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03 (ii)


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A Jungkook no le gusta lo que ve, y sabe que se siente igual para cada lobo, los humanos frente a él no le dan buena espina, ya sea por la sensación instintiva de su lobo, quien presiente las cosas, o por el hecho de que el aroma pequeño que ellos expelen no le indica nada, como si de alguna forma buscaran ocultarlo de ellos.

Eso le dice una sola cosa, estos humanos, frente a ellos, no le tienen miedo, ni siquiera una pizca, es pura curiosidad lo que logra apreciar cuando les mira. Y eso, no le gusta para nada.

Sin embargo, es casi imposible para él concentrarse y darles todo su foco de atención, porque su lobo siente su propio aroma provenir desde unos metros a la lejanía, justo en dirección a la cabaña y Jungkook no tiene que pensar mucho para darse cuenta del motivo de la concentración de su propio aroma, mezclado con algo más, provenir de ahí.

Es simple para él poder entenderlo, y quizá le gusta torturarse a sí mismo cuando inspira hondo y profundo, sólo porque esa esencia le llena los pulmones y hace a su lobo querer ladrar orgulloso por ella, sintiéndola fuerte, suya, propia, y basta con que gire la cabeza un poco para observar directamente a la casa, donde Jungkook escanea con su mirada hasta detenerse en el ventanal, justo donde sabe que Taehyung está porque sus ojos conectan con los del vampiro a través del visillo de la cortina, aun si no lo ve realmente y sólo es su silueta borrosa a la cual intenta darle forma cuando enfoca su vista.

Sabe que está ahí, y sabe que Taehyung lo está mirando, así como él, porque lo siente, se siente observado de la misma forma, tan intenso y profundo que sus ojos no pueden evitar tornarse del mismo color del bosque que los rodea, tan brillante como si la esmeralda de su lobo se reflejara en un sol brillante que solo se ilumina para que él se muestre.

Debería detenerse ahora mismo, porque se está ahogando, más no puede y su único golpe de realidad es la tensión que emana el lobo de Yoongi y el cual su mismo lobo siente, gruñendo a la defensiva cuando huele el peligro.

—Si no mal recuerdo —Yoongi dice, haciendo que Jungkook vuelva la cabeza hacia adelante, hacia su voz, al mismo tiempo que el vampiro se quita de la ventana—, prometieron no molestar —el líder chasquea la lengua, de forma desaprobatoria y Jungkook agudiza la mirada cuando escanea al grupo de hombres que se ubicaba frente a ellos, con uno al frente como cabecilla, a unos metros de Yoongi—, ¿Qué parte de que no los queremos aquí no entendieron? ¿había que repetírselo al gobernador más veces o qué?

Antes de que ellos puedan responder, hay movimiento por la periferia de Jungkook, y cuando gira la cabeza logra ver a unos lobos acercarse, reconociendo a los capitanes Hani y Heechul en su forma de lobo. Ellos se ubican a cada lado de Yoongi y gruñen, mostrando una posición arisca y sobreprotectora a favor del alfa, buscando intimidar a los humanos porque en su territorio, ellos eran enemigos.

—Me presento —oye decir al hombre que se ubica delante de los otros, vestido con un traje formal, impecable y presentable. Él hizo una reverencia pequeña con un gesto de cabeza y sonrió—, mi nombre es Choi Siwon, y estoy a cargo del departamento de ciencias e investigación del gobierno.

Eso de inmediato le hizo fruncir el ceño, confundido cuando su mente intenta entender por qué y para qué esta clase de sujetos estaban en su bosque.

Y el gruñido que pega Yoongi, definitivamente lo pone en alerta.

—Al grano. —pide, haciendo al humano tensarse visiblemente, más ese brillo de curiosidad nunca yéndose de su cara, cuando sus ojos van desde Yoongi hacia el resto de capitanes, incluso en Jimin, quien se mantenía un poco más cerca de su compañero que el resto.

—Veo que es un hombre objetivo y directo, alfa Min Yoongi.

Esta vez, Yoongi no alcanzó a gruñir cuando Jungkook lo hizo primero, haciendo que todo el grupo de humanos movieran la vista hacia él, confundidos de donde había provenido originalmente el sonido cuando Namjoon delante suyo tapaba gran parte de su cuerpo.

—Al grano. —Yoongi reitera, cruzándose de brazos y esperando.

El llamado Choi Siwon guarda silencio por unos segundos, como si estuviese admirando la situación, meticuloso con su mirada, intentando grabarse cada uno de sus movimientos, cada aspecto.

Suspira finalmente, cuando parece terminar su proceso evaluativo y alguien de atrás desliza una ficha en sus manos, la cual el humano inclina hacia adelante para que fuera tomada por Yoongi. Pero Yoongi solo baja la vista hacia el papel y luego la sube, observando directamente los ojos del hombre y no moviendo ningún otro músculo.

Choi Siwon en un intento de no verse tan descolocado ante la abrumadora mirada del líder, desiste la idea y aleja la ficha, alisando sus ropas luego como si tuviera que enfocarse en algo para volver hablar.

—Nuestros satélites han detectado un alza de energía sobrenatural en los terrenos de Seúl hace cuatro meses aproximadamente y con un patrón repetitivo la última semana —comentó, con la voz seria y la mirada apacible—, solo venimos en son de paz para advertir lo peligrosa que esta clase de energía significa. No solo para ustedes, sino que para todas las razas habitables de la zona.

Lo primero que Jungkook piensa cuando escucha la información, es en Taehyung, no sabe muy bien cómo relacionarlos, pero las fechas de las cuales habló coinciden con los tiempos cuando Taehyung apagó los incendios en la manada; el primero en el ataque de Yunho, y el segundo ocurrido la semana pasada, la cual lo había dejado más débil.

No sabe si está en lo correcto o no, pero siente esa corazonada horrible apretarle el pecho, como si su lobo estuviese intentando decirle que se trataba de él y que no era para nada bueno.

—Sea lo que sea —Yoongi dice y Jungkook lo ve alzar el mentón y cruzarse de brazos, adoptando una postura más defensiva—, no es algo que les incumbe a ustedes, ocurrió en nuestro territorio, no en el suyo.

Y los lobos ladran, obligando a los humanos a dar un paso atrás debido a la sorpresa y gravedad del sonido.

Más Choi Siwon parece recomponerse de inmediato.

—Aun así, Alfa Min, es algo que no debemos tomar a la ligera, no podemos —el hombre reitera, relamiéndose los labios, negando con la cabeza, parecía nervioso, pero a la vez emocionado por como hablaba—, es un evento nunca antes visto, no buscamos apropiarnos de su lugar, pero esta energía que nuestros satélites detectaron, sepa usted, podría compararse con la energía que puede llegar a liberar una gran bomba, es un acontecimiento demasiado poderoso, una amenaza para cada raza. Actualmente, nosotros contamos con las herramientas que se necesitan para retener aquella energía, y créame en decirle que estamos dispuestos a colaborar con ustedes y ayudar, es un bien común para cada uno de nosotros, Alfa Min.

Yoongi guardó silencio, y simplemente le miró, estoico, sin emoción por unos segundos, no creyéndose lo que el hombre le decía, largando una pequeña risa seca cuando se acercó unos pasos hacia él.

—De nuevo, Choi Siwon —susurró, con la voz más ronca, sus ojos cambiando a un color dorado cuando miraron a través de los ojos del humano, oliendo por primera vez su miedo—, le recuerdo, que no hemos solicitado ayuda ni de usted, ni de su departamento, ni de su gobierno.

El hombre apenas inspiró.

—Permítame decirle, alfa Min-

—Así que —le cortó, mostrándole los dientes mientras refunfuñaba—, hágame el favor de dar media vuelta, tomar a todo su grupo de aficionados e irse de aquí.

—Alfa Min-

—¡Váyase!

Y esta vez, los lobos dieron paso al frente, comenzando a ladrarles con fuerza, una y otra vez mientras se inclinaban levemente en sus patas delanteras, como si quisiesen saltar con intenciones de morderles la cara, haciendo a los mismos humanos retroceder, asombrados de ver la reacción animal de ellos, como si fuera la primera vez que veían el actuar de un animal cambiaformas, sobre-protector con su propio líder.

Jungkook apretó la mandíbula y sus nudillos se volvieron blancos cuando empuñó las manos, toda su musculatura contraída, con el calor brotando por su cuerpo cuando la amenaza estaba ahí, cuando sintió la urgencia de mutar y gruñirles también.

—Solo quisiera mencionarle —volvió hablar el hombre, una vez que dio unos cuantos pasos más hacia atrás, con el mentón alzado y esa sonrisa no yéndose de su cara, como si quisiera demostrar que aun podía manejar la situación—, junto con mi equipo estaremos trabajando desde la zona limítrofe que nos corresponde, sepa usted que nuestras acciones, son para un simple bien común —y reverenció—, que tenga buen día.

El grupo con el que vino acompañado reverenció con él por unos segundos antes de darse media vuelta y regresar a las camionetas, las cuales encendieron los motores al instante, girándose y retomando el camino por el cual habían venido.

Y nadie lo notó, nadie pudo escuchar, ni siquiera Taehyung, porque más allá de la frontera que separaba ambas tierras, más allá del sendero que terminaba y daba paso a la carretera de Seúl, por donde las camionetas ahora iban, Choi Siwon tomó su celular y marcó.

—Lo están ocultando —dijo, a través de la línea, refregándose la mandíbula ligeramente con su mano, mientras observaba por el espejo retrovisor de su lado, el frondoso bosque que se veía a través de la carretera, volviéndose más pequeño a medida que se alejaban—, ellos saben, los lobos saben que buscamos al vampiro y lo están ocultando —afirma, cuando su mente analítica logró unir los puntos a los segundos, estudiando y analizando el comportamiento ajeno, sacando una única verdad de eso—: los lobos están ocultando al vampiro.




*




Lo primero que se oye cuando ellos esperaron hasta que las camionetas no sean visibles por el camino, hasta que el ruido de los motores desaparezca, es una maldición de Yoongi.

El líder se voltea y mira directamente a Namjoon.

—Avisa que aumenten el número de soldados para vigilar las fronteras, sobre todo esta, el camino de ripio tiene acceso directo a nuestro bosque. No sé qué traman... —dice lo último más para sí mismo, cuando se muerde el labio y piensa en una solución, sintiendo un brote de molestia fluir por su cuerpo, pero calmarse a los segundos cuando siente la presencia de Jimin cerca de él, reconfortándolo con su aroma.

—¿Crees que sea algo malo? —pregunta Jimin, mirándole como si buscara algo en su rostro, más Yoongi le mira y siente que puede volver a respirar normal porque esos ojitos llenos de curiosidad y preocupación se están enfocando solo en él y lo siente a través del lazo.

—No lo sé —le dice, brutalmente honesto porque con él no tiene que aparentar nada, así que se acerca y posa una mano en su espalda baja cuando la piel le come por tocar a su compañero, más sus ojos son fuego cuando agrega—: pero no los dejaremos pasar, no le daremos lo que quieren. Nos lastimaron una vez, no lo harán dos veces.

—Veré si encuentro algo también. —Hoseok dice, comenzando a caminar solo cuando Yoongi asiente, dándole el pase para actuar.

Namjoon comienza a moverse también, dispersándose y haciendo una seña para que los capitanes le siguieran, Jungkook estuvo a punto de seguirlo también, negando al deseo de su lobo de ir hasta la cabaña y verificar que todo estuviera bien.

Sin embargo, se detiene a media caminata cuando la puerta de la pequeña casa se abre y la persona que ocupa todos sus pensamientos sale por esta, visiblemente enojado cuando comienza a caminar hacia Yoongi.

—Es sobre mí —Taehyung dice, entendiéndolo al instante—, y no me voy a esconder, humanos de mierda. —gruñe, a la nada cuando pasa de ellos, encontrándose por un segundo con la mirada de Jungkook y sintiéndose idiota por haberle buscado, y toma dirección al sendero por donde los humanos habían desaparecido, el mismo sendero que Hoseok había tomado apenas minutos antes.

—Tae-

Jimin intenta llamar su atención, más su voz queda aplacada cuando un fuerte gruñido de Yoongi se alza sobre los demás hasta el punto de levantarle los pelitos al vampiro, y erizarle la piel, haciéndolo sentir amenazado de inmediato.

Y joder, Jungkook lo huele, huele la forma en como Taehyung se siente porque su aroma cambia y no sabe cómo sentirse porque es como estar entre la espada y la pared, incluso si él sabe y es consciente de que su vida está con la manada, no puede retener a su lobo, quien se pone a la defensiva como si el gruñido y la molestia de Yoongi fuera para él y no para el vampiro, como si le afectara porque ese aroma, que es suyo, cambia en amenaza, y lo único que su lobo piensa, es querer hacerlo sentir bien nuevamente.

—Tú no harás nada —Yoongi refunfuña y Taehyung le mira con el rostro visiblemente tenso y serio—, no moverás ni un centímetro, no en nuestro territorio, y no en una situación que involucre a la manada, no los vas arrastrar a una guerra inservible, no de nuevo.

Es hielo lo que siente Taehyung cuando Yoongi le mira así de fuerte y molesto, es muerte lo que quiere cuando se acerca a él, despacio, como si la distancia anterior fuera molestia para encararlo.

—No me ordenas —le dijo, a un metro casi, su voz siseando como una serpiente, pero tan ronca que podría hacer temblar el mismo aire a su alrededor—, no soy de tu manada, no soy tu maldito secuaz, no soy un lobo y no me vas a venir a decir qué hacer.

Jungkook no sabe cómo actuar y la situación lo vuelve enfermo. Se miran con Jimin, quien le hace una mueca como si quisiera pedirle ayuda, y es que ambos saben que el ambiente no es bueno y que una pelea entre ellos tampoco lo es.

Lo horrible de todo esto, es la forma en como él siente que debe proteger a Taehyung, incluso el pensamiento haciéndole sonrojar al instante.

Y es ese pensamiento el que hace al vampiro mirarlo, como si supiera el lío que hay ahora mismo en su cabeza, y Jungkook casi se ahoga cuando la vista enojada de Taehyung estuvo en él por un par de segundos antes de que Yoongi vuelva a gruñir, capturando nuevamente su atención.

—No, no lo eres, pero estás en nuestra casa —Yoongi defiende, con una mano apuntando la misma tierra que ellos pisan—, vives en la guarida, vives en el corazón del bosque, no tienes derecho a decidir aquí, no tienes derecho a poner en peligro a gente inocente por tu rabia hacia los humanos.

Taehyung suelta una risa tosca tan pronto el alfa deja de hablar, pasando la lengua por el interior de su labio inferior, no creyéndose lo que Yoongi está diciendo, con ese aire de superioridad y emanando un esencia hostil que no alcanza a ser tan fuerte y penetrante para él como lo es el aroma de otro lobo cerca, una esencia a coco y rosas que emana Jungkook de la nada, con el rostro levemente sonrojado y Taehyung saborea el aroma en su propia lengua, incluso sintiendo rabia por dejarse desconcentrar tanto por él.

Así que es un cúmulo de emociones completamente diferentes cuando ve a Yoongi directamente a sus ojos, con los suyos brillando en rojo.

—Te lo digo de nuevo, alfa Min Yoongi —ironizó, llamándolo como los humanos habían hecho minutos atrás, y joder, su mandíbula se aprieta fuertemente cuando el olor cálido de Jungkook lo sigue golpeando, como si el chico buscara calmarlo, como si su lobo buscara consentirlo, Dios, la sensación de ahogo está ahí y Taehyung le muestra los dientes a Yoongi para deshacerse de ella—, Tú. No. Me. Ordenas. Sea lo que sea que haga yo, donde sea, no te interesa, y si quiero ir donde los jodidos humanos, no me detendrás —y sus ojos brillaron con cierta diversión cuando comenzó a caminar de espaldas, alejándose de él, pero sin perderlo de vista—, adelante, quiero verte intentarlo.

Taehyung se gira, dispuesto a irse de ahí, no viendo la forma en como Yoongi se inclina, su mismo lobo intentando emerger cuando la amenaza y la adrenalina sube, amagando mutar, dispuesto a detenerlo a como dé lugar.

—Taehyung, no lo volveré a repetir. —Yoongi advierte, una última vez.

Pero Taehyung no se voltea y la ira explota en Yoongi, sintiendo a su lobo pedir por mutar ante lo que el vampiro quería hacer, ante la exposición que el vampiro quería darle a su manada sólo por deseos egoístas y egocéntricos.

—No —Jimin pide de pronto, tomando su muñeca, mirándole con dolor y preocupación cuando cae en cuenta de lo que pasaría si ellos dos se ponen a pelear—, por favor, no. —reitera, más adolorido, con la voz casi escondida, la mirada preocupada y a pesar de que es una súplica la que siente a través del lazo, Yoongi no puede obedecer a esa petición porque no puede dejar que el vampiro se vaya así sin más.

Y está a punto de zafarse del agarre, con el dolor de su corazón, cuando Jungkook se mueve delante de él.

—Yo iré. —Jungkook dice, apenas viendo a Yoongi, tragando saliva duramente y sintiendo todo su cuerpo contraerse en algo que no sabe lo que es, pero está ahí.

Se encuentra con la mirada de Jimin, quien le mira entre dolido y preocupado, haciendo a su lobo encogerse en su sitio bajo la misma preocupación de su hermano, quien aprieta fuertemente el agarre en la muñeca de Yoongi, con miedo a pensar que si lo soltaba podría irse de ahí.

Yoongi mira a Jungkook, completamente tenso.

—Si no lo traes tú, iré personalmente a buscarlo —le dijo, alzando el mentón—, no le daré otra oportunidad.

Jungkook no responde, porque siente que, si lo hace, quedará demasiado expuesto, él y sus emociones, así que simplemente aprieta su mejilla interna y camina en dirección hacia donde Taehyung se había perdido por el sendero, su leve aroma siendo el único rastro que lo guía y le indica donde está, joder, su mismo aroma se lo dice, como un mapa en su cabeza, así que no es difícil para él localizarlo, solo que no está seguro de qué hacer o cómo enfrentarlo.

Porque podría traerlo por la fuerza, pero ¿era lo que quería? Incluso su mismo lobo le rehúye al tan solo tener el pensamiento.

Es jodida su vida, piensa, más suspira y sigue caminando porque era mejor esto a tener a Yoongi enfrentándose contra Taehyung, algo que le aprieta le estómago y algo que no desea vivir nunca.

Porque a pesar de que Jungkook sabe que Yoongi le guarda cierto respeto a Taehyung por el hecho de haber salvado a la manada, es la misma manada la que Yoongi cuida y mantiene con su vida, así que sabe que el comportamiento del mayor, es la clara y honesta reacción que tendría cualquier líder ante la más mínima amenaza en su familia, en su gente, así que lo entiende.

Y por lo mismo, entiende que Yoongi es capaz de todo por la manada, aún si eso significaba detener a Taehyung con su vida.




*



—Jimin-

—No —le corta de inmediato, caminando a pasos apresurados cuando escucha los de Yoongi cerca. No quiere verle, está dolido con él, por lo que le hizo pasar hace un rato atrás, cuando sus emociones se compartieron a través del lazo—, me hiciste sentir como si yo también quisiera atacar a Tae cuando no es así. Sabes que nunca será así, no con mi hermano.

—Jimin, no puedo medir lo que pasa a través de nuestro lazo —y suena genuinamente arrepentido—, y sabes que mi manada lo es todo.

—Taehyung para mí es todo, Yoongi, es mi hermano. —Y Jimin se gira para encararlo, pero antes de que pueda decir algo más, hay manos suaves y cálidas tomando sus mejillas, las cuales se sintieron más calurosas a causa de todas las emociones albergadas.

—Lo sé, lo sé —le dice, y su lobo se encoge, haciéndose chiquito porque es como si el lobo de Yoongi buscara tranquilizarlo, aun si ese lobo fue el causante de su estado de ánimo, Jimin lo puede ver a través del lazo, las intenciones genuinas del animal para hacerlo sentir bien a él y a su lobo—, pero no lo puedo evitar. Hay que hacer entrar en razón a Taehyung, es demasiado peligroso lo que busca hacer.

—Tae nunca ha vivido en manada, siempre éramos nosotros, él no sabe, le cuesta entender nuestro método, pero si le explicáramos él entendería, Yoongi, él no es mala persona —dice, y duele en su rostro, su ceño fruncido, y todo a través de los dos duele, así que Yoongi no hace más que posar su frente en la contraria y abrazarlo, sus manos pasándolas por su cintura para quedarse en su espalda baja donde empuja ligeramente para tenerlo cerca, por todos lados, dándole esa estabilidad que Jimin busca cuando alza los brazos y los usa para rodear los hombros ajenos—, él apagó dos incendios de la manada, sin pedir nada a cambio, me salvó, Yoongi, ¿cómo podría él ser malo? Simplemente no sabe.

—Está bien, lo hablaremos ¿mmh? —musita, con cuidado y el suspiro que da Jimin le hace temblar los labios.

—No vuelvas hacerme sentir así. —pide Jimin y entierra su rostro en el cuello ajeno, inspirando profundo aquel grupo de feromonas que se deslizan por todo su cuerpo con el fin de buscar tranquilizarlo.

Más es su paz al sentir al otro chico ahí, abrazándolo y conteniéndolo.

—Está bien, lo siento amor, no pasará de nuevo —le dice, pero se separa ligeramente para verle a directamente a sus ojos—, pero por favor, habla con Taehyung.

—Lo haré —Jimin asiente, tranquilo, apacible, llenándose del lazo que le calma todo por dentro en un segundo—, está bien, lo haré.




*




Podía escoger el camino amable o el camino bruto.

Jungkook es estúpido y prefirió el camino bruto, porque en aquel camino era libre de todas las emociones tormentosas que lo atacaban siempre con respecto a cierta persona, así que realmente no piensa demasiado cuando se echa a correr hacia donde el vampiro iba caminando y salta tras su espalda, en un intento de capturarlo.

Más sabe que el vampiro lo ha olido desde hace metros atrás y que lo que está haciendo no serviría de nada, pero oh, su lobo está moviendo la cola cuando Taehyung se gira y lo encara, con ese rostro molesto que le da mientras sus manos abrazan sus muñecas, impidiendo que avanzara y que retrocediera, manteniéndolo ahí.

Taehyung lo aleja de un empujón y le enseña los dientes.

—No me sigas. —gruñe, con ese tono gutural y se da media vuelta para seguir, sin embargo, hay un golpe en su espalda y cuando se gira a mirar, nota que Jungkook le había tirado una piedra.

Eso le hace fruncir el ceño, el calor acumulándose bajo su ombligo.

No pienses que es tierno, joder.

Pero oh, el chico está ahí, respirando agitadamente cuando su pecho sube y baja, el cabello largo siendo un lío de ondas que caen por su frente, sus mismas mejillas más coloradas y ese aroma dulce intensificándose.

Y Dios, ¿por qué este chico llegaba aquí así, mirándole así, oliendo así y haciéndolo sentir así?

Le da rabia.

—¿Qué mierda crees que haces? —Jungkook dice, acercándose a él cuando Taehyung, sumado en sus propias emociones, no hizo más que observarle—, ¿Quién mierda te crees que eres?

Jungkook camina hasta tenerlo cerca y lo empuja desde el pecho, dos veces, y Taehyung vuelve a tomar sus muñecas como lo había hecho segundos antes, el hielo quemando donde la piel es caliente, como si se evaporara y mierda, el tacto busca derretirlo, pero sus ojos mirándole a través de su lobo parecía que buscara encenderlo todo por dentro.

Porque Jungkook hace con él lo que nadie puede y eso lo único que le indica es que el muchacho en sí es peligroso.

Por lo mismo ahora le gruñe, por lo mismo ahora sus ojos cambian de color en un intento de intimidarlo.

—No te metas. —grazna molesto, con la vista en su cara, en cada parte de él, no deteniéndose en la mirada de muerte que el otro le da, sino que, más profundo que eso, en cada parte de sus facciones, en cada trozo de piel que puede vislumbrar al tenerlo así de cerca, y sobre todo ahí, en esa facción de cuello, ese extracto de piel limpia, terciopelada para él, expuesta, el aroma siendo un cúmulo de emociones que Taehyung no puede identificar porque son muchas cosas a la vez.

Y de nuevo, esa sensación de asfixia que lo invade por dentro.

—No, tú no te metas —le dice Jungkook, zafándose del agarre, con el rostro rojísimo y agitado como si hubiese corrido una maratón siendo que fueron solo unos pocos minutos. Siente que la vista le quita el habla, pero se recompone al segundo cuando el enojo es más fuerte que cualquiera de sus otros sentimientos. Así que traga saliva pesadamente y niega con la cabeza, no dejando de mirarle nunca, porque es casi hipnotizante el brillo intenso en sus ojos cuando parece reflejarse en ellos—, no vas arrastrar a toda una manada a esto, no sabemos lo que ellos quieren, no vamos a comenzar una guerra innecesaria y no le daremos una excusa para una.

—No le daré una excusa para una, les daré una excusa para que me teman, y me dejen tranquilo de una buena vez.

Vuelve a voltearse, retomando el camino y esta vez Jungkook no arroja nada, sino que sube su mano, esta vez, para tomar al vampiro del hombro y girarlo.

—Taehyung, te digo que-

No puede hablar porque el vampiro se gira en su toque y lanza un combo directo a su mandíbula, el cual Jungkook esquiva por milímetros, sin embargo, no se queda ahí y antes de que se diera cuenta Taehyung comienza una lucha de pelea callejera, tan rápida que él, aun descolocado, no puede hacer más que esquivar y bloquear con sus brazos aquellos golpes que iban directo a su pecho, su plexo solar y su garganta, buscando dejarlo indispuesto.

—Joder... —gime, cuando Taehyung no se detiene ni un segundo para que él pudiese tomar su ritmo, así que Jungkook prácticamente se obliga a sí mismo a encontrar su nivel, cuando da una voltereta hacia atrás y se aleja, solo unos segundos antes de inclinarse hacia él y atacarlo.

Es ágil, ambos lo son, pero la diferencia es que Taehyung cuando golpea, lo toca, lo toca como si quisiera realmente tatuarse las manos en su piel, como si golpear su cintura no fuera suficiente, sino que agarrar y apretar la carne blanda sí, haciendo a Jungkook chillar sin sonido cuando siente sus manos fuertes apretarle las zonas donde tocaba, incluso aquella zona peligrosa de su muslo posterior, su lobo incluso sintiéndose feliz, como si los toques no fueran a través de una pelea, sino que en un juego normal.

Maldición, es una pelea, date cuenta, lobo estúpido.

Y cada movimiento es así, Jungkook tira una patada con la rodilla extendida directo al cuello del vampiro y el vampiro la bloquea con su antebrazo, estirando la otra mano disponible para darle a un lado de sus costillas, golpe que Jungkook bloquea con su propia mano, y así siguen unos cuantos minutos más.

—¿No piensas... acaso? —dice Jungkook, cuando esquivó una patada que iba directo a su pecho, agarrando el pie de Taehyung y haciéndolo girar por completo para que el chico se diera vuelta y se estampara al suelo.

Pero bendito Taehyung y sus reflejos de oro porque cae, sí, pero en sus manos ágiles que lo levantan de inmediato en un agraciado movimiento, como lo son todos, en realidad.

—Lo mismo podría decir de ti —refuta, con la misma intensidad, ganando terreno cuando avanza varios pasos hacia Jungkook, cuando el mismo lobo se aleja y aleja hasta que la espalda del menor está contra un gran roble. Jungkook le gruñe, en modo de defensa y eso hace apretar el estómago de Taehyung, en una forma que no duele, pero igual lo alerta—, ¿no piensas? Te dije que te alejaras de mí, y mírate —susurra, sus ojos vagando por cada trozo visible de piel que se expone a través de su traje, notando el sudor acumulándose cerca del lateral de su cuello, bajando hasta desaparecer por la misma camiseta táctica—, volviendo como un maldito perro.

Taehyung intenta ser hiriente, porque es lo único que sabe hacer y es lo único que le sale bien, sin embargo, apenas dice, Jungkook simplemente reposa la cabeza en el mismo árbol, rendido, muy al contrario de la emoción que él quería causar en el lobo.

—Y tú —le responde, jadeando, su pecho subiendo y bajando con toda la musculatura de su cuerpo cansada—, y tú qué, ¿no piensas en los niños de la guardería? —pregunta Jungkook, sintiéndose derrotado cuando todo su cuerpo lo inclina hacia el árbol tras él luego de decir aquello. Y esta vez, hay un silencio como respuesta, el cual, solo la brisa de los árboles logra aplacar.

Sabe que ha dado en el clavo cuando dice lo último porque la expresión completa de Taehyung cambia, a una más seria, su mirada intensificándose, su mismo aroma volviéndose fuerte, impregnando todo el bosque, Dios, Jungkook sabe que el vampiro adora a los niños, lo ha visto siempre, porque cada vez que puede, Taehyung los visita y va hacia ellos.

Incluso si son cinco minutos de su día.

Ruega porque eso haya dado en el clavo, porque no sabe qué otra cosa hacer y no quiere que Yoongi se encargue de esto, porque sabe que el líder no tendría compasión por el chico, y quizá Jungkook está infravalorando el poder de Taehyung, pero su lobo le pide protegerlo incluso si sabe que no es realmente necesario hacer eso.

—Esto no se trata de ellos. —Es lo único que termina por decir Taehyung, sus palabras sintiéndose amargas y el corazón de Jungkook cae cuando lo ve comenzar alejarse.

Así que con miedo agarra su muñeca y tira de él, acercándolo torpemente hacia su cuerpo.

—No te vayas.

Es lo único que dice, tan profundo que sus labios temblaron cuando terminaron de decir la frase, mirándole a sus ojos, mostrándole los suyos en un esmeralda opaca y apagada por el sol que no está brillando para él. Su aroma se vuelve desesperado, y quizá la simple frase es más profunda de lo que él quiere mostrar, pero no puede evitarlo porque todo es tan indescifrable y nuevo entre los dos que simplemente no puede evitar nada.

Es un lío desordenado de emociones ahora mismo y lo único que quiere es que el vampiro se quede aquí, porque si no, Yoongi se haría cargo de la situación y eso conlleva a que-

Tiene que inspirar profundo cuando está armando situaciones extrañas en su cabeza.

Inesperadamente, Taehyung se zafa del agarre, pero antes de que él pudiese hacer algo para detenerlo, el vampiro está plantando cada mano sobre el tronco del árbol tras suyo, a cada lado de su cara.

No puede respirar con la cercanía, pero más que eso, Jungkook siente que no puede respirar porque el otro le mira con una pequeña sonrisa burlona en su cara, cuando se acerca a él hasta quedar a centímetros de la suya, como si quisiera mofarse de su actuar y su actitud.

—¿O qué? ¿qué si me voy? —pregunta, petulante, estudiando cada facción suya, sus mismas largas pestañas revoloteando cuando escanea su rostro, y joder, Jungkook tiene esa necesidad de querer extender su cuello y mostrárselo a él, más se obliga a tragarse el impulso de idiotez que su mismo lobo le suplica tener.

Pero lo hace, joder, lo hace, Jungkook guarda silencio, aprieta los labios sin darle una respuesta verbal más que la que da su propio cuerpo cuando suspira pesadamente para luego, lentamente comenzar a inclinar su cuello hacia un lado, exponiéndolo, en silencio, mirándole como si quisiera evaluar su reacción y literalmente Taehyung se queda como una piedra, sus ojos casi abriéndose un poco demás en asombro cuando nota y se da cuenta lo que el otro está haciendo. Su mirada automáticamente recayendo a ese trozo de piel que lleva mirando toda una vida porque es demasiado para él.

Y ese sentimiento de ahogarse está ahí de nuevo, más el culpable de lo que aprieta su pecho suelta ese aroma que lo envuelve y lo calma, como si fuera cálido y de hecho lo es, es calidez lo que toca el centro de su pecho ahora, cuando Taehyung mira a Jungkook y a su lobo a través de sus ojos, en una clara invitación para él.

Y Taehyung sabe, que en ningún momento, alguno le tuvo miedo, ninguno le tuvo enojo, y Jungkook pudo representarlo en todo momento, pero Taehyung sabe que no es, no es lo que su lobo y lo que su cuerpo entero siente y eso lo deja completamente extraño, porque es demasiado abrumador, la sensación lo ataca por todos lados, como si su aroma y esta sensación en sí, no hubiese permanecido con él por alrededor de cuatro meses, sino que, todo lo contrario, porque se siente como toda una vida y es aterrador darse cuenta de eso.

No se había sentido así nunca, es demasiado único y diferente, Taehyung no lo puede comparar.

Porque es esa forma en como le mira, con esa intensidad, incluso lascivo ahora mismo cuando su cabeza reposa contra la corteza del árbol, ladeando un poco el rostro para exponer su bonito cuello y Taehyung siente su boca hacerse agua por eso, como si pudiese saborear el aroma, el deseo, incluso traga y todo ese nudo se derrite dentro de él cuando no puede hacer otra cosa que observar, observar y observar.

Y casi es un pensamiento, pero su voz es clara cuando se encuentra con sus ojos y niega casi imperceptiblemente.

—Qué voy hacer contigo... —murmura, para sí mismo, pero dejando que el otro le escuche.

Jungkook traga saliva, y parece recomponerse cuando se endereza en su sitio.

—Lo mismo me pregunto.

Taehyung da un paso atrás y parece luchar visiblemente con algo que Jungkook no reconoce cuando lo ve apretar las manos en puño, unos colmillos levemente emergidos cerca de las esquinas de sus labios entreabiertos.

—Que conste que lo haré por ellos —susurra de pronto—, por los cachorros de la guardería —y sus ojos rojos cambian a su color natural—, no por ti.

Taehyung le mira desde esa distancia que de pronto se está haciendo demasiado grande entre ellos y Jungkook no hace más que sostener su mirada, como si quisiera ver a través de esos ojos castaños que le observan con intensidad, como si estuviere reteniendo demasiadas cosas y quizá está en lo cierto.

Taehyung está reteniendo tanto como él.

Jungkook es consciente que sus acciones causan reacciones en el vampiro, lo sabe porque lo acaba de ver, y se cree ser inteligente, así que por lo mismo no empuja ni dice algo, simplemente deja que el vampiro diera media vuelta para retomar el camino de vuelta a la guarida, desistiendo de ir donde los humanos.

Y es alivio por dentro cuando lo ve volver, cuando lo sigue de lejos, a unos cuantos metros de distancia, el aroma sintiéndose abrumador y atacándolo como siempre, su lobo exigiendo por él, exigiendo por el deseo primitivo de ir hasta él, sintiendo los lugares donde sus manos marcaron, arder bajo su ropa.

Jungkook sabe, es una bomba de tiempo, él y Taehyung.

Solo que desconoce quién será el que explotará primero.

O quizá no. Quizá está bastante claro quién será el primero, solo que no se atreve a dar el paso, y mientras él no se atreva, sabe que Taehyung tampoco.

Y al final, las emociones serán tan difíciles de soportar, que no faltará demasiado para ahogarse en sí mismo. 




we esta semana es navidad wtffff sigo atrapada en marzo ayuda, gracias por leer uu

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