Kim Taehyung es el chico más popular de la Universidad de Sejong y de la Facultad de Artes Audiovisuales y también, el más inteligente, un niño prodigio. La envidia de muchos, el anhelo de otros o el deseo más lascivo de la inmensa mayoría. 

Taehyung transmite sensualidad; en su caminar, en su mirada, en sus gestos, en su outfit diario. Pero nadie sabe, que desde hace dos años Taehyung solo tiene ojos para un chico de cabellera negra y ojos azules, al que le da clases privadas para que mejore su escritura y no corra el riesgo de suspender algunas asignaturas por ese “problemilla”. 

Porque, sí, Jeon Jungkook llama “problemilla” a su mala escritura. Taehyung siempre lo compensa con besos, caricias y un poco más allá cuando hace las cosas bien; pero desde aquel día el sexo se volvió un castigo, una ganancia para Taehyung, una derrota para Jungkook que siempre ha sido dominante en la cama y se jacta de hacerlo muy bien. 

Al Kim no le molesta para nada esa actitud de su novio secreto, misterioso, sexy y con mala escritura. De hecho, adora ser dominado al antojo del pelinegro; pero desde ese día, cuando un Jungkook cariñoso quiso expresarle a Taehyung cuánto lo quería con una nota de amor, los papeles se invirtieron. 

Aquella nota sacó a Taehyung de la Biblioteca, el corazón le latía a mil mientras caminaba hacia su casa, donde le dijo a Jungkook que lo esperara. 

Era sábado, pero a Tae le gustaba pasar un rato entre libros, hasta que ese mensaje de Jungkook a su móvil lo descolocó. 

Al llegar a casa, el pelinegro ya lo esperaba en la entrada, con su sonrisa peculiar de conejo alegre. 

—Hola bebé —saludó Jungkook—. Regresaste temprano. 

—¿Con ese mensaje tuyo crees que me quedaría allí? Vamos, entremos. —Taehyung abrió la puerta y ambos accedieron al interior de la casa—. Ponte cómodo, iré a ducharme. 

—¿A esta hora? —A Jungkook le pareció extraño, apenas eran las 2:00 p.m..

—¿Crees que no sudé de la Biblioteca hasta aquí? Queda cerca pero no tanto. Tú vives al lado, no sudaste nada. 

—Bueno, vale, aquí te espero. 

Taehyung sonrió y corrió a su cuarto. Jungkook mientras, se sentó en uno de los muebles de la sala a esperar. Después de dejarle un mensajito tierno Tae lo había citado a su casa y justo se le estaba ocurriendo invitarlo a dar un paseo y tomar helado. 

Se conocen desde niños, crecieron prácticamente juntos. Entre ellos se formó una amistad que con el paso de los años fue dando lugar a algo más profundo. Una química como ninguna otra surgió entre ellos y congeniaron a la perfección. Desde entonces son pareja. 

Pero aquello nadie lo sabe, ni siquiera los padres de ambos chicos que salieron de campismo y los dejaron a cargo de cuidar la casa. O tal vez, la verdad sea que sus padres han notado la atracción entre sus hijos y los dejaron a solas. Fuere cuál fuere el motivo, ambos estaban felices por pasar tiempo juntos, solo ellos dos. 

—¡J.K., puedes pasar! —gritó Taehyung desde su cuarto. 

Jungkook se levantó del mueble y se dirigió hacia la habitación de su novio. Abrió la puerta con sutileza y entró. Sus ojos visualizaron a un sexy Taehyung,  con el cabello rubio algo mojado y que sólo un camisón de tela blanca algo transparente le cubría el cuerpo. Jungkook tragó saliva mientras sus ojos recorrían el cuerpo del chico parado frente a él, que había dejado caer al suelo la tela fina que vestía. 

—T-Ta-Tae…

—¿Por qué tartamudeas? ¿No era esto lo que querías? Ven, abrázame que tengo frío.

—Yo…bu-bueno…me encanta la idea pero, ¿yo te pedí esto? ¿Cuándo? 

—Ese lado tímido de ti es nuevo, me gusta. —Caminó hacia Jungkook, hasta quedar este arrinconado contra la puerta del cuarto. 

—Y ese lado atrevido de ti lo desconocía, Taehyung. Pero vuelvo a mi pregunta anterior, ¿cuándo te pedí que hicieras esto bebé? 

—Jungkook me mandaste un mensaje y yo interpreté que… —Taehyung hizo pausa, había estado tan cautivado por aquel mensaje que olvidó que su novio tenía mala escritura—. ¡Ay Kim Taehyung, te embobaste!

—¿Qué pasa? 

Taehyung buscó su teléfono y le enseñó el mensaje a su novio. 

—Lee ahí, lo que pusiste —le ordenó a Kook.

—"Te voy a dar, mi vida". 

—¿Tú entiendes lo que eso significa Jungkook? 

—Que te quiero mucho y que por eso te doy mi vida. 

—No Jungkook, por el amor de Dios. Ahí dice que me quieres coger. 

—¿En serio? 

—¡Ay! —Taehyung se dio una palmada en la frente—. Mi amor, entiende, no es lo mismo ver cuatro chinos, que ver un chino en cuatro. 

—Wow. 

—¿Entiendes la diferencia? 

—Bueno, sí, pero…

—Pero nada, no te preocupes, al que se le está congelando el trasero es a mí. 

—Lo siento bebé, prometo estudiar más y mejorar. Ahora, volviendo a lo que realmente dice el mensaje, te puedo dar calorcito si aún quieres. 

Jungkook tomó a Tae por la cintura y depositó un beso húmedo en su cuello, no obstante, este se apartó, lo agarró por el pullover que vestía y lo arrojó a la cama. 

—Sí J.K., claro que me vas a dar calorcito. Y te advierto, a partir de hoy, esta será mi manera de enseñarte a escribir bien. De qué vas a aprender a colocar bien las comas y los puntos, vas a aprender.