|T W O|
TaeHyung subió con rapidez las escaleras mal gastadas de aquel ático, su respiración era acelerada viendo hacia los costados, para percatarse que JiMin no lo haya seguido, estaba en problemas, en graves problemas. Con sigilo rebusco en el rincón de la pequeña habitación.— ¿Donde esta? —se pregunto nervioso, estaba a punto de perder la paciencia, entonces lo vio. Un baúl que contenía más de algo de valor para el, suspiro agradecido de que su rubio amigo no haya encontrado ese cajón con sus cosas personales.— ¿Esperen? —muy lentamente se acercó hasta sacar una llave que colgaba de su cuello, revisando sus pertenencias, ahí estaba todo, todo aquello que era un secreto para el mundo.— Pero... —Saco el libro que guardaba en lo más profundo, soplando un poco el polvo, ahí estaba, su libro con su nombre grabado a en las pasta de color negro carbón “Kim TaeHyung, Blue”, pero entonces.— ¿Cómo consiguió uno JiMin?. —se maldijo internamente, estaba en problemas, en graves problemas. Negó casi a punto de llorar.— ¡Maldición!. —dijo frustrado. Guardo todo en su lugar, cerrando con seguro, al igual colocando cajas encima del baúl para que nadie lo encontrará, lentamente bajo del ático, limpio sus ropas empolvadas.— ¿Ahora que hago?. —camino hasta la habitación de su mejor amigo, fingió una sonrisa cuando se adentro a la recámara del rubio sin pedir permiso.
—¿Y bien, encontraste algo interesante haya arriba?. —le pregunto divertido al ver el semblante abatido del peliazul.
—No, nada, solo cajas y arañas. —mintio.
—Bueno, aún debes revisar el sótano, tal vez encuentres algo interesante ahí. —TaeHyung asintió sin ánimos sentándose al lado de su amigo, necesitaba saber el nombre que tenía ese libro.
—Y tu... ¿Me dirás dónde conseguiste ese libro?. —interrogo al más bajo, JiMin dejo de leer para prestarle atención. Hizo un leve puchero pegando el libro a su pecho, estaba seguro que TaeHyung lo regañaria por habérselo robado.
—Yo... Bueno, no te vayas a enojar. —susurro bajito.
—No lo haré, ahora dime, ¿Donde has encontrado ese misterioso libro?. —El rubio coloco el objeto en sus piernas viendo a su amigo, sus ojos empezaron a cristalizarse y su labio a temblar.
—¡Te juro que no quería! ¡P-Pero no sé por qué lo hice y lo tome sin permiso, estoy tan arrepentido, mañana a primera hora lo devolveré!. —dijo rápido, mientras sollozaba.
—¿Te lo robaste?. —TaeHyung pregunto, el asentimiento de JiMin se lo confirmo, el bajito se limpiaba el rostro de vez en cuando por las lágrimas.
—Lo siento, no quería hacerlo, solo no sé qué ocurrió solo lo tome sin permiso y lo traje conmigo.
—¿Donde lo encontraste?. —no le pasó importancia como JiMin lo había encontrado.
—En la biblioteca de la universidad. —«Que cagada» pensó TaeHyung, nunca se le pasó por la mente buscar ahí, le dio leves golpecitos al rubio para que dejara de llorar.
—Esta bien, está bien, no llores. —JiMin tomo el libro en sus manos abrazándolo muy sobreprotectoramente.— Si quieres yo puedo devolverlo por ti. —le dijo extendiendo su mano para tomarlo. Pero JiMin la apartó rápido.
—No, yo lo haré, tú eres un irresponsable de seguro se te olvidará. —«Maldicion, ¿Ahora como se lo quito?».
—Lo haré por ti, de seguro te van a regañar por haberlo hurtado, me sacrificare por ti, eso hacen los amigos.
JiMin lo vio dudoso pero al final:— No, yo lo devuelvo.
Rendido el peliazul no le quedó de otra que aceptar.— Bien, al menos dime de qué se trata, ¿Que dice el empastado?. —el rubio levantó el libro dejando ver el nombre del mismo. Los ojos de peliazul se abrieron de para en par, casi se atraganta con su propia saliva al leer “Kim SeokJin, Pink”
—¿TaeHyung, te sientes bien?. —pregunto inocente, TaeHyung parecía haber entrado en un trance.— ¿TaeHyung?.
—Sí, si estoy bien, solo me dio sed, iré por agua. —salio de la habitación del rubio, caminando muy rápido, a la cocina, tomo un vaso con agua estabilizando sus latidos.— Estoy muerto. —se dijo, claramente esto no estaba en sus planes, nade de eso estaba en sus planes, y para solucionar todo tenía que llamar al único capaz de ayudarlo, pero sabía que no lo haría tan fácilmente. Entro a su propia habitación, cerrando con seguro, no quería que JiMin escuchase su conversación. Tomo su teléfono, marcando algunos números, escucho el pitito que avisaba que la llamada estaba haciéndose. Y ahí escucho la voz molesta de su tío.— ¡H-Hola! —intento sonar tranquilo pero no funcionó.
—¿Que quieres?. —pregunto la voz del otro lado de la línea.
—No es nada grave, de echo, encontré el libro de SeokJin. —dijo nervioso. Conocía el temperamento del otro y le molestaba que le quitarán el tiempo.
—¿Algo más?.
—S-Sí bueno, veras hyung, yo... No tengo el libro conmigo. —el gruñido del otro lado lo hizo bajar la cabeza en sumisión, sintió un horrible miedo ante ese sonido.
—Has todo lo que sea necesario para tenerlo contigo, no querrás hacerme enojar TaeHyung. —amenazo. El peliazul asintió casi con las lágrimas a flote.
—Pero Hyung, necesito su ayuda para otra cosa...
—¿Que cosa?.
—Encontre el libro de JungKook, pero está en un lugar al cual no puedo entrar y solo tomarlo. Necesito que usted lo haga. —hablo temeroso, esperando una respuesta de su mayor la cual tardo un par de segundos.
—Muy bien, estaré ahí en unos días, ten cuidado y avísame si sucede algo.
—Sí YoonGi hyung. —el otro chico colgó la llamada sin despedirse del menor. El peliazul respiro con más normalidad, viendo su desordenada habitación, se dejó caer de espaldas sobre su cama, cerro sus ojos un par de minutos, pero claro, algo debía molestarlo en sus pocos minutos de paz.
—TaeHyung, la cena está lista. —su rubio amigo dijo.
—Ire en un momento. —respondio. Tenía muchas cosas que hacer y la universidad no era una de ellas, no le interesaba, debía acabar su misión de una vez por todas o estaría en más problemas de los que ya estaba, y para empeorar las cosas ahora JiMin se había obsesionado con los cambia Formas, era cierto, solo era una diminuta obsesión que con el pasar del tiempo se iba haciendo más grande y más grande, y eso lo asustaba.— Necesito cambiar esto. —se dijo. Y como siempre mostró una muy bonita sonrisa ante los problemas.— Vamos Tae, tu puedes.
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Días después.
La brisa mañanera soplo en el rostro ajeno, mandando varias descargas de electricidad por su cuerpo que le erizadon la piel, respiro hondo y calmado, degustando del aire a su alrededor, un fuerte agarre en su chaqueta lo hicieron ver un poco a su compañero nada más. No menciono nada en todo el camino, solo observó cómo poca gente caminaba a su alrededor, era tranquilo, aún para estar en la ciudad de Seúl.— ¿Ya llegamos?. —pregunto una adiminuta voz a su lado.
—Falta. —Respondio cortante.
—¿Y cuando llegaremos?. —pregunto de nuevo aquel pequeño de cabellos oscuros.— Ya tengo hambre.
—En unos minutos.
—¿Y cuanto es eso?. —dijo de nuevo, bostezando un poco.— Papá, ¿Cuánto falta?. —El pelinegro no respondió, era ya normal que su pequeño hijo fuece muy impaciente cuando tenía hambre.
—Poco. —respondio. El menor hizo un leve berrinche mientras se sujetaba bien del cuello de su padre, estaba enojado porque tenía hambre y su papá no le decía a donde iban ni tampoco cuando llegarían.
—¿Dime cuánto falta?. —siguio insistiendo en todo el camino. Su padre se abstuvo de decir algo que hiciera molestar a su pequeño risueño.
—Unos pasos. —El menor en sus brazos levanto la mirada viendo al frente, habían llegado a una casa un tanto grande donde supuestamente vivía su primo favorito.
—¡TaeTae, TaeTae!. —canturreo emociónado. Queriéndose bajar del abrazo de su padre pero este se lo impidió.— Quiero verlo.
—Espera. —Dijo para que obedeciera el menor. Lo cual hizo, el pelinegro toco tres veces a la puerta, en espera de que TaeHyung abriese pero grata fue su sorpresa al ser recibido por otro sujeto de cabellos rubios y pijama añiñada.
—Disculpe, no estamos interesados en la palabra de Dios en esta casa, somos testigos de Goku. —dijo el rubio cerrando nuevente la puerta.
—¿Que es un testigo de Goku? —pregunto el niño en sus brazos, pero el pelinegro estaba serio, sin mostrar ninguna emoción. Volvió a tocar la puerta con más insistencia que la de antes, con fuertes golpes que se escucharon en toda la casa.
—¿Que se le ofrece? —pregunto de muy mala gana el rubio, cruzado de brazos.— Ya le dije que no estamos interesados en la palab...
—Kim TaeHyung. —dijo el pelinegro.
—¿Qué?.
—Llama a TaeHyung.
—¿Usted busca a TaeHyung?. —pregunto JiMin, viendo al chico un poco más alto que el, cargando a un pequeño de unos cuatro años.
—Sí. —respondio.
—¿Quién lo busca?.
—Su tío. —dijo serio, con voz potente. JiMin asintió no muy convencido.
—Lo llamaré. —Dicho eso cerro la puerta corriendo a toda velocidad a la habitación de su amigo. Mientras tanto, el niño que estaba al lado del pelinegro sólo sonrió al haber visto a ese chico rubio, le dio un leve golpe a su padre mostrando una gran sonrisa.
—No. —dijo el pelinegro viendo a su hijo, el menor hizo un puchero.
—¿Por qué no? A mí me gusta ese chico. —menciono con un poco de dificultad al hablar.
—No. —nego de nuevo, su papá no hablaba mucho, solo decía palabras cortas cuando tenía una conversación, era muy rara las vez que entablaba una charla larga con más de cinco palabras en su vocabulario.
—¡Papá! —se quejo.— ¡Yo lo quiero el puede ser mi otro papá!. —siguio quejándose el menor en sus brazos, con claras lágrimas a flote. Quería mucho a su papá YoonGi pero quería tener otro papá cómo los niños de su escuela, también quería uno.
—JungKook, no sigas. —le ragaño su padre. El menor bajo la cabeza escondiendola en el cuello del mayor, justo a tiempo la puerta se abrió y el peliazul estaba parado a su lado.
—¡Hola tío YoonGi!. —dijo nervioso, la cabellera rubia se dejó ver detrás de TaeHyung, así que si era su tío, pensó el rubio. Pues era muy bonito, su piel era un poco pálida sus cabellos oscuros, con toques brillantes, su estatura era mucho más alta que la de JiMin. Su mirada fría y calculadora, labios delgados que dejaban a la imaginación cualquier cosa.— ¡P-Pasa por favor!. —indico el peliazul. YoonGi como se hacía llamar bajo a su hijo para que puediese saludar a su primo, mientras JiMin solo permanecía callado viendo directamente a los ojos a aquel chico de hebras oscuras, al igual YoonGi no le quitaba la vista de encima.— ¡Oh cierto! Tío, el es Park JiMin, mi amigo. JiMin el es Min YoonGi, mi tío. —los presentó el peliazul.
—Micho gusto, soy JiMin y disculpeme por lo de hace un momento. —el menor hizo una reverencia a su mayor con respecto.
—Mucho gusto. —dijo nada más. Eso, causo que el rubio se sintiera avergonzado, pero a la vez algo en su interior golpeara fuertemente al escuchar la voz de aquel pelinegro. Ese chico... Simplemente... No sabía cómo explicar esa mirada en el mayor. Sacudió su cabeza alejando todos esos pensamientos que tuvo.
—«Estas loco JiMin, mira que imaginarte a ese chico como un cambia forma no es sano. Creo que TaeHyung tiene razón al decir que me estoy volviendo loco»
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Este Fanfic será actualizado casa quince días, dos capítulos o más. Espero les guste, como se está desarrollando la trama. Y no, no es una parte de libro de lobos como unos cuantos han dicho. Cómo dije antes, es una colaboración, la autora y la que tuvo la idea fue YumiKo, yo no, no es mía la obra solo la ayudo a escribir parte de la misma. Sin nada más me retiro, besos a todos los que lean esto. Posdata: YoonGi será muy frio, y solo dira diálogos muy cortitos al principio. Es como Polar de Escándalosos, por si alguien ve esa animación entenderá.
W U A N P R O G O N E.
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