"Querido Camus:

Se que soy la última persona de quien quieres saber.
Te hice mucho daño, causando que te alejaras de mí. Todo lo que hice, lo hice por ti y por nuestro niño, para que nunca les faltara nada.

Se que hice cosas horribles, me perdí en el proceso y la ambición me cegó.
Se que no merezco tu perdón por lo de Lyfia, por alejarte de tu hermano y por muchas cosas mas, tampoco te lo pediría, ya a esta altura no tiene caso que lo haga.

Solo quiero que sepas que te amo, te amo como lo hice desde hace 20 años, fuiste mí único amor. Nunca olvidare todo lo que haz hecho por nuestra familia.

Gracias por todos los momentos hermosos que me haz hecho vivir, por el perfecto hijo que me regalaste.

Siempre fui una persona fría, hasta contigo. Me arrepiento de las veces que te negué un baile, una salida.
Cuando te vi tan cerca de Milo, me di cuenta que el te devolvió la felicidad y la alegría que yo te había quitado y llenado de amargura en un matrimonio monótono y en soledad.

Eres una excelente persona y un padre amoroso, se que cuidarás a Shijima y lo convertirás en nuestro orgullo.

No hay nada que pueda hacer para remediar lo que hice, el dolor que he causado.

Supongo que Degel se llevó la peor parte. Sin embargo, quiero intentar redimir mis errores y poder encontrar la paz.

Pero antes, deseo despedirme de ti, se que una carta no es lo mejor pero se muy bien que no quieres verme.

Me hice un test de compatibilidad con Kardia y adivina, lo soy.
En este momento, mientras lees esta carta, seguramente mí vida está por terminar, pero se que gracias a eso, Kardia podrá seguir al lado de tu hermano.

Se que tu sabrás que hacer, sálvalo amor, dale mí corazón y permite que viva. Confío en ti porque se que eres un excelente cardiólogo, incluso mejor que yo.

Mí tiempo aquí se acabó, no me queda más nada en este mundo, he arruinado la vida de todos y la mía también.

Pídele perdón a ellos de mí parte, y que sean muy felices.

Tu también mí amor, se feliz, con el hombre que elijas para el resto de tu vida.

Gracias por amarme de la manera que lo hiciste, tan loca y apasionadamente. Me brindaste todo de ti y eso lo llevaré dentro de mí ser para siempre.

PD: Te he dejado algo que siempre fue para ti, en unos días sabrás.

Te ama

Surt "

Lágrimas sinceras eran derramadas de los preciosos ojos color zafiro, todo esto le dolía en lo más profundo de su corazón.
Había odiado con todo su ser aquél hombre que ahora le ofrecía su redención.

No deseaba que las cosas sucedieran de esta forma, sabía que si Surt daba su vida para salvar a Kardia, su niño no tendría a su padre.

Apretó la carta contra su pecho, aún lloraba y las lágrimas le quemaban el rostro.

Cerró sus ojos pensando, él no era nadie para impedirle a su ex esposo su último deseo, sin embargo saber lo que estaba por hacer, inevitablemente le quebraba el alma.

Unos gritos fuera de su oficina, alertaron al francés.
Sabía que si está carta estaba en sus manos, Surt estaba aquí y el alboroto seguramente era causado por él.

Salió apurado de la oficina para tratar de ver al ruso, deseaba abrazarlo una última vez.

La alerta de los monitores en la habitación de su cuñado, le impidieron su despedida. Debía auxiliarlo.

- Kardia reacciona - shock al corazón, nada - vamos vamos, no nos dejes.

El disparo que se oyó, cortó a la mitad el ambiente, asustando a todos. Camus cerró sus ojos permitiendo que unas lágrimas volvieran a escapar. Sabía lo que significaba.

Surt se había suicidado, encerrado en su antigua oficina, acorralado por la policía, decidido acabar con su vida de un disparo, calculado, en la cabeza.

Escuchaba a Degel gritar y suplicar que lo salvará y eso haría.

- Preparen al paciente para la cirugía - ordenó apurado con voz fría.

- ¿ Cirugía? De que habla doctor.

- ¡Haz lo que ordeno, el cardiólogo aquí soy yo! Llevenlo que no tenemos tiempo.

Camus salió corriendo de la habitación hacía dónde seguramente el cuerpo de su ex esposo lo esperaba.

- Kardia - una voz lo llamaba - Kardia no los dejes.

Abrió sus ojos color azul vibrante, estaba parado junto a su cuerpo, no lograba sentir sus latidos.

Sabía lo que esa escena significaba, había muerto y estaba en una especie de limbo o algo así.

Se alejó de su cuñado, que hacía todo lo posible para reanimarlo.

Escuchó los gritos de la persona que más amaba.

Verlo de esa manera lo volvió a matar, tirado en el suelo, tapandose el rostro con sus manos e implorando que lo salvarán.

Se agachó a la altura de Degel e intento abrazarlo.

- Estoy aquí cariño - él sabía que su muerte era inminente - siempre estaré contigo y los niños.

- No te mueras mí amor.

- Es momento de irme amor, vivire siempre en tu corazón amor. Te amo.

Abrazo por última vez a su esposo y emprendió camino, alejándose por el pasillo.

- Kardia ¿A dónde vas? - la voz que lo llamaba con insistencia anteriormente, se dejó escuchar otra vez.

El griego giro su cuerpo para encontrarse a los lejos con Surt.

- ¿Hasta en el más allá me joderas la vida? - habló con una sonrisa maliciosa de lado.

- No digas estupideces - contestó Surt acercándose a él - estamos en la misma situación, estamos muertos.

- Al menos se hizo justicia - espeto serio.

Surt río suspirando bajando su mirada, no esperaba palabras de amor por parte de Kardia.

- Si, tiene razón, sin embargo vengo por mí redención - Kardia lo miró extrañado - no es tu hora Kardia.

Surt colocó sus manos en el pecho de Kardia y lo empujó, este se enojó.

- ¿Qué hacés? - lo volvió a empujar - tócame de vuelta y te volveré a matar - lo volvió a empujar.

- Se que cuando despiertes olvidarás esto, seguramente soñaras con este momento no lo sé. Dile a Camus que lo amo y por favor haz que mí corazón sientas cosas buenas y no maldad.

Lo volvió a empujar, esta vez con tanta fuerza que el escorpiano voló hasta al final del pasillo, aterrizando en su cuerpo que estaba llegando al quirófano.

- Tenemos pulso Dr. Monnier - comunicó el cardiólogo de apoyo.

- Bien, Bien comencemos - alzó su vista como si con eso lograra mirar el cielo, aún tenía los ojos llorosos. Debía concentrase y salvar a su cuñado - Gracias Surt - susurró para si.

- De nada amor mío - contestó en el plano donde se encontraba.

Miro maravillado el profesionalismo del francés, los movimientos ágiles y certeros de sus manos, la concentración dibujada en sus ojos, que apenas se dejaban ver por el barbijo y bandana.
Le encantaba como fruncida el ceño y miraba los monitores. Estaba maravillado con todo él.

Una vez que terminó, decidió que ya era hora de descansar.

- Adiós amor mío, que seas siempre feliz.

- Kardia - llamo Camus - Kardia.

El sonido del monitor le dijo que lo escuchaba, ese corazón latía fuerte y claro.

- Terminamos señores - todos aplaudieron.

Camus salió del quirófano mientras se quitaba las protecciones, estaba ansiosos por decirle a su hermano que su esposo estaba latiendo otra vez.

- Gracias Surt - volvió agradecer suspirando.

Hola mis bellas lectores.

Este capítulo es cortito pero emotivo.

Es como un cierre y una despedida de un protagonista.

La etapa del villano terminó y en el próximo capítulo otro personaje tendrá su cierre y así empezamos a la recta final.

Gracias por leer.