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Nos cuidamos... Nosotros no


Estaba sumido en un profundo sueño. Eran de esos que rosaban con la realidad. Cuando no distingues que es mentira y que es verdad.

Sentía el roce de tus labios en mí cuello, sentía tu perfume Christian Dior , el calor de tu cuerpo pegado al mío.

Mí espalda contra las suaves sábanas sudando de tanto calor. Sujetas mis manos con delicadeza y las llevas por encima de mí cabeza, las dejo ahí entregándome completamente a ti, mientras tu lentamente deslizas tus dedos acariciándome tan suavemente que me estremezco. Tus manos bajando tortuosas hasta mis muslos y los apretas. Tu tacto me quema.

"Camus" me llamas suspirando alargado mí nombré como si tu boca no quisiera soltarlo.

Mis ojos siguen cerrados desde que empezamos. No necesito verte para sentirte. Anulando aquel sentido los otros se agudizan.

Mí olfato está extasiado por tu aroma.
Mí gusto empalagado por tu boca que sabe a manzana.
Mí piel ardiente por tus roces.
Mis oídos aturdidos por tus gemidos.

Estoy sumergido en todo lo que tu ser me hace sentir.

Me besas... Me besas hambriento como si yo fuera tu única fuente de alimento.

Siento como lentamente te metes en mí. Me llenas completamente de ti y yo te envuelvo con mí interior.

"Mírame con esos zafiros" pides suplicante.

Abro mis ojos y tus turquesas iluminan mí rostro. Eres perfecto.

Me vuelves a besar mientras tus caderas golpean las mías. Siento cómo mí cuerpo se contrae excitado...

"Te amo Camus"

Me despierto jadeando por aquel sueño.

- ¿Qué carajo fue eso? - me preguntó a mí mismo sin poder creer que haya soñado con Milo.

Siento mí entrepierna doler de tan dura y excitada que está.

- Dios, que me pasa, como es posible que sueñe contigo.

El aroma a crepes que proviene de la cocina logra que mí estómago aclame alimento.

- ¿As-tu faim bébé? - digo tiernamente acariciándome el vientre.

El dulce aroma hace que mis piernas se muevan solas hasta la cocina. Allí estabas, solo vistiendo el pantalón del pijama y pantuflas. Tu bronceado y bien trabajado torso estaba al descubierto al igual que mí sonrojo.

Al verte así se me seco la boca. Eres jodidamente sexy. Mierda... No puedo apartar mis ojos sobre ti y eso parece divertirte cuando me sorprendes mirándote desdé la puerta.

- Buenos días Cam - dices alegre - ¿Cómo dormiste?

- Buenos días Milo, bien ¿Los niños?

- Afuera desayunando en la mesa de exterior. Esto aquí es para nosotros. Te con canela y crepes - señalas la mesa preparada - podemos desayunar aquí o afuera, la mañana está especial.

- Afuera está bien, necesito un poco de sol.

- Ve siéntete que yo llevo todo.

Caminó por la cocina y salgo a través de unas puertas francesas hacía el exterior. Tu jardín es precioso. Está cercado con ligustrina, en un rincón tienes unas hortensias que orgullosas aportan color al patio. A la derecha tienes una mesa torneada cuadrada de hierro blanco con sus sillones haciendo juego, donde los niños terminaban de desayunar. Del lado derecho tenías un circuito de juego infantil en madera.

- Buen día niños - saludó mientras me acerco.

- Buen día- los tres al unisomio.

- ¡Ya terminamos tío! - grita Mystoria - vamos a jugar.

- Tranquilo Mys que recién terminan de comer.

Un "Si " seguido de 3 niños corriendo. Te escuchó gritar desde la cocina que todo está listo.

Me siento y te esperó. Miro para la puerta y vienes rozagante de felicidad con una bandeja en tus manos. Por suerte para mí salud mental te pusiste una remera.

- Todo listo - colocas la bandeja en la mesa - té con canela para ti y café para mí - colocas las tasas - y aquí unas crepes con crema y frutillas.

- Milo esto se ve realmente delicioso, me sorprende que sepas cocinar.

Alzas los hombros - cuando eres padre soltero no queda otra. No es la gran cosa, mayormente hago todo a través de recetas.

Cierras los ojos y te recuestas en la silla disfrutando del sol posarse en tu rostro, te miro de soslayo con un sonrojo evidente en mí cara.

La luz resalta tus perfectas y marcadas fracciones griegas, tu cabello rubio parece brillar mas. Gracias a Zeus no me estás mirando. De otra manera notarias mí sonrojo

- Sabes Camus, compré está casa para estar cerca de mis hermanos pero prefiero mi casa de campo en el viñedo. El aire es más puro, tranquilo y solo escuchas ruido de pájaros - mientras hablas aún tienes los ojos cerrados - tienes que ir a conocerlo, te encantará.

Abres los ojos reincorporándote para tomar tu café.

- Me encantaría Milo, algún día iré.

Sonríes y yo me derrito - comamos.

- ¿Vendrás con nosotros?

- ¿A tu casa? - asiento - no, tengo cosas que hacer y pasaré por la casa de mis padres. Degel me mandó un msj quiere que le lleve a Mystoria también.

- ¿Entonces te veo allá?

- Por supuesto. Te llevo hasta el consultorio dónde dejaste tu auto.

Después de desayunar me fui de tu casa. Extrañamente me sentí muy cómodo ahí... Contigo.

De camino a casa compré todo lo necesario para el almuerzo. Tengo que llegar rápido, Surt me avisó que ya había aterrizado.

- Shijima, ve a bañarte hijo, yo voy a ir preparando el almuerzo tu padre está por llegar.

Ya en la cocina comienzo a preparar todo.

- ¡Familia! - grita Surt entrando a la casa - ¡Amor! ¿Dónde estas?

-¡En la cocina!

-Mi bello zafiro, te extrañe - me abrazas y me besas la frente.

- Hola cariño ¿Cómo te fue en el viaje?

- Bien, tienes que conocer New York te encantara. ¿Esperamos invitados? - pregunta mirando la mesa ya preparada.

- Si, mí hermano vendrá con su familia, Shura y su pareja y Milo el hermano de Kardia.

- Oh ¿Tienes un amigo nuevo?

- Si, es cuñado de Degel, Shijima quiere mucho a su hijo. Sabes que el no es bueno relacionándose y al parecer con el y Mystoria se siente cómodo... La comida está lista, voy a bañarme y cambiarme que no tardan en llegar.

Subo corriendo las escaleras hacia mí habitación. Cuando salgo de la ducha escucho gente llegar.

Narra Surt:

Escucho autos estacionarse en la entrada. Miro por la ventana, nuestros invitados han llegado.

- ¡Amor llegaron! - le gritó a mí esposo a lo que esté contesta que les abra.

Suspiro y abro la puerta del frente para recibirlos con mí mejor sonrisa falsa.

Veo a Degel bajar del auto con su hijo en brazos y a su esposo.

De la parte trasera del auto baja un hombre rubio, alto, su cuerpo está bien formado... La verdad tengo que admitir que es bastante apuesto... Pero su porte y su sonrisa altanera y arrogante despierta una señal de alerta en mi... El famoso Milo.

Atrás de el baja un niño con cabellos verdes y en otro coche llegan Shura y ... ¿Afrodita? ¿Qué hace el aquí?

Maldito enfermo...

- Hola - saludo en general a los recién llegados - pasen, la comida ya está lista.

Me quedo parado en la puerta mientras los invito a ingresar.

Degel me mira serio con "Hola" seco al igual que Kardia pero éste ni me saluda.
Shura estrecha mí mano saludándome y Afrodita besa mí mejilla susurrando "Hola cariño".
Luego se acerca Milo, caminando seguro hacía mí.

- Hola soy Milo hermano de Kardia y amigo de Cam.

Cam... Cam... Escuchar el apodo de mí esposo salir de su boca con tanta confianza me dio náuseas

Estrecha mí mano con fuerza de una manera que me hace sentir quién es él. Masculinidad en todo su esplendor.

Pero éste sujeto no me intimida. No sé acercara a Camus.

— Hola soy Surt el esposo de Camus — le devuelvo el saludo.

— El es mí hijo Shun — el niño de cabellos verdes saluda.

Shijima sale a recibir a los menores y estos se van al los juegos del jardín.

— Camus se está cambiando no tarda en bajar — comunico una vez que ya están todos dentro de la casa.

Camus baja de la habitación y saluda a todos pero a esté Milo en especial con un beso en su mejilla y posa su mano en la cintura. Esté tipo ya me molesta.

De repente otro auto llega. Era Shaka, pero no venía solo, un joven de cabellos lilas lo acompaña.

Camus sale a recibirlo y esté entra saludando.

— ¡Hola gente! Que gusto verlos a todos reunidos. Les presento a mí novio Mu.

El pelilila se acerca a todos y saluda uno por uno presentándose. Genial tengo la casa llena.

— Vamos todos a comer. Milo por favor ¿Traes a los niños? — mí esposo le habla a al rubio.

— Por supuesto — le sonríe.

— Surt, cariño — Camus me llama — necesito hablar contigo en la habitación a solas.

Mí zafiro me toma la mano y me guía hasta la habitación. Una vez ambos adentro cierra la puerta.

— Amor, tengo una noticia que darte — me mira y parece nervioso.

— ¿Qué pasa amor? —me acercó a el.

— Amor, estoy esperando un hijo, seremos padres nuevamente — da la noticia muy nervioso.

— Pero amor si nosotros nos hemos estado cuidando ¿Cómo es posible?

Estaba perplejo, no lo espera, un niño más sin planear.

— Surt los métodos anticonceptivos a veces fallan ¿No estás feliz?

— No me mal interpretes amor, si estoy feliz pero no me lo esperaba eso es todo — lo abrazo fuerte para darle apoyo.

Se que él tampoco esperaba un bebé ya que siempre yo usaba condón.

Pero esperaría feliz la llegada de este pequeño.

Después del abrazo y besos ambos bajamos y nos dirigimos a la mesa. Camus tenía la idea de dar la noticia ahí mismo.

Apenas llegamos yo me senté en mí lugar pero Camus quedó parado.

— Escuchen todos — alza la voz para llamar la atención de los presentes — tengo una noticia para darles. Surt y yo estamos esperando un bebé e hice esté almuerzo especial para celebrarlo.

Mí zafiro tenía una sonrisa y un brilló que ilumina todo el lugar. Es hermoso.

Todos contentos nos felicitaron, salvo Afrodita que aunque nos felicitó note su falsedad en ello.

Brindis, comida y risas paso la tarde.

Todos nos fuimos al jardín trasero y mientras los niños jugaban el idiota del rubio sacó su guitarra y se puso a cantar, todos lo animaban y aplaudían inflando su ego. Pero lo que más me molestó fue como el y Camus se sonreían.

El y Kardia compartían la misma  irritante forma de ser. Un tipo así no podría robarme a mí  zafiro.

Asqueado por el show me voy a la cocina a buscar cervezas.

Tenía mí cabeza metida en el refrigerador y siento que alguien me abraza por la espalda. Instintivamente nombré a mí esposo pero al darme vuelta grande fue mí sorpresa al ver qué esa persona era Afrodita.

— Felicitaciones papi — dice sarcásticamente — ¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste hacerle otro hijo y a mí no?

Lo miré extraño ¿Y a este tipo que le pasa?

— ¿Qué haces? No te das cuenta que alguien puede entrar — espeto señalando la puerta de la cocina.

— Están todos ocupados con Milo — hago un gesto de fastidio.

— Déjame en paz y vete con Shura.

Tomo mí cerveza y salgo al patio cansado de las actitudes del sueco.

Por suerte al rato todos se retiran. Camus y yo nos quedamos solo.

— Amor estoy un poco cansado iré a recostarme — le comunico.

— Yo también necesito descansar. Aprovecharé que Degel se llevó a Shijima.

Narra Milo:

Salimos de la casa de Camus y antes de que Shura se subiera a su auto lo interceptó.

— Shura necesito hablar contigo — me mira y nos apartamos.

— ¿Es sobre Camus?

— Si, sobre el bebé. Puede que... — me interrumpe.

— Espera, no es momento ni mucho menos el lugar. Ven mañana a mí departamento y hablamos tranquilos.

Al día siguiente dejo a Shun con Degel y manejo hasta el departamento de Shura. El tema para hablar era importante y ya no podía posponerlo.

Ya en la puerta del edificio el enorme hombre que es el portero de ese lugar me deja pasar. Tomo el elevador que me lleva hasta el piso del español. Tocó la puerta y el me atiende.

—Pasa — me invita ingresar al departamento.

—Shura perdona que te moleste pero no tengo a  quién recurrir —sueno desesperado.

— ¿Quieras algo de beber?

— Si, una cerveza por favor.

— Bien ponte cómodo ya vuelvo.

Camino hacia el sector de la sala y me siento en su cómodo sofá. Shura vuelve con dos cervezas en sus manos, me entrega una y luego se sienta en el sillón frente a mí.

— Ahora dime Milo ¿Qué sucede con Camus?

— Shura, el bebé de Camus puede ser mío... — me mira sorprendido abriendo sus ojos.

— ¿Qué dijiste?

— El bebé puede ser mío, cuando tu y el fueron al bar. Esa noche Cam y yo tuvimos... Bueno... Un encuentro en el baño.

— Espera ¿Que? ¿Me estás diciendo que te cogiste a mí amigo borracho y drogado en el baño del bar? — bueno diciéndolo así sonaba feo — y lo peor es que no te cuidaste ¿En qué coño pensabas? Te voy a matar.

— Si, lo siento con la calentura del momento y nuestro estado no se me pasó por la cabeza el puto condón — desesperado me agarraba de los pelos.

— Y seguramente Camus no se acuerdo de eso ¿Verdad?

— Tienes razón no se acuerda.

Enojado me tira un cojín que pega directamente en muy cabeza. Si pudiera se que Shura me mataría.

— Sabes, cuando Camus se enteró que estaba esperando un bebé lo primero que me dijo fue que no se lo esperaba por qué el y su esposo se cuidan. Le dije que a veces puede fallar. Pero no tengo duda que puede ser tuyo. Eres un idiota.

— Créeme que yo también estoy enojada conmigo. Sobre todo por qué no se como se lo voy a explicar a Cam.

— ¿Y yo que tengo que ver en esto?

— Tu eres su médico y mejor amigo. Pensaba si podrías... No se... Hacerle una muestra de ADN al feto.

— ¿Quiere que haga eso sin permiso de Camus? — asiento con la cabeza — estás loco, jamás haría algo así y menos a el.

— Pero no hay otra opción.

— Si, hazte hombre y enfrente tus cagadas. Pero ahora no. Puede que está noticia le haga mal al embarazo. Hay que esperar que pase al menos el primer trimestre de embarazo.

— Hare lo que tu me digas Shura pero no podemos dilatar esto mucho.

— Lo se y en lo único que pienso es en Camus y como tomará esto. Me preocupa.

Mí teléfono nos interrumpe.

— Debo irme. Por favor ayúdame.

Ambos nos paramos y caminamos a la puerta.

— Si te ayudaré pero lo hago por el. Y a ti ... — me golpea en con su puño en la cara.

— ¿Qué haces? ¿Por qué fue eso? — preguntó desconcertado sobándome la mejilla.

— Por tocar a mí amigo y no cuidarte. Vete antes que te mate.

Narra Shura:

Después de que Milo diera ésa terrible y sorprendente noticia y se fuera, camine hasta la heladera en busca de otra cerveza. El timbre de la puerta sonó. Seguramente Milo olvidó algo.

— Y ahora que quieres idio...

Al abrir la puerta me sorprendí por qué no eran Milo quien estaba parado allí llamando a mí puerta si no Shaka..  un lloroso Shaka.

No me deja ni saludarlo que se abalanza sobre mí abrazándome llorando.

— ¿Shaka que sucede? — preguntó preocupado.

— Shura estoy esperando un bebé... — me mira con los ojitos hinchados y rojos de tanto llorar — y no se de quién es. Puede ser tuyo o de Mu

¿Que? Mí mundo se desmoronó

¿Qué estás diciendo? Shaka... — me interrumpe.

— Cuando estuve esa noche contigo no nos cuidamos y a los 3 días estuve con Mu y tampoco nos cuidamos y .... Y ahora no se que hacer... No le he dicho nada aun.

—¡No me jodas Shaka pensé que tu te cuidabas, siempre lo hiciste! — sin querer grite y el se puso nervioso.

— ¿Eres idiota o que? Te digo que no tuve sexo por 4 años ¿Para que me cuidaría si no tengo relaciones?... ¿Qué haré? ¿Qué le diré a Mu?

— Tranquilo, ven vamos a sentarnos, solucionemos esto juntos.

Y yo que me quejaba de Milo.

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Hola mis bellos lectores, aquí les de un nuevo capítulo.

Tenemos epidemia de embarazos.

Camus no será el único con la duda.

Gracias por leer

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