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Sin Recuerdos

Vergüenza..

No me pregunten como, ni cuando ni porque me encuentro vomitando en las plantas de la entrada del edificio donde vive Shura... estoy solo... Creo que llegue en taxi...

Si la gente me viera se sorprendería al ver a Camus Monnier, el cardiólogo serio, siempre correcto, padre amoroso y esposo del gran Dr. Surt Andreev, borracho y drogado vomitado todo lo que su estómago ingirió ese día.

— ¡Señor Monnier! ¿Se encuentra bien? — Aldebarán corre auxiliarme... que mala impresión debe tener éste hombre de mi en este momento — ¿Necesita algo?

— No, estoy bien, sólo necesito quedarme sentado en el suelo un momento — limpió mi boca con mi brazo y lo miró, mi rostro en este momento debe tener un aspecto horrible.

Apoyo mi espalda en la pared y me dejó caer sentado. Cierro mis ojos y el viento fresco de la madrugada enfría mi rostro. No se que hora es, pero aún no amanece.

— Señor, deje que lo ayude a caminar hacia adentro — No respondo, ni siquiera abro mis ojos — Venga yo lo cargó.

Y como si pesará una pluma el hombre corpulento me carga cual princesa y me acuesta en uno de los sillones del lobby.

— No se mueva, voy a buscar un vaso con agua, vuelvo enseguida — mi salvador se aleja y yo quedo ahí, tirado en el sillón cómo si fuera un cuerpo amorfo.

Todo me da vueltas y vueltas cuál calesita de feria.

— Por Athena, no vuelvo a tomar de está manera.

Aldebarán  vuelve con un vaso en su mano, este hombre es un ángel, uno muy grandote....

— Tome el agua señor Monnier, le hará bien — me extiende el vaso.

— Gracias — bebo el agua y me recuesto en el respaldar del sofá... Aldebarán se sienta frente mío — debo dar pena en éstos momentos Aldebarán, perdón por vomitar los arbustos.

— No pasa nada, no es la primera vez que sucede esto. De echo su amigo el Dr. Maldonado a llegado en este estado alguna vez — me sonríe amablemente y yo largó una carcajada a causa de la imagen mental que tengo de mi elegante amigo borracho vomitando las plantas.

— Sabes, nunca te pregunte tu apellido.

— Es Oliveira, Aldebarán André Oliveira.

— ¿Oliveira? ¿De dónde eres?

— De Brasil, hace 20 años que vivo aquí.

— ¿Qué te trajo de Brasil a Francia?

— Una joven turista francés llamada Annette — hace un leve silencio y lo mire dándole a entender que me cuente más — la conocí en un boliche, yo era personal de seguridad ahí. Ella salió de lugar a la madrugada, sola, unos hombres quisieran robarle y abusar de ella, yo la salve. Fue amor a primera vista y el resto te puedes imaginar. Tenemos un hijo.

— No me diga que Shura también trajo su hijo al mundo.

— No, no mi hijo ya tiene 19 años — ambos reímos.

— Bueno, agradezco su amabilidad, pero necesito dormir — me levanto del sofa un poco torpe pero por suerte ya me siento mejo — Buenas noches.

Dios sabe como llegue hasta la cama y una vez ahi mi cerebro se desconecta.

              ~~~~~💤💤💤💤💤~~~~~

Aah si...
Así me gusta...
Eres hermoso...
Ese trasero que te cargas...
Me gusta tu cabello aguamarina y tus ojos zafiros...
Que bien besas...
Aaah aaah Aaah...
¡Espera, no te vayas!...

— ¡CAMUS DESPIERTA!  — mi amigo grita haciéndome dar un salto en la cama cuál gato asustado.

— ¡Pero que mierda!... Shura la concha de tu hermana ¡Por que me despiertas así! — grito enojado y el maldito ríe — ¡Haaa maldita sea mi cabeza! — digo agarrando con ambas manos mi cabeza.

— No tengo hermana... Ten — me extiende un vaso con lo que deduzco es un batido para la resaca — esto te hará bien... Camus ¿Qué soñabas? Estabas haciendo unos sonidos raros

Tomó la mezcla anti resaca — No lo se, no recuerdo... Shura, cuéntame de anoche que no me acuerdo ni cómo llegue aquí. Sólo se que vomite afuera del edificio y el portero me auxilio.

— Si, Aldebarán me contó cuando llegue. No me extraña que no te acuerdes nada, siempre lo mismo contigo ... Ummm déjame pensar — se agarra la barbilla pensando — Vimos el show , estaba Saga con nosotros mmmmm bebimos, fumamos. Luego al rato llegó Milo... — lo interrumpo.

— Si hasta ahí me acuerdo... ¿Milo? — digo confundido.

— Si, Milo el hermano menor de Saga... Canto ayer, te lo presente Camus — asiento con la cabeza aunque no me acuerde mucho de su rostro — después no se, creó que te fuiste al baño. Estaba muy borracho y drogado como para hacerte de niñera... Sólo se que regresaste a la mesa, algo asustado y desaliñado, dijiste que un sujeto intento besarte en el baño y que te ibas por que no te sentías bien... Saga se ofreció a llevarte pero te negaste y así sin más te fuiste, supongo que te tomaste un taxi —  termina su relato luego alza los hombros.

— Si eso creo... Me acuerdo que alguien intento besarme ¿Puedes creer? ¿Qué descaro de aquel sujeto? — digo indignado por lo sucedido — Shura, lo que si me acuerdo es que tu y yo... — me interrumpe.

— Ponte en pausa — hace un gestó con su mano para que deje de hablar— no hace falta aclarar nada, ya te lo dije anoche NO CAMBIA EN NADA, nuestra amistad sigue intacta —

— Igual Shura, quiero pedirte perdón por todo — bajo mi vista apenado.

— Mierda Camus yo sabía que esto sucedería, no te preocupes, esto queda aquí, entre tu y yo — asiento con mi cabeza — ok tema terminado. Vamos a comer algo.

Ya en la mesa ambos desayunando y charlando. Aún mi dolor de cabeza no desaparecía y mi voz seguía ronca. El teléfono no paraba se sonar. Tenía 4 llamadas perdidas de mi madre, 2 de Surt y mensajes de este último. Después le contestó, ahora no tengo cabeza para eso.

— ¿Quién te llama tanto? — pregunta el capricorniano bebiendo jugo de naranja exprimido.

— Mi madre, pero no puedo atenderla, se dará cuenta de mi estado. Las madres tienen ese don diabólico de saberlo todo — ambos reímos.

— Déjame atenderla — agarra mi teléfono y contesta la llamada.

— Buenos días señora Monnier ¿Cómo se encuentra en esta bella mañana? — Shura es encantador, mi madre lo adora.

— Buenos días Shurita, cariño, sólo dime Brigitte, no seas tan formal que te conozco desde bebé .Dime Shurita, mi hijo Cam ¿Está por ahí?.

— Brigitte, Cam se está bañando ¿Quieres que le diga que la llame cuando se desocupe o le dejó algún recado?

— Corazón, sólo dile que me llame. Shijima pregunta por el, lo extraña mucho.

No se preocupe Brigitte, yo le diré que la llame apenas pueda... Bueno hasta luego, nos estamos viendo.

— Gracias.

— De nada, llama a tu madre cuando estés mejor, tu hijo quiere hablar contigo.

— Ok...No te pregunte, ¿Tuviste suerte con tu chico anoche? ¿Lograste hablar con el?

— Por supuesto que sí — una enorme sonrisa se hizo presente en el rostro de mi amigo —Milo me lo presentó cuando te fuiste del bar... Lo invite unos tragos, hablamos, pero no logré que me diera su teléfono.

— Al parecer no es presa fácil. Inmune a los encantó del Dr. Maldonado, interesante. No te darás por vecino me imagino.

— Por supuesto que no. Me gustan los retos. Si pude con Shaka puedo con el — ambas reímos.

Una vez ya recuperado de la terrible resaca que azotaba mi cuerpo me recosté en la cama y llame a mi madre y hable con mi pequeño pelirrojo. Me contó todo lo que hizo estos días y yo le dije que esta misma noche volvía a casa. Una vez terminada la llamada, leo el mensaje que Surt me envió.

Para Camus:

Camus amor, discúlpame que anoche no te respondí. Tenía muchas ganas de ir contigo pero estuve ocupado dejando el consultorio terminado. Hoy ya estoy libre mi amor. Quiero que veas como quedó el lugar y luego vayamos a comer algo. Pasar la tarde juntos y volver contigo a nuestra casa. Te amo con todo mi corazón.

Para Surt:

Cariño me hubiese encantado que anoche estuviéramos juntos. Entiendo que esto del consultorio nuevos te tiene atareado. Me encanta la idea de pasar contigo tiempo a solas cariño, esa era mi idea de un principio.
Pásame a buscar por lo de Shura, voy a estar aquí. Yo también te amo.

Una vez que respondí en mensaje me quedó dormido.

Aaah eres hermoso...
Me gusta tu cuerpo...
Mmmmm si muevete asi...
¡Espera, no te vayas!...

Unos golpes en la puerta de la habitación me sacan de mi sueño.

— Pasa — grito.

— Cam, compré masas finas e hice café ¿Vienes?

— Si, ya voy .

Me levanto de la cama y me dirijo a la sala de estar dónde mi amigo me esperaba.

— Saga anoche me pregunto por ti — me mira pícaro.

— ¿Qué te pregunto? — me siento en sofá y agarró una taza.

— Si seguías casado, si aun vivías en París y esas cosas. Creó que sigue interesado en ti.

— Humm no, no Shura no me mires así. Sabes que el único hombre en mi vida es Surt. No quiero, ni necesito otro hombre.

De repente el sonido del timbre de la puerta se hace presente en el ambiente.

— Yo abro — Shura se pone de pie y camina hacia la puerta y la abre.

— Con que te dignaste aparecer — el capricorniano dice levemente molesto.

Se hace a un lado dejando ver a mi hombre ahí parado en la puerta con un enorme ramo de rosas amarillas. Se ve tan apuesto cómo siempre con esa bella sonrisa pintada en su rostro. Y todos mis males y enojos se alejan de mi ser.

— Pasa — ordena mi amigo mirándolo serio — tienes mucho que explicar.

— Si, pero a mi bello esposo no a ti amigo — Surt pasa a su lado tocándole el hombre y aún sonriendo. Shura lo asesina con la mirada.

Se acerca a mi y me entrega las rosas para luego darme un beso en los labios que yo correspondo y se sienta a mi lado.

— Amor ¿Cómo estás? Perdón por hablarte de esa manera, me gusta que estés aquí, te extrañaba mucho — yo lo beso y apoyo mi cabeza en su hombro.

— También te extrañe.

Shura se sienta frente a nosotros con rostro serio interrumpiendo el momento. Surt le devuelve la mirada y sonríe de lado.

— Camus que te parece si vamos a caminar y hablamos también.

— Me gusta la idea — el caprino me mira y le hago un gestó para que no diga nada.

— Vamos.

Los 3 nos ponemos de pie y nos dirigimos hacia la puerta de entrada. Surt sale del departamento para llamar al ascensor y Shura me para en la puerta para hablar.

— Cam, ¿Seguro que estarás bien?

— No te preocupes, es mi esposo no un asesino serial. Voy a estar bien, al fin y al cabo tenemos que regresar juntos a casa y que mejor que arreglar malos entendidos antes.

— Cualquier cosa llámame, te quiero — me despide con un abrazó y alcanzó a Surt en el ascensor.

— ¿Todo bien con Shura? ¿Qué hicieron?.

— Si, no te preocupes... Fuimos de compras y luego a un bar, estuvo bueno.

— Me hubiese gustado ir, pero quería terminar todo ahora así ya me instaló y comenzar en dos semanas atender aquí.

— Yo entiendo Surt, solo que no me gustó cómo me hablaste, te comportaste como un imbécil.

— Lo se y te pido perdón amor, no fue mi intención hablarte así. Te amo y lo sabes. Tu y nuestro pequeño son lo más importante que tengo — Me besa y apoya mi espalda contra la pared del ascensor — ¿Te parece si vamos primero a que conozcas el lugar y después a cenar?

— Me encantaría amor.

Viajamos en su auto hasta la ubicación de los consultorios. La fachada del edificio es muy moderna con ventanas espejadas cubriéndolo en su totalidad. Entramos a los estacionamientos subterráneos exclusivos.

— Vamos amor, te va a encantar, aparte también necesito tu buen gusto para la decoración — me sonríe, como amo esa sonrisa.

— También te voy a mandar a enmarcar fotos nuestras y de Shijima, para que siempre estemos contigo.

— Eso me encantaría mi Cam — toma mi mano para caminar juntos al ascensor del estacionamiento.

Llegamos al piso asignando, la puerta del ascensor se abre dejando a relucir una moderna y lujosa sala de espera.
Sillones de pana grises, expendedora de café y refrescos. Plantas en macetas grandes decorando el lugar. En una esquina al lado de la entrada está designado el lugar para la recepción.

— Wow que belleza.

— Y espera a ver mi oficina, ven — toma mi mano y nos dirigimos por un pasillo. Abre una puerta de madera negra.

El escritorio de madera caoba obscuro se encontraba ubicado en el lado derecho, atras de el se levantaba majestuosamente bibliotecas de piso a techo. Del lado izquierdo se encontraba una camilla de cuero blanca y metal dorado con todas las herramientas necesarias.

— Me encanta, quién te ayudo.

— Contrate una decoradora, pero te dejaré a ti escoger los adornos y una hermosa foto de nuestra familiar —  Se coloca frente a mi y me besa mientras acaricia mi espalda.

— Mi amor ¿Qué te parece si estrenamos el escritorio? — ríe pícaramente.

— Me encantaría Dr. Andreev — sujeto su corbata mientras lo arrastró hasta el escritorio sentándome en el — creo que mi corazón late acelerado y necesito que me revises —coqueteo con el mientras le desabotono su camisa.

— Mmmmm mi sexy paciente, permíteme sacarte la ropa para revisarte — con movimientos ágiles abre mi camisa besando mi cuello

— Aaah Surt — comienzo a desabrocharle pantalón y acaricio su hombría.

— Ah que delicia.

Ya con todo mi torso descubierto, comienza a besar mi pecho mientras desabrocha mi pantalón y lo baja con bóxer y todo dejando expuesto mi masculinidad despierta. Me mira a los ojos y luego comienza a besarme apasionadamente mientras posa una de sus manos en mi trasero y con la otra masturba mi erecto miembro. Mis gemidos no se hacen esperar. Su lengua recorre desde mis pezones hasta mi miembro besando y mordiendo toda la piel a su paso.

— Cam, eres hermoso, tu piel nívea es hermosa, tu cuerpo es único — su voz es ronca y suena agitado. El líquido prese minal se hace presente en la inflamada y excitada punta de mi miembro.

— Déjame probar eso — y de golpe Surt comienza a lamer con ansiedad y lujuria la punta del pene y cuando se mete todo mi verga en su húmeda y caliente boca el placer se apodera de mi cuerpo.

Mis gemidos se convierten en gritos rogando que no se detenga. Su boca subía y bajaba recorriendo la longitud de mi miembro. Agarró sus cabellos en busca de mas contacto.

— Si... Si así... sigue así cariño... carajo que delicia.

Antes que logré venirme por aquella felación, retira su boca y me vuelve a besar.

— Date la vuelta — susurra agitado y yo obedezca apoyando mis manos sobre el escritorio — chupa — ordena poniendo en mi boca 3 dedos de su mano.

Mojo sus dedos, una vez bien húmedos, los saca. Su índice acaricia mi estrecha entrada y de golpe es introducido en mi interior. Los movimientos circulares no se hacen esperar y mis piernas comienzan a temblar. El segundo dedo se suma a la escena acompañando movimientos de tijera. Mi cuerpo era un descontrol de emociones. El tercero hace su entrada.

— Ya estás listo — acerca la punta de su miembro rosando mi entrada — ¿Esto querías? — los susurros excitados en mi oído me encienden.

— Si, si métela toda.

No aguanto más y lo único que quiero es que ese ruso me posea, de un movimiento certero su miembro se introduce en mi estrechó interior.

— Por Odín Camus tu interior está caliente, como aprietas mi verga.

— Muévete.

Las estocadas comenzaron lentas y profundas, haciéndome sentir toda su longitud. Una mano agarró mi miembro masturbandolo y la otra sujetaba con fuerza mi trasero.
Las penetraciones se volvieron más rudas y yo no para de gemir su nombre.
El movimiento de su mano en mi hombría no paraba y yo ya sentía mi orgasmo venir.

— Aaahh no aguanto más amor.

Y así fue, el placer azota mi cuerpo y ese líquido blanquecino caliente chorrea su mano. 3 estocadas profundas con un gemido ronco el llena mi interior.

— Por dios Camus, extrañaba esto — comenta aún agitado y todo sudado.

— Yo también cariño — comienzo a vestirme.

— Vamos, que tanta acción me dio hambre — reímos.

Fue una noche mágica, de ésas que hace mucho no teníamos. Estábamos sólos disfrutando la compañía del otro. Los malos momentos quedaron atrás y sólo el amor que nos tenemos reino esa noche. Paris nos envolvió en una atmósfera romántica y única.

Volvimos a casa para seguir entregándonos al placer que sólo el  sabía darme.

Sólo el.

Eres hermoso...
No pares...
Me gusta tu cabello aguamarina y tus  ojos zafiros...
Me gusta lo que haces...
¡Espera, no te vayas!...

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Un nuevo capítulo aquí presente.

Que les pareció la reconciliación candente de Surt y Camus.

Se qué quieren acción con el bicho pero eso tendrá que esperar.

Gracias por leer.





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