Larry había llegado atrasado a la fiesta. En cuanto entró a la recepción se dio cuenta de que algo estaba mal, no había absolutamente nadie.

Iba a comunicar a su gente, pero fue golpeado por Malcolm en cuanto lo vio sacando su Walkie-Talkie. Arrastrándolo por el suelo lo llevo a través de una puerta que estaba por los elevadores.

Ya había preparado algunas cosas en el sótano del edificio. Sabía que era la noche en que debía eliminar a la tríada y a sus amigos. Tenía todo lo necesario para llevar a cabo su plan.

Ató a Larry en una de las sillas que había colocado en fila. Lo amordazó para evitar que pidiera ayuda, tomó su teléfono celular para enviar un mensaje avisando que todo estaba bien. Antes de dar click al texto, se envió una foto que había subido a tomar con anterioridad a la fiesta. Estuvo a escasos metros de Danny y sabía que él lo había visto, sin embargo se apartó en cuanto el chico volteó hacia el otro lado.

Una vez arreglado el mensaje lo envió. Malcolm había pensado que era una broma lo que estaba viviendo, porque estaban en un salón que por dentro era un relajo moverse entre los pasillos. Habían escogido un salón dentro de un edificio enorme, del que tardarían en escapar si es que lograban salir con vida.

Dejó el celular sobre una mesa y salió hacia el pasillo para dar inicio a la siguiente etapa de su plan: fuera luces. Caminó hasta llegar a la caja donde se encontraban los interruptores y los quitó dejando que las luces se fueran. En cuanto se apagaron notó que las luces de emergencia cumplieron su función, pero sin importarle salió del último nivel.

Hayden y Steve estaban en el primer piso cuando las luces se apagaron. Vieron a una silueta cruzar sobre las escaleras que habían usado no hace mucho, se pegaron sobre el muro y agachados esperaron a que no entrara a donde estaban.

Sentados esperaron a que la silueta se alejara más. Volvieron a ponerse de pie e ingresaron hacia las escaleras. Bajaron a la planta baja llevándose la sorpresa de que la puerta por donde habían llegado estaba cerrada con candado.

—Está aquí —dijo Hayden dando media vuelta.

—¿Qué hacemos?

—No sé, seguro era el que pasó por las escaleras. Y estas cosas no sirven para alertarlos.

Todos a excepción de ellos, habían recibido el audio de Lizeth. Por lo que nunca se inmutaron, ni les dio por querer regresar al salón.

Del lado derecho de los elevadores estaba una puerta que los llevaba hacia las escaleras del lado contrario por donde habían llegado. En cuanto se acercaron Steve se dio cuenta de que esa no era la única puerta cerca, había otra.

Ambos decidieron entrar y en cuanto bajaron unas escaleras, se dieron cuenta que estaban en el subnivel donde se encontraba el sótano. Avanzaron sobre uno de los pasillos hasta que llegaron en donde estaba la caja de interruptores y al abrirla vio que faltaban las baterías que hacían que la corriente eléctrica llegara a todo el edificio.

Se alejaron de ahí y regresaron dando vuelta hacia otro pasillo que llevaba a otras escaleras. Sabían que aquel camino los llevaría aún más abajo, y sin tanto rodeo empezaron a bajar.

Al final de las escaleras había una puerta, la abrieron y al entrar vieron sillas ordenadas. En una de ellas estaba un cuerpo, corrieron tras él y notaron que era Larry el que se encontraba atado.

—Dios mío —dijo Hayden en cuanto lo vio.

—¿Qué hacemos?

—Ayúdame a desatarlo, rápido Steve.

Comenzaron a quitar los nudos, pero ese no fue su único impedimento. Sus pies estaban aprisionados con una cadena. Hayden corrió a buscar la llave en lo que Steve terminaba de desatarlo. No encontraba nada sobre la mesa, lo único que veían eran cuchillos de diferentes tamaños.

Un escalofrío recorrió su cuerpo quitando su vista de la mesa. Volvió con Steve diciéndole que no había nada. Larry comenzaba a reaccionar y en cuanto los vio intentó decir algo, pero no podía. Parecía como si sus músculos se hubieran quedado paralizados.

Entre los dos lo levantaron y apoyándose de sus hombros fueron avanzando hacia la entrada. Cruzaron la puerta y estando a punto de subir, alguien apareció frente a ellos. Dieron media vuelta corriendo y escuchaba el crujir de los pasos a toda velocidad.

En cuanto el encapuchado llegó hasta el sótano, azotó la puerta dejándolos dentro a todos.

Aun con Larry entre los dos, se quedaron paralizados. La persona que tenían en frente no decía nada, solo los veía. Comenzó a acercarse a ellos, pero Steve fue más rápido dirigiéndose hacia él.

Se escuchó una arcada y Hayden se dio cuenta de que Steve había sido herido nuevamente. Tirado en el suelo, el joven comenzó a escupir sangre mientras que su atacante fue caminando hacia su siguiente víctima. Hayden tiró el cuerpo de Larry tomando un cuchillo, pero en cuanto se iba a acerca hacia el encapuchado, éste fue más rápido hiriéndole su brazo. Mientras la sangre de Hayden corría recibió un fuerte golpe dejándola en el suelo.

Arrastró los cuerpos uno a uno sobre las sillas. Amarró cuidadosamente a sus víctimas con el objetivo de no lograr que se escaparan por si solos. Se retiró hacia una maleta que estaba debajo de la mesa, sacó un sedante junto a una jeringa. Preparó la infusión y fue de uno en uno inyectándolos.

Finalmente teniendo a los tres inconscientes salió de la habitación.

En el último piso del edificio Amber comenzaba a desesperarse. Lizeth seguía intentando comunicarse con ellos, pero continuaba sin éxito alguno.

La alumna estelar se levantó de una de las sillas y se acercó a una de las puertas. Lizeth le preguntó que a dónde iba y ella simplemente respondió que alguien tenía que salir de ahí.

Tiró de la puerta, pero no se abrió. Desconcertada avanzó a la siguiente y tampoco pudo abrirla. Lizeth inmediatamente se alzó y fue al lado contrario. Tampoco había respuesta de las puertas. Estaban encerradas, sin ninguna forma de salir.

— Amber...

— Tranquila, estaremos bien —respondió aun sabiendo que las cosas se pondrían peor. 

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¿Lograrán salir a salvo de todo?