Narrado por Amber

—¿Cómo estás Caroline?

—Bien, aunque estoy preocupada por Danny. No la está pasando nada bien —voltea hacia donde está Danny llorando mientras Dylan lo abraza.

—¿Quieres ir con él?

—Está en buenas manos, por ahora quiero que siga así.

—Está bien Care.

—¿Puedo contarte algo Amber? —preguntó Caroline como si realmente tuviera que hablarlo.

—Puedes confiar en mí todo lo que quieras.

—Tengo miedo, o sea, no es como cuando terminó todo hace un año que era un miedo temporal cada que sonaba mi celular, o cada que salía que tenía que voltear a todos lados.

—¿Entonces?

—Es un miedo más grande, temo por todos nosotros. Ya pasó lo de Cameron, Natalie sigue desaparecida, y ahora no sé qué sea lo siguiente que tenga en mente Malcolm. Danny descubrió algo ayer, Malcolm está matando a más personas dentro de los suburbios que rodean Stewartville.

—¿Lo hablaron con las autoridades?

—No sé si Danny lo habrá hecho, no quise decir nada yo porque no creo que deba decir lo que él vio y encontró.

—Deberían hacerlo mañana, no se queden ese tipo de información que puede ser crucial para que lo atrapen.

—Lo sé.

Caroline hizo una leve sonrisa y volteó hacia donde estaba Violet junto a Tessa. Le pregunté el cómo se encontraba ella ahora, y dijo que parecía que estaba bien, aunque tenía el pendiente de lo que estaba rondando su cabeza. Y más específico, el hecho de que veía a Christopher en sus alrededores.

Los tres necesitaban estar en paz por primera vez después de lo que había sucedido. Este último año en la escuela había sido muy duro para ellos, y con lo que estaba ocurriendo ahora les resultaba más difícil aunque se mostraran fuertes frente a todos.

El atardecer comenzó a aparecer y todos nos juntamos en círculo para apreciarlo. Era un paisaje realmente hermoso y sorprendente, podía ver las sonrisas en los rostros de cada uno, estaban amenos con el ambiente en el que nos encontrábamos y por un momento sentí que todos estábamos relajados.

Dejamos de ver el cielo increíble que teníamos sobre nosotros, y a Alex se le ocurrió poner en marcha un juego de los que antes jugábamos de niños: Pato, Pato, Ganzo. El comenzó levantándose y yendo de derecha a izquierda tocando la cabeza de cada uno mientras decía Pato, todos en seguida activamos ese sentido de que en cualquier momento nos tocaría correr para seguir en el lugar que nos correspondía.

El primer Ganzo fue para Dylan y en seguida se levantó a correr alrededor de todos, pero por desgracia no logró llegar a su lugar a tiempo. Alex ya estaba ahí y se burlaba de él. El juego continuó durante horas más esperando a la hora en que tuviéramos que irnos al laberinto para competir.

—Oigan, olvidamos algo —dijo Tiffany al levantarse de su lugar—. Y necesito que alguien lo haga antes de que el toque de queda vaya a iniciar.

—¿Qué es? —preguntó Danny que quedó desconcertado.

—Alguien debe dar aviso a los detectives y oficiales que estaremos fuera mientras estemos en la competencia del laberinto.

—Ah, no se preocupen —se levantó Caroline extendiéndome la mano—. Yo iré con Amber y...

—Conmigo —respondió Danny.

—Perfecto chicos, entonces los vemos en el laberinto quince minutos antes de que empiece todo, ¿vale?

Los tres asentimos despidiéndonos de todos para ir a nuestro destino. Caroline le dijo a Danny que era momento de hablar con los detectives respecto a lo que había vivido ayer mientras estuvo fuera, Danny dijo que ya se lo había mencionado a Larry, pero que sí quería hablarlo mejor con todos por si les resultaba de ayuda para buscar a Malcolm.

Llegamos a las oficinas nuevamente y Larry estaba fuera fumando un cigarro. En cuanto nos vio lo apagó y se dirigió a nosotros con una sonrisa.

—¿Dos veces en un día?

—Danny quiere contarles todo al respecto.

—Ya sabes qué es, te lo mencioné hace rato.

—Oh, vaya. Entremos para buscar a FItzgerald —asentimos y avanzamos junto a él.

—¿Y bien Danny? Te escuchamos —habló Larry mientras todos estábamos sentados en una de las salas donde se hacían cuestionamientos.

—La noche del lunes salí junto a Dylan de Stewartville para buscar a Natalie. Después de haber visto la fotografía del cuerpo de Stefan en la visita a la exposición de Violet, no dejaba de pensar en ello.

Así que fuimos sobre el camino en el que probablemente venían hacia acá. Encontramos un hotel acordonado, supusimos que ahí se hospedaban y acertamos en cuanto encontramos la habitación con sus pertenencias. Recordé que en nuestros talleres que asistimos sobre casos de asesinos habíamos estudiado que podría ser que el asesino tuviera algo a la redonda, así que comenzamos a rodear al hotel y para nuestra sorpresa encontramos una cabaña.

Todo el lugar estaba lleno de sangre, Malcolm había estado ahí. Decidimos mejor irnos porque no soporté el estar ahí ni un segundo más.

De regreso pasamos por Domsville a comer algo y escuchamos sobre una casa en donde habían encontrado cuerpos. Fuimos y fue cuando nos enteramos que Malcolm lo había hecho y que no era la primera vez porque estaba siguiendo un patrón. Con los cuerpos formaba números y había saltado uno: el tres. Los suburbios que habían sido atacados, son los que rodean a Stewartville.

—Lo sabemos Danny, de hecho la seguridad en todos esos suburbios ha aumentado. Agradecemos mucho que nos hayas compartido tu vivencia, y quiero que estés tranquilo porque vamos a atrapar a ese malnacido.

—No es fácil sentirnos tranquilos, ¿sabe? —respondió Danny con voz temblorosa—. Y menos sabiendo que mi prima sigue allá afuera, sin ayuda de nadie, aguardando su muerte mientras nosotros estamos aquí.

—Deben encontrarla —esta vez Caroline entró a la conversación—. Sé que están haciendo lo mejor que pueden, pero no merecemos otra muerte sobre nuestros hombros. Porque lo que hace es por venganza hacia nosotros, y cada muerte que ocurra es como si fuera nuestra culpa.

—No es venganza hacia ustedes, saben que es directamente con sus padres por la historia que nos dieron hace un año. Malcolm busca vengarse de cada uno de ellos por el daño que le ocasionaron cuando eran jóvenes.

—Y ya se llevó a cinco de nosotros.

Danny se levantó de su silla y se retiró. Larry trató de detenerlo, pero fue inútil en cuanto cruzó la puerta y la azotó. Caroline dio las gracias por haberlos escuchado y dio aviso de lo que haríamos mientras el toque de queda iniciaba, a lo que recibió como respuesta que estarían patrullando el perímetro del laberinto y alguaciles estarían en todos los accesos del mismo.

Dimos las gracias por su interés en querer protegernos, pero aun así nos dijeron que era mejor que nos fuéramos a casa. A pesar de que estuvimos de acuerdo, necesitábamos distraernos en algo, y además no creíamos que Tiffany quisiera estar en casa sabiendo que teníamos la graduación encima.

—¿No es conveniente que sus padres y ustedes se vayan de aquí?

—Lo hemos considerado Amber, pero no creo que eso detenga a Malcolm. Más vale que estemos todos juntos a que nos agarre por separado y solos.