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|S I X T E E N|

YoonGi paso por la puerta de la casa vieja al instante, todos los que la habitaban voltearon hacia la entrada, en especial cierto pelirrosa que al ver el estado de NamJoon no dudó ni un segundo en correr a socorrerlo. Por otro lado, el pelinegro solo intentaba mantener la calma, los espasmos musculares causados por la grave excitación sexual que sentía lo estaba volviendo loco.— ¡¿Explícame qué sucedió?! —grito SeokJin alterado— ¡Habla YoonGi! —pero el mencionado no obedeció, simplemente se dio la vuelta, necesitaba tomar agua, o quizá solo dormir.— ¡Min YoonGi!.

—Hablaremos después. —fue lo único que el mayor se digno a decir, le gruño tan mordaz al pelirrosa que lo hizo bajar la cabeza— Cura a tu Alfa, ahora. —ordeno de mal humor. SeokJin no dijo nada al respecto, prefirió guardar algún comentario para después, porque el pelinegro tenía razón, debía curar a su pareja lo más pronto posible.

Taehyung, quien estaba en el inicio de las gradas miro suspicaz la actitud mezquina que estaba mostrando el mayor, olfateo todo a su alrededor, dándose cuenta que un aroma demasiado fuerte desprendía del mayor. No pudo evitar gruñir.— Estás en celo. —le dijo— ¿Creí que habías perdido esa habilidad?. —murmuro solo para si, pero el pelinegro de ojos oscuros le miró retador.

—¿Mi hijo? —pregunto serio, el peliazul solo señalo hacia la habitación donde dormía HoSeok y el— ¿Qué hace ahí?.

—Jugaba con HoSeok, pero creo que es mejor que duerma ahí, por tu estado actual solo lo vas a alterar. —YoonGi asintió. Su boca estaba seca, su frente sudaba al igual que todo su cuerpo, tenía demasiado calor. TaeHyung estaba a nada de decir algo más, pero fue callado o mejor dicho, prefirió callar cuando su amigo rubio bajo las escaleras, solo fue un espectador de todo lo que sucedió después.

JiMin se había quedado inmóvil en medio de las gradas, su vista fija en la del pelinegro quien se lamió los labios, sus ojos se dilataron tanto que empezaron a verse rojizos. TaeHyung se hizo a un lado, dándole paso a JiMin, quien bajo entre tropezones sin quitar ningún momento la vista del mayor. Su boquita se había medio abierto, al igual que sus manos tantearon el rostro del mayor y con mucha cautela posó una de ellas en la mejilla de YoonGi, quien casi que ronroneo al sentir la cercanía del rubiecito.— Hyung, está sudando mucho. —murmuro bajito.— ¿Se siente mal?. —el corazón del más bajito latía desenfrenadamente, porque los ojos de YoonGi no le apartaban la mirada, y era como si ya los hubiese visto antes.

—No me siento bien. —dijo el mayor, JiMin inevitablemente se acercó más, su carita se puso algo roja al sentir como las venas del cuello se le marcaban a YoonGi, en como el sudor resbalaba por sobre su piel, haciendo un camino por todo su cuello hasta perderse entre su ropa. JiMin paso saliva al notar los labios mordisqueados del chico de cabellos negros, en cómo sus manos se apretaban dejando marcadas las venas también, sus cabellos callendo por sobre sus ojos con un leve sudor en la frente.

—¿Qui-Quieres que te cure? —pregunto ido. Sin darse cuenta el mayor lo había atraído hacia el, sujetándolo posesivamente de la cintura.

YoonGi asintió.

El rubio solo sintió su cuerpo ser alzado de manera brusca, sus piernas fueron enredadas en la cintura del mayor. YoonGi empezó a caminar hacia la habitación que compartía con el rubio, sin decir nada, ambos desaparecieron de la vista de TaeHyung, SeokJin y NamJoon.— Vaya. —dijo el pelirrosa algo confuso.— Esa no me la esperaba.

—Mucho menos yo. —el peliazul hizo una mueca, de seguro no podría dormir toda la noche.— Solo espero no hagan demasiado ruido... —pero él sabía que eso era casi imposible.

[•••]

—Hyung... —susurro JiMin cuando su cuerpo fue depositado con delicadeza sobre el colchón. Miro los movimientos rápidos del mayor quien se movió ágil sobre la pequeña recámara, cerrandola con seguro. JiMin se lamió lo labios de nuevo porque una extraña bruma lo estaba volviendo loco, sentía calor y por alguna extraña razón solo la compañía de YoonGi lo calmaba.

Retuvo el aliento unos segundos, justo cuando Min YoonGi empezó a quitarse la sudadera al igual que la camisa. En como empezó a despojarse de sus pantalones negros ajustados, y solo quedo en unos simples boxers negros. JiMin trago duro al notar un bulto entre la misma prenda. Balbuceo más de algo cuando su cuerpo fue acostado en la cama, solo podía mirar y admirar.

YoonGi le estaba quitando la ropa, con delicadeza, admirando la piel expuesta del rubio, cuando su ropa de dormir fue quitada poco a poco. JiMin no entendía nada de lo que estaba sintiendo, pero algo era claro, quería más.— Uh~ —gimio bajito, muy bajito cuando las manos venosas del mayor acariciaron la piel de su cintura, YoonGi le sonrió de una manera única.

JiMin llevo una de sus manitas a su boca, mordió su dedo chiquito al igual que cerro uno de sus ojos, su respiración se inestabilizo. YoonGi lo había dejado desnudo, completamente desnudo, empezo a sentir un poco de pena, aunque:— Eres hermoso. —dijo el mayor con admiración.— Muy hermoso JiMinie. —confeso.

—Hyung... Yo, Uh, yo no... —mordio más sus labios cuando la lengua agilidoza de YoonGi lamió su vientre, quedándose unos segundos en la zona de su ombligo donde depósito un beso húmedo, fue subiendo poco a poco, dejando beso tras beso, lamió sus pezones, los mordisqueó un poco sacándole gemidos agudos al rubiecito.— Mgh~ —arqueo su espalda justo cuando Min le abrió las piernas para tener mejor acceso a su cuerpo, sus caderas fueron tomadas con fuerza y alzadas hasta que ambas virilidades chocaron entre sí provocando un frizz exquisito en ambos cuerpos.

—No te tapes la boquita mi vida. Quiero escucharte. —JiMin balbuceo, la necesidad de tener más contacto lo estaba volviendo loco.

Gimió un poco más alto al sentir la fricción entre el miembro despierto de YoonGi con el suyo, sus cuerpos empezaron a sudar, el color natural de su éxtasis se presentó. Sacándole gemidos a ambos.— YoonGi, más, más rápido... —pidio en completo deseo.

Fue cuando el mayor se despojo por completo de su última prenda de vestir, JiMin abrio su boca al ver el miembro del otro chico, goteaba pre-semen y las venas de toda su extensión se marcaban. Y fue inevitable para JiMin no hacer un pucherito mientras miraba como se autoestimulaba el mayor, teniendo la vista fija en el cuerpo desnudo del rubio.— No puedo esperar Hyung. —sollozo al sentir como su apretada entrada se estrujaba en impaciencia, ¡Se iba a correr sin siquiera tocarse!.— ¡YoonGi, metémela! —ordeno molesto.

El mayor rió ronco, su mano estaba manchada por el fluido de su propia erección, miro el cuerpo de su rubio dejabo del suyo, su cuerpo sudado, piernas abiertas, su respiración agitada, su rosada entrada pidiendo a gritos ser llenada.

Su dedo anular se posó sobre la misma, acariciando con vehemencia, sus ojos brillaban de deseo, con una sonrisa arrogante metió su dedo de una sola vez, ganándose un gemido ahogado de JiMin, no le dio tiempo de acostumbrarse porque empezó a moverse dentro de él con cautela, sin querer lastimarlo.— Más~ —sollozo el menor inquieto por sentirlo.

Tanto fue su deseo que ahora tenía tres de los dedos del mayor en su interior, moviéndose con agilidad dentro de él, mientras que el rubio gemía sin importarle que se escuchará por toda la casa, el estaba disfrutando del momento.— Mi vida, ¿Puedo?. —pregunto el mayor, le encantaba mirar a su niño recibiendo placer por sus manos, pero el también necesitaba un poco de la misma.

—Sí... Sí Hyung. —murmuro. Mordió sus labios cuando YoonGi lo acomodo debajo de él, su cuerpo se miraba pequeño a comparación con el del pelinegro.

Gimió cuando sus piernas fueron más separadas y colocadas al borde de la cama, completamente dispuesto para el lobo.

YoonGi acomodó su hombría sobre la entrada del rubio que esperaba impaciente, no apartó ni un solo momento su vista del rostro de su bonito rubio, en como sus ojitos se cerraban y sus labios eran mordidos cuando empezó a entrar en el. En como su espalda se arqueó y un sonoro gemido escapo desde su garganta, sus ojitos se llenaron de lágrimas que fueron rápidamente limpiadas por el mayor.

YoonGi espero, porque no quería lastimarlo, quería amarlo y hacerle el amor tan exquisito como se lo merecía.— Hyung, ya, pu-puedes mov-moverte. —tartamudeo.

—Lo que mi bebé pida. —susurro, sus movimientos fueron lentos, disfrutando de como su extensión salía y entraba lentamente, la entrada de JiMin le apresaban deliciosamente provocandole gemidos roncos.— Joder, eres delicioso. —las mejillas del menor enrojecieron, abrazo por sobre el cuello al mayor, aprovechando el momento para darle lamidas y succiones en el pecho.

—Así, justo así.  —pidio el rubio cuando los movimientos se aceleraron, YoonGi gruño porque JiMin gemía tan alto que eso de alguna manera le ponía más caliente de lo que ya estaba.— ¡Ah! —su pecho se infló de orgullo, sabiendo que había encontrado el punto dulce del menor, JiMin se veía hermoso, tanto que le era imposible no besarlo tan amoroso como se lo pedía su espíritu animal.

Tomo con fuera las caderas del rubio, dándose mayor impulso y rapidez, sintiéndose a punto de llegar. JiMin suspiro guardando en su corazón el momento exacto en el que se dio cuenta que los ojos de YoonGi eran del mismo color y contraste que los de aquél lobo negro del bosque. Mordió sus labios hinchados cuando el mayor le besó tan dulce y amoroso al mismo tiempo que lo masturbaba.— Estoy a nada de... —se atoro con sus palabras, un grito salió de su garganta, un grito de dolor mezclado con el deseo y placer que sintió al momento en que Min YoonGi le mordió el cuello. Su vientre y el vientre de YoonGi se mancharon con sus fluidos corporales, al mismo tiempo, que el mayor se corría en su interior, golpeándolo con todo su orgasmo.

Sus ojos estaban entreabiertos, los labios del pelinegro estaba manchados de un líquido rojizo, sus ojos brillaban.
Se sintió vacío cuando el mayor salió de él. JiMin guardo silencio, recuperando el aliento. Pero en ningún momento apartó la mirada de YoonGi, en ningún momento, ni cuando lo vio sonreír y unos colmillos afilados se posaron en esa sonrisa.— Te lo explicaré, te lo explicaré todo. —dijo el mayor casi que leyéndole la memoria al rubio. JiMin negó sonriente, una parte de él, ya lo sabía.

—Mañana, dímelo todo mañana. —pidio bajito, se acomodó a un lado, dándole acceso a YoonGi para que lo acurrucara a su lado, su carita quedó pegada al pecho del alto pelinegro.— Solo, quiero saber algo.

—Adelante. —animo el mayor, amando mucho más la forma honesta y sincera del rubio.

—¿Eres el, ya sabes en el bosque, eras él?. —pregunto, sus ojos pesaban, estaba a nada de caer dormido.

—Era yo. —dijo el mayor.

JiMin cerro sus bonitos ojos, con una sonrisa plasmada en su rostro.
Mientras tanto, Min YoonGi volvió a pasar su lengua por el cuello del rubio, limpiando y curando la marca, su marca en el cuello de su ahora pareja.





WUANPROGONE

Esta vez no hay excusa, simplemente se me había olvidado actualizar.
Lo siento.
Cuatro capítulos más para que se termine esta colaboración con YUMIKO bebé.

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