Un ángel llamado Escarlate
23 PM
Camus revisaba correos sentado en la cama matrimonial y a su lado Surt mandaba mensajes de texto con mucho recelo.
El segundo teléfono del ruso comenzó a sonar, sacando a los dos hombres de sus pensamientos y labores.
Surt dejo en la mesita de al lado de la cama el celular que tenía en sus manos para tomar el otro que estaba cargando.
Miró la pantalla y era su colega Frodi.
- Diga - abrió la llamada.
- Dr. Andreev, tiene que venir urgente al hospital - hizo una pausa que impaciento al otro.
- ¿Qué sucede? Espero que sea importante.
- Acaba de llegar un donante con muerte cerebral. Sigmund no ha dejado que nadie lo toque esperándolo a usted. Ese era nuestro acuerdo.
Surt se levanto de un alto de la cama.
- Que nadie lo toque, ya mismo salgo para allá.
Camus miro con intriga la reacción de su esposo por la llamada. Se veía apurado y exaltado.
- ¿Quién era? ¿Qué sucede? - preguntó aún en la cama.
- Amor llama a tu hermano urgente y dile que se presente con Mystoria en el hospital.
El francés al oír esto imitó la acción de su esposo el levantarse de la cama.
- ¿Qué ha pasado? ¿Le sucedió algo a Kardia?
Surt se vestía apurado y buscaba papeles y sus pertenencias.
- Dios, no Camus. Tenemos una oportunidad de operar a Mystoria. Hazme caso y llama a tu hermano. Lo operaré ya mismo.
- No Surt, lo operaremos juntos. No dejaré que nadie más ponga las manos en mí sobrino. Vamos llamaré a mi madre para que venga a cuidar a Shijima.
Con determinación en su mirada Camus comenzó a prepararse también.
Surt no se negó, sabía de las capacidades de su esposo y que era un excelente profesional. No había nadie mejor que ellos dos.
Mientras su griego de cabellos azules dormía plácidamente a su lado, Degel sufría por los movimientos y patadas que su pequeño Orfeo le proporcionaba. Tenía la certeza que ese niño poseía en su mayoría los genes de Kardia. Tendría otro terremoto en su casa.
Suspiro derrotado pensando en lo que le esperaba con 3 Vasilakis inquietos en su casa.
Miró a su lado al griego y a su pequeño niño dormir. Mystoria se había pasado de cama y descansaba abrazado a su padre.
Dejo el libro que estaba leyendo en la mesita de luz y se retiró sus lentes para ya poder conciliar el sueño.
El sonar del teléfono interrumpió su intento de dormir.
Al ver el nombre de su hermano en la pantalla atendió inmediatamente. Esperaba que nada malo hubiese pasado.
- Hola Camus ¿Pasó algo que llamas? ¿Shijima está bien? - indagó preocupado reincorporándose en la cama.
- Degel, tranquilo está todo bien. Hermano necesito que me escuches bien. Tienes que ir al hospital, ha llegado el donante de Mystoria y Surt no quiere perder tiempo.
Degel quedo helado ante tal noticia. No podía creer lo que Camus le decía. Una esperanza había llegado para su pequeño niño, una que le permitiría vivir plenamente.
- Oh Camus no sabes lo feliz que me haces con esta noticia - decía entre llanto de emoción - ya nos preparamos e iremos.
- Nos veamos allá hermano. Surt y yo operaremos a Mys. Todo estará bien.
- Gracia hermano.
Degel quedo en silencio por unos minutos luego de terminar la llamada con su hermano menor.
Pensabas que por fin la vida le sonreía a su pequeño hijo revoltoso. Al fin podría hacer deportes, disfrutar de viajes largos y un sin fin de cosas que su condición le hacía perderse.
Volvió a mirar a sus amores durmiendo y salió de sus pensamientos al darse cuenta que tenía que despertarlos, preparar todo y por supuesto avisar a la familia, sobretodo a Milo qué es el tío favorito de su pequeño acuariano.
Apoyó su blanca y delicada mano en el hombro de su escorpión azulado. Movió suavemente su cuerpo con la intención de despertarlo, pero su griego no deseaba abandonar en mundo de los sueños.
Intento 3 veces más y nada. Bufó enojado, ese hombre ya lo estaba impacientando. Recurrió a su voz de mando para atraer la atención de su esposo.
- ¡Kardia! ¡ Despierta! - grito tan fuerte que ambos Vasilakis saltaron de la cama. Degel pensó que los mataría de un infarto.
- ¿Qué pasa, que pasa? ¿ Ya viene el bebé? - pregunto el peliazul aún desorientado por haberse despertado de golpe.
- No mí escorpión azulado, el niño no nace hasta de dentro de 3 meses.
Kardia hizo una mueca mientras se frotaba sus ojos azules con la intención de terminar despertarse.
Lo miró fijo esperando una respuesta por parte del francés por haberlo despertado de esa manera.
Mystoria copió la mueca de su padre griego sentado en la cama. Ambos lo miraron sin entender.
- Camus llamo - hizo una pausa - Mys ha llegado tu corazón nuevo hijo - miró a su niño extendiendo su brazo para tocarle la mano - el tío Camus y Surt te operarán y hay que ir al hospital mí niño.
La voz dulce de Degel termino por despertarlos.
- ¿No bromeas Degel? ¿De verdad mí niño se salvará? - pregunto Kardia aún confundido.
Degel sintió con una enorme sonrisa - No perdamos tiempo y a prepararnos. Kardia - lo llamo haciendo que esté lo mire con atención - avísale a Milo.
Kardia miró su reloj de pulsera. Era casi medianoche pero su hermano rubio tenía la costumbre de acostarse tardé, además le encantaría la idea de volver a ver a su francés amado.
Tomó su celular y marco el número de Milo.
Ambos llegaron al hospital. Bajó al subsuelo dónde su lugar se estacionamiento exclusivo se encontraba.
El lugar estaba en silencio, este se vio roto por el ruido de las puertas del deportivo de Surt.
- Cam iré directamente a revisar el cuerpo del donante. Tú encárgate de preparar equipo de cirugía - ordenó mientras ambos tomaba el ascensor.
- Claro.
La pareja se separó para ir cada uno a sus labores.
Corría prácticamente hacía la guardia dónde tenían enchufado aún el cuerpo del niño pelirrojo.
Entro por la puerta y se encontró a Frodi vigilando el cuerpo.
- Amigo llegué - saludó agitado - ¿Esté el es jovencito? - pregunto señalando el cuerpo en la cama.
- Si, está enchufado al soporté vital - comunicó serio - Sigmund ya lo declaró con muerte cerebral.
- ¿Bien, nadie lo reclamó?
- No, sabes que no lo anotamos, lo reservamos solo para ti como ordenaste.
- Perfecto, su beneficiario está en camino y lo operaremos antes que se den cuenta. Ha y ni una palabras sobre esto, mí esposo vino conmigo y haremos la cirugía juntos.
- Entendido, no te preocupes. Me encargaré de llevarlo a quirófano, tu ve a prepararte.
El auto manejado por Kardia llego al mismo tiempo que el de Milo al hospital.
El griego menor salió rumbo al hospital apenas recibió la llamada del peliazul. Acompañaría en este momento a su hermano y cuñado.
- Kardia acompaña a Mystoria, llamaré a Camus.
Milo estacionó su auto junto al de Kardia.
- Ey hermano - saludo al mayor - ¿Te ayudo en algo?
- Acompáñame a la recepción mientras Degel llama a Camus.
- ¿Camus por qué? - preguntó extrañado por la mención del francés.
- Camus y Surt operaran a Mys, Milo. Él está aquí - comunico en un tono pícaro.
Milo se emocionó solo con la mención de aquello. Habían pasado dos meses sin verlo y eso le estaba matando el alma. Necesitaba saber de él y aprovecharía para hablarle apenas pudiera.
- Vamos chicos - gritó Degel - Camus nos espera adentro.
Los 4 caminaron con una paz fingida hacía la recepción del hospital.
El francés menor los esperaba en la recepción, Surt le habla dicho que los guiara a la habitación exclusiva que ocuparía el pequeño acuariano.
Apenas si vio a su hermano corrió a abrazarlo.
- Camus - lo nombró pegado a su cuerpo - ¿ Cómo estás?
- Bien Degel ¿Y tú? ¿Nervioso? - le preguntó con una gran sonrisa. Si bien sabía que estarían ansiosos durante la operación, esto era una bocanada de esperanza para todos y no hacía más que traer alegría a la familia... Se arrodillo a la altura de Mystoria y le habló dulcemente tomando sus manitos - Mys, ahora vamos ir a la habitación y unas enfermeras te preparan y te harán un chequeo. No te preocupes tus papis estarán ahí.
El niño asintió tímido y temeroso. Pero sus papás le habían dicho que su tío Camus y Surt eran los mejores y lo cuidarían.
Camus se reincorporó para saludar a Kardia y recién ahí se dio cuenta de la presencia de Milo junto a ellos que se había mantenido al margen del encuentro.
Milo le sonrió tiernamente, lo había extrañando horrores, pero había decidido darle su espacio y no molestarlo. Cuando el francés estuviera listo le hablaría.
- Hola Kardia - Camus lo abrazó.
Kardia miró de reojo a Milo y le hizo una seña a Degel para que les diera su espacio.
- Hola Cam ¿Cómo haz estado? - le regaló una sonrisa cargada de todo el amor que albergaba sólo para él. Cogió su mano dulcemente.
- Milo _ llamo en un susurro - Bien, mucho mejor - lo miró a los ojos y se perdió en ese bello mirar del contrario - siento no haber hablado contigo antes, necesitaba tiempo para procesar esto y hacer mí duelo. También quería agradecerte todo lo que hiciste por mí - el galo agachó su mirada avergonzado.
- Haría eso y más por ti Cam - tomó su mentón y levanto su cabeza para mirarlo a los ojos. Se moría de ganas de besarlo hasta perder el conocimientos - no tienes que agradecerme, quiero que estés bien y sabes que puedes hablar conmigo cuando estés mal. No dudes en llamarme.
Camus suspiro y su corazón se aceleró. Milo le despertaba sensaciones y deseos muy grandes.
- Dr. Monnier - interrumpió una joven enfermera. Camus volteó en dirección a la suave voz - ya está todo listo para ingresar al paciente.
- Ya vamos - el de cabellos viridian miro a su hermano y pareja - síganme - les ordenó para luego mirar a Milo - los siento, solo sus padres pueden pasar.
- No te preocupes, esperaré aquí.
- Milo, nos vemos después de la operación - el rubio asintió.
Surt revisaba el expediente del pequeño pelirrojo.
Nombre: Escarlate Galanis
Edad: 10 años.
Causa de muerte: muerte cerebral por golpe y rotura de cráneo.
Leí el ruso mientras miraba los papeles y daba órdenes a él equipo de cirugía.
- Busquen al Dr. Monnier y traigan al paciente. Es hora de comenzar.
El joven ayudante asintió y acató la orden de su superior.
Caminó ligeros por los pulcros pasillos del lujoso hospital, hasta llegar a la habitación privada que le habían preparado al pequeño.
Golpeó la puerta y con un adelante ingresó a la habitación.
- De. Monnier - llamo al galo - el Dr. Andreev solicita su presencia en el área de quirófano. Un camillero vendrá por el paciente. Usted debe higienizarse y prepararse - habló con respeto.
- Claro, enseguida voy. Gracias.
Camus miro a su hermano que estaba visiblemente nervioso.
Mystoria estaba acostado en la cama ya vestido con la bata de hospital y el suero puesto.
- Debo retirarme Degel, haremos hasta lo imposible para que la operación sea con éxito. Te lo prometo.
Degel no aguanto más y abrazo con fuerza a su hermano mayor llorando.
- Devuélvemelo con vida Cam.
- Degel - lo llamo Kardia - cálmate, vas a poner nervioso a Mys y le haces mal al bebé. Confía en tu hermano.
- Lo siento - se disculpo limpiando sus lágrimas con el dorso de la mano - esperamos junto a Milo.
Camus llego junto a su esposo al quirófano preparado para realizar el trasplante.
Surt beso los labios de su pareja y le dio ánimos mientras ambos se lavaban minuciosamente las manos y brazos.
Dos ayudantes le colocaron los trajes mientras otros preparaba al pequeño Vasilakis.
- Bien Mys - le hablo Camus - es hora pequeño. Confía en mí. Nos vemos en una horas. Te lo prometo.
Camus le hizo señal al anestesiólogo para que sumerja al niño en un sueño de 6 largas horas.
- Bueno señores - llamó la atención el ruso - Camus - lo miró y esté asintió - comencemos con la extracción.
Sentía un fuerte dolor en el pecho. Acurrucado en un rincón de la blanca habitación, esperaba que sus padres lo vinieran a buscar.
Tenía miedo, mucho miedo. Lo último que recordaba era el impacto del auto en el que viajaba.
Lloraba desconsoladamente, estaba solito y dolía mucho la cabeza y ahora su pecho.
- Hola - lo saludo una dulce y aniñada voz - mí nombre es Mystoria - se sentó a su lado -¿Y tu como te llamas? - preguntó con una enorme sonrisa.
El niño pelirrojo miró al otro con los ojos llorosos.
- Mí nombre es Escarlate - mencionó limpiándose las lágrimas con la manga de su camiseta - ¿Dónde estamos?
- No lo sé - miró a su alrededor buscando algún indicio del lugar. Pero solo veía un pasillo interminable blanco y muy iluminado - mí tío me dijo que lo esperar aquí y que me traería de vuelta en un rato - ¿Cómo llegaste aquí?
El pelirrojo miró levemente al techo como pensando una respuesta - No estoy seguro - contestó aún mirando al mismo lugar - solo cerré mis ojitos y desperté aquí ¿Crees que mis papás me vendrán a buscar? - pregunto triste.
- Claro que si, ya veras que vendrán.
Escarlate de repente comenzó a retorcerse de dolor en el piso, agarrando fuertemente su pecho con su mano.
- Escarlate - lo llamo preocupado Mystoria - ¿Qué sucede?
- No... No lo sé - hablaba entre cortado y jadeando - siento que me arrancan el corazón.
Mystoria tomó su mano con intención de calmarlo pero el también empezó a sentir ese mismo dolor en el pecho.
Ambos niños compartieron su dolor tocándose las manos sin soltar ese agarre. Cerraron sus ojos fuerte y esperaron a que terminara.
- Escarlate - lo llamo su mamá haciendo que el nombrado abriera sus ojos se golpe para mirarla - es hora de irnos cariño.
La mujer extendió su mano en dirección a su hijo llamándolo. Escarlate la miro contento. Por fin venía a buscarlo.
De repente el dolor en su pecho se había acabado y ya se sentía mejore.
Miró al pequeño niño a su lado, que aún sufría de dolor y mantenía los ojos cerrados sin soltar su mano.
- Mystoria - lo llamo moviendo la mano - debo irme, mis papás vinieron a buscarme.
El francés negaba con la cabeza.
- Mystoria reacciona maldita sea - maldecía Camus mientras intentaba que reaccionara.
Escarlate sintió la voz del francés mayor provenir de la puerta doble de un extremo del pasillo blanco. En ese momento entendió que sucedía.
Él y su familia habían muerto.
- Vamos Mys, levántate tienes que irte tu también.
El pequeño francés volvía a negar con la cabeza.
- No - dijo al fin - si yo me voy tu te irás y no te veré más. Morirás - lloraba y gritaba sin querer levantarse.
Escarlate miró a su madre que aún lo llamaba. Le hizo una seña y volvió a mirar al galo.
- Ven acompáñame - Levanto al lloroso francés y lo guio agarrando su mano hasta la puerta donde aún provenían los gritos de los médicos - mira - señalo su cuerpo inerte en una camilla - yo ya no estaré en este mundo. Pero si estaré aquí - señaló el pecho de Mystoria - tienes que cruzar esa puerta y volver.
Mystoria seguía negando y llorando.
- ¿Qué pasara contigo?
- Yo estaré contigo, dentro de ti, latiremos juntos - le sonrió aún con la mano posada en el pecho - me tengo que ir mis papás me esperan y a ti también te esperan. Prométeme que vivirás pleno y feliz.
El pequeño galo asintió y lo abrazo fuerte.
- Adiós - dio media vuelta y caminó en dirección contraria dónde sus papás lo esperaban.
A mitad de camino giró su cabeza para saludar con la mano a Mystoria.
- Adiós - gritó el pequeño francés para segundos después cruzar la puerta.
- Tenemos pulso - grito la ayudante.
- Al fin - suspiro cansado Camus después de minutos interminables y desesperados de reanimación.
Estaba feliz por escuchar el sonido del aparato que indicaba que ese corazón latía.
- La operación fue un éxito - exclamó Surt.
Degel, Kardia y Milo ya habían agotado todo recurso de posible entretenimiento en la sala de espera.
Él de cabellos verdes se sentó en un sillón con los pies en alto en otro. Ya estaba cansado y sus pies comenzaban a hincharse.
Miró a Kardia que buscaba algún médico para que le diera información sobre la intervención.
Milo caminaba por todo el lugar mientras hablaba por teléfono con su mamá a quien le había dejado a su cuidado a Shun.
Bufó cansado, esos griegos inquietos lo ponían más nerviosos y ni hablar del pequeño Orfeo que pateaban su vientre sin parar.
De golpe la puerta se abrió dejando ver a dos sonrientes médicos.
Degel casi se arroja encima de Camus a los gritos.
Kardia se arrimó a Surt para pregunta el estado de su hijo.
- Fue un éxito - exclamó Camus adelantadose a cualquier pregunta - Mystoria está fuera de peligro y acepto bien el nuevo corazón.
- Gracias a Athena - grito Kardia abrazando a su hermano y esposo.
-Dr. Andreev - lo llamo Frodi - necesito hablar con usted en mí oficina.
- Los dejó. Espérame Cam y nos volvemos juntos.
El galo asintió y vio como el de cabellos zanahoria se retiraba.
- ¿Podemos verlo? - pregunto el galo mayor.
- Está dormido aún pero pueden verlo. Solo los padres - miró a Milo - suban a la habitación.
El matrimonio asintió y fueron rumbo a la habitación donde descansaba su hijo dejando solos a los amantes.
- Ven - Camus tomo a Milo de la mano y lo arrastró por los pasillos del lujoso hospital hasta dar con un pequeño cuarto de limpieza - no te das una idea de lo que te he extrañado.
Si decir más arrinconó al rubio y estampó sus labios con los del él.
Milo correspondió sin dudarlo rodeando su cintura con sus manos y presionadolo más a él.
Hola bellos lectores.
Un poco atrasado pero aquí en nuevo capítulo.
Mystoria está fuera de peligro.
Camus dejándose llevar por lo que siente por Milo y Surt que se pudra.
Gracias por leer.
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