Capítulo 64: ¡Corre por tu vida!
Danny y Dylan dejaron de bailar en cuanto la canción terminó de sonar. Sabían que ya debían de estar con los demás, pero querían disfrutar más el momento que estaban viviendo.
—Creo que es hora —dijo Danny viendo a Dylan directamente a los ojos.
—¿Sabías que eres la persona más valiente que he conocido?
—¿Por qué lo dices?
—Porque tienes toda la fuerza para acabar con todo lo que nos ha estado pasando. Y lo haces sin dudarlo ni un momento.
Ambos sonrieron dándose un beso. Se fueron alejando poco a poco de la multitud en la que ya estaban envueltos. No eran los únicos que se habían quedado a bailar otro par de canciones, también Tiffany y Alex estaban por salir del centro.
Estando todos reunidos Danny les fue pasando a cada uno un intercomunicador para estar en contacto mientras todos se dividían entre el edificio. Se los colocaron de tal forma de no llamar la atención de nadie.
—Tenemos las seis puertas a nuestros laterales. Lizeth y Amber se quedarán aquí en la fiesta por cualquier cosa, ¿sí?
—Está bien Danny —dijo Lizeth mientras que Amber solo asentía.
—Iré por esta —dijo Danny señalando la puerta en la que pareció haber visto algo.
Cada pareja comenzó a alejarse a la puerta que escogieron. Lizeth solo se quedaba observando desde la mesa como todos llegaban al punto en el que debían de estar.
—Estarán bien Liz, ¿ok?
—Me preocupa que algo salga mal.
—Tranquila, recuerda que nos dijeron todos los posibles escenarios en los que nos encontraríamos.
—Bueno —respondió.
Ambas vieron cuando cada una de las parejas cruzó la puerta y al mismo tiempo Danny debía en el intercomunicador que se cuidaran. Caminaron hacia la pista con el objetivo de no levantar sospechas si se quedaban en su mesa.
Caroline y Evan cruzaron la puerta y empezaron a avanzar con cuidado. El pasillo comenzaba a dividirse, una dirección te llevaba a las escaleras y la otra te iba metiendo más entre el nivel en el que se encontraban A ellos les correspondía bajar solo un piso más, por lo que dieron vuelta a la izquierda sobre las escaleras.
Todos empezaron a comunicarse a través de su intercomunicador. Iban describiendo el lugar por donde iban, unos decían que realmente el edificio estaba grande y otros que las escaleras eran eternas.
Una vez que Caroline y Evan llegaron a su piso correspondiente, comenzaron a adentrarse en el mismo. Afortunadamente había luz por todo el sitio, por lo que no tendrían que lidiar con sorpresas en la oscuridad. Se fueron dando cuenta de que había habitaciones, tal y como lo había dicho Tiffany. Entraron a una y lo único que encontraron fueron cajas.
—¿Qué te parece si mejor vamos al salón? Puede que ahí encontremos algo —sugirió Caroline.
—Sí, vamos.
Dieron media vuelta porque el pasillo en el que iban, correspondía a todas las habitaciones y demás pasillos interconectados del piso. Dieron pasos veloces, estaban atentos a todo lo que los rodeaba. No podían dar un paso en falso, ni siquiera podían dejar de ver a su alrededor.
Llegaron a una puerta parecida a la que ellos habían cruzado en su propio salón, la cruzaron y al entrar dieron con el mismo acomodado que tenían ellos. Fueron avanzando paso a paso, no había nada misterioso.
Caroline se despegó de Evan, avanzó hacia la zona en donde se encontraba la parte del audio y vídeo. Revisó todo lo que estaba en ese lugar y dio con algo fuera de lugar. Un cigarrillo recién apagado estaba en el suelo.
—Evan, hay alguien aquí.
—¿Cómo dices? —preguntó y Caroline al voltear a verlo vio una sombra negra detrás de él.
—¡Atrás de ti!
Evan giró su vista hacia atrás y vio que un hombre se encontraba a sus espaldas. Corrió en dirección hacia donde estaba Caroline, una vez que se encontraron dieron hacia atrás. Abrieron una de las puertas y corrieron sobre el pasillo.
Volteaban a ver cada cierta distancia, Malcolm iba detrás de ellos. En cuanto dieron vuelta en un pasillo lo perdieron de vista. Se adentraron en el pasillo de las habitaciones y se encerraron en una de ellas.
—¿Me escuchan? Lo encontramos.
Nadie respondía, ni siquiera se escucha ningún ruido. Parecía como si la comunicación entre los intercomunicadores se hubiera disipado.
Ambos se quedaron lejos de la puerta, en donde podían ser fácilmente vistos. Caroline comenzaba a ponerse nerviosa, Evan le decía que se calmara. Agarró un tubo que se encontraba en el suelo, fue directo a la puerta y vio a través de la ventanilla. No había nadie sobre el pasillo.
Llamó a Caroline para que salieran. La rubia avanzó hacia él mientras Evan abría la puerta. Estando uno al lado del otro comenzaron a avanzar entre el pasillo, al llegar al que los llevaba directo a las escaleras se quedaron viendo arriba y abajo, pero todo cambió en cuanto las luces se apagaron.
—No puede ser...
El intercomunicador volvía a funcionar, Lizeth estaba diciendo algo, pero no lograban entenderlo. Parecía que había interferencia, la cual no dejaba escucharlos.
—Repite lo que dijiste Lizeth —dijo Evan que comenzaba a temblarle la voz.
—Algo está sucediendo aquí, ¿me escuchan? Todos están cayendo al suelo, vuelvan.
—¿Qué dijo?
Las escaleras comenzaron a sonar, en seguida Caroline sacó su celular para encender la linterna. Malcolm estaba a escasos metros de donde ellos se encontraban.
—¡Corre Caroline! ¡Corre!
Corrieron entre el pasillo oscuro en donde la poca luz que había de emergencia, no lograba iluminarlos. Evan le gritó que apagará su linterna, y con ello se perdió entre la oscuridad.
Caroline iba agitada, corría intentando retomar el camino al piso en donde estaba la fiesta, pero no quería dejar a Evan. Se detuvo y volteó hacia atrás gritando su nombre.
Regresó por donde venía y escuchó un grito. Encendió su linterna nuevamente y vio a Evan en el suelo arrastrándose. Detrás de él venía Malcolm a toda prisa, intentó correr para ayudarlo, pero su perseguidor fue más rápido.
—¡Corre por tu vida! ¡Huye Caroline! —gritaba Evan mientras Malcolm se colocaba detrás de él.
Sin pensarlo recargó su pie sobre su espalda. Se agachó y tomando un cuchillo cortó su garganta dejando brotar la sangre.
Caroline gritó y dio media vuelta. Apagó la luz que salía de su celular y echó a correr entre el pasillo.
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¡Y comenzamos la diversión!
Uno menos. ):
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