Cap 3: La Caída
Shun y Hyoga salieron de la habitación del ruso, caminaron hasta las escaleras, estaban a punto de bajar a la cocina cuando...
—¡¡A COMER!! — el castaño pasó volando por un lado de los dos jóvenes, por accidente tropezó con Shun, este trató de mantener el equilibrio pero un pie se salió del primer escalón y cayó.
Hyoga vio en cámara lenta como su mejor amigo rodaba por las escaleras, corrió lo más rápido que pudo y detuvo su caída casi al final de la escalinata.
—¡Shun! — Lo revisó con cuidado, el joven de cabellos verdes estaba inconsciente en el filo de la escalera — ¡Shun por favor reacciona! — el Pegaso llego a donde ellos estaban.
—¡Ay no! De verdad, lo lamento mucho, yo... yo no quería que esto pasara, lo siento — el castaño se veía muy apenado.
—Lo sé Seiya — el rubio regresó su mirada al joven Andrómeda, sus ojos se fijaron en su rostro con rasguños, un pequeño hilo de sangre salía por su cabeza, bajó hasta su pecho y allí su mirada cambio a una de completa preocupación.
Notó una pequeña mancha de sangre que cada vez se hacía más grande, esa mancha era de una herida reciente que sufrió en la batalla de Hades, se había abierto por la caída.
— No puede ser ¡Seiya! ¡Llama a todos y diles que voy al hospital! — ordenó mientras cargaba a Shun entre sus brazos.
—¿Por qué?
—La herida que tenía Shun en el pecho se ha abierto, tengo que llevarlo al hospital para que la suturen, rápido, avísale a todos. Nos vemos allá — y sin esperar respuesta del castaño, Hyoga salió corriendo de la mansión en dirección al hospital más cercano.
Seiya corrió al comedor donde se encontraban los demás listos para desayunar.
—¡Chicos! — todos voltearon en dirección al moreno, se veía preocupado.
—¿Qué sucede Seiya? — preguntó la joven diosa.
—¡Es Shun!
—¡¿Qué tiene mi hermano?! — preguntó Ikki levantándose de golpe de la mesa.
—La herida que tenía en el pecho se abrió.
—Eso no puede suceder, a menos que se caiga y se quite los puntos por el golpe... no me digas que el ruido que escuche afuera fue...
— Si, Shun se cayó por las escaleras — le respondió Seiya a Saori.
— Él es muy cuidadoso, ¿Cómo se cayó tan fácilmente? — preguntó Shiryu.
— Eso no importa ahora, Hyoga esta de camino al hospital más cercano, dijo que nos vería allí así que vamos — todos se levantaron y salieron lo más rápido que pudieron de la cocina rumbo al hospital.
...
Hyoga entró a la recepción del hospital.
—¡Por favor! ¡Ayúdeme alguien! — una doctora se le acercó.
— Dígame, ¿qué fue lo que le pasó? — preguntó la joven.
— Se cayó por unas escaleras y una herida que tenía cerrada se abrió — habló el rubio alarmado.
— Cálmese por favor, sígame — la mujer guió al Cisne hasta una camilla — Recuéstelo ahí — Hyoga recostó a Shun en la camilla con sumo cuidado, ahora que lo veía bien notó que tenía golpes en los brazos y mas rasguños, la mancha de sangre se había extendido bastante por la camisa manchando casi todo su pecho, la doctora lo examinó. — ¡Hay que llevar a este joven a cirugía! ¡Rápido!
Varios doctores y enfermeros corrieron a la camilla, la doctora sujeto un costado y se lo llevaron de inmediato a la sala de emergencias.
Hyoga siguió la camilla.
—¡Shun! — una enfermera le impidió el paso.
— Lo lamento joven pero no puede pasar.
—Él va a estar bien ¿cierto?
— Descuide, estará bien, está en buenas manos. Sígame a la sala de espera – lo guió al lugar y le indico una silla — Tome asiento, y tranquilícese, su novio estará bien — el rubio se sonrojó.
— Él n-no es m-mí... - la chica se sorprendió.
— ¡Ay! Como lo siento, creí que eran pareja, ya sabe, por la forma en la que lo trajo cargado en brazos... jejeje, disculpe — la chica se retiró apenada dejando al rubio solo con sus pensamientos.
Pov Hyoga
Vaya, no creí que nos confundieran como una pareja... Shun y yo como pareja, creo que nos veríamos muy bien.
Volví a sacudir mi cabeza para alejar esos pensamientos de mi mente.
Escuche pasos que se dirigían hacia mí, volteé encontrándome con los chicos y Saori.
—¿Cómo esta? — me preguntó Ikki.
— Lo acaban de llevar a cirugía.
— Bueno, solo nos queda esperar a que todo salga bien — el Dragón tomó asiento a mi lado.
— Y pensar que esto es culpa mía — mencionó Seiya bastante triste, todos lo miraron confundidos.
— ¿A qué te refieres Seiya? — preguntó Saori.
— Yo... hay algo que no les he dicho y es que... Shun cayó por las escaleras... por culpa mía... yo lo hice perder el equilibrio y pues, bueno, creo que ya saben el resto — sus ojos se cristalizaron — Shun es mi amigo, y hasta lo puedo llamar mi hermano... yo no quería que esto pasara... si hubiera sido más cuidadoso no estaríamos aquí — comenzaron a rodar lágrimas por sus mejillas — Yo... perdóneme — Ikki se le acercó, con sus dedos limpió sus lágrimas y le sonrió.
— Descuida Seiya, no fue tu intención y tampoco tu culpa, los errores se pueden resolver, tranquilo, yo te perdono — posó sus manos sobre los hombros de mi amigo.
— Tranquilo Seiya, no pasa nada — le habló Saori con tranquilidad.
— Si, a cualquiera le pasa... bueno realmente no... pero fue un accidente, no fue tu intención — habló Shiryu.
— Gracias amigos — el Pegaso sonrió.
Nos quedamos esperando unas 4 horas, yo estaba que me moría, quería saber como estaba, quería saber si todo había salido bien, y sobre todo quería ver a Shun de nuevo, ansiaba ver esos ojos turquesa brillando de la felicidad y esa sonrisa tan radiante que lo hace ver tan encantador.
Shun... espero que estés bien, sé que saldremos de esta.
— Familiares del joven Shun Kido — todos nos levantamos.
— ¿Cómo esta mi hermano? — preguntó Ikki.
— Su hermano está bien, solo necesita descansar, la operación se complico un poco pero fue todo un éxito. Tendrá que quedarse aquí en el hospital por al menos dos días por observación, además, se debe evitar que la herida se abra de nuevo, así que debe mantenerse tranquilo — nos informó la doctora.
— Entiendo — respondió Saori.
— ¿Podemos ir a verlo? — pregunté.
— Desde luego, pero no permitan que se esfuerce ni que se levante. Piso 3, habitación 6 a la derecha.
Agradecimos a la doctora. Yo fui el primero en correr en dirección a la habitación de Shun, quería saber si estaba bien, quería comprobar que no tenía nada malo.
Llegué a la habitación y toqué la puerta.
Escuché la voz un poco cansada de Shun decir un dulce "adelante" así que entré. Allí estaba él, tenía una bata azul claro, se podía apreciar que debajo de esta había una venda cubriendo su pecho.
— Shun, me alegra que estés bien — corrí hasta él y le di un fuerte abrazo, cuidando de no aplicar tanta fuerza, Shun me correspondió con cariño. Ambos nos separamos.
— Hyoga, estoy muy feliz de verte — me dijo sonriendo, me sonrojé un poco.
— ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? — pregunté preocupado.
— Me siento bien, solo un poco adolorido por los golpes pero, no me duele nada — noté que tenía una bandita adhesiva en su frente donde había ocurrido el corte. Shun colocó sus manos en sus piernas y su sonrisa desapareció — H-Hyoga...
Lo miré preocupado.
— ¿Qué sucede Shun? — pregunté angustiado.
— M-mis piernas... no las puedo... s-sentir — me dijo un poco exaltado, vi como sus ojos se llenaban de lágrimas.
Continuará
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