Seguir adelante
2 MESES DESPUÉS:
Se había hundido en una depresión tan profunda, que Afrodita comenzó a cuestionarse si había echo lo correcto.
El francés estuvo días encerrado en su cuarto. Prácticamente se había echo uno con la cama.
La pérdida de su bebé le había afectado bastante, ilusiones rotas y una pequeña caja que albergaba ropita que no sería utilizada, al menos por un tiempo, eran sostenidas por sus blancas y delicadas manos cada día.
La luz natural que se colaba por la ventana de aquélla habitación, iluminaba tenue el cabello aguamarina, seco y sin brillo, como todo en el francés últimamente.
En sus manos tenia una pequeña prenda color blanca. En un arrebato de alegría luego de su primera ecografía, él en compañía de Milo, se había perdido en una tienda de bebé y compraron aquella prenda. Según Camus sería la primera que le pondría al nacer.
Suspiro al recordar al griego de radiante sonrisa. No había hablado con él en todo este tiempo. A pesar que el heleno lo llamaba y enviaba incontables mensajes de texto, no se sentía con ánimos de hablar con nadie.
Aunque le debía de dar las gracias por ayudarlo en aquél momento, debió ser desesperante encontrarlo en ese estado. Gracias a Milo estaba vivo. Quien sabe, quizás con la cantidad de sangre pérdida podría haber muerto junto con su bebé.
- ¿Camus? - lo llamo Afrodita desde el umbral de la puerta perteneciente a la habitación del matrimonio. El francés lo miró con sus zafiros apagados, que alguna vez habían sido dueños de un jovial brillo - ¿Bajarás a desayunar con Shijima? Surt ya partió a París.
Asintió suavemente cerrando sus ojos, había estado tan sumergido en su tristeza que sin intención había abandonado a su hijo. A su pequeño pelirrojo que en silencio sufría la amargura de su padre doncel.
- Iré en un momento Dita. Gracias por todo, por cuidar de Shijima y de mí en este momento tan duro.
El otro sonrió dulcemente. Apreciaba mucho a Camus y a su pequeño hijo. Al principio lo veía como una competencia a derrotar, pero con el tiempo se dio cuenta que su pensamiento era erróneo. Camus era una persona amable, dulce y bondadosa.
Gracias a que trabajaba diariamente con el acuariano, se dio cuenta que Surt no lo merecía. No merecía que lo engañara y lastimara.
- No tardes Cam, Shijima te espera y preparé tu desayuno favorito.
El aguamarina asintió. Debía sacarse el pijama, que se había convertido en su uniforme reglamentario, y darse una reconfortante ducha con la esperanza que el agua caliente logrará despertar la chispa que dormía en su interior.
Los papeles desparramados por todo el escritorio lo ponían histérico. Agradecía a su colega por cubrirlo, pero maldecía su descuido.
¿Hacía falta ser tan desordenado?
Eran papeles importantes y no costaba nada guardarlos en los archiveros que orgullosos cubrían la paredes derecha de la oficina privada de Monnier.
- ¿Camus? - Shaka abrió la puerta dubitativo - Que agradable es verte otra vez aquí vistiendo tu bata blanca -El francés lo miró frunciendo el ceño.
- Shaka, amigo - caminó ligero para estrecharlo en sus brazos - ¿No deberías estar descansando? - preguntó después de cortar aquel contacto.
- Si, no te preocupes. Sólo vine para entregar algunos papeles y extender mí licencia. Cid me comentó que habías vuelto y decidí hacerte una visita.
Shaka volvió a abrazarlo, con dificultad por su ya notable vientre. Los gemelos protestaron a modo de patada por el apretón.
- ¿Cómo llevas el embarazo? - preguntó Camus al mismo tiempo que posaba su mano derecha en el vientre del rubio para sentir los movimientos allí dentro.
- Bien - le sonrió algo incómodo, no se sentía bien hablando de sus pequeños con él. La enorme sonrisa del otro le dio a entender que estaba bien. Que compartir su felicidad era bien recibida - estoy fuera de peligro pero Shura insiste en el reposo - suspiro frustrado.
Aunque le gustaba ser mimado y atendido por su pareja. Shaka ya se estaba aburriendo del encierro y de no trabajar. Extrañaba a sus pacientes, su rutina y su oficina.
Estaba engordando y pareciéndose a su cuñado. Mu no paraba de complacer sus caprichos de postres y bombones. Le echaba la culpa por no negarse a sus peticiones (aunque también se enojaría si se negaba) de bocadillos subidos en calorías nocturnos.
- Shura solo quiere cuídate - abrió los ojos grandes cuando sintió una patada. Le hacía recordar la emoción de él mismo cuando sintió una patada de su pequeño pelirrojo. Se agachó a la altura del vientre pará hablarle a ambos - Ustedes dos, tienen que portarse bien así su papá descansa, ya tiene cara de cansado y aún no nacen - rio suavemente, ya se imaginaba a Shaka estresado por atender a dos recién nacidos - estoy ansioso por conocerlos - se reincorporó mirando a su amigo - ¿Cuándo sabrás el sexo?
- Hoy mismo - respondió emocionado.
Aún no había preparado la habitación que los bebés ocuparían. Retener a Mu de no comprar cosas para decorar y equipar todo el cuarto había sido una tarea titánica. Él estaba más tranquilo en ese sentido, sólo necesitaba saber el sexo para emprender la ardua tarea de equipar todo.
- Genial, ya quiero llenar de regalos a mis sobrinos.
- ¿Están preparados?
- No - negó el pelilila - Shaka que haré si son niñas. Seré un papá muy celoso.
Shaka solo lo miró sonriendo como repuesta.
Shura movía el transductor por el abultado vientre del rubio buscando algún indicio del sexo de los bebés. Sonrió feliz cuando al fin descifro el primero.
- Shakita - llamo Shura - espero que hayas pensado nombres de niña por que la primera aquí es una preciosa mujercita.
Shaka sonrió, sería la primer mujer en la familia Kumar. Su papá doncel estaría feliz saber que tendría una nieta.
Mu se agarró la cabeza, si esa niña heredaba la belleza de Shaka, tendría que ahuyentar varios pretendientes.
Shura comenzó a reír a carcajadas - ¡Tenemos otra niña! Dos niñas Kumar vienen en camino.
- ¡Dos niñas! - gritaba Mu - ¡Shaka tendremos dos niñas!
El virginiano no para de reírse junto con Shura por las reacciones del tibetano. Mu estaba feliz, ambos lo estaban.
El español se alegró, pero desde que Mu los encontró abrazados se mantuvo distante del indio. No quería que Shaka tenga problemas con su pareja y él lo prefería así, mas si el rubio se empeñaba en ocultarle la verdad a Mu.
- ¿Ahora sí me dejarás decorar la habitación y comprar cosas? - pregunto Mu con una notable felicidad.
Tendría una familia propia. Una que siempre había soñado desde que su hermano había formado la suya. Ya quería ir corriendo a contarle a Shion que sus princesas se unirían a la familia. Era inmensamente feliz.
Shaka asintió, al igual que el tibetano, se sentía dichoso y ansiaba llamar a sus padres Asmita y Fudo para darles la noticia.
Vidrios rotos cubrían el asfalto mojado, producto de la lluvia que azotaba París en ese momento.
Gritos desgarradores de una mujer se escuchaban en el ambiente.
El fuerte impacto de dos autos había terminado con la vida de 3 personas, entre ellas, un niño pelirrojo de tan solo 10 años.
La ambulancia no tardó en llegar. El fuerte sonido de la sirena y la luz intermitente, habían alertado a todo mundo, pidiendo paso urgente.
- Aún no está muerto, llévenlo al hospital - ordenaba un joven de cabellos negros.
- Los otros dos ocupantes murieron en el acto - comunicaba su compañero rubio.
3 hombres sacaron del auto, destrozado, el cuerpo del pequeño pelirrojo. Lo cargaron con sumó cuidado sobre la camilla y lo trasladaron al hospital de París con urgencia.
La ambulancia llego lo más rápido que pudo.
Apurados ingresaron al pequeño a la guardia.
- Traigan al doctor Pretrov urgente - gritaba la enfermera mientras preparaba la sala.
El Dr. Pretrov no tardó en llegar, con cuidado reviso al niño inconsciente mientras los enfermeros lo estabilizaban.
Muerte cerebral había sido su diagnóstico.
Los dos médicos presentes intercambiaron una mirada cómplice. Sabían lo que ambos estaban pensando y tenían que actuar rápido.
- Llama al Dr. Andreev, Frodi - el castaño le ordenó - esto le va a interesar ¡Asegúrense que nadie toqué esté cuerpo! - gritó a todos los presente - vigílenlo, ese corazón ya tiene dueño.
Frodi Pretrov, amigo íntimo y colega de Surt, llamo con urgencia al ruso. El corazón tan esperado había llegado y era hora de honrar los privilegios que Surt había ganado con su Fama.
No había tiempo que perder si querían adueñarse de ese órgano antes que otro lo reclame.
Hola mis bellos lectores.
Les dejó un capítulo más, pará cortar la semana.
Shaka tendrá niñas ¿Quién se imaginan que serán?
Un ángel a llegado para salvar la vida se unos de nuestros Vasilakis.
Espero que les guste y gracias por leer.
Nos leemos en la próxima actualización de "Terapia de pareja"
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