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Taehyung nunca se consideró una persona frágil, débil o vulnerable, por más amonestado que haya estado el camino a lo largo de su vida, por más perdido que se haya sentido, no recuerda en ningún punto haberse puesto bajo el foco de un concepto de fragilidad de su parte.
Su personalidad fuerte se lo decía, su orgullo, su autoestima, ese exceso de confianza que lo incitaba a tomar decisiones apresuradas y locas. Todo en él mismo siendo la representación gráfica del adjetivo opuesto al de fragilidad.
Porque viera por donde se viera, Kim Taehyung no era frágil en ningún sentido.
Entonces, ¿Por qué Jungkook viene y lo trata como si fuera la cosa más delicada y frágil que tendría en sus brazos? ¿Por qué lo trata como si se fuera a romper, como si se fuera a deslizar por sus manos si no lo sostenía fielmente?
¿Por qué?
A Taehyung se le aprieta el pecho y está aterrado, por más que se convence que es un miedo estúpido y temporal, no puede quitarlo de su mente, de su cuerpo, las raíces crecen pavoridas y él no puede hacer nada para sacarlo.
Está aterrado porque la sensación se siente tan malditamente bien, que no quiere olvidarla nunca.
Sabe que no va a olvidarla nunca.
No había vuelto a despertar.
Ni la primera, ni la segunda semana luego de haber abusado de su propio poder.
Pero eso no significaba que estuviera del todo inconsciente, porque Taehyung sintió todo, cada causa que explicaba el por qué de su ridículo miedo.
Sintió su alrededor como si pudiera visualizarlo a la perfección en su mente, más claro que cualquier agua, aún con sus párpados cerrados y su cuerpo inmóvil, como si solo su consciencia estuviera despierta.
Y eso, agudizó completamente sus sentidos.
Por lo mismo, recuerda cada cosa que Jungkook hizo.
Y quizá Jungkook fue la razón del por qué se mantuvo tan a flote y no se perdió en un lapso de tiempo infinito, pero también es la razón del por qué se siente tan aterrado.
No es como si le hubiese hecho algo malo, pero ahí radicaba el problema.
Fue demasiado bueno con él.
Y eso es lo que no entendía porque, ¿cómo entender el hecho de que lo marcó?
Lo peor es que no fue una sola vez, en un solo momento, sino que fueron todos los días que permaneció junto con él.
Taehyung se siente extraño y su pecho se ha mantenido así, apretado desde la primera vez que se dio cuenta porque, literalmente, recuerda el momento exacto del estúpido de Jungkook siendo estúpido con esa boca que tenía, negándose a marcarlo cuando mencionó el hecho de que olía a otro lobo, pero aquí, ahora, dentro de esas dos semanas, lo había marcado sin falta.
¿Creyó que no se daría cuenta porque estaba dormido?
¡Claro que se dio cuenta!
Sin embargo, ni siquiera Taehyung puede definir si eso es bueno o malo, porque es extraña la forma en cómo su cuerpo se siente, en como su cuerpo reaccionaba a él, cuando Jungkook no quitó su brazo nunca alrededor de él, permaneciendo de forma protectora, toda la noche, en parte del día cuando volvía y lo arrullaba así, solo con un brazo flojo sobre su cuerpo, tratándolo tan delicado como el cristal, en cada momento que podía, en cada noche que volvía y salía y volvía a llegar.
Taehyung había perdido la cuenta, pero joder, el tacto estuvo ahí, siempre para él, presente en cada pensamiento, en cada parte de su piel incluso si solo le tocaba por sobre la ropa y de forma liviana.
Y quiso ocupar lo poco y nada de energía que le había quedado para decirle que no tenía por qué hacerlo, por qué molestarse, no estaba obligado y era mejor si lo dejaba solo.
Pero no pudo, Taehyung no pudo decírselo, ni una sola vez, porque se había aferrado al tacto, el gesto delicado multiplicado por mil a pesar de que era solo su brazo alrededor de él como si intentara avisarle que estaba ahí, a su lado.
Taehyung sabe que con sentir su aroma era más que suficiente para saber que el otro rondaba cerca suyo, no había necesidad tocar, pero a la vez, se siente tan agradecido que Jungkook lo hubiera rodeado con su calor que el simple hecho le aterra, le aprieta el estómago, la punta de los dedos y cada parte que reaccionaba como si él fuera el lugar más seguro donde en ese estado podría estar.
Y podría sentirlo llegar desde kilómetros, y la sensación sería la misma, igual de intensa como cuando lo sentía recostarse en la cama a su lado, arrullarlo y revolverle el cabello con la nariz mientras lo marcaba, dejando la habitación apestada a su aroma dulce y fuerte, empalagoso que parecía opacar por completo el suyo, llegando a confundirlo porque eran demasiado similares.
Lobo estúpido, pensó, cuando por fin abrió los ojos y despertó, un nudo formándose en su garganta porque no conseguía quitárselo de la cabeza, mientras sus ojos se acostumbraban a la luz del sol de aquella tarde, encontrándose en la cabaña vacía.
Su mano instintivamente fue a parar a su corazón y masajeó la zona.
Ah, qué débil.
Sentía demasiado, no cabiéndole más emociones, como si fuera una bruma demasiado grande para sobrellevar incluso si la culpa es de una sola persona en específico.
Maldito castigo de mierda de los vampiros, estaría condenado a sufrir por la eternidad y terminar igual que deshecho y podrido como Yunho.
No podía serlo.
Le aterra.
De alguna forma, recordó la conversación con su hermano, no sabía si ponerlo de ejemplo, porque es consciente de que cada persona siente y vive todo de forma diferente, pero si eso ayuda a aclarar sus pensamientos, entonces lo haría de todas formas.
Y quizá se siente un poquito angustiante saber que ya no hay vuelta atrás.
Sin embargo, resulta más escalofriante aun darse cuenta que es algo que finalmente está logrando aceptar.
*
Decir que Jungkook se había vuelto loco quizá era un poco exagerado, pero sí había que admitir que el chico ha estado ansioso, de mal humor y muy nervioso, el mismo aura de su lobo alfa siendo demasiado fuerte como para no haber sido notado por todos.
Su lobo se sentía mal, se sentía enfermo, dañado, como si le hubiesen quitado algo, estaba a la defensiva por culpa de Taehyung porque el vampiro no ha despertado durante catorce días y cada que dejaba la cabaña para reportar informes, aullaba adolorido por tener que dejarlo, más se negaba a que otra persona viniera, incluso una vez mostrándole los dientes sin querer a Jin y Jimin, quienes, preocupados tanto por él como por el vampiro, fueron a visitarlo a la frontera.
Jungkook sabía que su conducta era errónea, su parte humanizada se lo decía, pero como lobo, estaba completamente ligado a la fidelidad de sus instintos, no pudiendo retraerlos porque su lobo fiel y defensivo no dejaría por nada del mundo que atacasen a Taehyung, incluso si el mismo pensamiento lo siente estúpido en su cabeza porque sabe que en la manada nadie le haría daño.
Mucho menos Jimin o Jin.
De todas formas, no los pudo dejar pasar, mientras Taehyung estuviera así, inconsciente y débil, no dejaría pasar a nadie.
Y quizá debido a su comportamiento demasiado territorial, es que Jimin había tomado cartas en el asunto, citándolo a una reunión junto a Yoongi, Hoseok y Jin, las personas que estaban más al tanto sobre la situación de Taehyung.
—Nunca lo había visto así —Hoseok murmulla, con los codos apoyados en la mesa, las manos entrelazadas al frente de su boca, pensativo y preocupado mientras intenta recordar algún punto de su vida que explicara la reacción de Taehyung, finalmente, rindiéndose cuando no hay nada—, aunque tampoco lo vi en situaciones donde haya tenido que ocupar tanto poder...
El cazador se ve algo alicaído, un aroma ácido emanándose de su cuerpo y entremezclándose con el aroma que Mingyu le dejó, cuando horas atrás, lo abrazó marcándolo con su olor al saber que los lobos querían reunirse con él, haciendo que todos rodaran los ojos ante lo desconfiado y sobreprotector que a veces el híbrido resultaba ser.
Pero eso no es lo que realmente preocupa a Jungkook.
Porque si Hoseok no sabía, entonces estaban bajo una encrucijada.
Jungkook sabía que dentro de las personas más cercanas a Taehyung, estaban Jimin y Hoseok, sin embargo, era el cazador quien se llevaba la corona y por lo mismo, la persona que podría conocer la verdad absoluta que nadie sabe del vampiro.
Sin embargo, con las palabras de ahora, volvían a un punto muerto.
—Recuerdo que mi hermano solía dormir cuando estaba cansado —soltó Jimin, negando con la cabeza mientas observaba absorto—, pero siempre lograba despertar recuperado.
—Ha estado constantemente usando sus poderes —Jin agregó, dándole su punto a Jimin, el médico de la manada intentando recordar alguna parte de las acciones del vampiro que hicieron cambiar su conducta—, además, apenas llegó, le hicimos una herida con plata, no es letal como el ónice en los vampiros, pero pudo haber repercutido en algo.
Hay algo que huele a ansiedad, y cuando verificaron que no era Jungkook, todos giran la vista y observan a Jimin, el híbrido apretó los labios y sintió la preocupación de Yoongi emanarse a través del lazo, cuando alzó el mentón y dijo:
—Él también... me revivió, creo que eso... influye mucho.
Era algo que ya todos sabían, y quizá por eso le guardaban tanto cariño y respeto dentro de la guarida, sin embargo, aun así, se sentía escalofriante decirlo en voz alta.
—Quizá necesita mucho más tiempo para recuperarse —Esta vez, Yoongi fue quien tomó la palabra, Jungkook observó su semblante decisivo, pero a la vez, con esa leve pizca de preocupación que dejaba a relucir cada que sus ojos se posaban en su compañero.
—Pienso lo mismo —Jin se unió, asintiendo con la cabeza—, resulta lógico que, a mayor poder utilizado, más descanso requerido.
—Las brujas —Jungkook mencionó de pronto, obteniendo la mirada de todos apenas abrió la boca, quizá porque había permanecido extrañamente callado durante toda la reunión. El lobo ordenó sus pensamientos cuando las mencionó a ellas, recordando los sucesos pasados con Taehyung como si hubiese alguna especie de relación entre ellas y la forma que adoptaba cuando mencionaba que no era del todo vampiro, como si estuviese maldito. Rápidamente observó a Hoseok, quien levantó las cejas confundido cuando él comenzó a mirarle fijo—. ¿Qué pasa con las brujas y Taehyung? Creo que ellas le hicieron algo.
—Lo hicieron —Jimin responde por Hoseok y Jungkook siente a su lobo gruñir automáticamente, más se calma porque ve preocupación en los ojos del híbrido, incluso si Yoongi está tomando su mano por debajo de la mesa en un intento de darle soporte, y es esa acción, la calma que lo relaja y lo autoriza a hablar—, no sé realmente qué, pero ellas le hicieron algo, lo maldijeron, de alguna u otra forma, como si necesitaran que Taehyung mantuviera los labios sellados con respecto a ciertas cosas. No está en nuestras manos —niega varias veces, y su mirada se torna un poco más opaca y triste—, es algo que solo las brujas pueden decidir.
Jungkook lucía abatido, y Jin reaccionó a eso cuando notó como si su hermanito estuviera rindiéndose.
—Quizá tenga que ver —agrega, mirando a Jimin, quien capta de inmediato su mirada.
Jimin se relame los labios y piensa en qué decir mientras que Hoseok con Yoongi alzan una ceja, observando curioso cómo es que esta reunión sobre Taehyung se transformó en una especie de misión por consolar al menor de todos ahí.
—No lo creo —dice finalmente y Jungkook le mira, notando que Jimin ya le estaba observando de vuelta, con esa sonrisa empática en su rostro que de alguna forma le sonroja porque quizá fue demasiado obvio con su preocupación—, no sé realmente la relación de Taehyung con las brujas, pero estoy casi convencido de que ellas no hicieron algo en sentido de dañarlo.
—Puedo confirmar eso —Hoseok agregó, y todos observaron su postura despreocupada mientras hablaba—, ellas son desinteresadas, pero aparte de eso, tratan a Taehyung como un superior, como si le tuvieran respeto, son amigables y nunca se meten en problemas, por lo menos yo no recuerdo ninguno, me sorprendió no encontrarlas en el edificio de Taehyung cuando fue.
Edificio de Taehyung.
Claro, Jungkook olvidaba el hecho de que Taehyung era jodidamente millonario y estaba aquí, usando su ropa cuando podría comprarse lo que quisiera.
—¿Cómo no encontrarlas? —Yoongi interrumpió sus pensamientos, vio al líder mirar a Hoseok y fruncirle el ceño.
—Tae me pidió contactarme con ellas, al parecer quería preguntarles algo —dijo sin ningún problema, a pesar de que la postura y el aura de Yoongi parecía al de un lobo a punto de desgarrar el cuello del humano, y oh, Jungkook no se perdió la forma fea en como Jimin observó a su compañero, como si estuviera diciéndole con esa mirada asesina que se comportara, y al parecer funcionó, porque Yoongi destensó su rostro a medida que Hoseok continuó hablando—. Fue el mismo día que los investigadores visitaron el lado de mi frontera, así que fui a echar un vistazo a la ciudad, pero cuando llegué al edificio, ellas se habían ido. Le comuniqué a Taehyung por radio, y se escuchaba descolocado, nunca me dijo para qué las quería, pero parecía querer algo de ellas con urgencia.
Jungkook poco sabe de las brujas, solo lo que Jimin y Yoongi le han comentado, nada más, sin embargo, saber que ellas lanzaron una especie de maldición en Taehyung, haciéndole reaccionar con dolor, le molesta, así que su razonamiento es básico cuando decide odiarlas por mientras, por lo menos hasta que vengan y demuestren lo contrario.
—Hay algo más —Jimin interrumpe, cuando todos estaban ensimismados en las palabras de Hoseok, intentando obtener algo de ellas—, sé que mi hermano descansando logra recuperarse, pero ahora ha estado utilizando sus poderes con mayor frecuencia —hizo una pausa, y todos guardaron silencio, esperando que continuara con su idea. Jimin agachó la cabeza y se mordió el labio, notoriamente nervioso, cosa que preocupó al resto. Más eso duró apenas unos segundos, porque casi como si se hubiese convencido a sí mismo, alza la mirada y dice—: más que dormir, creo que esta vez lo que mi hermano necesita es sangre.
A Jungkook se le aprieta el estómago tan solo escucharlo y gracias al cielo está demasiado estupefacto porque sino, hubiese soltado un jadeo de la sorpresa, y ni siquiera entiende por qué siente tanto calor en su rostro, pero se está volviendo rojo sin ningún sentido, cuando el recuerdo de aquella vez que le ofreció su cuello llega a él y lo golpea con fuerza, o el recuerdo de hace meses atrás, cuando su cuello rozó una bala de plata y Taehyung lamió suavemente la zona, el mismo recuerdo otorgándole un escalofrío exquisito que viajó por toda su columna.
Y es Hoseok soltando un largo suspiro, el que finalmente interrumpe todos sus sentidos.
—Bueno, suena lógico si pensamos que es un vampiro ¿no? —y sonríe, cruzándose de brazos y echando la espalda contra el respaldo de la silla, algo en su sonrisa tensa a Jungkook, aún más cuando es a él a quien mira por una fracción de segundos antes de volver la vista hacia el resto—, pensándolo bien, nunca lo vi morder a alguien o consumir sangre, por lo que sé, antes de vivir con Yunho, él fue criado por ellas, las brujas, quizá tenga algo que ver.
—Ha cazado animales —Jin agrega, no intentando refutar la opinión de Hoseok, pero sí dándole un punto—, sé que ha cazado animales, pero de todos los meses que lleva en la manada, lo he visto cazando apenas dos veces.
Y parecen volver al mismo punto, la misma encrucijada.
—Joder —Yoongi gruñe y cierra los ojos como si estuviera harto—, por qué no puede ser como un vampiro normal, ¿qué mierda es lo que necesita?
Jungkook los observa, a todos, cada uno demasiado concentrado en sus propios pensamientos como para ser notado por él.
Y quizá es él, el único que sabe lo que hay que hacer en esta situación, sin embargo, se demora demasiado en decidir hablar porque justo cuando abre la boca, la voz de Jimin lo interrumpe.
—Voy a dejar que tome de mí.
El ambiente parece romperse al instante, y es tan abrumadora la tensión que se filtró por el aire, que se siente incluso como estar ahogándose.
Es Yoongi y Jungkook, quienes, llevados por la fuerza de sus lobos alfas, reaccionaron de la misma forma, pero a base de diferentes motivos.
Jin está demasiado confundido ante la hostilidad que emana con fuerza del lobo de Jungkook, tan intenso y concentrado que su propio lobo amaga agachar la cabeza, y tiene que contenerse a sí mismo mientras busca con la mirada a su hermano para pedirle explicaciones, como si fuera casi una ofensa la reacción que tiene su lobo ante lo que Jimin había dicho.
De Yoongi lo entendía, porque resultaba extraño que tu compañero se ofrezca para que otro le muerda, pero de Jungkook... de Jungkook es simplemente desconocido en cierto punto.
Más no puede hacer mucho porque, cuando estuvo a punto de abrir la boca y reprochar la actitud hosca que está teniendo el lobo de su hermano, es Yoongi quien se alza primero.
—No —Yoongi y Jungkook dicen al unísono y Jimin no sabe a quién mirar, aunque su vista de inmediato termina recayendo en Yoongi, quien le muestra los dientes, haciendo que la tensión viajara por el lazo entre ambos, como si estuviera tentando su compañero a una discusión que la parte animal de ambos se niega a tener.
Y es como si Yoongi leyera los ojos de Jimin, porque estos son tenaces y decididos mientras le sostiene la mirada como nadie en la manada puede hacerlo.
Yoongi gruñó.
—No. No lo harás, Jimin.
Y apenas dice eso, el ambiente se vuelve incluso más sombrío y espeso, haciendo confundir al líder cuando siente una bruma pesada emanar tanto del cuerpo de Jungkook, como el de Jin, como si ambos chicos estuvieran molestos con él por hablarle así a su compañero, cayendo en cuenta recién ahí que la actitud arisca que estaban adoptando los dos hermanos, era una forma protectora de sus lobos al verlo a él enfrentándose a Jimin, quien aparte de ser su compañero, también es familia de ambos chicos.
—Lo voy hacer —Jimin interrumpe y alza su mentón, lucía tan inquebrantable que algo en su mirada le hizo apretar el estómago. Ah, joder, concéntrate lobo de mierda, estamos enojados, no te emociones. El lobo de Yoongi aúlla quedito y Jimin destensa todas sus facciones cuando lo siente a través del lazo—, Yoongi —le mira, con un poco de pena—, es mi hermano, no lo voy a dejar así, le debo la vida, no solo me salvó, también te salvó a ti, y si este es el motivo del por qué sigo vivo, entonces lo haré sin ningún problema.
Yoongi volvió a aullar.
Jimin. Amor, por favor... conversemos esto.
Tranquilo, por favor, confía en mí.
—Claro que puedes hacerlo —Hoseok interfirió, y la hostilidad parece desarmarse al instante con esa sonrisa que aún mantiene en su cara y a Jungkook le da nervios la forma en cómo sus ojos siempre recaen en él, como si supiera cosas que nadie más sabe, porque sin pensarlo demasiado, llega y dice—: pero sólo lo lograrás si Jungkook lo permite ¿cierto, Jungkookie?~
Es un debate mental.
Aparte, qué pasa con esa mutación de su nombre.
No le gusta.
Jungkook empuña las manos bajo la mesa, sobre sus muslos, pasando a traer la tela de su traje táctil en el proceso, las uñas de lobo amenazando por salir e hiriendo en la palma de su mano, quizá, centrándose en ese dolor cuando se siente como en un callejón sin salida.
Su corazón latía al mil por ciento, y estaba seguro que cada cosa que pensaba, cada cosa que sentía, cada cosa que hacía, las estaban sintiendo los dos lobos frente a él, y quizá Jimin también.
No quiere estar a la defensiva, no quiere sentir como si tuviera que enfrentarse a los cuatro chicos frente a él porque dos de ellos son su familia, el otro su líder, y Hoseok el cercano a Taehyung.
Pero es inevitable no sentirse así.
Y quizá dentro de él siente la orden de agachar la cabeza y obedecer, dar un paso al lado porque dentro de lo que él significa para el vampiro, dentro de la importancia que el vampiro podría darle a él, a un lobo que aborrece naturalmente, sabe que, sea lo que sea que hubiera en la mente de Taehyung con respecto a él, se vuelve completamente insignificante si se coloca al lado de lo que Jimin o Hoseok podrían significar.
Taehyung podría estar cómodo recibiendo la sangre de Jimin, porque son familia y se conocen.
Jungkook podría retroceder un paso y ceder porque Jimin es una persona segura y quizá, en quien más Taehyung confía.
Entonces, ¿por qué?
¿Por qué no estaba cediendo?, ni siquiera podía seguir el hilo de la conversación que el resto llevaba a cabo en este minuto porque estaba demasiado ensimismado en sus propios pensamientos, en su propia lucha interna.
Y se siente tan apretado en su pecho, tanto dolor, tanta ansiedad, que se convierte casi una necesidad cuando, ahogado, llega y suelta:
—¡Loharéyo! —Hay silencio. Mierda, farfulló muy apresurado y quizá nadie le entendió, pero sabe que sí lo entendieron porque en ese mismo silencio arrollador, esos cuatro pares de ojos le observaban unos más sorprendidos que otros, Hoseok siendo el único con esa sonrisa típica en su rostro como si fuera el amigo orgulloso de escucharlo salir del closet o algo así, y joder, está divagando, así que junta todo el valor que le queda para observar a Yoongi directo a los ojos porque tiene vergüenza de observar a sus hermanos, así que solo traga saliva y continúa—, lo haré yo, Yoongi-hyung, no tienes por qué preocuparte, lo haré yo.
Y de nuevo, ese rotundo silencio, el pulso martillando en su oído como si fuera la música de algún lugar lejano.
Vuelve a tragar saliva y siente como si el tiempo se hubiese detenido entre ellos porque nadie hace algo, nadie se mueve, quizá estupefactos de lo que su boca decía.
Y a pesar de que se sentía como gelatina por dentro, avergonzado y estúpido, se obliga a conservar su mirada seria y ceñuda.
—Jungkook —Jin es el primero que habla, su voz dolida y preocupada—, eso puede ser peligroso, Kook...
—Hyung —Jimin se volteó hacia Jin, capturando su atención junto con la de todos—, mi hermano no le haría daño, no es ese tipo de persona...
—Sí, pero...
—Nadie está obligando a Jungkook, Jin, cálmate, será decisión de él, no nuestra —Yoongi interrumpe de la nada, los brazos cruzados sobre su pecho y rotando su cabeza, como si deseara liberar la tensión de su cuello.
Sin embargo, su postura se hace añicos cuando oye a Hoseok reír.
—Claro, a ti te conviene ¿no?
Y es ahí, en ese momento cuando la tensión sube porque Yoongi tomó mal la broma de Hoseok y su sonrisa socarrona y burlesca; es ahí, cuando la misma posición de amenaza de Yoongi golpea a Jimin a través del lazo, sintiéndose amenazado él también, con Jin susurrándole que se calmara.
Es en ese momento, el cual parece un caos, que Jungkook actúa, volviéndose el ambiente demasiado insoportable para él.
Jodidos lobos y sus temperamentos de mierda. Jungkook piensa, y sabe que es el pensamiento de Hoseok en ese minuto.
Así que se levanta de su sitio de golpe, capturando nuevamente la atención de todos.
—Como ya mencioné —reitera, más convencido, dejando escapar un pequeño jadeo sin sonido, como si le faltara respirar y el cual no concuerda con su expresión seria y apacible—, lo haré yo, hablaré con Taehyung, les daré el reporte de mis rotativas luego.
No espera respuesta, no espera autorización, simplemente se voltea y camina hacia la puerta de salida, casi como si afuera estuviera el oxígeno que tanto necesita porque se volvió imposible permanecer un segundo más en esa reunión.
Sin embargo, antes de finalmente salir, se gira levemente y les da una última mirada.
—Por favor, no me sigan.
Todos enmudecieron. Literalmente Jungkook, el menor de todos ellos, salió de su sitio y abandonó la reunión sin el permiso de alguien, tomando estas decisiones que parecen suicidas por sí solo.
Hoseok se cruzó de piernas y dejó descansar su mejilla contra su palma flexionada sobre la mesa, observando hacia la puerta que dejaba el leve rastro del ruido de un golpe.
—¿Creen que estará bien? —preguntó a nadie en particular, sus ojos sin dejar el mismo punto fijo por donde Jungkook se fue—, literalmente siento que el lobo se fue a la boca de un dragón.
—No estará bien —Yoongi susurra, un poco más calmado que antes, quizá porque la actitud de Jungkook la sintió, en cierto punto, algo personal, así que cierra los ojos, sintiéndose completamente agotado y niega—, pero si no iba él, entonces estaría peor.
Jin da un suspiro largo y sus manos van a tapar su rostro como si necesitara descansar ahí.
—¿Desde cuando ese estúpido toma decisiones tan varoniles? Solo es un mocoso y va por ahí tomando la responsabilidad.
—Mi hermano no le hará daño —Jimin reitera el mismo punto de antes, y su mano sube y aprieta el hombro de Jin, intentando darle confort.
—No te has puesto a pensar, Jimin... —Hoseok arrastra las palabras, conservando la posición, con esa voz de siempre, tan petulante que realmente es como si Mingyu le hubiese contagiado su personalidad—, que Taehyung, por lo que sabemos, no ha bebido nunca sangre humana o de un cambiaformas.
—¿Qué estás tratando de decir?
Esta vez, Hoseok se voltea, y a pesar de que su aroma y su conducta es relajada, lo que dice, deja a todos horriblemente tensos.
—Dices que no le hará daño, y estoy de acuerdo con eso—menciona, estirando una sonrisa empática y quizá con un brillo de lástima en sus ojos—, pero Taehyung no sabe beber sangre, mucho menos la de un cambiaformas alfa como Jungkook.
Y es como si todos hubiesen llegado a la misma conclusión.
Porque no se trataba de saber.
Se trataba de cuánto Taehyung lograría contenerse.
*
El cuerpo le seguía hormigueando, sus músculos sintiéndose fatigados como si hubiese pasado horas y horas corriendo, agotándose hasta el cansancio.
Escaneó con mejor detenimiento la habitación, una expresión molesta en su rostro cuando se acomodó para sentarse derecho, apoyando la espalda contra el respaldo de la cama, su pecho aún bajo esa sensación opresiva. Irónicamente, es el rastro del aroma de Jungkook por toda la habitación, lo único que logra calmarlo.
Inspira profundo, todo lo que siente es Jungkook, por todos lados.
¿Qué pretendía Jungkook marcándolo así?
Era de su propiedad o qué.
—Cachorro estúpido.
Se niega a darle tantas vueltas al asunto porque lleva una media hora despierto y es en lo único que ha pensado. Además, la cabeza le punza y tiene que buscar apoyo tras el respaldo cuando la deja descansar ahí, quedándose quieto, cerrando los ojos y sintiendo la energía despegarse de su cuerpo como si pudiera observarlas en forma de aura, tomando cada parte de él como si quisiera desvanecerse hasta no dejar ningún rastro, ningún recuerdo.
Tiene que concentrarse el doble para despejar su mente.
Yeji. Llama, sintiéndose estúpido, pero de todas formas intentándolo.
Nada.
Yeji, por favor, dime qué está pasando, qué rayos ocurre con mi cuerpo, no me prepararon para esto, nunca me dijeron sobre esto, se siente como morir.
Yeji...
Hay un vacío, un silencio profundo, y luego nada.
—Joder —gruñe y golpea su cabeza con rabia tras la pared.
Podría ir a la ciudad, pero si las brujas abandonaron el edificio, es porque algo malo está ocurriendo y no las encontraría aún si siguiera el rastro de sus aromas.
Taehyung sabe que no puede hacer mucho, pero es injusto que, de alguna forma, Yeji se haya manifestado sólo para decirle que iba a morir y luego desaparecer como si nunca hubiese existido.
Se volvería loco.
Y más con esta debilidad estúpida que siente su cuerpo.
Realmente, debería dejar de usar sus poderes por algún tiempo, por lo menos hasta que se recupere de haber revivido a Jimin porque siente que ese fue el principio que terminó por desencadenar esto.
¿Se arrepiente? Ni un poco, Taehyung lo volvería hacer, mil veces si es necesario.
Y está acomodándose en la cama cuando oye las pisadas a la distancia, no equivocándose cuando reconoce a Jungkook, el aroma llegando al segundo después de saber que era él.
Lo escucha abrir la puerta de la cabaña, entrar y moverse por la casa hasta aparecer por la habitación, viéndolo inspirar profundo cuando lo encuentra ahí, sentado en la cama, despierto, con una camiseta floja y un buzo, ropa que Jungkook le cambió para que se sintiera más cómodo.
Taehyung sabe que fue él y Jungkook recién ahí tiene la percepción de lo que hizo, sonrojándose apenas en las orejas porque está concentrado en lo que ve y no en el bochorno que seguramente sentiría en una situación normal ante ese recuerdo.
Así que traga saliva y se relame los labios cuando se acerca a pequeños pasos.
—Tus ojos —es lo primero que le dice y Taehyung simplemente le mira, no sabiendo cómo hacerlo porque todos los recuerdos estaban ahí, cada sensación, cada sentimiento y siente que se volverá loco, esforzándose más de lo debido cuando ve a Jungkook observarle confundido—, tus ojos están rojos.
—Bueno —le dice, con un resoplido pequeño—, soy un vampiro, qué esperas.
Jungkook rueda los ojos. —Y uno idiota.
Hace a Taehyung sonreír ligero, pero el nudo en su garganta permanece como un fiel recordatorio de todo lo que siente.
—¿Cuánto dormí? —decide preguntar, echándole un vistazo desvergonzado al cuerpo del chico, el traje táctil ahora de color negro y no el azul marino como recuerda la última vez que lo vio, tan ceñido a su cintura, tan acoplado a su cuerpo que Taehyung se esfuerza en sobremanera en mantener la vista en sus ojos.
—Dos semanas —Jungkook apenas responde, como si la forma en como el otro le mira le quitara las palabras.
Y eso rompe la tensión, porque Taehyung corta el contacto visual y se enfoca en estirar los músculos de su cuello de lado a lado, levantando las cejas como si estuviese sorprendido.
—Wow, por lo menos aún no rompo el record de los cinco años.
—Taehyung.
Jungkook es serio cuando le llama, creyó que le diría que era un idiota por tirar comentarios idiotas, pero el menor está haciendo algo fuera de lo habitual, empezando porque lo ha llamado por su nombre y Taehyung no sabe qué contestar, así que simplemente se gira y sigue su movimiento con la mirada, cuando se acerca y se sienta cerca de su cadera, a menos de un metro de distancia frente a él.
Y de alguna forma, cuando sus ojos le miran desde esa distancia, en silencio mientras le observa serio, le molesta.
Porque Jungkook le observa como si le diera pena.
Frunce el ceño.
—¿Qué pasa? —pregunta y sonríe de forma engreída cuando Jungkook no dice nada—, ¿me extrañaste?
Al parecer es lo único que hace a Jungkook reaccionar.
—No —le dice, y sus mejillas se ven más rojas—, pero la manada creo que si, todos te tienen como un héroe, saben que acabaste con los incendios y están agradecidos, a pesar de que no era nuestro territorio y no te correspondía.
Eso le saca otra sonrisa a Taehyung.
—Asegúrate de que me hagan una estatua en su plaza o algo, que me ocupen de tótem, mínimo.
De alguna manera, Jungkook estira una sonrisa por lo tonto que suena eso, Taehyung no puede evitar sentir como si el aire se exprimiera de sus pulmones incluso si no tiene la necesidad, pero ah, joder, así se siente y no puede detenerse cuando expande la sonrisa porque vio a Jungkook sonreír así.
Ah, que simple es la vida.
—Idiota —Suelta entonces y luego su mirada cambia, no es seria, ni tampoco de lástima, el aroma cambia y Taehyung nota que está preocupado. Jungkook le mira desde la punta del pelo hasta sus pies como si quisiera cerciorarse de algo y luego vuelve a posar la mirada en sus ojos—, ¿cómo estás?
—Como la mierda —Se sincera, y ve la mirada de Jungkook decaer. En serio, en ciertos puntos, Taehyung puede dar cuenta que el lobo es apenas un joven saliendo de su adolescencia. Era como un libro abierto, tanto con su aroma como con el rostro que le está mostrando ahora. Y eso de alguna forma, le hace cosquillas en el estómago—, supongo que todos tus abrazos y formas de arrullarme de tu lobo no sirvieron mucho, hmm...
Recibe una mirada de odio de inmediato.
—Deja de joder, mal agradecido de mierda.
Taehyung chasquea la lengua y se cruza de brazos. —Pues yo no te lo pedí.
—No lo pediste, pero lo querías —le refuta, negando suavemente con la cabeza—, es lo mismo.
Sí, posiblemente lo quería, pero era una de las tantas cosas que no admitiría en voz alta.
—Ah —Taehyung fingió dolor, como si quisiera zafarse de la situación, masajeando sus cienes con los dedos—, tengo dolor de cabeza, así que si vas a estar jodiendo mejor te vas, cachorrito.
—No —Jungkook dice y si quiso ser serio, Taehyung piensa que ha fallado, porque el chico se nota visiblemente nervioso—, tenemos que hablar.
—Lo estamos haciendo.
—Jimin me comentó algo.
Taehyung frunce el ceño, nada de Jimin parece ser bueno y siente que ya odia a su hermano.
—Qué te dijo ese chismoso de mierda.
La mirada que le da Jungkook como respuesta es tenaz y él no puede evitar emocionarse por dentro, en serio, ¿Qué tenían las reacciones de Jungkook?
Como que cada vez se vuelve más adicto a ellas.
—Ya, no le digas así —le mostró los dientes.
—Bueno —dice apenas, y cuando el otro guarda silencio, rueda los ojos porque Jungkook le da esa mirada de "si no cambias, no te cuento" y es tan infantil, pero más infantil es él porque le hace caso y le da en el gusto cuando cambia sus palabras y dice—: ¿qué te dijo mi preciado hermano?
Esta vez Jungkook parece dudar, mientras les observa directamente a sus ojos y es como si se hubiese perdido en ellos, pero Taehyung descarta esa opción porque está seguro que el chico duda.
Sin embargo, lo que más le sorprende, es que se haya vuelto más rojo de la nada, como si tuviera vergüenza.
Honestamente, le pareció tierno.
—Dijo que necesitabas sangre.
Corrección. No tan tierno.
Taehyung gruñó. —Jimin chismoso de mierda.
Jungkook esta vez ignoró el insulto, tragó saliva y jadeó pequeño.
—Y se ofreció.
Eso no le sorprendió para nada, alzando los hombros y asintiendo imperceptiblemente.
—Algo muy Jimin.
Jungkook volvió a tragar y hacer ese jadeo como el de un animalito asustado, y Taehyung se pregunta qué es lo que lo tiene tan nervioso, su aroma tornándose ligeramente tenso.
Y lo admitiera o no, le preocupa.
—Le dije que no.
Eso le sacó una sonrisa petulante.
—Algo muy Jungkook.
Y Taehyung estaba sonriendo por eso como si hubiese obtenido el premio gordo cuando Jungkook enseria la mirada, mucho más que ante y simplemente suelta:
—Le dije que lo haría yo —Silencio, toda expresión del rostro de Taehyung desaparece cuando lo escucha, sus ojos rojos se tornan entre cobrizo, como si el rojo fuerte de su mirada vampírica se entremezclara con el color almendrado de sus iris humanos. Y a pesar de que para Jungkook parece una mirada hipnotizaste, no se pierde la forma seria, casi molesta, que el vampiro le da. Más se niega a dar su brazo a torcer—. Taehyung, yo-
—No.
—Taehyung-
Pero Taehyung niega. —No, no está en discusión —le dice, fuerte y claro, negando con la cabeza, todo su rostro tenso como si le hubiesen dicho lo peor, su mirada nunca dejando la ajena como si estuviesen compitiendo y Jungkook tiene que ahogar otro de esos suspiros estúpidos mientras siente su rostro arder de la vergüenza, sus manos empuñadas fuertemente sobre sus muslos porque de pronto le nació la estúpida urgencia de tocarlo y es como si Taehyung hubiese leído sus intenciones porque rápidamente abre la boca y le muestra los dientes, claramente molesto—, ya te dije, basta.
Eso, aparte de herirle el orgullo, le deja una pizca de enojo.
Así que le enseña los dientes de vuelta.
—Te estoy ayudando, joder.
—Y yo no quiero —Taehyung es rotundo con su decisión—, no te he pedido ayuda, no quiero nada de ti, no quiero que vengas y-
No pudo seguir hablando, Taehyung prácticamente se mordió la lengua y de paso levantó las manos para refregarlas por su cara, sintiéndose completamente cansado. Se obligó a callar cada palabra porque no era realmente lo que quería decir, y se siente estúpido por pensar sobre eso, pero lo está haciendo y-
Tiene que echar el cabello hacia atrás para calmarse, con ayuda de sus largos dedos, mostrando el desastre visual que es en ese minuto y oyendo un suspiro de Jungkook derrotado, su cercanía resultando tortuosa porque las manos le comen por tocarlo, por poner los dedos encima de su piel, por hacerle caso.
—Piénsalo como un favor de la manada.
—Yo no debo favores.
Ah, orgulloso de mierda.
Jungkook le gruñe, frustrado.
—No digo que nos debas algo, es un favor que nosotros te devolvemos por todo lo que has hecho.
Pero es imposible, es imposible convencerlo porque Taehyung niega una y otra vez y Jungkook se siente como si le hubiesen dado un golpe bajo.
Sin embargo, está convencido de que no vino aquí a rendirse.
Así que le da una expresión hosca cuando se queda mirándolo, con demasiada intensidad, la cual hace a Taehyung reaccionar, quitando las manos de su cabello desordenado y mirándolo también, igualando la vehemencia de su mirada.
—Taehyung, en serio, puedes tomar mi sangre.
Eso definitivamente le hace poner automáticamente una expresión molesta, a pesar de que por dentro está alterado, el pecho fuertemente apretado como si una piedra lo aplastara y esa sensación de cosquillas y golpes de energía tirando de los músculos bajo su estómago, volviendo la sensación tan insoportable que no puede más que representarla en esa mueca desagradaba que le hace.
—¿¡Por qué estás tan empedernido a que haga eso!? —Y sí, se altera definitivamente— ¿¡Qué mierda ganas!? ¿¡Dónde está el truco aquí!?
Y mierda, por supuesto que Jungkook no se quedaría atrás, porque la emoción sube de golpe como si se hubiese contagiado del caos que se vuelve Taehyung.
—¡Sólo tómalo!
—¿¡Por qué!?
—¡Porque sí!
—¡Já! —Taehyung suelta una risa seca al aire y se cruza de brazos cuando niega—, las cosas no suceden porque sí, Jungkook, dime por qué, ¿¡qué mierda pretendes!?
—¡Porque me preocupo por ti!
Silencio.
Su expresión se vuelve piedra y Taehyung jura que, si corazón latiera, estaría martillando en sus oídos.
Más se obliga arrastrar cada porción fría y helada de él hacia adelante, empujando cualquier rastro de sentimientos hacia atrás y simplemente alza el mentón, mirando hacia otro lado cuando dice:
—Vete, en serio.
—Joder, Taehyung —Hay enojo en la expresión de sus palabras, en el tono de su voz, pero Taehyung sabe que el chico está dolido.
Y no es como antes, porque antes podría ser el Taehyung que se divertía con eso.
Ahora simplemente no puede.
Ahora le duele.
Así que se fuerza a sí mismo a controlar sus estúpidos impulsos de darle lo que quiere.
—Vete, de verdad, no estoy de humor.
—Taehyung, entiende que-
No soporta su tenacidad, así que gira nuevamente la vista hacia él y actua al segundo, levantando su mano y posándola en el pecho del lobo para empujar suavemente la zona en un intento de decirle que se vaya, de alejarlo, más no pudo continuar porque Jungkook tomó su muñeca y lo retuvo ahí, la piel ardiente de sus dedos envueltos alrededor de la suya calándose profundamente en sus huesos, quemando en el frío de sus entrañas, enviando esa chispa por todo su cuerpo, la misma que no ha parado de fluir desde que lo sintió llegar a la cabaña.
Su cuerpo entero se estremeció y no soportó fingir tanto.
Estaba perdiendo la cordura.
Estoy débil maldición, no soy yo.
—Jungkook. —le llamó, sin decir nada más, con la voz ronca, sintiendo el latir fuerte y agitado del corazón ajeno golpear su palma, en el centro de esta cuando Jungkook mantuvo el toque ahí. Sus ojos viajaron hacia el toque y sintió la presión aumentar, como si la musculatura ajena hubiese reaccionado ante su mirada y es tan profunda la sensación que Taehyung no sabe cómo sentirse, no sabe qué hacer cuando la misma acción parece estar apretándole la garganta, como si sus dedos no estuviesen sujetando su muñeca, sino que su cuello.
—Si hubiese sido otro lobo, cualquier lobo de la manada —oye la voz de Jungkook decir apenas, tan baja pero tan clara para él que Taehyung sabe que no es realmente por los pocos centímetros que mantienen entre sus cuerpos, sentados frente a frente, sino porque toda la atención la tiene puesta en él, y está seguro que si en otro momento lo hubiese dicho de un lugar más lejano lo hubiese recibido igual porque no puede quitarle la vista.
Y definitivamente se queda tenso y pasmado cuando Jungkook, aun sujetando su mano desde la muñeca, la guía esta vez para dejarla reposada en su cuello, en la zona lateral de este, ladeando él mismo su cabeza para darle completa accesibilidad a ese tramo de piel suave, blanca y aterciopelada, el pulso latiendo con fuerza en su palma fría, su temperatura caliente recibiendo el gélido de su propia mano, haciendo que el contacto de esos dos extremos le erizara toda la piel.
No puede dejar de mirar, no puede dejar de sentir y cree que se le escapó un gruñido ronco, pero no le importa, lo ignora porque sus ojos y cada uno de sus sentidos están puestos ahí, en la forma en como su mano se acopla en ese trozo perfecto de piel.
—Si hubiese sido otro lobo, cualquier lobo y no yo —Jungkook vuelve a decir, y traga saliva, su manzana de adán subiendo y bajando cuando lo hizo con fuerza, dejando escapar un ligero suspiro luego—, uno que no conozcas, ¿lo habrías mordido?
Taehyung guarda silencio, como si la boca se le secara, estaba cegado, quizá porque estaba débil, no lo sabe, pero estaba ensimismado viendo como si la piel que tocaba su mano fuera oro, lo cual no tiene sentido porque él es millonario, pero se siente como si hubiese encontrado una mina de oro, como si todo lo bueno en esta vida fuera esta simple acción que no puede dejar ir.
Porque Jungkook quitó el agarre y él no hizo más que enganchar la punta de sus dedos en la nuca, presionando la palma como si quisiera fundirse en la piel caliente que hormigueaba en su mano, joder que hormigueaba en todo su cuerpo.
¿Por qué Jungkook le hacía esto?
Tiene miedo, apenas se puede controlar y tiene miedo, podría mandar todo al carajo, Taehyung no negaría que estaba aterrado.
Siente esa chispa de nuevo recorrer su cuerpo, desde la yema de sus dedos que presionan ligeramente la piel caliente, hasta la punta de sus pies. Y es casi necesidad cuando aprieta los labios, como si la acción lo ayudara a controlarse.
Lo peor es que Jungkook no hacía más que observarle, directo a los ojos, con la cabeza ladeada y el ceño fruncido, como si estuviese intentando retener algo, calmarse, lo que sea.
Como si doliera.
Sus ojos con pequeñas chispas de esmeralda vibrando en ellos como si cargara con un universo platónico en el iris brillante donde logra reflejarse.
Taehyung no entendía por qué tenía que ser tan detallista con él, pero era imposible no serlo, observando cada tramo de piel, cada trazo, cada cambio imperceptible.
No podía dejar de mirarle.
—Dime, vampiro —volvió a pedir, con la voz baja, ronca como la suya, pero suave y tersa, no representando la fuerza de su alfa, ni la presencia de su lobo—, ¿te sientes mejor mordiendo a cualquier otro lobo?
—Sí... —Taehyung no titubeó, pero su voz se sintió perdida, como si hubiese respondido por inercia, sin embargo, estaba seguro de lo que decía.
Y esa respuesta, esa simple respuesta, fue la que hizo que Jungkook quitara su mano de un manotazo y se levantara de su sitio.
Comenzando alejarse de él.
—Iré hacer la rotativa, volveré luego.
Ah, joder, niño estúpido.
El aire se volvió pesado, el aroma a coco desapareció y todo rastro de flores y bosque que quedó, se volvió amargo y agrío mientras lo veía salir de la habitación.
Taehyung frunció el ceño y sintió su cabeza doler, teniendo que posar el talón de su palma en sus ojos, tan fuerte que veía formas mientras se mordía los labios, intentando retener todo.
—Es porque no quiero hacerte daño —dijo por fin y se sintió liberador, aun si cada palabra le apretó el pecho—, me da miedo hacerte daño.
Gruñó cuando el dolor aumentó, y sintió los pasos de Jungkook detenerse, solo por un segundo antes de volver a retomar el camino, el sonido de pisadas alejándose cuando sintió la puerta de la entrada cerrarse.
Dejó ir sus manos de su rostro y alzó la cabeza mirando el techo, la palma que había tocado la piel de Jungkook aún ardiendo como si el tacto fuera el fuerte recordatorio de lo bien que se sintió tocarlo, de lo bien que se sintió tenerlo.
Cerró los ojos, y ahí se quedó.
Se sentía tan cansado.
ow uu gracias por leerme, fue un capi como de transición ahre nos leemos pronto hehe ♥ perdonen las faltas hehe
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