Cap 10: La Avalancha
- Yo soy... una diosa - mencionó mirándolos con seriedad, los jóvenes la miraron sorprendidos, Hyoga no se lo podía creer.
- Vaya, ¿Y cuál diosa eres? - preguntó el peliverde.
- Soy la reencarnación de Nike, la diosa de la victoria - Shun la miró impactado pero el ruso no estaba tan impresionado, de echo tenía una pregunta.
- A ver, no entiendo algo, se dice que la diosa Nike siempre ha estado con Athena o con otro dios importante como Zeus, la diosa Nike que todos conocemos es el báculo de Saori, entonces ¿Cómo es posible que tú seas Nike si esa diosa está con Athena desde hace mucho? ¿Y por qué apareciste ahora?
La joven de cabello turquesa sonrió con dulzura.
- Eres muy astuto Cisne, pero ambas preguntas son fáciles de responder; en el primer caso estas equivocado, yo no me transformé en un báculo, hice el báculo para poder reencarnar al igual que Athena por si me necesitaba en algún momento, ese objeto tiene gran parte de mi poder, pero no está completo, el resto lo cuido yo. Y en el caso de la segunda, es muy simple, Saori mandó a llamar a la diosa Hécate cuando Shun se enfermó, algo le decía que ese líquido extraño tenía que ver con ella, Hécate me envió a mí en su lugar porque está ocupada con otras cosas, es por eso que yo estoy aquí.
- Pareces casi una sirvienta - observó el ruso, Shiryu le metió un golpe a su amigo con el codo - ¡Oye!
- Ten un poco más de respeto Hyoga - lo regañó el pelinegro, Shun lo miró molesto también, pero Alma solo asintió.
- Mi cosmos es poderoso, pero no se compara con el de muchos otros dioses, así que los ayudo con sus labores y para poder cumplir con lo que me pidan no solo uso el cosmos, Hécate me enseñó a usar magia; no soy tan buena como ella, pero me se defender - dijo orgullosa - bien, ahora ¿quieren saber que le pasó a Shun o van a hacerme alguna otra pregunta? - Shun y Hyoga negaron, pero el pelinegro asintió, quería hacer otra pregunta - adelante.
- ¿Tienes alas verdad? - preguntó bastante curioso mientras Hyoga lo fulminaba con la mirada, ¿en serio eso era más importante que saber lo que le había pasado a su amigo?
- Sí, tengo alas, ¿algo más? - los tres negaron - muy bien, el lugar en donde estuvieron en aquella ocasión tenía un lago ¿verdad? - el ruso asintió - de acuerdo a este libro - lo abrió mostrando la imagen de un precioso lago cristalino - ese lago es mágico - los chicos explayaron los ojos, Alma señaló un párrafo de unas 5 líneas - aquí dice que tenía un misterioso encantamiento pero no se sabe exactamente si es algo bueno o malo; las personas pensaban que tenía una maldición porque cuando alguien con problemas de salud se bañaba en sus cristalinas aguas presentaba horribles malestares, estos eran: sudoración excesiva, dolores de estómago, vomito de o con sangre y por ultimo una debilidad que llevaba a la persona hasta la inconciencia. Lo más extraño era que estas personas, luego de pasar por todos esos horrores, se curaban misteriosamente, sin importar el problema de salud que tuvieran en un principio, este desaparecía después de despertar.
Los chicos analizaron la información, eso era lo que le había sucedido a Shun, había recuperado sus piernas después de pasar por todo eso.
- Tengo una duda - habló el Dragón - si el lago tenía o tiene poderes sanadores ¿Por qué provocaba tantos problemas al inicio? - Alma cerró el libro.
- Eso es fácil de explicar, la magia es un poder misterioso y con muchos usos al igual que el cosmos, pero a diferencia de este, pocas personas lo tienen; para que la magia no te afecte de forma negativa debes estar acostumbrado a su fuerza, algo así como el cosmos, si lo elevaras al máximo la primera vez que lo usaras probablemente te desmayes después o te destruyas, eso si logras usarlo a ese nivel; es por eso que aprenden a usar su cosmos poco a poco. Como Shun no usa este poder su cuerpo no aguantó, eso causa los síntomas, como si de un medicamento muy potente se tratase.
Los chicos asintieron, esa era una explicación bastante coherente, la diosa abrió el libro una vez más y pareció notar algo extraño, Shun notó esto y la miró confuso.
- ¿Sucede algo malo? - preguntó el caballero de Andrómeda llamando la atención de los otros dos, Alma examinó un poco más el libro y negó.
- No es algo malo, es solo que aquí dice que no a todos les pasaba.
- ¿A qué te refieres? - preguntó el Cisne.
- No todos se curaban, algo debía pasar para que esto ocurriera, algo muy potente que impulsara a las aguas a cumplir con su misión.
- ¿Y qué cosa es? - preguntó Shun, Alma cerró el libro y se lo entregó al pelinegro.
- Solo sé que aquí no lo dice. Shiryu, ¿puedes regresar el libro a su estante? Por favor - el pelinegro asintió y se retiró de la sala con el objeto. Cuando se fue la joven sonrió y miró a los dos santos - ahora que estamos solos, cuéntenme ¿Pasó algo fuera de lo normal entre ustedes dos?
Los chicos se miraron y de inmediato se sonrojaron, la diosa los miró con una sonrisa, pero confundida, Hyoga miró nervioso a la joven mientras Shun miraba al suelo.
- Realmente no lo sé, a mi todo me pareció normal - mencionó el ruso evitando mirar a Shun y este solo siguió mirando al suelo. Alma no quedó convencida con esa respuesta.
- ¿Estás seguro? Porque eso no es lo que me están diciendo sus caras, Shun parece bastante avergonzado - el peliverde abrió los ojos sorprendidos y ocultó su rostro con sus manos.
- D-de verdad, no recuerdo - el ruso se veía algo asustado, no quería confesar lo que había pasado para no avergonzar a su amigo, él estaba enamorado de Shun, pero no quería confesarlo así y mucho menos si no sabía que era lo que sentía su colega.
- Vamos chicos - dijo la joven con rostro sereno - pueden decirme sin importar lo que haya pasado, si no lo hacen asumiré lo que pasó por lo que me dice el lenguaje no verbal - la chica los analizó por unos segundos, Shun descubrió un ojo para mirarla mientras Hyoga trataba de aparentar normalidad - ustedes entonces... ¿se acostaron? - ambos chicos abrieron los ojos como platos y se miraron realmente apenados - ¿di en el blanco?
- ¡No! - se apresuraron a gritar ambos chicos mientras la joven diosa reía.
- Perdonen, pero, eso es lo que parece, están tan nerviosos y apenados como si la pasión del momento los hubiera echo acostarse en el campo - Hyoga se sonrojó al imaginarse eso, no era una mala idea, pero ese no era ni el momento ni el lugar para pensar en eso, Shun por otro lado descubrió su rostro que para ese momento ya parecía un tomate y miró a la chica con la mayor seriedad que podía tratando de calmarse.
- En realidad... si ocurrió algo - la chica sonrió de forma picara y el peliverde se sonrojó aún más si eso era posible, hasta el cuello se le empezaba a colorear - pero no fue eso, no nos acostamos.
- Muy bien, entonces ¿Qué pasó? - los chicos se miraron - pueden decirme, no los juzgaré.
- Lo que pasó es que yo... Hyoga y yo... n-nos... ¡Nos besamos! - exclamó volviendo a ocultar su rostro, la chica los miró sorprendida y lentamente se sonrojó también, Hyoga miraba a todos lados, Shun lo había mencionado bastante fuerte, pero por suerte nadie a parte de los tres pareció escucharlos.
- Ya me lo suponía - confesó la chica sonriendo - es solo que no me esperaba que fuera algo tan pequeño como un beso, por la forma en la que actuaban parecían haber hecho algo más osado - los chicos se miraron y luego sonrieron, Hyoga pensó lo mismo, actuaban como si hubieran robado un banco o algo peor, Shun se rio un poco y Hyoga le siguió.
- Parecemos criminales tontos tratando de encubrir un crimen - el peliverde empezó a reír un poco más fuerte y la chica los acompañó, la reacción fue muy exagerada, demasiado para un simple beso.
- Bueno, bueno, ahora si entiendo que pasó - los chicos dejaron de reír lentamente y miraron a la diosa - el beso alteró el agua y esta curó a Shun, ese era el impulso que necesitaba - explicó sonriendo - solo una pregunta más ¿son pareja o algo así? - ambos chicos negaron, Shun con una sonrisa y Hyoga un poco desilusionado - oh, entiendo. Bueno, saben que si algo así vuelve a pasar no deben tenerme miedo, no los conozco muy bien pero no los voy a juzgar, no se preocupen - la chica se levantó de sofá y caminó a las escaleras - por cierto - se detuvo - no se preocupen, su secreto está a salvo conmigo - les giñó un ojo y empezó a subir la escalinata, los chicos se sonrojaron y al verse volvieron a reír.
...
Seiya e Ikki estaban en el cuarto del Pegaso, el lugar era todo un desastre, el dueño de la habitación se había negado a limpiarlo solo, era mucho trabajo para él, el mayor de los caballeros accedió a ayudarlo si prometía no irrumpir en su cuarto sin avisar; y aquí estaban, ya habían acomodado gran parte, el suelo estaba barrido, la cama tendida, las cortinas recogidas y no había basura en los rincones, solo faltaba arreglar la ropa del castaño en el armario
.
- Gracias Ikki, si no me estuvieras ayudando nunca hubiera terminado yo solo - el Fénix asintió.
- No es para tanto, pero con lo flojo que eres no hubieras avanzado nada si no estuviera aquí - el castaño lo miró molesto - pero bueno, terminemos de arreglar la ropa antes de que te abandone a tu suerte, en serio ¿Cuánto desorden pensabas seguir acumulando?
- Bueno, no estaba tan mal - el Fénix arqueó una ceja - bueno, si estaba muy desordenado, pero ya tú lo dijiste, soy muy flojo para arreglar esto yo solo.
- Al menos ya lo admites - le sonrió, Seiya sintió sus mejillas calientes y le regresó una pequeña sonrisa.
Los chicos terminaron de guardar todo, el Pegaso se tiró a la cama exhausto bajo la mirada molesta de Ikki.
- ¡Por fin terminamos! - exclamó aliviado acurrucándose en la cama.
- Si, pero por favor no vuelvas a desordenar la habitación así, mira que nos costó mucho arreglarla - dijo cansado, miró a un lado topándose con una puerta que decía lo siguiente en un papel:
Peligro:
Por su seguridad y la de todos no abra jamás esta puerta
Att: Seiya
El Fénix miró al castaño confundido.
- Seiya, ¿Qué es esta puerta? - el nombrado miró la puerta y sonrió nervioso.
- ¿Eso? Puff... no es nada, déjala y ya, no es importante.
- ¿Me estás escondiendo algo? - el Pegaso lo miró con una sonrisa nerviosa.
- No...
- ¿Seguro? - puso su mano en la perilla, el castaño sudó frio.
- S-seguro...
- Bien... - quitó la mano del picaporte y miró al Pegaso - no te creo - giró el picaporte.
- ¡Ikki no! - gritó pero fue muy tarde, la puerta se abrió y de ahí salieron un montón de cosas como cascaras de banana, botas, una guitarra, una tuba, bates, escobas, trapeadores, ollas, cubetas, sartenes y un sinfín de cosas; el desastre se había llevado a Ikki y lo enterró como si fuera una avalancha, Seiya se levantó alarmado y caminó al montículo de objetos - Ikki... - preguntó agachándose y tocando la montaña de cosas - ¿sigues vivo? - preguntó preocupado recibiendo un gruñido por respuesta.
Pisadas se escucharon por el pasillo y de inmediato Shiryu, Alma, Saori y Hyoga con Shun en la espalda aparecieron en la puerta, la avalancha provocó mucho alboroto. Shiryu al ver el desorden frunció el ceño.
- ¡¿No ibas a arreglar tu cuarto?! ¡Se supone que Ikki te ayudaría! ¡¿Dónde está ese irresponsable?! - preguntó furioso.
- No pos si... ¡pero Ikki de chismosito abrió esta puerta y le cayó todo encima! - exclamó molesto el castaño, Shun miró alarmado el montículo de basura, no se veía al peliazul por ninguna parte.
- ¡¿Cómo está mi hermano?! - preguntó asustado.
- Él está bien, me acaba de gruñir, una avalancha de cosas no le hará nada, ha soportado cosas peores.
- Bueno, espero que arregles este desastre enseguida - lo regañó Saori y desapareció de la puerta, Alma la siguió y Shiryu luego de fulminar a Seiya con la mirada salió del cuarto.
- Shun, ¿quieres jugar Ludo conmigo? - el peliverde asintió y ambos se fueron del lugar, Seiya miró el montículo y suspiró.
- Bueno... ¡A desenterrar pollos! - exclamó y comenzó a buscar entre los objetos al caballero del pollo... ¡digo! Fénix, lo desenterró hasta que una mirada furiosa apareció entre las cosas, el castaño le sonrió - hola jejeje.
- Nada de "Hola jejeje" - dijo molesto quitándose una cascara de banana de la cara, se levantó sacudiéndose la ropa que se había llenado de polvo y tierra - ¡¿Por qué demonios tenías un cuarto lleno de basura?!
- Es que... tengo muchas cosas y no sabía dónde guardarlas - se excusó el Pegaso - además, ¿Quién te manda a andar de vieja chismosa?
- ¡¿Qué?! - lo miró enfadado - ¡eso no hubiera pasado si no hubieras amontonado tanta basura en un mismo lugar! ¡¿Cascaras de banana?! ¡¿EN SERIO?!
- Bueno, sí, mucho de lo que había ahí era basura, tengo que limpiarla ¡Y tú me vas a ayudar! - el Fénix lo miró sorprendido.
- ¿Cómo te atreves a exigirme eso? - preguntó molesto - ¡eso fue tu culpa!
- ¡Y también tuya! ¡si me hubieras hecho caso esto no hubiera pasado!, ¡así que por vieja chismosa me vas a ayudar! - sentenció el castaño - ¡y no quiero un no por respuesta! ¡tengo razón!
Ikki solo suspiró y asintió, era cierto, ambos tenían la culpa, además, si no lo ayudaba el cuarto volvería a quedar como cuando empezaron.
- De acuerdo, solo, déjame darme un baño, apesto - dijo y salió de la habitación, el Pegaso sonrió, que Ikki se quedara a ayudarlo después de ese desastre era más que suficiente para alegrarle el resto del día.
Continuará...
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