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CAPÍTULO 10

RONALD

Escuchar como le decía a su padre que lo odiaba me hizo entender lo que está sufriendo, pero mi egoísmo sigue siendo más grande, no puedo dejarla ir. Cuando su padre la golpeó mi sangre hirvió, tuve el impulso de sacar mi arma y dejar el cuerpo de Bruno tendido en el jardín, pero me contuve. No podía matar al padre de mi futura esposa, no quería asustarla más de lo que estaba y mucho menos podía matar a alguien en casa de mis padres.

Luego de darle una clara advertencia y decirle a toda la familia que debíamos marcharnos por algo, nos fuimos, igual podíamos cenar en casa sin la tensión que se genera entre la rubia y su familia.

—¿Siempre ha sido así? —le pregunto a la rubia.

—No siempre, —responde sin mirarme —aunque los golpes llegaron a los cinco años y cesaron a los ocho años.

—hijo de puta, —¿Quién en su sano juicio golpea una cría de cinco años?— ¿Todo cambió cuando viajaste a Inglaterra?

—Todo fue diferente, aunque siempre creí que merecía esos castigos, antes de ir a Inglaterra hice algo terrible y gracias a eso tuve mi último castigo.

—Nada justifica golpear a alguien y menos a un niño —lo dice el hombre que muchas veces ha matado por placer.

—Fue muy grave lo que hice.

Debo agradecer que se esté expresando conmigo.

—Nada lo justifica, eras solo una niña.

—Niña que arruinó uno de sus negocios.

Para algunas cosas la rubia es superinteligente, pero para otras es ingenua. Cómo se le ocurre justificar algo como eso.

—Deberíamos comer algo —mencionó poniéndome de pie.

—No tengo hambre —dice, pero igualmente me sigue hasta la cocina.

—Debes comer algo para que logres descansar.

Cómo dijo Evans, he estado cambiando mucho y puedo jurar que eso es por los sentimientos que genera la rubia en mí. No estoy enamorado de ella, pero siento algo que jamás había sentido, el instinto por protegerla está incrementando.

—¿Puedo pedirte algo? —pregunta mientras juega con sus manos.

—Pídeme lo que quieras.

—Cancela el compromiso, es lo único que te pido, cancelarlo y nunca sabrás nada de mí.

—Eso es imposible, puedo darte cualquier cosa menos eso.

—No me condenes a algo que ninguno quiere —su mirada está llena de súplica.

—¿Quién te dice que yo no quiero esto? —nos señaló a ambos —deseo esto más de lo que te imaginas.

—¿Cómo puede unir tu vida a alguien que ni siquiera amas? 

—Así de injusta es la vida, rubia, ahora come —le señaló el plato que servía hace un momento.

Siguiendo mis órdenes se sienta en la isla de la cocina y empieza a comer. Si no me dedicara a esto de la mafia y las grandes empresas, estoy seguro de que sería un excelente chef, me desenvuelvo muy bien en la cocina y lo mejor es que a la rubia parece gustarle.

—Puedes hacer lo que quieras —. Digo —eso, solo en el perímetro de la casa, no puedes alejarte de aquí. Si llegas a intentarlo no habrás caminado una cuadra cuando te atrapé.

—¿Estoy secuestrada o algo así? —pregunta ella.

—No, no lo estás —respondo —pero no confío en ti, puedo leer muy bien a las personas y estoy seguro de que planeas algo.

—Tarde o temprano me iré de aquí —me dice mientras se pone de pie.

—Ya te dije que si te gusta correr no tengo problema, me encanta perseguir y acechar a mi presa.

—Eres un idiota.

—Disfruta del gimnasio, la piscina, algún lugar de la casa —. Le digo —yo estaré en mi despacho.

Sin más me retiro y la dejó con la palabra en la boca. Sé que está furiosa, pero hoy ya dimos un gran paso, o eso pienso yo. Se abrió conmigo y eso para mí es un avance, aunque para ella no significó nada porque en su mirada se revela que está planeando algo que seguramente no será nada bueno para mí.

Al entrar al despacho llamó a Evans, por fin descubrimos quienes son los que están tras todos los ataques que hemos recibido, también descubrí el sapo que tenía en mi organización y para su mala suerte le peso, ya que logramos sacarle toda la información —eso creo yo— ahora lo más importante es alejar a la organización del norte.

—Bernal quiere hacer una tregua —me informa Evans a través de la llamada.

—¿Qué pide? —Sé que esto puede ser beneficioso, cómo puede ser una trampa.

—Quiere hacer una tregua, pero con la condición de que él pueda traer su negocio hacia este lado del país —dice.

—Ni loco, la trata de blancas en mi territorio no es permitido —la trata de blancas y el de niños.

—Él lo sabe, pero dice que es lo único que pide para que se haga una tregua.

—Arthur se le ha jodido la cabeza, él sabe que no tiene ningún derecho en exigirme algo, además fue él quien intentó invadir mi territorio —digo con ironía.

Él sabe perfectamente que esto se rige de esta manera y aunque no les guste, yo soy la cabeza de todo esto, soy quien se jodió desde niño para que esto no cayera justo como lo deseaban los franceses, soy el único que logró una tregua con Rusia e incluso logró hacer negocios con ellos.

—Quiere adueñarse de lo que te pertenece —me dice lo que ya sé.

—Crees que no sé, que todos andan detrás de mi puesto, pero eso será difícil de alcanzar. —digo —envíale la cabeza de su perro, para que sepa que conmigo no puede jugar.

Así de fácil para mí, tenemos a su mano derecha quien es fundamental en sus negocios, no me importa cobrar esa vida, ya que no es útil para mí. Evans solo debe hacer una llamada y antes que termine la noche le llegará la cabeza de su perro para que sepa que no estoy jugando.

☙❧


La verdad es que lo que dormí fue muy poco, espere hasta que me avisaron que mi pequeño regalo le había llegado a Arthur, también hice unas llamadas a Rusia, quiera saber si las balas con esa nueva pólvora que ellos crearon llegarán esta semana.

Aunque la pólvora fue inventada en china, los rusos le llevan una ventaja, ya que estos han inventado una pólvora que no deja rastros en las manos de quién dispara, esto hace más fácil nuestro trabajo.

Bajo a la cocina con la intención de decirle a Blanca que me prepare algo, hoy no tengo mucho tiempo para cocinarle a la rubia, aunque eso es lo que más quisiera. Estoy seguro qué podría conquistarla de esa manera, su manera de disfrutar mi comida el día de ayer me lo hizo saber «aunque puedo estar imaginando cosas».

Entró a la cocina con la intención de saludar a blanca y me llevo una sorpresa al encontrar a la rubia en la cocina con ella; lleva una pijama que tiene menos tela que la que debería «agradecí que mi gente no entra a algunas partes de la casa sin permiso previo», las observo un rato antes de interrumpir, la rubia parece estar muy cómoda con banca porque responde a todas sus preguntas con una sonrisa en su rostro.

Al darse cuenta de que la estaba observando, cambia su semblante y toma la posición que ha tenido estos días conmigo. ¿Cómo quiero que me vea diferente si la traje a mi casa a la fuerza? Además, quién toma confianza en qué, ¿cuatro días?

—Buenos días, rubia —digo acercándome a ella.

—Tengo un jodido nombre —. Dice mientras se aleja de mí —deja de decirme rubia.

—¿Por qué dejaría de decirte lo que eres?

—Jodido narcisista —veo cómo toma un plato y se aleja.

Me rio al verla subir de prisa las escaleras, nunca me cansaré de decirlo, esta mujer despierta algo distinto en mí.

—Señor —me saluda Blanca y yo le sonrió.

—Buenos días, Blanca, ¿puedes, Servirme? —le informo antes de dirigirme al comedor.

Mientras Blanca me sirve el desayuno, me encargo de hacer un par de llamadas, asegurándome que esta noche no tengamos ningún intruso o interrupciones en nuestra fiesta. Además, con la advertencia que se le hizo a Arthur no creo que se vaya a quedar con los brazos cruzados.

—Necesito el doble de vigilancia en el hotel —le informo a Antón.

Puede parecer paranoia, pero sabiendo mi posición y las personas que estarán en la fiesta no quiero exponer a la rubia —no más de lo que va a estar a partir de esta noche— yo sé defenderme, igualmente mi familia, la seguridad es más por ella.

—Cerca estarán la mitad de los hombres antiguos y algunos nuevos, en algunas cuadras estarán algunos hombres de confianza acompañados por algunos nuevos, también —me informa mientras lee su tablet.

—No quiero ningún mal entendí, tú estarás a cargo de todo esto. Si algo sale mal, tú serás el único responsable.

Termino mi desayuno y me levanto con dirección nuevamente a mi habitación, pero la intriga me gana y decido acercarme a la habitación donde está la rubia.

“Mañana nos encontraremos ahí. —la escuchó hablar por su teléfono —que se joda él y todo este circo, estoy siendo muy pacífica, pero mañana todo cambiará”.

—¿Qué cambiará Isabella? —Abro de golpe la puerta y veo como se pone nerviosa de inmediato —ya te lo dije, tú, —la señaló —no podrás esconderte de mí.

—Te demostraré que sí.

Se levanta y se dirige al baño, camina a paso apresurado y me causa risa, quiere evitarme. Escucho como le pone el pasador a la puerta y luego abre la ducha.

Salgo de su habitación haciendo nuevamente una llamada, necesito gente vigilando a sus amigos y otros tras ella, pero que no se hagan notar. Aunque tengo acceso a todas las cámaras de la ciudad, no puedo darme el lujo de simplemente perderla y buscarla a través de ellas, eso me tomaría mucho tiempo.

☙❧

La hora llegó, ya es tiempo de mostrarle a todo el país y mis aliados que la futura reina de la mafia alemana está aquí. Mostrarles que no es cualquier mujer la que se une a mí, porque sin duda, Isabella Benz es la mejor mujer y opción para ocupar este puesto y no, su belleza no es lo único que influye aquí, ella es inteligente y tenaz, es la única que hasta el momento me ha rechazado y lo mejor se ha enfrentado a mí.

Llevo un traje completamente negro, «nada raro en mí», la corbata que adorna el traje es plateada tal cual el bolsillo de mi saco, mi cabello está perfectamente peinado. 

En uno de mis bolsillos descansa el anillo que pondré hoy en la mano de Isabella, una hermosa joya familiar la cual mi madre decidió que la rubia era la única merecedora de esta.

En este momento estoy esperando a la rubia, la cual se está tardando más de lo deseado, miro mi reloj de mano y noto que llevamos quince minutos de retraso, a este paso no llegaremos temprano, pero ella vale la pena todo el tiempo.

Estoy bebiendo un poco de whisky cuando escucho sus pasos, es a la única que los pasos se le sienten tan imponentes. Me giro y mi boca se desencaja, esta mujer está llena de sorpresas, ayer fue un vestido más corto que la vida de mis enemigos y hoy es uno tan largo, pero que de igual manera deja ver muchas partes de su piel.

—¿Qué quieres dar a entender con ese vestido? —pregunto acercándome a ella, su olor es hipnotizante.

—Que estoy de luto, que hoy están enterrando a una chiquilla de veinte años que creció lejos de su familia y no disfruto su vida —habla con odio.

Aunque tiene razón en parte de lo que dice, pero esto no necesariamente en un entierro, mucho menos es el fin de su vida, ella puede hacer lo que desee con la única diferencia que ahora tendrá a alguien que la protege.

—Si quieres yo puedo enterarte otra cosa —digo con diversión tratando de cambiar el tema.

Ella entiende perfectamente lo que digo y se acerca a mí, mucho más de lo que alguna vez pudimos estar. Su aliento choca con el mío y sus labios rozan los míos, ¡Dios! Está jugando conmigo.

—¿Qué quieres enterrarme Ronald? —arrastra sus palabras mientras sus labios se pegan por completo a los míos.

«Esta loca» eso pienso hasta que saboreo sus labios, aunque saben mucho a menta, tienen el intacto sabor a vodka. Me alejo de ella y la muy descarada sonríe.

—¿Te asusté? —pregunta aún riendo.

—Estás ebria —afirmó al ver sus ojos dilatados.

Ella sigue riendo y se aleja más de mí. Empieza a caminar hacia la salida moviendo sus caderas hacia cada lado, mis malditos ojos no pueden mirar otra cosa que no sea su culo. ¿Cómo de estar creyendo y haciendo otra cosa llegué hasta aquí?

Caminó tras ella y la detengo antes de que salga.

—No te moverás de mi lado y no tomarás ni una gota más de alcohol —exijo antes de continuar con nuestro camino.

—Jodido narcisista —susurra antes de subirse al auto.

Estoy seguro de que la rubia tiene experiencia en andar en tacones totalmente altos a ese nivel de ebriedad, no sé tropezó y mucho menos tambaleó mientras llegamos al auto.

Antón empieza a manejar directo al hotel donde seguramente ya están todos los invitados esperándonos, la fiesta no puede iniciar sin nosotros, somos la razón de esta.

La rubia tiene su mirada hacia las calles, desde que se subió al auto, no me ha mirado a los ojos o mejor dicho, desde que me besó.

No pensé que fuera capaz de eso, de ella tomar la iniciativa para hacer eso y aunque estoy seguro de que ese valor se lo dio el alcohol que lleva en su sistema, no dejo de pensar que cabe la probabilidad de que ella pueda ceder un poco y conocerme, darme la oportunidad de ser su esposo y estar el resto de mi vida con ella.

—¡Jefe! —Antón llama mi atención.

—¿Problemas? —preguntó en voz baja sin quitarle la vista a la rubia.

—No, los chicos ya están en sus posiciones, pero me informan que Arthur acaba de llegar al hotel con alguno de sus hombres —dice aún conduciendo.

—¿Muchos?

—Menos de diez —dice.

—Eso quiere decir que recibió la invitación y vino sin plan de ataque, posiblemente no intente nada esta noche —digo en voz baja, aún no es momento que Isabella tome conocimiento del otro lado de su futura vida.

Antón no menciona nada más y continúa el viaje, dos camionetas más nos siguen y en ellas van varios de mis hombres, con las amenazas de estos días es mejor tenerlos a todos pisando mis talones y a mis enemigos comiendo en mi mesa.

Nos demoramos aproximadamente cuarenta minutos en llegar al hotel, había varios autos afuera al igual que algunos de mis hombres, todos custodiaban el lugar, pero sin mostrarse mucho, yo pude reconocerlos al instante porque tal como lo dijo Antón, cada hombre antiguo estaba con uno nuevo.

—Sabes, no te puedes alejar en ningún momento de mí —le insisto a la rubia.

—Como diga narcisista —desde la mañana lleva llamándome de esa manera y si ella pretende molestarme con eso, no lo está logrando.

—Y ni un trago rubia —sostengo su brazo y la incitó a entrar al lugar.

Antes de que abran las puertas la suelto y pongo mi mano en su espalda baja, su piel se eriza al instante y yo sonrió al saber la reacción que causa mi simple toque.

—Aquí vamos —suspira y luego pone una sonrisa, la cual la hace parecer que disfruta esto, pero no puede estar más lejos de la realidad.

NOTA DEL AUTOR

Tarde, pero seguro :) cómo saben, actualizo lo marte.

En la multimedia puse un vestido que se asemeja a lo que lleva Isabella.

Si interactúan mucho con el capítulo les prometo que actualizo esta semana o si no, les toca esperar hasta el próximo martes.

¿Qué creen que haga Isabella con ese nivel de ebriedad en la fiesta? Los leo.

Un abrazo hasta sus casas.

Somos 3k, grito de perra loca. :).

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