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CAPÍTULO 3

ISABELLA

Siempre he pensado que los vuelos no me favorecen en nada, cuando no los cancelan, se retrasan, pero algo debe ocurrir.

Viaje al lado de una señora preciosa la cual llevaba a una pequeña muy linda, las más de tres horas me la pasé platicando con la niña ¿Qué pude haber hablado con una niña de seis años? Fueron muchas cosas, en resumidas cuentas, sé que van a visitar sus abuelos, que tiene dos gatos...

—Por fin estás aquí. —Marga me abraza fuertemente, no creí que necesitara tanto esto.

—Un viaje, como los de siempre, fue terriblemente agotador. —respondo.

«Hablo como si en mi vida hubiera viajado mucho».

—Pero agradezcamos que estés aquí sana y salva —esta vez habla mi querido José.

—Y lista para iniciar desde cero.

No estoy triste, pero tampoco feliz, podría decir que estoy resignada a ser exiliada de mi familia como me lo dice Ida.

Cuelgo mi pequeña maleta y salgo del aeropuerto con ellos, nos acercamos donde hay un auto que a simple vista se ve costoso y puedo deducir que es de José, ya que él tiene bastante dinero «si José me gustara o simplemente no estuviera en una relación con Marga, me casaría hoy mismo con él».

Nos subimos al auto y su andar empieza de inmediato, me concentro a ver las luces de las calles, están poco concurridas y me imagino que se debe a que es de madrugada.

—¿En que piensas? —Pregunta Marga sacándome de mis terribles pensamientos.

—Esto y aquello. —Trato de restarle importancia al caos que está en mi mente ahora mismo.

—Por lo que queda de la noche trata de descansar, —Dice —cuando amanezca compraremos tu teléfono y te instalaras en mi casa.

—¡No! —Respondo al instante —No quiero causarte problemas, tengo suficiente dinero para vivir por un tiempo, estaré en un hotel mientras consigo donde vivir.

—¿Crees que te dejaremos en un hotel? —pregunta José desde el puesto del conductor.

—Se que no lo harán, pero saben que donde me buscarán será en sus casas, no quiero meterlos en esto. —Aunque creo que ya están —No quiero alejarlos, pero tampoco quiero involucrarlos.

—Isa, entiende que queremos ayudarte, —insiste Marga —en mi casa no te encontrarán.

—Ahí será en la primera parte que busquen, pudimos hacer cosas raras para que no se registrara el viaje a mi nombre, pero mi familia no es tonta, —manifiesto.

Para poder viajar José movió sus contactos y por el momento nadie sabrá que me encuentro en Berlín, pero de igual manera saben que mi única amiga aquí en Alemania es Marga, por lo tanto, llegarán a ella para poder llegar a mí.

—Respetaremos tu decisión, pero debes saber que nos tendrás como tu sombra. —Sonrío al escucharlos.

—Gracias por todo lo que están haciendo. —Es más de lo que ha hecho mi familia hasta el momento.

Me pierdo nuevamente en las luces de la calle mientras José conduce. Nunca había estado en Berlín y de solo verlo a esta hora me parece una ciudad hermosa, mucho más que Hamburgo.

Llegamos a la casa de José «mansión para ser exactos» todo grita derroche de dinero ¿Cómo no? Su padre es el ministro de la ciudad, su abuelo dueño de buenas empresas y su madre dueña de varias marcas de joyas.

A veces los envidio a ellos, porque la familia de José no se quedó en el pasado, aceptaron la relación que él tiene con Marga y la aprecian demasiado, a veces desearía que la familia de José fuera mi familia.

—Duerme todo lo que quieras. —Dice José cuando entramos a una habitación.

—Si necesitas algo no dudes en llamarnos, estamos en la habitación del lado. —Dice esta vez Marga.

Les agradezco antes de que salga y me dejen completamente sola.

Mi mente empieza a divagar nuevamente, enumero lo que ha pasado estos cuatro días desde que regresé a Alemania y estoy completamente segura que extraño mi vida en Inglaterra, todo era mejor.

Ya entiendo el porque mis padres insistieron en que regresara, ya tenían toda esta farsa de vuelve porque debes estar con tu familia, todo es mentiras.

☙❧

No dormí mucho, mi sueño se redujo a miles de pensamientos. ¿Cómo será él hombre con el que me iban a obligar a casarme? Seguramente es uno de los socios de papá, de solo pensar que pude estar casada con un hombre veinte años mayor que yo me da asco.

En este instante estoy con mis amigos recorriendo un centro comercial, necesito comprar un teléfono para poder comunicarme con ellos cuando me vaya al hotel, también quiero comunicarme con mi nana, aunque se que es como meterse a la boca del lobo.

—Deberías llevar este. —José pone un teléfono que es mucho más actualizado al que dejé en Hamburgo.

—Es un poco costoso, en estos momentos no me puedo dar el lujo de malgastar mi dinero. —Aunque me gusta el teléfono, no creo que sea necesario algo tan extravagante.

—No vas a gastar tu dinero, tampoco me vas a decir no, solo te lo estaba mostrando. —dice sin dejarme hablar —Lo llevarás y lo tendrás todo el tiempo en tus manos para que puedas llamarnos si necesitas algo.

Es autoritario, no se como Marga se lo aguanta, bueno, si se, dice que la folla como ninguno lo ha hecho; creo que eso es bueno para una relación.

Sin decir ni una palabra de negación, José compra el teléfono y lo configura, agrega el número de él y marga y luego me lo entrega.

—No te despegues de el. —Insiste.

—No lo haré, señor autoritario. —Sonrió cuando salimos de la tienda, realmente agradezco esto y espero algún día pagarlo.

Como es medio día decidimos entrar a un restaurante para calmar el hambre que sobre todo yo siento, desde que mi padre me dio esa noticia no pude comer nada más, perdí el apetito en ese momento, pero ahora mismo está volviendo.

Ordénanos pizza que sería lo más rápido, íbamos a comer algo más, pero José debe ir a la empresa de su abuelo ya que lo necesitan para algo importante.

Nos comemos en total tres pizzas, aunque eran medianas, quedamos más que llenos; José se fue hace un rato y yo me quede con Marga recorriendo el centro comercial, por el momento no necesito nada, así que solo disfrutamos en ver cosas, tal cual lo hacíamos en Inglaterra.

—Anoche estuve hablando con José, —dice —bueno, esta madrugada, sabemos que no aceptaras nuestra ayuda y que tampoco aceptaras trabajo en las empresas de su familia.

—Sabes que si trabajo allí posiblemente me descubran – digo.

Aunque no mucho saben de Isabella Benz, la hija menor de esta familia ya que ellos se encargaron de mantenerme alejada. No quiero que me relacionen con ellos y tampoco quiero que me encuentren, puede parecer paranoia, pero mi padre cuando decide algo lo hace cumplir sin importar que.

—Mi tío tiene un bar, no te veo ahí, pero puedo conseguirte un puesto de cajera. —dice con algo de duda.

—Marga, eso es increíble, con eso puedo comer, pagar un alquiler y comprar lo que necesite.

—No es mucha la paga, pero sé que puede irte bien. —dice.

Hice trabajos peores en Inglaterra «nada ilegal por supuesto» así que ser cajera e incluso mesera no me afectaría en nada.

Pasamos toda la tarde juntas en ese centro comercial hasta que José la llama y le informa que nos espera en el hotel Palace, si es como su nombre lo indica, el precio debe ser elevado.

No tardamos mucho en llegar, empiezo a amar las calles de esta ciudad, tal vez porque sean más rápidas para andar.

Mis amigos se acercan a recepción y yo me alejo un poco, molesto un rato en mi nuevo teléfono y decido que tal vez sea buena idea hablar con Eric, pero esa idea es interrumpida por un tipo.

—¿Qué hace una belleza solita? —Habla, pero lo ignoro, ya conozco tipos como él. —¿No te enseñaron modales tus padres?

Me enseñaron tanto, que me prohibieron hablar con gente como tú. —Hablo en francés, doy gracias a Eric que fue quien me enseñó su idioma natal.

—¿Necesitas a alguien? – vuelve a hablar y ya lo estoy detestando —Puedo acompañarte por esta noche.

¿Me ves cara de puta? Te estas equivocando de persona. —Habló nuevamente en francés, no me importa si me entiende, solo quiero que se aleje.

—Parece que no sabes quien soy.

—Me importa una hectárea quien seas, para mi eres un patán. —Esta vez le hablo en mi idioma natal.

—Me gustan así, como tú, que se hagan desear. —Estuve a punto de dar un paso y dejarle la mejilla marcada con mi mano.

Mis amigos se acercan rápidamente y preguntan si algo me molesta, me imagino que mi rostro se ha transformado, el tipo ese supo cómo ponerme de malas.

—Mi propuesta sigue en pie. —habla el hombre antes de alejarme.

Maldigo, maldito, es un hombre hermoso, con una piel clara, pero con su cabello negro, tiene los ojos azules, pero su belleza se reduce a lo patán, ojalá nunca más lo vuelva a ver en mi vida.

Me despido de mis amigos y me dirijo a mi habitación, debo agradecerle nuevamente a José ya que me consiguió una semana entera en este lujoso hotel y para ajustar en la habitación VIP, esto son los contactos que gana al ser nieto del dueño e hijo del ministro.

☙❧

Llevo ya una semana en Berlín y a decir verdad no he disfrutado mi estadía aquí, siento que si salgo del hotel mi padre puede saber dónde estoy «posiblemente ya lo sepa», aunque aquí nadie me conoce, nadie conoce a Isabella Benz, la hija menor de las familias más poderosas del país.

Pude comunicarme con Eric y estoy feliz porque hoy lo veré; Eric es el hermano de la directora del internado, es mayor que yo por diez años, pero es el único con el que pude sentirme bien, no he estado con muchos hombres, a mi edad podría decir que por mi cama han tenido el honor de pasar tres, contando a Eric, ¡Dios! Cuento las horas para verlo.

Afortunadamente Eric viajó a Alemania dos días después de yo volver y siento que es lo único bueno que me ha pasado en estos momentos; no tenemos una relación formal, según yo no estamos enamorados, pero yo parezco estarlo ya que disfruto mucho estar con él «ojalá Eric pudiera cumpliera las expectativas de mi familia».

Estoy limpiando el desorden que no tengo, estoy un poco nerviosa por la llegada de Eric, aunque lo necesito, podría desestresarme al estar con él.

Mi teléfono suena y corro creyendo que puede ser Eric avisando que ya llegó.

—Mujer, ¿Qué tanto haces que no contestas tus mensajes? —Dice Marga cuando le contesto.

—Estoy limpiando un poco, —dijo con desilusión —Eric está en Alemania y vendrá al hotel. —Digo con emoción.

—Ten cuidado con él, —Dice, nunca se llevaron bien —llamaba para decirte que mañana debes estar en el bar de mi tío para que inicies tu trabajo.

Doy un salto con emoción, eso fue más rápido de lo que pensé.

—De verdad muchas gracias, no sé qué haría sin ustedes.

—Aún no agradezcas, nos vemos mañana. —Cuelga antes de que pueda despedirme.

Al finalizar la llamada con Marga, el teléfono de la habitación timbro, me avisaron que había un tipo buscándome y no dude en decir que lo dejaran pasar.

—¡Querida!, —Se lanza a mi cuando le abro la puerta —extrañe tanto estos labios.

Me besa ferozmente, no me da un segundo para respirar, está deseoso y me lo ha contagiado, nunca me importa saltarme los pasos con él.

Cierro la puerta como puedo y nos dirigimos hasta la habitación sin romper el feroz beso.

En un instante los dos estamos completamente desnudos, Eric me deja sobre la cama e inicia a recorrer todo mi cuerpo con sus labios, lo que me hace sentir es, como si estuviera drogada, me deja en un estado donde todo lo malo que ha pasado lo olvido, solo tengo mente para él.

Las posiciones se invierten y ahora yo estoy sobre él, besó sus labios, sus mejillas, su cuello, su pecho... Todo de él me enloquece y sé que yo también generó lo mismo en él.

No puedo decir que hicimos el amor porque es algo que nunca hacemos, nosotros follamos, follamos de muchas maneras hasta quedar exhaustos.

Luego de complacernos carnalmente toda la tarde y alimentar nuestros estómagos decido que es momento de contarle todo lo que ha pasado.

—Ya no estoy con mi familia. —No sé de qué otra manera contarle esto.

—¿Cómo así? —Pregunta sin entenderme.

—Me separé de mi familia, diciéndolo de otra forma, ya no pertenezco a la familia Benz. —Digo, pero su mirada cambia al instante.

—¿Estás mintiendo? —Pregunta algo incrédulo.

—Te estoy diciendo la verdad, ya no soy parte de la familia Benz, —Digo lo que es —ahora soy una...

No se como decirlo, ¿ahora no tengo dinero? Es la única diferencia que hay al haberme apartado de mi familia.

—¿Por qué? ­—Sus preguntas empiezan a incomodar.

—Querían casarme con uno de sus socios por la empresa, no iba a permitir eso.

—¿Eres idiota? —Pregunta cuando se levanta —Eres la única que hace algo así, ahora no tiene dinero, no tienes nada por lo que pueda interesarme.

Sus palabras calan y fuerte, no creí que Eric fuera así, no creí que él fuera igual a los otros; no nos amamos, pero siento algo por él y esto me descompone.

—¿Dices que solo te interesaste por mí, por el dinero de mis padres? —Preguntó con la intención que se retracte de sus palabras.

—Isabella, tu inteligencia juega mal en ocasiones, no eres más que una simple chica bonita, pero lo que más llama de ti es el dinero de tus padres, ¿sabes cuando imaginé teniendo la mitad de eso? —Ríe mientras habla, en este instante lo desconozco.

—Vete. —Es lo único que sale de mí.

—Créeme que lo haré. —Empieza a agarrar sus cosas y yo me propongo no llorar.

Mis ojos se llenan de lágrimas, pero no porque me haya roto el corazón «en parte sí» pero lo que me duele es que haya estado conmigo para poder llegar al dinero de mis padres.

—No me vuelvas a llamar. —Dice antes de salir.

—Créeme que no lo haré. —Tiro la puerta cuando él ha terminado de salir.

Fui una tonta en confiar en él, nunca vi que quisiera mas de lo que podía darle, siempre me aleje de los demás porque solo llegaban a mi por mi estúpido apellido, él me gusto porque demostró otras cosas, al ver que es mucho mayor que yo creí que sería diferente.

Deseo encontrar un hombre que no solo se interese en mi por mi apellido, quiero alguien que desee algo real y sobre todo que si me quiera.

NOTA DEL AUTOR

No quiero actualizar tan tarde, pero lastimosamente es el tiempo que tengo disponible por ahora.

Quería decir que la historia estará narrada por dos personas desde el principio, así que no se confundan cuando llegue el otro a hablar.

Con tu voto y comentario ayudas y apoyas a la historia.

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