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Tu apellido es Kumar

El camino hacia su hogar había sido por demás placentero, tener a sus padres juntó a él era reconfortante, lo hacían sentir en casa y cerca de sus raíces.

En pocos días sería el casamiento, la unión con el hombre que más amaba y el padre de sus dos hermosas hijas.

Ya había hecho la mayoría del trabajo estresante, los preparativos de la pequeña boda sumándole el cuidado de dos recién nacidas, había resultado en unos días caoticos para Shaka.

Con la ayuda de Asmita y Fudo, tendría la posibilidad de ultimar detalles con tranquilidad.

- Cuéntame Shakita ¿De qué trabaja mí yerno? - preguntó el hombre de los ojos bicolor.

- Es dueño de un taller mecánico muy conocido en la ciudad - respondió atento a la carretera.

- ¿Taller mecánico? - volvió a cuestionar Asmita.

- Si - afirmó mirando a los lados en un cruce - le va muy bien, por suerte tiene mucho trabajo.

- Eso es estupendo hijo, tienes alguien que te cuide y es trabajador.

- Si hijo, nos pone feliz que te vaya bien, tengas una carrera y una familia. Y pensar que habíamos vendido todo lo que teníamos para que puedas estudiar aquí y mírate ahora con un auto de lujo.

Shaka pensaba en lo que su padre le hablaba. Mu se sorprendería mucho cuando se enteraran que provenía de una familia trabajadora y de bajos recursos.
Si bien ahora era dueños de una tienda de telas en la India, cuando el virginiano era apenas un estudiantes, sus padres había hecho hasta lo imposible para que su único hijo pudiera tener un buen estudio en una de las universidades más prestigiosas de Francia.

Le estaba eternamente agradecido a sus padres por esforzarse y darle esa oportunidad. Había cumplido su sueño.

El trayecto desde el aeropuerto hasta la casa del indio en Versalles había, había llegado a su fin.

Los mayores bajaron del automóvil, mientras Shaka sacaba las maletas del baúl.

Shion se asomó por la ventana del frente apenas escuchó el auto estacionarse.
Feliz salió a recibir a los recién llegados. Estaba entusiasmado que la familia estuviera reunida. Él y su hermano menor, eran huérfanos y su única familia en la infancia fue su mamá y ahora que ambos tenían pareja e hijos, se sentían completos. La llegada de los suegros de su hermano y la boda, acrecentaban ese sentimiento de pertenencia.

- ¡Sean bienvenidos! - los recibió abriendo sus brazos con la intención de estrecharlos.

- Padres, él es Shion - el oftalmólogo los presentó mientras llegaba hasta ellos con las maletas - es el hermano mayor de Mu.

- Un gusto señor Shion, mí nombre es Asmita - el rubio lo abrazo amorosamente.

- Mí nombre es Fudo y es un placer conocerlo al fin - el de ojos bicolor estrechó la mano al ariano.

- Pasen, vengan a conocer a sus hermosas nietas.

La felicidad del tibetano era tanta, que casi arrastra a los indios dentro de la casa.

Apenas entraron, Asmita corrió para levantar en brazos a la pequeña Sasha, mientras Fudo hacía lo mismo con Sendai.

- Oh hijo, son hermosas - exclamó casi en lágrimas el rubio.

Shaka se sentía completo con su familia a su lado.
Sería una boda íntima pero de ensueño.

Luego se unos días de descanso, Shura había vuelto a su rutina normal.
La vuelta al trabajo lo ayudaba a despejarse y ocupar su mente en algo más productivo que pensar en su relación fallida con el sueco.

El consultorio había sido un caos, debido a la ausencia del ginecólogo, se habían juntado una gran cantidad de pacientes por atender y por supuesto la prioridad la tenían las personas gestantes.

Leyó el apellidos de la paciente que seguía, rió porque sabía quienes venían. Abrió la puerta y gritó.

- ¡Vasilakis!

La joven modelo caminaba con elegancia acompañada de su esposo de cabellos azules.

- ¡Amigo! - saludó dándole un abrazo fraternal.

- Kanon, nunca pensé verte aquí en mí consultorio - bromeó Shura - Andrea - sostuvo la mano de la joven para besarle el dorso de esta, ella se sonrojó - pasen por favor.

El español y la pareja ingreso al interior del consultorio.
Shura se sentó detrás del escritorio, mientras los otros en los sillones frente a el.

- Bien, cuéntenme todo.

- Bueno - hablo la modelo nerviosa - vinimos al control por el embarazo.

- ¡Cierto! Me había olvidado con tanto problema. Dijimos que estabas de 14 semanas - Shura se levantó de su lugar - siéntate en la camilla.

- ¿La vas a revisar? - preguntó celoso el griego.

- Kanon, soy su ginecólogo y si la tengo que revisar. Si escenas Vasilakis - Kanon se cruzó de brazos como un niño pequeño.

- Cariño - Andrea colocó su mano en el hombro del geminiano - no te preocupes, es solo un control - le susurró al oído para luego darle un pequeño beso en los labios.

Shura rio por las caras de su amigo, pero sabía muy bien que solo lo hacía en broma.

Andrea se acostó en la camilla para que el ginecólogo hiciera su trabajo.

- Bien, haremos la primer ecografía.

El capricorniano acerco el ecógrafo y colocó el gel en el vientre de la muchacha, Kanon se acercó a su lado para poder ver también a su hijo.

- Veamos que tenemos aquí - comenzó a buscar al feto en la pantalla - ¡Oh por Dios! - grito asombrado por lo que veía.

- ¿Qué pasa Shura? - cuestionó Kanon asustado sin entender lo que veía en el monitor. En cambió su esposa se reía al ver lo que su interior albergaba.

- Kanon, mira - señaló con su dedo a la pantalla - ¡Vas a tener 3 bebés! - anuncio a todo pulmón.

- ¡¡¿¿Qué??!! - gritó sorprendido - ¡Andrea, tendremos trillizos!

La castaña comenzó a llora de la emoción, si Degel estuviera presente le daría el pésame. Si era cansado criar a un Vasilakis, peor serían cuidar tres y que fueran hijos de Kanon. Esa niña no sabía lo que le esperaba.


Camus estaba feliz pasando unos días de paz y tranquilidad en el viñedo, pero eso no duraría mucho, ya que ese día debía llevarle a Shijima a Surt.

Le había prometido que pasaría el día con él, con la condición que a la noche lo pasan a buscar. Había sido específico de no comentar el tema del divorcio y por supuesto de sus nuevos hermanos.
Camus se encargaría de explicar esos temas a su tiempo para no impactar al niño.

Milo ya se había puesto de mal humor, sabía que hoy se encontraría con el ruso y eso le daba mala espina. Había insistido en acompañarlo, dejando a Shun con Shaina.

Estaba sentado ya en la camioneta del francés mientras tambaleaba los dedos en el volante, esperando que su pareja terminara de preparar sus cosas.

Le había dicho que aprovecharían esas horas para caminar por la románticas calles de París y de paso comprar los trajes para la boda del indio y el respectivo regalo.


Al llegar al lugar acordado, Camus le pidió que no bajará de la camioneta. Quería evitar cualquier tipo de roce innecesario frente a Shijima.

Lo veía caminar acercándose a Surt, que lo esperaba parado en un parque. Se había prometido no interferir salvo que sea estrictamente necesario.

Por lo que podía observar, no veía ningún tipo de intento de incomodar al galo, el ruso solo abrazó al pequeño pelirrojo, mientras hablaba de algo con el acuariano.

Apretaba fuertemente el volante, la charla se estaba prolongando mucho y eso lo ponía incómodo.

Seguía observando atento a lo que sucedía en el parque. Se dio cuenta de que su pareja comenzaba a mover demasiado las manos, como si estuvieran discutiendo.

Estaba decidido a interferir en la discusión, sin embargo observó como Camus se alejó bruscamente del agarre de Surt. Impaciente tocó la bocina para llamar la atención del aguamarina y hacerle señas para que se apurara.

- Lo nuestro ya se terminó Surt - volteó hacia su camioneta al escuchar la bocina - dejaremos la conversación para otra ocasión, no discutiré frente a nuestro hijo.

Camino hacia donde el pequeño pelirrojo estaba sentado, alejado unos pasos de sus papás. Lo besó y le dijo que se quedaría una horas con su padre.

Había regresado agotado del consultorio, y lo único que deseaba era una cerveza fría y pedir delibery de comida Italiana.

Camus lo había invitado de compras, pero al enterarse que Milo era parte de la ecuación, declinó la invitación.

Aún ers el mediodía, sé daría una ducha caliente y dormiría un poco para recargar energías para el gimnasio.

Se desplomó en el enorme sofá, dispuesto a pedir la comida, mientras se sacaba los zapatos.

El timbre del departamento interrumpió toda acción. Suspiró cansado y temía que fuera su mejor amigo junto a su pareja.
En este momento, el español le esquivaba al amor, no le apetecía mucho ver a francés al lado de Milo.

Juntó las pocas fuerzas que le quedaban, se levantó del sillón y abrió la puerta del departamento. No era quienes esperaba.

- ¡Shakita! - exclamó sorprendido - no te esperaba ¿Cómo subiste?

- Aldebarán me dejó subir - le sonrió victorioso.

- Tendré que hablar con él para que no deje entrar a cualquiera - bromeó y ambos rieron - ¿Las gemelas?

- No vine solo Shurita - el rubio se hizo a un lado dejando ver a sus padres.

- ¡Oh Asmita! ¡Fudo! - Shura estrecho en sus brazos a sus ex suegros - que alegría volver a verlos.

- Shura, querido - devolvió el abrazo el indio de cabellos rubios - ¿Cómo haz estado jovencito? - Asmita acomodó sus lentes de aumento - mírate nada más lo guapo que te haz puesto y lo alto que estás. Me contó Shakita que eres ginecólogo y haz traído al mundo a mis nietas. Estoy orgulloso de ti Shura.

- Shura, que gusto verte - correspondió Fudo - eres el orgullo de Cid definitivamente.

- Pasen, pasen mí casa es su casa.

El español se apartó permitiéndole el ingreso a sus invitados. Ambos adultos se quedaron maravillados con el departamento del azabache, lujoso y moderno.

Asmita se acercó sigilosamente a Shura para susurrarle al oído.

- Siempre serás mí yerno favorito - el caprino sonrió.

- ¿Comiste Shura? - preguntó Shaka, conocía a la perfección a su ex pareja y sabía que no había ingerido nada.

- Estaba por pedir comida ¿Desean acompañarme?

- Para nada comeremos delibery - negó el virginiano mayor - prepararé un rico almuerzo de mí tierra - Asmita se quitó el shijab para dirigirse a la cocina del español - tu báñate y relájate yo me encargo.

El oftalmólogo levantó sus hombros, su padre no permitirá que su yerno favorito comería porquerías.

Luego de una ducha reconfortante y un almuerzo familiar, la gemelas dormían mientras los adultos bebían café y comían masas secas.

- Shura, hemos venido aquí en primer lugar porque mis padres te querían ver y luego porque quiero pedirte un favor enorme - comento el indio sentado en el sofá de la sala.

- ¿Y cuál es ese favor Shaka? - preguntó curioso por lo que su ex le pediría.

- Bueno, que te quería pedir y deseo de todo corazón que seas mí padrino de bodas Shura.

- ¿Tu padrino? - volvió a preguntar aún más extrañado - pero Camus...-

- Si si, lo sé - interrumpió - iba a ser él, sin embargo hablé con él primero y está de acuerdo.

- Pero, pero...- tartamudeo sin poder creerlo.

- Pero nada, Shura. Tu me haz ayudado cuando más lo necesitaba. Estuviste siempre para mí en el embarazo y haz traído al mundo a mis hijas. Para mí sería un honor que seas mí padrino.

Shaka se levantó del sillón, se acercó hacía el ibérico y lo estrecho entre sus brazos, logrando a a este se le cayeran algunas lágrimas traicioneras.

Ser padrino de su ex pareja era un honor para él, seria algo emotivo y significativo. Dejaba en visto que algo bueno en el interior su ex, que a pesar de todo lograron tener una buena relación y convertirse en amigos.

Se sentía importante y querido tanto por Shaka como por sus padres.

Esa mañana se ha la levantando mas nervioso pero más pleno que nunca.

Había logrado dormir 8 horas como no lo ja la hace días. Shion se había llevado a la gemelas para que el indio tuviera tiempo pata prepararse para la boda.

El gran día había llegado, le día que por fin se casaría con el hombre que amaba y el padre de sus hijas.

Se sentó en la cama, estiró ambos brazos hacia arriba logrando despertar su cuerpo.
El Sol resplandecía como nunca, era un día agradables y perfecto para una boda.

Los padres de Camus ofrecieron la mansión Monnier para realizar la boda íntima, poseían un amplio, hermoso y colorido jardín trasero ideal para el evento. Krest se encargó personalmente de cada detalle, meticulosamente.

Luego de un baño, admiró su impoluto traje blanco para donceles, que Shura como buen padrino escogió especialmente para él.

- Shakita, hijo - Asmita interrumpió sus pensamientos - ¿Necesitas ayuda?

- No papá, solo me estaba por ponerme el traje.

- Es hermoso Shaka, Shura se lució está vez. Póntelo que te arreglaré el cabello. Tu parte está preparando un té relajante.

Mu se había quedado en la cada de su hermano para prepararse.

La casa era un caos con las gemelas, Okko y Kiki, pero de alguna manera increíble Shion lograba manejar todo. Su hermano mayor era un experto con los niños.

Despertó con una furiosa erección, hace días que no mantenían relaciones con Shaka debido a que sus suegros estaban alojados en su casa y eso lo incomodaba. Debía de atender sus necesidades en la ducha o de lo contrario estaría en el altar con su miembro erecto.

- ¡Hermano levántate, ya es hora! - los gritos del ariano entrando sin tocar al dormitorio sin permiso lo exaltaron - ¡Por el amor de nuestra madre! Encargarte de eso - señaló la entre pierna.

- Shion, que mala costumbre tienes de no tocar la puerta, ya déjame en paz.

- Pues apúrate hermano ya es hora se partir.

El peliverde salió de la habitación. Mu se tiró espaldas a la cama suspirando cansado.

Espero dos minutos y volvió a levantarse lata tiene el lujos traje negro que Shura le había obsequiado. Lo admiró los unos segundos.

- Ese maldito tiene buen gusto.

Si bien con el tiempo había comenzado a agradarle el capricorniano, a veces odiaba sea tan perfecto.

Los escasos invitados estaban haciendo acto de presencia en la mansión de la familia Monnier.

Camus junto con Milo y los niños ya llegado, al igual que Cid y su esposa Nuria que entretenidos hablando con los anfitriones.

La llegada del padrino no se hizo esperar, luciendo un look total black como era de costumbre en el español.

- Hola Cam - lo abrazó fuertemente, lo había extrañado - Milo, amigo - le estrecho la mano - ¿Cómo han estado en el viñedo?

- Muy bien Shura y tú ¿Cómo llevas toda la situación?

- No te preocupes Cam, bien.

Mu había llegado junto a toda su familia, estaba nervioso y sentía náuseas. Estar entre tanta gente y mas aún en la mansión Monnier lo ponía de malas. Daba gracias que su hermano estuviera ahí.

- ¿Quieres un caramelo, agua o algo? No luces bien - comento el tibetano observando el rostro pálido de su hermano.

- Estoy bien, solo un poco mareado.

- Llévalo al baño y mójale la cara, yo me encargo de los niños amor - ordenó el Dohko.

Apenas entraron a la mansión, lo hermanos tibetanos corrieron al baño mientras el libriano se las ingenio para llevar a si hijo adolescente y los 3 bebés al jardín.

Poco tiempo después, hizo su aparición el novio que faltaba.

Ya todos los invitados y un más relajado novios esperaba en el altar.

Asmita corrió hacía su lugar al frente, Shura estaba parado haciéndole compramos a Mu.

Los instrumentos comenzaron a sonar y con ellos, los lados firmes del novio llevado del brazo por Fudo.

Shaka lucía resplandeciente y feliz, su cabello brillaban como el oro y sus ojos como eran más celestes que el cielo. La sonrisa que adornaba su rostro, demostraba lo feliz y completo que se sentía.

Mu lo observó acercase a él como si fuera en cámara lenta y al admirar la belleza de su pareja y futuro esposo, volvió a enamorarse como cuando vio a ese médico nervioso que olvidó la credencial en el taller. Parecía un ángel que había caído del cielo para regalarle la más hermosa familia que pudiera desear.

Al llegar al altar, Fudo entrego a su yerno su único hijo. Pidiéndole que lo cuidara a él a las gemelas.

La pérgola de madera blanca, estaba decorada con rosas de todos los tonos rosas y blancas.

Mu tomó las manos del rubio y lo miró a los ojos perdiéndose en ellos por unos segundos. Lo amaba tanto que dolía y por sin unirían su vida en matrimonio.

- Gracias por darme todo, por aceptarme como soy y mis defectos, con mis inseguridades y mis dudas. Eres lo mejor que me ha pasado y me demostraste no que importa la diferencia social si hay amor verdadero - la voz de Mu temblaba al recitar sus votos - tuvimos muchos obstáculos, la mayoría culpa mía y aún así me demostraste que el amor es más fuerte - comenzó a llorar - te amo tanto que no puedo explicarlo, me haces sentir completo, me haces sentir pertenecía y amado. Eres mí lugar en el mundo Shaka.

- Nunca creí volver a enamorarme y no sabía lo equivocado que estaba. Te conocí sin planearlo y aquella tarde que te vi me quedé prendado de ti, de tu esencia, tu sonrisa y tu bello rostro cubierto de grasa - todos rieron - me demostrarse un mundo nuevo y una forma distinta de amar, el amor verdadero y sincero. Nunca me importo nuestras diferencias, sino lo que aprenderíamos uno del otro. Eres una excelente persona y me haz dado las más hermosas niñas que podría pedir. Te amo Mu ahora y siempre. Eres todo lo que podría pedir, eres todo lo que deseo.

Las lágrimas de ambos comenzaron a correr libremente, estaban emocionados y no había razón para esconderlo. Se amaban y eso se podía sentir en cada centímetro de sus pieles.

- Señor Kumar, puede besar a su esposo.

Mu no espero ni un segundo para agarrar de la cintura a su pareja y sale el más dulce beso.

Si, ahora era Kumar, Mu Kumar. Por primera vez poseía apellido, el de la persona que más amaba en el mundo y aún más que eso, tenia una familia.

Estaba completo.

Hola mis bellos lectores.

Les dejo un capítulo más. Sorry por la demora pero he tenido mucho trabajo. Siempre me haré tiempo para darle algo más de esta historia.

Gracias por leer.

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