No soy para ti
Narra Mu:
Un maldito día caluroso y estoy saturado de trabajo en el taller. Pero tengo un cliente en especial, un joven doncel, su pelo largó rubio eran como rayos de sol, los ojos cielo mas hermosos que he visto y su elegancia de cuna al andar era el más bello baile.
Pero que soy yo comparado con tan precioso ejemplar, un simple mecánico, grasoso que vive al día, sin educación ni apellido, nada nunca fui nada ni en el Tíbet ni aquí.
El para mi es inalcanzable...
Una ves terminado el arreglo de su Audi A3 Sedan, lo llamo a su celular. Por Buda, lo más acerca que yo pueda estar de un auto así es arreglándolo.
— Hola — atiende su celular
— Hola buenos días señor Kumar, le hablo del taller mecánico. Su auto ya está listo. Puede pasar a buscarlo cuando guste.
— Oh si, por supuesto. Que rápido lo arreglo — Bueno no era ninguna ciencia, sólo cambió de aceite y balanceo.
— Como usted me dijo que lo necesitaba, procure terminarlo lo más rápido posible señor — quería sonar lo más cordial posible, quería que no pensara que era un bruto total.
— Muchas gracias por eso, mira yo en este momento estoy trabajando. Apenas me desocupe me tomo un taxi para allá.
— Lo estaré esperando señor Kumar. Hasta luego.
Una vez terminada la llamada seguí trabajando con los demás autos. No puedo quejarme, tengo muchísimo trabajo gracias a las recomendaciones que da la agencia Monnier. Ellos siempre me envían trabajo y clientes exclusivos. Pero el señor Kumar es especial, en irradia un aura de paz absoluta.
El mediodía llegó y el calor me estaba matando. Sofocado y sudado. Me quito la remera dejando mi torso al descubierto. Sujeto mi cabello en rodete flojo.
30 minutos más tarde se estaciona un taxi en la puerta del taller. Dejó lo que estaba haciendo para limpiarme las manos y atender al cliente recién llegado.
Tarde me doy cuenta que la persona que entra por la puerta es el señor Kumar, no tuve tiempo de limpiarme la cara ni ponerme la remera. Verlo es como ver un campo de girasoles que se alzan orgullosos al salir el sol.
— Buenas tardes Mu— el rubio extendió su mano para estrechar la mía en forma de saludo. Miré apenado.
— Buenos días señor Kumar — saludo sin dar la mano, aún estaban un poco sucias y ásperas. Aunque si me encantaría dejar mis manos marcadas en la parte trasera de ese fino pantalón blanco — ya le traigo su auto.
Me dirigí a la parte trasero donde tenía estacionado el auto.
— Aquí tiene
— Gracias, cuanto le debo.
— 150 dólares
— ¿Acepta tarjeta?
— Si, pase al mostrador y le cobró.
Una vez ya ahí, tomo el posnet y el me extiende la tarjeta.
— ¿Me permite una identificación?
— Claro — revisa en su billetera — Aquí tiene — me extiende el plástico.
Se veía hermoso en la foto de su identificación. Si alguien debía verse bien en la foto de ese plástico, ese sin duda era el. Tan perfecto
— ¿Sucede algo? — su voz me trajo a la realidad de nuevo. Por buda debo haber parecido un idiota.
— No, no — terminó la transacción sin mirarlo, estaba sonrojado de la vergüenza — listo, firme aquí.
— Bueno, muchas gracias Mu. Nos vemos, adiós.
No dejo ni devolverle el saludo, lo único que llegue a ver como rápido subió a su auto y sin más se marchó. Tomo el comprobante de pago y fue ahí que me doy cuenta que se olvidó de su identificación y tarjeta. Rayos. Bueno al menos volverá por ellas. Sonreí como un tonto al pensar que volvería a verlo.
Narra Shaka:
Manejaba hacia mi casa, reprimiéndome mentalmente por comportarme de esa manera. Como pude ser tan idiota de salir prácticamente corriendo de ahí.
Me sentía acalorado, sofocado y hasta excitado por aquel sujeto, verlo en cuero y sucio me seco la boca. Mu es todo lo que yo no soy y eso de alguna manera logra atraerme. No tengo sexo desde hace más de 4 años. Quizás a eso se deba esta sensación. Pero no podía dejar de mirarlo, en cuero, sudado y lleno de grasa. Sólo hacia que mis pantalones apretaran. Contrólate Shaka...
Me dirijo a al mercado orgánico, necesitaba víveres para mi casa. Una vez que compré todo lo necesario voy a pagar.
— Hola Shaka ¿Cómo estás? — la jovencita de la caja me sonrió. Yo soy cliente habitual.
— Hola Celine, bien y tu.
— Bien, son 234 Dólares Shaka.
Buscó en mi billetera mi tarjeta y no la encuentro. Desesperado busco en todos mis bolsillos y nada. Me pego mentalmente al recordar haberla dejado en el taller en mi huida.
— Lo siento Celine, pero no tengo mi tarjeta — digo apenado — me temo que la olvidé en otro lado.
— No importa Shaka, llévalo, me lo pagas después — ella sonríe amable.
— Gracias, la verdad me haz salvado, no te preocupes lo pagaré pronto.
Tomo mis compras y salgo del lugar lo más rápido posible. Éste día no podía ser peor. Suspiro cansado, subo a mi auto y parto a mi casa.
Narra Mu:
Han pasado 3 días y aún el rubio no regresó por sus cosas, supongo que las necesitara y esta demasiado ocupado. Me fijo si en su identificación estará su dirección. Miro y efectivamente está ahí. Bueno después de cerrar el taller tendré que ir.
Eran las 5 de la tarde, recién había cerrado el taller. Tomo mis cosas personales y sus tarjetas. Echo un vistazo a mi aspecto y la verdad es desastroso. Tendré que ir a mi casa a bañarme y cambiarme de ropa. No creo sea adecuado aparecer así con estas fachas. No pretendo conquistarlo por que se que el está fuera de mi liga pero tampoco quiero dar una mala impresión.
Voy en mi moto Honda Rebel 1100 disfrutando el viento ondear mis cabellos, esta sensación de libertad no te la da un auto.
Estaciono en mi casa. Al entrar me topo con mi hermano y sobrino mirando la tele.
— Hola muchachos — saludo al aire para correr rápido al baño.
— Hola Mu — escucho que contesta pero no le doy importancia.
Me meto a bañar y fregar bien mi blanca piel para sacar la grasa.
Elijo mi ropa. Un pantalón de gabardina cargo verde militar, remera negra, chaqueta de cuero negra y borcegos marrones. Un poco de perfume Polo, regalo de mi hermano, y cepillo mi largó cabello lila.
Estaba muy nervioso, ni siquiera se por que me arregle tanto si solo le entregaría sus cosas. Me sentí un idiota por permitirme un momento tener esperanzas con el.
Toco la puerta y espero a que atienda.
La puerta se abre y veo a mi bello girasol. Tan elegante aunque éste vestido informal.
— ¿Mu? ¿Qué haces aquí? — pregunta con rostro extrañado.
— Perdón por aparecer así sin avisar, pero como no viniste a buscar tu tarjeta pensé en traértela — extiendo mi mano mostrando los plásticos — disculpa mi atrevimiento de venir a tu casa.
Abre más la puerta y da un paso para tomarlas.
— Gracias Mu, por ser tan amable de traerlas hasta aquí — se sonroja y me mira fijo, pero no habla. Sólo me mira como si quisiera decir algo que no se anima — estaba por comer ¿Quieres pasar?.
Abrí mis ojos como plato sorprendido. No creía lo que escuchaba, ese bello y delicado doncel estaba haciéndome semejante invitación... y por supuesto cómo estás oportunidades son únicas, no me negué. Me pregunto si en la cama sería igual de delicado.
— Claro — a pasó tímido entró a su casa.
Un olor a incienso y canela quemó mis fosas nasales. El ambiente se sentía cálido y hogareño. Pude distinguir, entre tanto sahumerio, un exquisito olor proveniente de la cocina.
— Ponte cómodo en el sofá si quieres.
— Si quieres puedo hacerte compañía en la cocina.
— Como quieras, ven.
Ya adentro de la amplía cocina me siento en una banqueta ubicado en la isla. Me daba la espalda mientras hablaba sin parar y yo solo le miraba el culo. Para ser delgado tiene buena retaguardia. Estaba tan entretenido imaginándomelo gimiendo mi nombre en la cama que no escuche que me llamaba.
— Mu... Mu... ¿Prefieres comer aquí o en el comedor formal?
— Aquí, más relajado.
— Soy vegetariano, esperó que te guste el Khodi Pakora.
— Lo que sea estará bien, yo también soy vegetariano aunque nunca como algo tan elaborado. Mayormente cocina mi hermano y no tiene muchas recetas en su mente — río ante mi estúpido comentario. El ríe también y lo siento como una pequeña victoria.
Ambos ya sentados uno al del otro en la isla. La comida era exquisita tenía ese tinte de casera que extrañaba. Era como sentir a mi madre cerca.
— Cuénteme de ti — le digo al rubio y voltea un poco su cuerpo hacia mi lado para quedar frente a mi — que te trajo a Francia.
— Fui estudiante de intercambio en la universidad. Y decidí quedarme a vivir aquí.
— Ha que interesante y ¿Qué estudiaste? — lamentaba hacerle preguntas pero quería conocerlo, necesitaba conocerlo.
— Oftalmología, mi padre doncel quedó ciego gracias a un accidente y eso fue lo que me motivó, estudiar y poder operarlo — wow un médico. Ahora si estoy mas seguro de que es inalcanzable.
— ¿Lo lograste? Digo operarlo y que volviera a ver.
— Si, por supuesto — su rostro refleja orgullo.
—¿El vive aquí contigo?
— No, el vive en la India con mi padre Fudo. No les gusta mucho salir de su ambiente. Los visitó cada vez que puedo. Y tu ¿Vives con tus padres? ¿Qué te trajo aquí?
— Mi madre murió cuando era pequeño y a mi padre nunca lo conocí, nos abandonó cuando apenas nací — baja la mirada apenado — mi hermano y yo vinimos sin nada aquí, huimos de la miseria y pobreza. Un hombre que prácticamente compraba niños para trabajo doméstico nos trajo. Tiempo después murió y otra vez nos quedamos en la calle. Con lo poco que teníamos hasta que conseguimos trabajo.
— Impresionante historia. ¿Cómo lograste tener el taller?
— Ahorrando, mi hermano y yo ahorramos mucho. Gracias a que consiguió trabajo de asistente de una firma de abogados — el no para de mirarme a los ojos y eso me pone nervioso — Ya es muy tarde, será mejor que me vaya a mi casa — me levanto de la banqueta y el imita mi acción.
— Es una lástima, disfrute mucho tu compañía — una pizca de alegría se planta en mi corazón. Me gustaría quedarme y no precisamente a dormir — ¿Quieres algún día tomar un café o algo?
Casi muero ahí mismo, ¿Estaba escuchando bien? Me estaba invitando a salir... vamos Mu no te acobardes ahora.
— Claro, eso me gustaría mucho.
— Bueno, mi amigo está fuera de la ciudad y no no tengo con quien ir al teatro este sábado ¿Quieres? —¿ Teatro? ¿No había algo más aburrido? El se notaba muy entusiasmado.
— ¿Teatro? — digo nervioso — Claro — que mierda haría yo en un teatro, ni siquiera tengo que ponerme.
Ya en mi casa, fui directo a mi habitación. Estaba arrepentido de haber aceptado su invitación. Eso dejaba más que en evidencia la clara diferencia social y cultural que teníamos. Mierda que me pondré.
El sábado llegó y aún no tenía que ponerme. Supongo que debía vestirme elegante. Le pregunto a mi hermano si tiene al menos un sacó para prestarme.
— Shion, prestarme un sacó de vestir.
—¿Saco de vestir? ¿Para qué quieres uno? — me pregunta extrañado.
Shion esta sentado en el sofá comiendo snacks. Si sigue así se volverá una vaca. No se cómo hace Dohko para montarlo.
— Tengo una cita, iré al teatro con cliente.
— ¿Tu en el teatro con un cliente? ¿Te aburrirás solo para culearte a un niño rico?
— No es un niño, es un médico.
— Vuelas alto hermano.
— Cállate borrega preñada y dame un traje de Dohko. Por cierto ¿Dónde está el liliputiense de tu esposo?
— Fue a comprarme chocolate, tengo antojo — dice mientras se llena la boca de papas fritas.
Al rato llega mi cuñado con unos trajes. Me los pruebo. El sacó me queda bien pero los pantalones son muy cortos para mi. Maldición.
Me decido por un pantalón de gabardina negro que compré y aún no estrene y un sacó negro, camisa amarilla. Shion entra a la habitación.
— Por Buda Mu esa camisa es horrible, ¿Enserio? ¿Amarillo? Que horror. Ponte la bordo. Y la amarilla préndela fuego.
Tras esa agresiva sugerencia opto por la camisa bordo, sin corbata. Peino mi cabello y lo ato en una cola baja. Un vez listo le mando un mensaje a Shaka.
Para Shaka:
Shaka, te pasó a buscar en 10 minutos.
Para Mu:
Prefiero mi auto, no te ofendas. No me agregan las motos. En 10 estoy.
Un poco de perfume y bajo a la sala de estar. Mi hermano sigue en el sofá comiendo ahora chocolates. Quedará redondo luego de éste embarazo.
— Mu ¿Irás en moto? — se mete un bombón en la boca.
— No, el pasara a buscarme.
El timbre de la casa suena. Respiro hondo. Mi hermano levanta el culo gordo del sofá para mirar por la ventana del frente de la casa.
— Wow hermano, que afortunado eres si logras comerte a ese rubio. Y mira su auto. Con razón no quería ir en tu mugrosa motocicleta.
— Cállate y sigue tragando calorías. Yo abro.
Abrí la puerta y la cerré rápido detrás mío. Así mi hermano no tendría tiempo se hacer su numerito.
Que puedo decir me aburrí mortalmente en el teatro, no entendía un carajo de la obra. Sólo miraba el rostro de Shaka, el se veía entretenido al menos uno de los dos esta disfrutando.
Una vez terminada la tortura, fuimos a comer. Por desgracia elegido uno de los restaurantes más caros. La próxima le cocino yo.
El hablaba y hablaba sin parar de su vida, su estudio y yo lo único que quería era meterle la verga en la boca para callarlo.
— Mu, los padres de mi amigo Camus darán una fiesta de aniversario. ¿Quieres ser mi acompañante? — me sonríe dulcemente.
— ¿Camus Monnier? ¿El es tu amigo?— nunca pensé que sería amigo de ese francés refinado con tremendo culo.
— Si, hace años. Que dices ¿Vienes?
Me quedo pensando unos segundos mientras mastico mi comida, no me entusiasma una fiesta llena de ricachones. Lo peor es que la mayoría son clientes míos. Pensaran que estoy ahí para estacionar autos. O peor que soy un trepador que se come al rubio este... No muy convencido le digo que iré para dejarlo contento. Quizás así logré algo está noche.
Y no fue así, ni un maldito beso. Me dejó en mi casa y con un nos vemos se fue.
Subo a mi habitación. Por suerte mi hermano logró despegar su cuerpo del sillón y no se encuentra allí. Llega una notificación a mi celular.
Para Mu:
La pase muy bien esta noche, esperó que la repitamos. Nos vemos en la fiesta. Besos
Definitivamente no me rendiría. Me gustaba el doncel. Se que hay algo más detrás de su porte elegante. Quiero descubrir esa fiera interior y por cómo me miraba tengo esperanzas.
Aún dudaba de ir a la fiesta...
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Les confieso que me costó escribir algo de ellos. No son mis predilectos pero sepan que puse mi esfuerzo.
Que opinan de Mu?
Lograda conquistar a Shaka o se aburrirá?
En el próximo capítulo tendremos algo narrado por Surt y volvemos con Camus.
Gracias por leer.
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