Cuando Alex se fue y subí a mi departamento, me fui a dormir pensando en el, pero también con una idea en mi cabeza que revoloteaba sin parar: Hacer todo lo posible por cumplir la promesa que le hice a Alex, pero también el mostrar empatia y ayudar a las personas que lo necesitaran. Puede que no pueda resolver los problemas de la gente, pero aveces un abrazo o un consejo pueden ayudar mucho, dar fuerzas a una persona que siente que su mundo se desmorona.
Al día siguiente empecé por ser más amable y sociable con mis compañeros del trabajo. Llame a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos que no veía desde que me mude y fue bastante gratificante. Decidí no alejarme más de las personas que me rodean. Ese día Alex fue por mi al trabajo. Fuimos a su casa y no deje de acariciar a Tommy, después de todo, si el no me hubiera consolado siempre que estaba triste, no estaría aquí con Alex.
A partir de entonces algo dentro de mi cambio, algo profundo que no se como explicar. Sabia que mi relación con Alex apenas empezaba y no sabia si estaríamos juntos por siempre, a pesar de pensar en eso, me prometí disfrutar cada momento a su lado, pensando solo en el hoy y el ahora. Y si un día siento que me vuelvo a caer, me levantare las veces que sean necesarias. Si yo puedo, tu puedes, todos podemos. Mira a tu alrededor, estas vivo por alguna razón. Abraza a tus seres queridos, enamorate sin miedo, siente como el aire despeina tu cabello, viaja, come lo que quieras. Disfruta el hoy y el ahora. Y si necesitas ayuda, recuerda que siempre habrá alguien a tu lado, muchas veces es alguien inesperado, por ejemplo, un gato. Así que levantate, sonríe y has lo que te haga feliz.
¿Prometido?.