Capitulo 2
A la mañana siguiente me desperté a la hora de costumbre para ir al trabajo, desayune, tome una ducha y me vestí rápidamente debido a que se sentía mucho frío. Me sentía con ánimos de probar un nuevo look, así que me peine y maquille de forma diferente ese día. Al llegar a la oficina todos notaron el cambio, me hicieron miles de cumplidos y de alguna forma, mi autoestima se elevo. Me sentí complacida y trabaje lo mas arduamente posible. Al llegar la hora de salida tuve un presentimiento, no sabia exactamente que era pero algo me decía que tenia que llegar rápido a casa. Salí, tome el autobús y me puse los audífonos para escuchar música y relajarme un poco. Conforme miraba por la ventanilla me daba cuenta de que muchas personas se veían felices o tristes, simplemente por ver sus rostros o incluso su forma de caminar. Lamentablemente uno no puede acercarse y preguntar directamente a alguien que no conoce como se siente y eso me causo un pesar en el corazón. Mire hacia otro lado y me imagine el como me veían las demás personas, quizá por mi aspecto de hoy dirían que soy una mujer feliz, pero si me hubieran visto ayer, ¿Hubieran pensado lo mismo?.
Decidí no darle mas vueltas al asunto y me baje del autobús antes de llegar a casa, quise caminar un poco e ir a comprar pan para la cena. En el camino escuche a un gato maullar pero no le di importancia hasta que mágicamente volví a encontrarme con el mismo gato de ayer. Al verme vi que su expresión no era la misma y esta vez movio su cola varias veces y se tiro al suelo esperando a que jugará con el y lo acariciara, lo hice con mucho gusto, como si ese gato y yo fuéramos muy cercanos. Después de un rato se levantó, volvió a maullar y se fue. Me quede ahí parada por un rato tratando de mirar hacia donde iba y una vez más no pude verlo, así que camine directo a casa. Mientras subía las escaleras del edificio para llegar a mi departamento noté que las luces parpadeaban como si la luz estuviera a punto de irse, así que me apresure y al llegar casa me sentí segura, así que me relaje un poco y prepare un poco de chocolate caliente para entrar en calor. Al terminar fui directo a dormir .
Esa noche volví a tener otro sueño extraño aunque no podía recordar mucho, solo se me venia a la mente la imagen de el gato que me encontraba en la calle. Decidí no pensar mucho y nuevamente me prepare para ir al trabajo. En el trayecto esperaba encontrarme con mi amigo gatuno pero no fue así. Me sentí un poco triste porque de alguna manera sentía que su compañía me daba una sensación de que todo iba a estar bien. Luego me di cuenta de que era una locura encariñarme con un gato que mi ni siquiera era mio y que tal vez no volvería a ver, así que me olvide del tema y seguí con mi rutina.
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