No estás sólo
- Tranquilo, ven vamos a sentarnos, solucionemos esto juntos.
Aún me encontraba en alguna galaxia lejos. A pesar que estaba sentado en mí sala de estar, mí mente se convirtió en astronauta pará volar lejos de aquí, pero la voz de Shaka diciéndome que ese bebé podría ser mío, hizo que mí Challenger explotara.
No lo negaba, la idea me aterraba. Me cago en todos mis muertos y en los de Shaka también. Pero no le diría ni le recriminaría nada, aquello era error mío, era mí culpa.
En todos mis años como médico he dado ésa noticia con alegría a personas que la recibían del mismo modo, sabía bien lo que haría si el bebé era mío, pero él no sabía cómo reaccionaria su pareja. No sabía si lo aceptaría o lo dejaría. Seguramente perderlo sería terrible pará mí ex.
- Shaka tranquilízate - tomé su mano y la acaricie dulcemente - ¿Hablaste con tu pareja?
- No, aun no. Estoy aterrado Shura, que se supone que le diga. Tengo miedo que me dejé, que me diga que soy un cualquiera y se borre. Tengo miedo de su reacción... En qué mundo paralelo está noticia sería fácil de digerir o recibida con alegría... Me quiero morir - no paraba de llorar y yo no sabía que hacer.
No sabía que decirle por qué no conocía al sujeto y no tenía idea de cómo aquél reaccionaria. Quizás no fuera tan patán y entendería la situación. Al fin y al cabo podría ser su hijo también. No lo culpó, de verdad era algo difícil de digerir.
- Sabes que te acompañaré ¿Verdad? Haré el seguimiento de tu embarazo yo, no quiero que vayas con alguien más, cubriré todos los gastos y si quieres te acompañaré hablar con Mu... Pero, quiero serte sincero Shaka ... Yo ... Yo no me casare contigo ni nada si ese niño es mío. Me haré cargó de él, pero no te prometo una familia convencional. Perdóname pero no puedo.
- Lo se Shura, lo sé - no paraba de llorar y me partía el corazón - solo no me dejes sólo, no puedo con esto sólo.
- Jamás lo haré. Ahora me harás caso en todo. Te veo el martes en mí consultorio, haremos el primer control ¿Le dirás a Mu?
- No tengo opción, es algo que necesita saber pero déjame asimilar esto primero y luego veré como se lo digo.
- Claro, tomate tu tiempo. Solo no esperes a tener una panza enorme - el sonrió.
- Gracias por todo - me abraza - no se que haría sin ti.
- Es lo que corresponde, ahora ve y descansa, lo necesitas.
Apenas Shaka abandono mí hogar lo primero que hice fue bajarme una botella vino. Resultó que eso no me basto por qué seguí con la de whisky. Necesitaba hectolitros de alcohol para olvidar por un momento lo que mí vida atravesaba.
No quería tener un hijo, no ahora y menos en estás circunstancias. Siempre me hice la idea de forma una familia con alguien que amara pero eso era un sueño lejano... Si un sueño lejano, tan lejano como Plutón.
Pensaba como yo también le daría la noticia a mí pareja. Shaka no era el único que tenía que dar explicaciones. No quería perderlo, quiero mucho Afrodita, me gusta mucho y la idea de que se enoje y me dejé no me gustaba.
Estábamos iniciando una relación hermosa con esperanzas de que lo nuestro se convirtiera en algo serio y duradero. Afrodita es cariñoso, amable, honesto y alegré. Era lo que a mí vida le faltaba.
Mañana sería un nuevo día.
Me desperté como si un tren me hubiera arrollado. Mí cuerpo dolía y mí cabeza me reclamaba descanso, pero eso estaba a hectáreas de suceder.
Mientras tomaba ni capuchino pensaba si debería decirle a mí bella rosa de mí probabilidad de paternidad. No sé si eso sería buena idea, después de todo, puede que no sea mío y de ser así armaría un drama innecesario.
Cuando el último sorbo de aquella infusión italiana se deslizó por mí garganta, ya había decidido que omitirlo sería lo mejor... Por lo menos hasta que Shaka se hagan un ADN.
Mire la lista de paciente y al ver su apellido me di cuenta que mí amigo Monnier era quien seguía. Me había olvidado completamente que el vendría hoy e inevitablemente me acordé de lo que Milo me había contado la noche anterior. No era el único con problemas de paternidad.
Si para mí era difícil no me imagino como sería para Camus.
- ¡Monnier! - llame a mí amigo.
Segundos más tardes entra a mí oficina juntó a la zanahoria malévola, con su rostro arrogante como siempre.
Me gustaría ver cómo se le desdibuja esa socarrona sonrisa del rostro si se enterará que Milo conoció el paraíso a través de su bello zafiro. Y peor aún que podría ser el progenitor de ese niño.
- Hola amigo ¿Cómo estás? - saluda con su bella sonrisa.
- Hola Shura - habla Surt. Aún me sorprende que el esté aquí.
- Hola Cam, bien - mentí, estaba a galaxias de estar bien - ¿Cómo te haz sentido estos días? - puse mí mejor cara, no quería preocupar a Camus por ahora con mis cosas. Quizás otro día le cuente, ahora su embarazo era su prioridad.
- Bien, nada nuevo, no he vuelto a vomitar y mí apetito volvió. No he tenido ningún inconveniente y me estoy cuidando bien.
- Perfecto, tienes que hacerte análisis de orina y sangre completo, una ecografía y tomar ácido fólico - escribo las órdenes y recetas.
Miro de reojo y veo que Surt toma la mano de Cam y acaricie su dorso, le sonríe tierno y besa su mejilla. Contra todo pronóstico Surt está contento por la llegada de un bebé.
Después de una breve charla, revisarlo y darle las respectivas indicaciones sobre el embarazo, ambos se despiden.
- Shura ¿Estás bien, te noto raro? - mí amigo me conoce y era obvió que notaria que algo atormenta mí mente.
- No te preocupes son cosas mías -menciono tratando de restarle importancia.
- Shura, tu me importas. Si algo te preocupa me gustaría ayudarte. Compártelo conmigo, sabes que siempre estaré ahí para ti.
- Si lo sé, no quiero preocuparte con mis cosas, tu tienes que ocuparte solo de tu embarazo y nada más - frunce en seño y me mira serio.
- No digas estupideces, me haces enojar. Eres mí mejor amigo, me importas y no creó necesario estar repitiéndotelo. Te espero y nos tomaremos algo cuando salgas. Veo en tus ojos que algo te atormenta, a mí no puedes ocultarme nada, se que necesitas hablar con alguien y yo soy tu mejor opción.
Si, eso era verdad, a el jamás podría ocultarle nada, con solo mirarme sabía que algo no estaba bien. Ciertamente necesitaba desatorar ese nudo en mí garganta que se formó desde ayer y no pude bajar ni con todo el alcohol que tomé. Pero no podía decirle exactamente todo lo que me preocupaba por obvias razones pero aprovecharía solo para contarle lo de Shaka.
- Surt, ve solo a casa, yo esperaré a Shura - informó a su pareja.
El lo miro de mala gana pero al final accedió.
- ¿Cómo volverás?
- Yo lo llevó, nos te preocupes.
- Está bien, pero no llegues tarde amor.
-No, quédate tranquilo.
- Adiós cariño - Surt lo besa y se despide.
Una vez que el pelirrojo se retiró dirijo mí mirada hacía Camus.
- ¿Qué harás mientras? - le pregunto curioso.
- No lo sé, quizás vaya de compras o veré si Milo está desocupado, se me antoja un helado, ya que estoy aquí lo invitaré - alzó sus hombros.
Me estoy dando cuenta que al zafiro le esta agradando mucho el griego. Es raro que Camus conozca nuevas personas y esté cómodo con alguien que conozca hace poco tiempo o con alguien que no sea yo.
No lo niego, me sentí terriblemente celoso de Milo. El comparte tiempo con Camus, el tuvo la dicha de estar con él... Me dieron ganas de golpear al rubio.
Sacudí la cabeza sacando esos pensamientos de mí mente. El no tiene la culpa de mi sentir.
Horas más tarde salgo del consultorio y Cam ya me estaba esperando. Estaba solo.
- ¿Vamos? - le pregunto ofreciendo mí brazo para que lo tome.
- Vamos Shiruta.
Caminamos abrazados unas cuadras hasta llegar a un café. Adoro la sensación que envolvía mí cuerpo cuando el estaba cerca.
Era como ése aroma a hogar, como cuando regresas a tu casa después de un viaje largo y te envuelve el olor dulce de galletas recién horneadas, el vapor y aroma del café caliente y madera quemada. Eso es el para mí, mí hogar.
No podía decirlo, no podía admitirlo... Mí sentir.
Entramos a la cafetería, pedimos una mesa alejada junto a la ventana.
- Cam, tengo que contarte algo.
- Desembucha todo y no te guardes nada - un pequeño detalle tengo que guardar.
- ¿Te acuerdas de la fiesta de tus padres? - el asintió - como ya sabes Shaka y yo... Tuvimos sexo... Cam, Shaka espera un hijo, ayer me lo dijo.
Abrió los ojos lo más que sus zafiros se lo permitieron. Quedó perplejo, hasta diría yo que dejó de respirar, pensé que le iba a dar un paro.
- ¡Queeeee! - pegó un grito tan fuerte que todos en la cafetería se dieron vuelta - Me estás jodiendo - sus ojos estaban tan abiertos que pensé que se le saldrían del rostro.
- Ya quisiera, pero es la verdad... Y eso no es todo. Shaka no sabe si ese bebé es mío o de Mu.
- ¿Pero que estás diciendo? Acaso Shaka no sabe cuidarse o que. Y tu Shura ¿Cómo es que no se te ocurrió ponerte el pilotín?
- No tengo excusas. Ni voy a decir que estaba borracho nada de nada, fue enteramente mí culpa.
- Por Athena no me imagino como estará nuestro amigo budista ¿Y tú qué piensas hacer si ese niño es tuyo?
- Lo que corresponde, me haré cargo y punto. Me la bancare como un caballero.
Me sentía un poco raro siendo reprendido por aquel que estará pronto a enfrentar algo similar. El que tuvo un encuentro pasional, de una noche, en un sucio bañó de un bar, borracho y drogado... Bueno el no se acuerda... Punto para el.
- Shura, sabes que nunca estás sólo, siempre estaré para ti.
Narra Surt:
Después de dejar a Cam con Shura aproveche mí momento libre para acompañar a Lyfia al médico...
Una vez terminado ese asunto volví a mí casa.
Estacione mí auto en la entrada y antes de bajar aproveche a enviar unos mensajes. Las excusas se volvieron parte de mí vida...
Una vez terminado el asunto bajo de mí auto y caminó hacia la entrada, busco en mis bolsillos las llaves de la puerta de entrada. Intenté colocarlas en la cerradura pero algo me lo impidio... Que extraño. Intenté nuevamente, quizás yo esté poniéndola mal... Lo mismo.
Miro la cerradura y me doy cuenta que hay otra llave puesta del lado de adentro. Eso me pareció más extraño aún ¿Quién carajo estaba en mí casa?... Después me acordé que Camus me había contratado a un empleado para la casa pero nunca me dijo quien ni me lo presento.
Toco el timbre, espere unos minutos y de golpe se abre la puerta...
¡Mierda! ¿Qué hace Afrodita aquí?
-Hola Surt - me saluda con esa típica sonrisa de el.
- Afrodita ¿Qué mierda haces en mí casa? - manifiesto irritado entrando a mí casa.
- Trabajo aquí - vuelve a sonreír - tu amado esposo me contrato para que yo ayude con su retoño pelirrojo. Sabes Camus es muy bueno para ti, nos te lo mereces.
- ¡Cállate la boca! Tu que sabes de nosotros. No quiero que vengas más. Ya deja de meterte en mí vida, de aparecerte y molestar - estaba colérico.
- Yo te amo Surt, por favor - comienza a llorar - no me dejes yo quiero estar contigo.
- ¿Qué no te deje? ¿ De qué carajo hablas? Nosotros nunca tuvimos nada, solo cogimos 2 veces y tu te hiciste una gran telenovela, de ésas bien dramáticas que dan a la tarde. Estás loco - asevere ya gritando desquiciado.
- Lo nuestro es especial y tu te niegas. Se que me amas.
- ¿Especial? ¿Coger en el consultorio te pareció especial? Eras mí secretario, me buscaste, cedí cogimos y nada más, nunca tuvimos una relación y yo no siento nada por ti. Estas loco, te inventaste una relación a base ¿De qué? Nada absolutamente nada ¡Fuera de mí casa!
- No me voy a ir a ningún lado, estoy trabajando y es a tu esposo que le doy explicaciones no a ti.
- Vete a la mierda.
Me fui de mí casa molestó, fastidiando con el lunático de Afrodita. Realmente no puedo creer que piense que tenemos o tuvimos algo. No sé que cuento de fantasía se inventó en su cabeza pero jamás pasamos más que dos acostones.
Maneje hasta un bar. Intentaré bajar la cólera con alcohol y luego hablaría con Camus para que eché al desquiciado del sueco por qué es peligroso.
Nunca tuvimos una relación.
No siento nada por ti
Te hiciste una novela.
Estás loco.
Es peligroso.
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Hola mis bellos lectores, volví.
Aquí un nuevo capítulo.
No mucho que decir. Ya vamos entrando un poco en la trama antes del drama.
Gracias por leer.
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