|T W E N T Y|
❝Los malos inicios, suelen tener los mejores finales.❞
❝GRAN LOBO NEGRO❞
YoonGi camino recto por el sendero del viejo bosque, escuchando como las ramas crujían al ser pisadas por sus zapatos, el aleteo silencioso de algunas aves, en como algunos animales le veían con curiosidad y otros huían al saber de quién se trataba. El lobo, ese era el, uno de los animales mas peligrosos que habitaban el bosque, suspiro profundo, oliendo poco el aroma de su pareja he hijo en sus ropas, eso le mantenía tranquilo, aunque no del todo. Estaba a nada de estar cara cara con el causante de la destrucción de su especie, aquel que era culpable de la muerte de varios inocentes, al tan solo recordar lo que hace ya varios años había sucedido su cuerpo se helaba. Le venía el recuerdo de los cuerpos de sus familiares, de sus amigos y conocidos, su gente. Los gritos, los llantos, la destrucción, el fuego quemando en sus llamas los hogares. Todo, recordaba todo lo que sucedió.
Mordió sus labios, apretando fuerte sus manos, debía mantener la calma, si quería salir con vida, salir victorioso y volver con su familia. Debía pensar coherente y no dejarse llevar por la ira.
Aunque era más dificil de lo que imaginaba, sabía que su lado salvaje saldría a la luz en el momento de estar cerca de aquel maldito. Respiro todo el oxígeno posible para calmar los nervios. Había llegado a su destino.
Miro, muy concentrado su entorno, esa parte del bosque que nadie se atrevía a visitar por una sola razón, era la más peligrosa y para nada segura, habitada por seres malignos que solo estaban ahí para hacer daño a cualquier inocente alma que pisará esa zona. Dio un paso al frente al oler el característico aroma de humo, era leve, incluso pudo llegar a ver de dónde provenía, era una fogata no muy lejos de él, alguien estaba ahí, y no tenía que ser un genio para saber de quién se trataba.
Camino más rápido, sus pisadas hacían eco por todo el lugar, apretó sus manos en fuertes puños, sus ojos reflejaban irá. Levanto su brazo dispuesto a atacarlo, pero ese repugnante sujeto se rió. Una risa llena de burla y soberbia que lo congeló—. Tan explosivo como siempre, Min YoonGi. —dijo el tipo, sentado en un tronco a los pies de una fogata. Jugueteaba en sus manos un libro, mismo libro que era de color negro y con letras blancas, casi doradas con el nombre de Min YoonGi en el centro—. ¿A caso sigues sin querer hablar?. —pregunto burlón levantando la mirada del libro para sonreír sancarron al Alfa que se mantenía estático a unos metros de él—. Ha pasado tiempo desde nuestro último encuentro, ¿Cuánto exactamente?. Mgh, creo que la misma cantidad de años que tiene tu cachorro, ¿O me equivoco?. —YoonGi gruño al solo escuchar a ese hombre mencionar a su hijo— ¡Oh pero no te molestes!. —rió—. Lo decía de buena fe, pero eso no tiene interés, lo importante —hizo una pausa para ponerse de pie y tomar en una de sus manos una lanza extraña que al pelinegro se le salió otro gruñido al reconocerla, era el arma con la cual había sido asesinada su esposa, y gran parte de su manada—; ¿A caso no te trae viejos recuerdos? Porque a mi si. —le dijo, sabiendo de antemano que haría enojarlo.
—Shin SuWon. —YoonGi lo nombró, con tanto odio inyectado en solo hacerlo. El tipo, que era conocido como el cazador furtivo hizo una mueca—. ¿Por qué?. —pregunto con irá mientras avanzaba lento hasta su enemigo, siempre teniendo en cuenta que debía tener cuidado y mantener la distancia para no salir herido o ser emboscado. Con ese tipo de gente, siempre había que estar un paso delante.
—¿Por qué? —se hizo a sí mismo la pregunta—. Bueno, digamos que el pelaje de tu especie es comprado a una cantidad monetaria muy alta en el mercado negro. —se encogió de hombros como si no tuviera importancia—. ¡Oh! Y porque me pagan muy bien por vender los cadáveres y colgarlos en repisas. —eso bastó, para que el pelinegro terminará a enfurecer.
El descaro de aquel tipo lo hizo explotar de manera inmediata, haciendo una metamorfosis rápida a su lado animal.
El lobo negro había emergido rugiendo y mostrando sus filosos dientes. El nombrado SuWon retrocedió sujetando su arma, sonriendo arrogante cuando YoonGi corrió hacia el, pero grande fue su sorpresa cuando el lobo se detuvo y con un movimiento rápido se dio vuelta y lo golpeó con sus patas traseras. SuWon ahogó un grito de dolor cuando de nuevo YoonGi corrió hacia el he ensarto sus dientes en una de sus piernas—. ¡Maldito!. —aullo del dolor cuando la sangre empezó a salir, retrocedió torpemente mientras que el lobo avanzaba con ansias de terminar con su vida—. Maldito lobo negro. —espeto. El error de Alfa fue haberse confiado que tenía al cazador furtivo acorralado. No vio cuando una red de hierro cayó sobre de él golpeando su cuerpo y manteniéndolo sujetado al suelo, había sido cazado. SuWon se levanto torpe escuchando los ladridos de furia. Rió de nuevo, tomando el libro negro y su lanza.— Estás atrapado, Gran Lobo Negro. —se burlo cruelmente—. Pero seré benévolo, para que veas que tan bueno soy; iré y acabaré primero con tu nueva pareja, que me han dicho es el guardián del bosque —YoonGi rugió, intentando salvajemente zafarse de la red—, después iré por tu pequeño cachorro —continuo diciendo—, y para finalizar, iré por los últimos cambiaformas que hay. Ya después volveré por ti, no te preocupes te traeré las cabezas de todos ellos. —se dio la vuelta, caminando lento por la herida en su pierna. Dejando atrás a un lobo que con locura y desesperación intentaba ponerse de pie y quitarse esa red que lo mantenía preso, aulló he intento avisarle a los demás de lo que pasaba, pero sabía que esa parte del bosque estaba muy alejada de los demás.
Su respiración era agitada, sus ojos brillaban buscando una solución, no iba a morir, no, tenía una familia, tenía amigos, tenía una vida por delante. Una oportunidad más de ser feliz y cumplir sus sueños y no iba a a dejar que una insignificante red y un maldito mal nacido se lo quitarán. No iba a rendirse, el era Min YoonGi, el rey de los hombres lobos, Alfa líder, el Gran Lobo Negro del que todos temian. Un grito desgarrador salió de su boca cuando con todas sus fuerzas, aquellas que salieron de la nada lo ayudaron a ponerse de pie y empezar a sacudirse como un desquiciado por todas partes hasta que, la red salió de su cuerpo dejándolo libre. No se dio tiempo de respirar, el emprendió su camino de nuevo, corriendo a toda velocidad para ir en ayuda de su guardián y bebé.
[•••]
JiMin cruzó la puerta de su casa con una sensación de temor al observar el humo irse acercando a la casa, miro a sus lados, escuchando claramente pisadas muy cerca. Cerro la puerta con seguro, nadie iba a entrar a su hogar y hacerle daño a su cachorro. Su expresión facial cambio a una fría y siniestra al sentir un aura instalarse en su cuerpo, como un manto místico que solo aparecía en el cuando se encontraba o se sentía atrapado o siendo cazado—. Sal de una maldita vez. —ordeno potente. Escucho una risa detrás de una esquina del patio y vio después como un sujeto de vestimentas extrañas, caminar torpe, un arma peligrosa en una mano y un libro negro en otro se iba acercando a él. Sonriendo arrogante, creyendo que saldría vivo de ahí.
—Guardián del bosque, un gusto por fin conocerle. —dijo, incluso hizo una reverencia. JiMin se paro en posición de defensa, no se dejó intimidar en ningún momento.
—¿Qué es lo que quieres? ¿Y quien mierda te crees que eres para venir a mi bosque?. —su voz salio filoza. La sonrisa burlona de SuWon se borró al notar como la naturaleza reaccionaba a la precencia de su guardián. El viento empezó a ser más fuerte, elevando el fuego hasta ellos, pero extrañamente no tocaba la casa, como si sabiendo que ese lugar era sagrado.—. ¡Habla escoria!. —rugio.
SuWon sostuvo bien el libro en sus manos al notar que JiMin lo había visto. Lo guardo detrás de él, sostuvo su lanza avanzo unos pasos, pero el aire lo golpeó fuerte, como si hubiesen golpeado su cuerpo con un hierro que lo dejo aturdido—. ¿Qué?. —pregunto sorprendido, el aura amarillenta en el cuerpo del rubio fue tanta que parecía una deidad a su lado.
—Así que tú eres el cazador, la maldita rata que se atrevió a lastimar a los míos. —JiMin dio dos pasos al frente—. El culpable de la muerte de varios inocentes, el causante de dejar en la orfandad a mi hijo... El bastardo que osó calumniar de sus atrocidades. A ti, maldito voy a hacerte pagar cada acto cometido. —SuWon tembló del miedo al ver que el fuego que el había causado, pensando que lo haría tener una ventaja lo encerraba a él en un círculo dejándolo desprotegido que lo hizo temer del guardián. Nunca pensó que el tipo resultará siendo alguien tan, poderoso. Se escucharon aullidos en el fondo del bosque, llamados de alerta de los demás. Pero eso no le importo, lo que lo hizo paralizarse fue notar que YoonGi había atravesado las llamas, poniéndose al lado del rubio—. Este es tu fin. —sentenciaron ambos.
—No moriré sin dar pelea, ¡Ya mate a toda tu especie y lo haré con ust...! —fue callado por un golpe invisible que impactó en su estómago. Otro en su rostro y un último en su pierna herida.
JiMin ni siquiera se movía, pero era quien le proporcionaba tales golpes—. Esa vez, tuviste suerte y usaste trucos de hechiceros, pero estas solo,y morirás solo tal y como te lo mereces. —afirmo el rubio acariciando con su mano la melena negra del lobo a su lado.
El fuego los envolvía, el cazador, ahora era la presa, el lobo y el guardián los cazadores. Un cambio que no se esperaba.
—¡Quemare el libro!. —grito, mostrando el libro negro, lo alzó a la altura de las llamas. YoonGi gruño pero siguió al lado de JiMin.
—¿Y que esperas?. —reto el rubio—. De igual forma vas a morir aquí, no hay escapatoria. —mensiono tranquilo, miro que fuera de las llamas estaban los chicos, preocupados pero siempre atentos y alertas. Regreso su mirada a SuWon—. Y bien.
—Maltidos sean. —SuWon tomo su lanza en sus manos, con las pocas fuerzas que le quedaban corrió para atacar a esos dos, JiMin se hizo a un lado, levanto su mano; al hacerlo una bruma de fuerza mística apareció la cual lanzó hacia el cazador dejándolo estático. SuWon grito cuando el cuerpo del lobo cayó sobre de él, miro con terror los colmillos del mismo y por último suplico por su vida cuando Min YoonGi le arrancó la cabeza de un solo mordisco.
La sangre salió como chorro sobre la tierra, el cuerpo cayó a su lado mientras que la cabeza fue escupida de la boca del lobo. Misma cabeza que rodo y fue a dar justo al fuego.
El cazador había sido derrotado.
De una manera inesperada.
Pero factible.
JiMin agitó sus manos de un lado a otro haciendo un vals lento, como si bailará, tales movimientos lo que hacían era que ayudaban a que el fuego reaccionará a él y lo obedeciera. Poco a poco las llamas se fueron apagando, hasta donde solo quedo el humo y olor a quemado. El rubio abrió los ojos, observando a su familia mirarle asombrados.— ¿Cómo es que jamás supe que podías hacer eso?. —JiMin se encogió de hombros con una sonrisa traviesa, ante la pregunta de TaeHyung.
—Upsi. —dijo nada más.
—¿En serio murió?. —pregunto incrédulo SeokJin, hizo una mueca de asco al ver el cuerpo decapitado, pero más fue su asco al ver al lobo lamer sus patas quitándose la sangre muy tranquilo—. Eres un cerdo.
—El libro de YoonGi se quemó. —hablo HoSeok, todos guardaron silenció, sorprendidos en que era cierto. HoSeok mostró el libro quemado frente a ellos, apenas y se podía ver unas cuantas letras. Debió habérsele caído a SuWon mientras intentaba atacarlos.
—¿Eso significa que... ya no volveremos?. —susurro muy bajo TaeHyung con un rostro de dolor. HoSeok corrió hacia el para poder consolarlo.
Sin embargo, YoonGi seguía ahí, eso quería decir que:
—El libro no se destruyó, solo se quemó un poco, no sucede nada. Aún sirve. —menciono NamJoon tranquilamente—. Además YoonGi sigue vivo, si el libro ya no sirviera el hubiera muerto al instante.
—Eso tiene lógica. —dijo SeokJin—. ¿Por cierto y esos dos?. —todos voltearon a los lados buscando a YoonGi y JiMin. La puerta de la casa estaba abierta, sonrieron al escuchar un par de risas infantiles.
Solo era la familia Min reuniéndose de nuevo.
—Lo que más miedo me da, es que ni siquiera escuchamos cuando se fueron. Joder que dan miedo esos dos.
[•••]
Dentro de la casa, JungKook lloraba como bebé en los brazos de papá YoonGi, o bueno en las patas ya que el Alfa seguía en su forma animal—. No te vuelvas a ir por favor.
—Nunca lo haré mi bebé. —prometio el lobo, mismo que se dejó mimar por las caricias que recibía de un rubio bonito que escondía su rostro en su cuello, llorando en bajo por tenerlo de nuevo a su lado.
—No vuelvas a irte así, lobo tonto. —murmuro ahogado el rubio—. Soy un fracaso sin ti.
—No eres un fracaso JiMin, no lo eres.
—Eres mi lobo. —hablo mientras lo miraba a los ojos—. Eres mi vida YoonGi, ustedes son mi familia. —sollozo.
—Y nosotros la tuya papi. —le respondió el bebé.
—Así es, somos una familia. Extraña pero lo somos. Nunca te dejaremos solo, eres nuestro todo Park JiMin. Así que no llores amor, estamos aquí, sin importar que siempre regresaré a ti, porque el destino nos unió y ni el hará que nos separemos. —dijo, con total honestidad. JiMin asintió como un niño pequeño, con un lindo mohín en los labios.
—Aún asi, ustedes tienen que volver a su mundo. —el silencio se hizo presente, bajo la mirada por un momento mientras decia:— Deben volver, se que vendrán más personas intentando buscarlos y hacerles daño y lo que menos quiero es que sufran. Por eso deben volver.
—JiMin. —dijo el Alfa con tristeza.
—No, nada de JiMin. Deben volver y punto. —afirmo serio—. Es por su bien, deben estar seguros y aquí no lo están.
—Cariño. Este es nuestro hogar. —el rubio no supo que decir, sintió sus mejillas calientes. Debía hacer lo correcto y lo correcto era mantener a salvo a los suyos—. Pero tienes razón, regresaremos a nuestro hogar, todos, incluyéndote a ti.
—Pero...
—No se diga más, tú lo dijiste, debemos volver y tu eres parte de mi manada Min JiMin. —el lindo rubiecito sintió como sus mejillas ardían más— ¿Vendrás con nosotros, verdad?.
—Sí. —susurro apenado. Escucho el grito de alegría de JungKook, y como YoonGi suspiraba feliz de igual forma. Podía escuchar a los demás afuera festejar porque el villano haya recibido su merecido, JiMin sonrió vivamente al darse cuenta de todas las cosas extrañas que le habían pasado en poco tiempo, en como su vida cambió radicalmente desde el momento en el que le entro una fascinación que lo mantenía en su propio mundo, leyendo y leyendo cuentos que hablaban del mismo tema, todo empezó así, con una obsesión por saber más sobre los cambiaformas. Que lo llevó a un secreto, que lo llevó a algo más grande, combinado con la precencia de ciertas personas que llegaron para quedarse. Al principio fue confuso, con el pasar del tiempo fue sabiendo la realidad de la situación, en lo que ellos eran y en lo que él era. Un amor inesperado que lo llevó al mayor éxtasis de su vida.
Y ¿Quién es el causante de ello?
El causante era aquel maravilloso y único, Gran Lobo Negro.
Fin.
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Se terminó •́ ‿ ,•̀
Bueno solo queda el epílogo, espero les hay gustado. Se que fue lento y todo pero hice lo mejor que pude por darle un final digno.
La idea de esta historia fue de YUMIKO, ella dio la idea, de ella nació la inspiración, yo solo fui ayudándola en escribir algunos capítulos y demás.
El epílogo lo subiré en unos días, aún no se cuándo, así YUMIKO podrá también dejarles algunas palabras de agradecimiento.
(´;ω;`) Solo diré gracias por todo el apoyo y paciencia.
Sin ustedes no hubiese sido posible esta colaboración.
Muchas gracias.
WUANPROGONE.
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