos estaban destellando en dorado, brillando fuertemente mientras sostenía la mirada del lobo de Jungkook.

—¿Algo que decir, Jungkook? —le llamó, intentando encontrar calma cuando el rostro del menor le decía que estaba pronto a romperle la garganta—. ¿Algo que decirle a tu líder? —empujó una vez más, intentando al mismo tiempo comprender toda la situación, cuando él sólo había manifestado algo que llevaba ya tiempo creyendo, no pensando que desencadenaría este tipo de situación.

Pero Jungkook estaba en un estado primitivo, dónde sólo pensaba en proteger, dónde veía a Yoongi como un enemigo exponencial, no haciendo más que gruñirle en el rostro.

—No vuelvas a hacer eso —le volvió a decir, sus ojos fundidos, tensos y agudizados—, no vuelvas a decir eso frente a Taehyung.

Yoongi frunció el ceño y, llamando a su lobo le dijo:

¿Algo más?

Rigió, dirigiéndose a su parte animal y fue sólo ahí que Jungkook reaccionó, volviendo al instante, agitado, respirando pesado, sus ojos regresando a los castaños normales, echándose hacia atrás cuando notó lo encima que se encontraba de Yoongi, teniendo que agitar su cabeza varias veces en un intento de calmarse. Él y su lobo.

—Lo siento —le dijo, con la voz entrecortada y jadeosa—¸lo siento, lo siento mucho, solo... solo por favor- —farfulló y apretó los labios nuevamente, tragando saliva y cerrando los ojos intentando encontrar estabilidad—, n-no vuelvas a decir eso frente a Taehyung, por favor.

Yoongi suavizó su mirada al instante, entendiendo su pena y asintió.

—Lo siento —susurró—, no era mi intención, solo dije algo que suponía.

Lo siento, Jimin. Perdón. Le pidió a través del lazo, y apenas Jimin lo sintió, alzó la vista llorosa y le miró con el rostro fruncido, la expresión tan molesta que hizo a Yoongi estremecerse por completo.

Estás muerto, Yoongi, estás jodidamente muerto, te juro que hoy día te duermes en la tierra afuera de la casa.

Si, bueno, ahí había otra gran razón del por qué odiaba a Taehyung. Lo harían comer mierda por su culpa.

Jungkook notó a Yoongi ensimismado y no se dio tiempo para preguntarse qué demonios ocurría con él ahora, así que simplemente se dio media vuelta y lo que sus ojos vieron, le encogió el corazón, literalmente su lobo aulló quedito, las orejas abajo y sintiéndose en extremo culpable por no evitarlo, como si hubiese sido su responsabilidad.

Porque Taehyung lucía como si estuviese agonizando, de rodillas en el suelo, una de sus manos alrededor de su cuello en el cual se formaban ramificaciones negras similares al veneno y la otra mano con garras apoyada sobre la madera del piso, arañándola y destruyéndola con fuerza como si quisiera sujetarse de eso.

Todos a su alrededor intentaban ayudar, no sabiendo qué demonios ocurría con él.

Sin embargo, nadie tenía la seguridad de tocarlo, por temor a provocar una reacción peor en él, incluso Jimin, quien tenía pequeñas lágrimas remojando sus pestañas y un ligero puchero mientras llamaba con suavidad a su hermano, como si tuviese miedo de llamarlo más fuerte y lastimarlo.

Es ahí cuando Jungkook manda al carajo todo, su instinto y su impulso haciéndole actuar primero, sus manos comiéndole por hacer algo, su lobo incitándolo porque lo haga, el aroma marchito de Taehyung siendo la principal causa del llamado que sintió para atenderlo, para quitarle ese aroma fuerte que emanaba y que le decía que estaba sufriendo.

Haz algo, por favor haz algo.

Jungkook, Jungkook, por favor...

Dios. Él actuó por inercia cuando juró haberlo escuchado en su cabeza como una necesidad y una fuerza de voluntad inquebrantable.

No esperó más tiempo, se inclinó en sus rodillas y atrajo el cuerpo del chico hacia su pecho, abrazándolo y acunándolo con su calor, no importándole la vista del resto, aunque nadie parecía demasiado sorprendido de su actuar, quizá porque estaban completamente concentrados en el sufrimiento de Taehyung y porque Jungkook de por sí era un lobo de piel.

Pero joder, Taehyung se aferró a su toque, porque tan pronto sintió su aroma cerca, su aroma a flores, a coco rodearle, lo buscó como si fuera lo único que lo mantendría a flote, como si fuera lo único que le daría sostén.

Así que quitó la mano de su cuello y se aferró a él y sus ropas, hundiendo su rostro de lleno en su pecho, apretándose contra él como si eso fuera hacerle reprimir todo el dolor que estaba atravesando, un dolor crudo, que lo mataría, porque cada vez que pasaba, era como la sensación de agonizar.

No sabía lo que se sentía morir, ni el efecto, nunca en su vida lo había sentido, ni siquiera verse moribundo, nada.

Pero sabía de por sí que esta era la sensación, a pesar de ser una maldición, se sentía como bordear entre la vida y la muerte.

Y Jungkook era lo único que podría arrastrarlo a la vida de nuevo, en ese momento, su lobo, podía visualizarlo por completo, como si se hubiese metido en su cabeza, viéndolo a él intentando arrullarle, tocarle el alma, recibirlo con los brazos abiertos, dispuesto a protegerlo.

Dios, él nunca se había sentido así con nadie, con nada, pero esto era tan cálido, tan regocijante que no puede evitar ansiarlo, quererlo, porque es lo único que poco a poco lo calma.

Así que se deja estar ahí, entre los brazos de Jungkook, sintiendo una de sus manos acariciando su cabello sudado y la otra subiendo y bajando suavemente por su espalda, arrullándolo cuando sintió su mejilla frotándose contra la coronilla de su cabeza.

Taehyung, en esa posición, se perdió de lleno la forma en cómo todos presenciaron eso boquiabiertos.

Porque una cosa era acunarlo y recibirlo entre sus brazos, pero otra cosa era frotar su mejilla así, como si estuviese marcándolo y Jimin tuvo que abrir y cerrar la boca varias veces, Yoongi por otro lado rodó los ojos, esperándoselo, lo supo apenas Jungkook se enfrentó a él y bueno, Hoseok y Mingyu simplemente sonrieron un poco divertidos, quizá agregando esta escena a la lista de cosas por las cuales joderle la vida a Taehyung en su tiempo libre.

Mírenlo, dejándose arrullar y marcar por un lobito, uno que dijo que odiaba y quería muerto, eh. Joder, Mingyu estaba gozando la escena e imaginando lo divertido que sería sacárselo en cara luego.

—Ahora que lo pienso —Hoseok murmuró de pronto, cuando Jungkook estuvo satisfecho de marcar, sintiéndose avergonzado de haberlo hecho casi por inercia alrededor de todos ellos y mierda, ahora mismo seria el momento perfecto para que Taehyung haga su magia y se los trague la tierra. Más nada pasó y él tuvo que afrontar las miradas de todos porque al parecer el vampiro estaba demasiado bien con el rostro escondido en su pecho. Pero sólo eran sus propias preocupaciones porque Hoseok no opinó nada y nadie en realidad lo hizo, el humano sostuvo una mirada concentrada cuando dijo—: hace cosas que nunca he visto hacer a los vampiros que hemos cazado en mi gremio, ni siquiera el padre de Mingyu podía controlar los elementos —y hace una pausa cuando niega—, y él estaba al nivel de Yunho.

—¿Dónde está el padre de Mingyu? —Yoongi pregunta, frunciendo el ceño al pensar que lo mencionaron recién ahora cuando pudieron haberle sacado mucha información desde antes—, él puede entender mejor la situación.

Hoseok le miró serio.

—Está muerto.

Mingyu soltó una risita un poco amarga cuando Hoseok reveló aquello, pero el chico se veía despreocupado cuando también se giró a mirar a Yoongi, apuntando con el pulgar a Hoseok para darle una explicación:

—Él lo mató —dijo, sin más—, ya ves, se llevaba fatal con el suegro, algo que tiene en común contigo por lo menos ¿no, Yoongi?

Recibió un codazo de Hoseok al instante, justo sobre su plexo solar, cortándole la respiración y luego el talón del humano en su propio zapato, haciéndolo quejarse de dolor.

Ah, joder, qué enamorado estaba de Jung Hoseok.

—Taehyung está maldecido —Jimin dijo de pronto, de rodillas en el suelo frente a Jungkook, observando a su hermano—, lo habíamos hablado, sabíamos que le habían hecho algo... pero nunca creí... creí que ocasionaría esto...

—Solo no vuelvan a mencionar eso, sea lo que sea, tenemos que concentrarnos en el hecho de que los humanos lo están buscando, en nada más. —Jungkook apretó el cuerpo que abrazaba con fuerza, como si tuviese miedo de obtener la respuesta incorrecta.

Sin embargo, fue ahí cuando Taehyung se movió, con mucha dificultad, sus manos temblando cuando quiso alzar una, separándose de Jungkook un poquito.

—B-bueno... c-creo que ya... se jodió la reunión... si me disculpan —y suspiró agitado, cerrando los ojos con fuerza, sintiendo la vista nublada antes de hacerlo—, haré m-mi salida dramática-

Y desapareció.

Los brazos de Jungkook abrazaron nada cuando el chico se hizo polvo, esfumándose de su lado, transportándose a quizá dónde rayos.

Jimin fue el primero en ponerse de pie, jadeando asustado.

—Tenemos que proteger a Taehyung —soltó, mirando a Yoongi decidido, negándose a recibir un no como respuesta—, no me importa, no voy a permitir que lo capturen, sea lo que sea que quieran hacer con él, no se los daré, no les daré a mi hermano.

—No van a entrar a la manada —Yoongi le dijo, calmándolo cuando las emociones de furia se revolvieron a través del lazo, incitándolo a pelear a él también—, lo único que tiene que hacer Taehyung es no irse de aquí, permanecer en la guarida.

—Dejé gente buscando información —Hoseok anuncia hacia Yoongi, como si fuese un subordinado más y algo en eso hace al líder preguntarse si ya era tiempo de ofrecerle un lugar en la manada a Hoseok y a Mingyu, en un pacto de sangre, o tal vez... su vista de pronto se fue hacia la de Jungkook, mas volvió a concentrarse en el cazador cuando este le dijo—: puedo obtener más información la próxima semana, qué es lo que quieren hacer, por qué los quieren investigar, todos en el bar se están moviendo porque afecta a todos las razas sobrenaturales sin hogar. Será difícil encontrar el paradero de las brujas —y esta vez, Hoseok dirige su vista a Jungkook—, pero haré lo posible.

—Haz lo que esté en tus manos, Hoseok, y busca el motivo por el cual iniciaron los incendios —Yoongi pidió—, sabemos que es por Taehyung, pero quiero la información clara, ¿harías eso?

Hoseok asintió al instante. —Déjamelo a mí.

—Y Jungkook —él mismo buscó con la mirada a Yoongi, no sabiendo cómo interpretar la expresión que le dio su líder—, que no se te olvide que parte de tu fidelidad está con la manada y que yo soy tu líder.

Jungkook tragó saliva y asintió varias veces.

Si, bueno, mierda, se había imprimado en Taehyung, Taehyung estaba por sobre todo lo que pudiese importar en su vida. Seguro cuando Yoongi sepa aquello lo iba a colgar del cuello.

Espera nunca decírselo.

—Lo sé —le responde, fuerte y claro, como si eso no estuviese en discusión y agradece silenciosamente que Yoongi no le haya recriminado nada más, ni siquiera el hecho de haberse casi puesto a pelear a muerte con él. Jungkook ni siquiera quiere imaginárselo, así que se da media vuelta y mira a Jimin—, iré a buscarlo, sé dónde está.

Y así era, no podía explicarlo, quizá porque lo marcó inconscientemente con su lobo, pero sabía perfectamente dónde encontrarlo.

—Me avisas, ¿Por favor? —Jimin le da una mirada afligida y preocupada, tanto que su propio pecho se aprieta al ver a su hermano mirarle así de asustado.

—¿Quieres ir conmigo?

—Ve tú —le dice apenas Jimin, negando suave, recordando el momento exacto cuando Taehyung desapareció, cuando hizo el amago de tomar la muñeca de Jungkook antes de que su brazo cayera sin fuerza, con los dedos temblando, como si hubiese querido llevarse al lobo con él, no consiguiéndolo porque se encontraba demasiado débil. Sabía que era a Jungkook a quien Taehyung necesitaba, y confiaba a ojos cerrados en su hermano, haber sido testigo de cómo lo cuidó era más que suficiente para dejárselo en sus manos, además, estaba el problema con Yoongi, y apenas se acordó de eso, buscó de inmediato a su compañero para verle la cara, mirándole con una expresión molesta—, yo y el líder Min tenemos cosas que discutir.

Tsk, mierda, Yoongi definitivamente dormiría besando el suelo y comiendo mierda.

Nadie dijo nada más, Jungkook no esperó por más palabras cuando se disculpó de ellos y se marchó, con el corazón en la mano, el pecho acongojado y su lobo aullando adolorido y necesitado por la cercanía ajena, sabiendo exactamente dónde ir para encontrarlo.

No es como si tuviera tantas opciones, Jungkook había aprendido que Taehyung llevaba un ritmo regular y constante, pues durante el día se la pasaba en el lago, o en el gimnasio, o en la guardería o en casa. Sin embargo, esta vez sabe que el rumbo que tiene que tomar es específicamente hacia el sur, hacia la cabaña que han ocupado estos días durante sus rotativas en la frontera de esa zona.

Y no se equivocó, porque apenas estuvo cerca de la pequeña casa, sintió su aroma fuerte rodearlo, como si le diera la bienvenida, como si el camino fuera el rastro de su fragancia dulce y no el sendero que lo guiaba bajo sus pies.

Pero su sorpresa fue rotunda cuando abrió la puerta principal y entró, el aroma concentrándose con mucho ahínco por todo el ambiente, casi como si pudiese verlo con sus ojos.

Y luego la vista de él, en la habitación en la cual dormían, el aroma de los dos siendo acoplado por el del vampiro por completo.

Jungkook tuvo la urgencia de soltar feromonas para marcar el lugar de nuevo.

Más se sorprendió de encontrarlo ahí, luciendo como un demonio casi completo.

Taehyung estaba sentado en la cama, con los ojos rojos como un punto de luz, la esclerótica a su alrededor totalmente negra, sus uñas formadas en garras que se incrustaban en el colchón, largas y puntiagudas, sus manos completamente varicosas, con las venas y todos los vasos negros luciendo como pequeñas ramificaciones que ascendían por su brazo, sobresaliendo en la piel bronceada y perfecta.

Lo vio arrugar la nariz, como si estuviese respirando su aroma y Jungkook recién ahí notó su cabello ondulado teñido de negro y no de aquel castaño claro que brillaba con fuerza a contraluz.

Había visto este aspecto de Taehyung antes, similar a un demonio, pero nunca lo había visto realmente así.

Sin embargo, su lobo no tuvo miedo, no podía tenerle miedo, Dios, Taehyung era el mundo para su lobo, era imposible que tuviera miedo.

Este vampiro era el que él había marcado para toda su vida, para todas sus vidas.

No podía.

Dio pasos hacia adelante, pero se detuvo un poco cuando notó el cuerpo de Taehyung tensarse por completo ante su aproximación.

Como si estuviera en alerta.

—Necesito cazar —le dijo, con la voz gutural, erizándole los pelos—, sal de aquí.

Las manos de Taehyung temblaron, cuando los músculos de sus brazos se contrajeron en un intento de impulsarse y colocarse de pie.

No pudo.

Porque estaba débil.

Y Jungkook sabía eso.

—No vas a salir a cazar —le dijo, suavemente mientras se acercaba a pasos ligeros, quitándose parte de su traje de arriba, quedando sólo en su camiseta negra de manga corta.

Taehyung lo vio a través de sus ojos fuertes e iluminados, frunciendo el ceño al notarlo arrojar su ropa en la cama.

—¿Qué estás haciendo? —le dijo, confundido y enojado, sus ojos vagando de inmediato por todo el cuerpo del menor, la misma tela de la camiseta siendo lo suficientemente delgada como para hacer notar la musculatura bajo la ropa.

Fue ahí cuando en silencio, Jungkook tomó asiento frente a él y ladeó el cuello, exponiendo ese trozo de piel que anteriormente había mostrado para él.

Y eso, fue un golpe que lo trajo al presente, un golpe que lo hizo volver a la normalidad, volviendo a traer sus ojos humanos, su cabello castaño y haciéndolo retraer las garras, más sus colmillos permanecieron, porque estos pincharon hambrientos cuando entendió lo que el chico estaba intentando decir.

—Vas a morder —sentenció Jungkook, mirándole con los ojos entreabiertos apenas, la tensión visible en sus tendones marcados cuando tragó saliva y habló—, no vas a ir a cazar, vas a morder aquí.

Ah, mierda, ¿por qué este cachorro le daba órdenes? joder.

Y por qué le gustaba tanto, Dios.

Echó hacia atrás el impulso de alzarse hacia él y cerró los ojos con fuerza, adoptando por fin toda su forma humana.

Negó, frunciendo el ceño, apretando los dientes como si quisiera reprimir cualquier deseo, cualquier gana, el mismo aroma exquisitamente dulce de Jungkook mareándolo y haciéndole estrujar los músculos bajo su ombligo.

—No —le respondió apenas, su voz rasposa—, ya te dije, no te voy a morder.

Jungkook lo observó en silencio, una vez, dos veces, por varios segundos hasta que terminó por apoyar las manos en el colchón tras él, relajándose por completo, su misma postura dándole a entender a Taehyung lo expuesto que estaba para él, con todas sus defensas abajo, su mismo lobo mostrándose ante él a través de sus ojos.

Y mierda, ese pequeño trozo de piel nívea, suave y blanca, tersa, que sabía olía jodidamente bien, le hizo boquear.

Jungkook le mostró los dientes.

—Solo hazlo, idiota de mierda.

Mierda, mierda, mierda.

¿Por qué era tan difícil?

¿Por qué era tan malditamente difícil decirle que no a él?

No pudo evitar romperse un poco, no pudo evitar reprimir el impulso porque a este punto estaba doliendo: negar algo que quería de hace tiempo pero que, por miedo, por temor a dañarlo, no quería.

No pudo evitarlo, Taehyung estaba necesitado y Jungkook era todo lo que él quería.

No pudo evitarlo, realmente no pudo evitarlo, cuando alzó una mano y la posó en la carne blanca, los músculos de su cuello sintiéndose bailar cuando se contrajeron ante la explosión de su piel fría contra la piel caliente.

La misma sensación hormigueando en su palma, estremeciéndole todo el cuerpo, hasta apretarle los músculos por completo.

Y Taehyung no tenía necesidad de tragar, pero estaba salivando y tuvo que hacerlo por inercia cuando tragó con fuerza.

Todo en él ardió, y cuando dejó de ver la forma en cómo su mano se enganchaba en su cuello, alzó la vista y encontró chispas en los ojos de Jungkook cuando le miraron, sosteniéndole la mirada.

Y Dios, Taehyung conoció a muchos vampiros como él a lo largo de su vida, todos ellos igual de hermosos, sus pieles suaves y tersas como la porcelana, no envejeciendo nunca.

Sin embargo, este chico que tenía frente a él, este lobo, era precioso como ningún otro.

No sólo su rostro, todo de él era bonito de una forma casi inexplicable. Era perfecto.

Taehyung le echó un vistazo completo, sentado, con las manos descansando tras su espalda, el cuello expuesto para él, su pecho subiendo y bajando suavemente, su cabello cayendo en ondas castañas por los costados de su cabeza, y esas piernas, joder, esas piernas ligeramente abiertas, sus gruesos muslos contra el edredón de la cama, estirando la tela ajustable de su traje táctico, contorneando todos sus músculos.

Este chico era etéreo, sublime, y estaba aquí, sentado frente a él, exponiendo su piel perfecta, esperando para que él bebiera su sangre.

Su sangre, no pudo evitar imaginar en cómo sería, qué sabor tendría.

El pensamiento le hizo gruñir y los dedos alrededor del cuello, se apretaron, haciendo a Jungkook cerrar los ojos y fruncir la mirada ante la presión que ejerció en su tacto.

—Te voy a herir —le susurró apenas, Jungkook abrió los ojos y su mirada cambió imperceptiblemente, más conservaron ese brillo con el cual parecía estar mostrándole estrellas. Taehyung sintió un nudo apretar la garganta—, te voy a herir y no quiero, no quiero hacerlo.

—Es más que eso —Jungkook refutó, frunciendo un poco el ceño, sintiendo el toque de su palma como si ardiera en todo su cuerpo, como si lo quisiera en todo su cuerpo, más se concentró en lo que le decía al vampiro en vez de la sensación que le estaba regalando—, dime la verdad, me has herido un montón de veces —intentó, como si buscara bajarle el perfil a la situación, sintiéndose quizá un poco desesperado, más sabía que su lobo quería esto, que lo mordiera, ayudarlo—, nos herimos cuando nos conocimos y un montón de veces entrenando en el gimnasio, ¿por qué no quieres hacerlo ahora? —enfrentó, y le mostró los dientes, empujando—, di cual es el problema, cuál es tu maldito problema, vampiro.

Y bastó solo aquello para que Taehyung por fin lo dijera.

—Es afrodisiaco —soltó sin más, sin contexto y Jungkook le observó confundido, no entendiendo sus palabras, pero sabiendo de lleno que era algo que hizo al vampiro colocarse nervioso, porque se tensó visiblemente, como nunca antes—, la mordida es afrodisiaca, no sé a qué grado, porque nunca lo he hecho, pero te gustará demasiado, a ambos, te dará placer, a ti y a mí y querrás más —sus labios temblaron, Taehyung le observó con una seriedad inigualable, mirándole a los ojos, negándose a quitar la vista. En algún otro momento, quizá en el pasado, Jungkook se hubiese imaginado a Taehyung decir esto con un aire coqueto y burlesco, todo con el fin de molestarlo a él, sin embargo, todo lo que podía sentir emanar de él, era terror, cuando concluyó—: Vas a pedir más, y yo te lo voy a dar, pero más significa la muerte, y no quiero, no quiero eso.

No podría, nunca podría.

Inesperadamente, Jungkook soltó una risita suave, sus ojos como si su lobo estuviese jugando con él, sorprendiéndolo.

—Taehyung —le llamó, arrastrando su nombre, soltando otra risa confianzuda de su parte, como si fuera el dueño de la situación, aunque Taehyung creía que así era—, no me compares con cualquier cosa —y sonaba tan seguro que al vampiro se le apretó el estómago, viéndolo relamerse los labios casi hipnotizado—, incluso si mi parte humana desea más, será la voluntad de mi lobo la que reaccionará, él no te tiene miedo, y sabe que lo dejarás vivir.

Taehyung gruñó.

—Aun así...

—No me dejarás morir —susurró Jungkook quedito, y su voz fue calma pura, tranquilidad y en sus ojos castaños lo único que hizo, fue traspasarle toda esa seguridad—, lo sé, sino, mi lobo no habría querido prestarte ayuda tan desesperadamente.

Yo no te dejaré morir.

—No te dejaré morir —por primera vez, Taehyung dijo lo que se le venía a la mente, no retrayéndose, al contrario, sintiéndose malditamente liberador.

Jungkook alzó un poco el mentón.

—Yo tampoco —le dijo serio, la misma seriedad con la cual Taehyung había dicho antes, una sentencia que ambos parecían llevarse a la tumba, como una ley de vida, como un pacto.

Y es que así era, sólo que ambos lo habían hecho de forma inconsciente.

—Sé que no eres débil, pero eso no significa que no me voy a preocupar, cachorrito.

Jungkook soltó una risa seca.

—¿Desde cuándo te preocupas por mí?

Oh, Jungkook, no tienes ni la maldita idea.

—Fue tu culpa, por lo que supe en la manada, cuando un lobo te marca, debes tomar la responsabilidad —bromeó, ladeando apenas una sonrisa, haciendo a Jungkook colocarse rojo al recordar todas las veces que negó haberlo marcado, su traje, su ropa, su habitación, todo.

Más no se privó para decir:

—Entonces —suspiró, soltando todo el aire e inspirando de nuevo, más calmado, mirándole casi lascivamente, exponiendo mucho más su bonito cuello—. Qué esperas para tomarla.

Y joder si Taehyung no obedeció como si fuese un esclavo nacido para hacerle caso, tragándose su orgullo, tragándose cualquier parte soberbia y presuntuosa de él mismo porque sus sentimientos y su necesidad lo estaban volviendo loco.

Así que lo hizo, porque era angustiante, insoportable cuando se movió hacia adelante y enterró el rostro en esa porción de cuello que llevaba acariciando con su mano en todo ese rato, la temperatura caliente derritiendo la algidez propia cuando su nariz acarició la piel, suavemente, inspirando su aroma dulce, empalagoso que podía marearlo, lanzarlo a un precipicio y traerlo de vuelta, una sensación que le acariciaba el estómago, se calaba en sus huesos para recordarla por siempre y para siempre.

Porque no había vuelta atrás, Taehyung sabe que el sentimiento va a ser eterno.

Y por un momento, por un solo segundo, es valiente y no tiene miedo, no siente temor.

Así que sus labios rozan tiernamente la piel que se eriza ante el contacto del frío, tan exquisito que Taehyung puede saborear el aroma en sus labios, haciéndole agua la boca y en otro momento sacaría la lengua y lamería toda su piel, en toda su extensión, siguiendo el músculo tenso de su cuello desde el origen hasta la inserción, una y otra vez, sin aburrirse porque era el dulce más exquisito que sabía probaría en su vida.

Pero está tan desesperado, tan necesitado, que se embriaga de esa misma necesidad cuando abre la boca y saca sus colmillos.

—Lo siento —susurra, contra su piel, el diente raspando la piel superficial cuando le dice—, de verdad lo siento.

Sin esperar una respuesta, entierra los colmillos hasta el fondo y muerde.

Joder.

La piel se rompió y toda la zona se llenó de tensión, Jungkook gruñó con fuerza, abriendo los ojos de golpe ante la sensación quemante, pero no dolorosa cuando Taehyung mordió con fuerza, aun cuando sus colmillos se habían enterrado por completo, la misma tensión tirando de él con tanta potencia que sus dedos dejaron las sábanas y rodearon los hombros de Taehyung, como si buscara sostenerse de él.

Como si necesitara sostenerse de él.

Taehyung gruñó ronco, cerrando los ojos y tomando todo, gimiendo por lo bajo, desde su pecho cuando lo probó, tan dulce como nunca se imaginó que sería, el mismo manjar para los dioses estando a merced de él, para su paladar, degustándolo como si fuese afortunado por hacerlo.

Salvó a Jesús en su vida pasada porque nadie es merecedor de lo que se sentía tomar a Jungkook de esta forma, era tan exquisito que todo su cuerpo entero reaccionó al sabor, la sangre dejando un leve rastro en su paladar, brotando por la comisura de su boca, cayendo por el hombro expuesto de Jungkook, toda la habitación llenándose de un aroma fuerte, a rosas, a bosque, a coco, un aroma que era perfecto si se entremezclaba entre ambos, como si hubiesen nacido para esto, para juntarse.

Taehyung no pudo con toda la sensación y sus manos vagaron hasta posarse en la cintura estrecha del chico, la cual apretó con fuerza, sabiendo que dejaría su piel sensible completamente roja, la misma tela delgada regalándole la sensación ardiente de su temperatura corporal normal, mucho más alta que la de un humano, una calidez que solo él podía entregar.

Y necesitado de esa calidez, de esa cercanía, Taehyung lo tomó de la cintura y lo levantó con cuidado para dejarlo a horcajadas, sentado sobre sus muslos, las piernas de Jungkook de inmediato rodeando su cintura y abrazándose a él cuando la tensión viajó por todo su cuerpo al tenerlo unido a él por completo. Taehyung siendo demasiado delicado cuando se preocupó en la mordida, procurando  no lastimarlo.

Honestamente, era abrumador, para ambos, los ojos de Jungkook mostraron a su lobo y no pudo dejar las manos quietas en algún lado, su cuerpo entero sintiendo un calor exquisito, burbujas en su estómago, una corriente que le recorrió todo el cuerpo, haciéndolo reaccionar cuando se removió inconscientemente sobre Taehyung, al mismo tiempo que Taehyung lo hacía, la sensación volviéndose difícil de soportar porque era demasiado para ambos, demasiado por sentir, haciendo a Jungkook incapaz de reprimir un gemido, el cual se escapó de sus labios automáticamente, no sabiendo si fue por el dolor o por el placer porque Dios, se sentía de otro mundo.

Razón tenía Taehyung, la sensación era extremadamente deliciosa como una droga que activaba todas sus hormonas, haciéndolo sentir en un estado de nirvana en el cual podría incluso pensar que la muerte era encantadora, porque no le importaba morir así, dando su sangre para él, dándole toda su vida a él.

Ah, joder.

Fue ahí cuando comenzó a reaccionar, no por sus propios pensamientos casi suicidas, sino por cómo se sentía a su alrededor.

Calor. Demasiado calor, todo volviéndose demasiado caluroso a su alrededor, la temperatura tan alta que el sudor se acumuló por su frente y en su nuca.

Era insoportable, tan insoportable que tuvo que abrir los ojos y observar a su alrededor, aferrándose a Taehyung asustado mientras se daba cuenta que en realidad toda la cabaña se estaba incendiando, sólo la madera del lugar, nada más, ni él ni Taehyung, como si el fuego pasara de ellos y sólo fuera algo que estaba a su alrededor, sin siquiera esparcir humo, como si fuese desintegrado al instante.

Y no sabía cuánto Taehyung seguiría tomando de él, pero se estaba sintiendo mareado, más su fuerza se desvanecía con el calor recibiéndolo, con la sensación de placer que Taehyung le regalaba, mientras sentía los brazos del vampiro envolver su cintura por completo, sus  grandes manos descansando en su espalda abajo, empujándolo de ahí para acercarlo a él.

Se sintió de piel, tan enternecedor que apenas pudo subir sus manos para acariciar su cabello de la nuca, como si buscara arrullarlo, moviendo ligeramente la cabeza, solo un poco en un intento de querer acariciar con su nariz su mejilla o el pedazo de piel que alcanzara a tomar de él.

Se sentía adormilado.

Mas ese fue el cariño que hizo a Taehyung reaccionar, quitando los dientes al instante y enterrando el rostro en su cuello, lamiendo los dos agujones que dejó a causa de sus colmillos, notando la herida cerrarse casi al instante para dejar una pequeña marca, apenas dos puntos en la hendidura.

Dejó de lamer cuando estuvo conforme y luego le abrazó, sin saber cómo separarse de él porque se sentía bien, y Jungkook pudo haberlo quitado, pero la verdad es que no tenía fuerza y, honestamente, no quería hacerlo, la fuerza era solo una excusa por lo bien que se sentía, su lobo, él, su cuerpo, su alma, todo de él.

Más abrió sus ojos cuando el calor se fue y la brisa golpeó su rostro, saliendo de la somnolencia cuando todo volvió a tener sentido.

Taehyung salió de su escondite en el trozo que unía su cuello con su hombro y lo observó directo a sus ojos, escaneando todo su rostro en busca de algún problema, al mismo tiempo que sus manos ascendían para sujetarlo de las mejillas, delicadamente, notando lo pálido que lucía, perdiendo el color incluso en sus labios.

Se sintió culpable.

—¿Estás bien? —le preguntó quedito, su voz tan suave que su lobo aulló por lo tierno que sonó.

Jungkook apenas asintió, bateando débilmente sus pestañas, observándole a los ojos.

Taehyung sonrió de lleno ante su casi imperceptible respuesta, como nunca antes y todo de él se sentía como si fuera a brillar.

—Hola cachorrito —le dijo, y su lobo de inmediato ladró feliz, moviendo la cola al sentir nuevamente al vampiro recuperado.

—Creo que si funcionó —Jungkook respondió, y hubiese quedado hipnotizado observando a Taehyung, su belleza y su rostro perfecto a esa corta distancia, con sus cuerpos aun acoplados, abrazándose, más sus ojos se movieron hacia alrededor, y Taehyung siguió la vista, recién ahí notando todo lo que veía.

—Mierda...

—Sip —Jungkook dijo con voz floja—, incendiaste toda la cabaña. 




Oigan gracias por sus palabras en el cap anterior, lloro :( son demasiado bonitas uu no merezco nada de esto, en fin muchas gracias por leerme y comentar siempre las tkm, ahre se ponía sensible, en fin porfa haganle stream, si no tienen spotify pueden hacerlo por youtube o en la plataforma que más se manejen, pero no lo hagan con cuentas premium hackeadas o esas cosasporque no cuentan enfin, no se olviden de hacerle stream a intro:persona para que llegue a los 100m :c lloromucho 

Imprimarse es como atarse a una persona por el resto de la vida, de forma incondicional y para lo que sea, como enamorarte de su alma, por siempre, tipo ya no vives por ti, vives para esa persona, sea lo que sea que esa persona quiera contigo, tu se lo darás. Eso le pasó a Jungkook con su lobo, no sabe cuando, solo se dio cuenta que lo hizo cuando Tae lo envolvió en sus brazos. Fue la voluntad de su lobo la que buscó atarse a Taehyung por siempre, y por eso lo marcó. Esto obviously lo saqué de twilight bitches fight me si no te gusta ahre por que hablaba en ingles, yyyy de un manwha llamado lazos de sangre, donde los licantropos hembras marcan a su pareja pero no tipo morder, sino que como con su aroma y así y wowww TIENEN QUE LEERLO ya byeee mucho spoiler siento perdón quería dejarlo claro, para la próxima me haré una cuenta falsa y pondré mis teorías y explicaciones en algún comentario para ayudarles a captar las ideas ahre mentira muchotexto gracias y adiós.

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