Gracias a ti
Aclaraciones:
Como se van a dar cuenta, en este capítulo hay un salto en la historia.
Hay un hueco entre la cena y la boda que se mostrará en el capítulo siguiente.
No sé preocupe, no es algo que afecte a este capítulo, solo que me pareció mejor dejar ese drama para el siguiente, luego entenderán el por qué!
Este capítulo se tratará exclusivamente del casamiento entre Milo y Camus, me pareció correcto dejar el drama para otro capítulo.
Hecha la aclaración, disfruten del capitulo.
¿Alguna vez sintieron esa sensación de plenitud?
Esa que se hace presente cuando no te hace falta más nada en tu vida para hacerte feliz, esa que te hace sonreír sin ningún motivo, solo eres feliz y ya.
Te sientes bien contigo mismo y satisfecho con lo que haces.
Cuando sabes que por fin, después de tantas tormentas, el sol sale nuevamente y con eso, un espectacular amanecer para pintar todo de colores cálidos.
Así se sentía Milo mientras se vestía para la ceremonia.
En la habitación de invitados, el griego se colocaba su impecable esmoquin con ayuda de sus tres hermanos y Aspros.
Los cinco hombres se veían radiante enfundados dentro de esos trajes tan elegantes.
El único rubio allí presente, observaba su reflejo en el espejo de la habitación de invitados de la casa. Acomodaba nervioso la corbata moño, sus manos le temblaban y no sabía a qué se debía ese estado.
Estaba feliz, esa era la realidad, feliz de al fin unir su vida con Camus.
Habían sido dos semanas de arduo preparativo, el viñedo se había convertido en un lugar de ensueño gracias al exquisito gusto decorativo de su suegra.
- Te ves muy apuesto hermano - alagó Saga colocando su mano en el hombro del menor - estoy seguro que enamoraras por segunda vez a Camus.
Una sonrisa melancólica se dibujo en su rostro, que para su suerte Milo no logró verla. Estaba feliz por su hermano menor, logró encontrar nuevamente el amor luego de un matrimonio fallido.
¡El pequeño Milo se casaba por segunda vez! Y él aún estaba a las vueltas con Aioros. El castaño aún no se entregaba por completo a la relación y el hecho que se negara a la invitación a la boda, lo desanimaba un poco. Lo entendía, sabía que no quería ver a Shura nuevamente luego de lo sucedido en la cena.
- Estás listo pequeño alacrán - Kanon comenzó a revolver el cabello del griego menor a modo de cariño, aunque un poco brusco para gusto de este.
- ¡Para ya! Me despeinas Kanon.
- Siempre estás despeinado enano - bromeó molestando a Milo y su gemelo rodó los ojos.
- ¡Ya basta! - interfirió el hermano mayor de los Vasilakis - parecen niños y Kanon, es su casamientos y aún así no dejas de molestarlo.
- Para no perder la costumbre - alzó sus hombros.
Aspros miraba divertido la escena de sus hijos, mientras tomaba vino sentado en un sillón, esos cuatro revoltosos eran su vida, los amaba como a nada en este mundo y se preguntaba cuando habían crecido tanto y eso hizo que se sintiera más viejo, ya contaba con 65 años y a sus 20 había tenido a Kardia. Ahora su pequeño Milo se casaba por segunda vez.
- ¡Muchachos! - habló fuerte para llamar la atención de sus hijos y evitar que se sigan peleando, cuando los cuatro cesaron la discusión y lo miraron siguió hablando - su madre me acaba de avisar que está todo listo - caminó hasta su hijo menor y lo abrazó cariñosamente - Milo, ¿Estás listo para pararte en el altar?
- Claro papá - asintió.
Los tres hombres restantes allí comenzaron a silbar y vitorear alegres, tanto así, que Saga alzó a su hermano y dio una vuelta con él, haciendo reír a todos.
- Andando pequeño.
Aspros abrió la puerta de la habitación dejando pasar a sus hijos.
En la habitación contigua a la de Milo, Camus junto a Degel, se preparaba para la ceremonia.
Se sentía feliz y ansioso, debido al embarazo que lo tenía al borde del llanto.
Dios, odiaba sentirse tan vulnerable y solo esperaba no vomitar camino al altar.
Su hermano mayor le abrochaba el saco del traje blanco hecho a medida, regalo del padrino, mientras él comía uvas, su nuevo obsesivo antojo.
- Deja de comer, te vas a hinchar más tarde.
- Me voy a hinchar de todos modos - bromeó.
- Ten - Degel le extendió un frasco de farmacia - para las náuseas.
- Gracias hermano - el acuariano menor tomó el frasco y bebió algunas gotas.
Degel se sirvió un poco de jugo natural de naranja y vino en otra copa. Le extendió a su hermano una.
- Salud - levantó la copa - por ti y tu felicidad - ambos hermanos brindaron - que rico vino - Camus lo miró frunciendo el ceño - no me mires así, no es mí culpa que te hayas embarazado y no puedas beber.
- Olvídalo, solo trata de no embriagarte. No quiero que estés ebrio pidiendo a los gritos hacer karaoke.
- Puff, eso fue solo una vez.
- Hiciste el ridículo en tu fiesta de graduación.
- ¡Oh! Disculpa señor perfecto, el que se pone ebrio y quiere besar a su mejor amigo.
- Ya, ya tu ganas - hizo un ademán con la mano a lo que un gesto triunfante se mostró en el rostro del otro francés.
- Está gordo Camus - se acomodó sus lentes.
- Cielo santo, Degel cállate, no ayudas en nada, eres el peor hermano ¿ Donde esta Shura cuando lo necesito?
- Lo siento, las bodas me ponen nervioso - volvió a servirse vino - Shura aún no ah llegado.
Camus acomodaba su cabello con una corona de flores muy sutil que su madre le había confeccionado.
- Ayúdame Degel, no puedo acomodar el cabello de atrás.
El peliverde se ubicó por detrás del menor, con cepillo y clips en mano para acomodar el peinado que se había hecho.
- Estás hermoso - alagó el mayor admirando el reflejo de su hermano a través del espejo y sin poder contenerse comenzó a llorar contagiando al novio.
Degel lo abrazó por detrás, apoyando su mentón en el hombro del otro y ambos se expresaron su cariño fraternal e incondicional.
Dos golpecitos en la puerta interrumpieron tan emotivo momento que se estaba dando entre los hermanos.
- ¿ El novio ya está listo? - preguntó Krest luego de abrir la puerta - Oh hijo mío - el hombre camino con los brazos abiertos para unirse en un abrazo grupal - te ves tan hermoso.
- Yo iré a mí lugar - Degel le dio un último abrazo a su hermano y se retiró de la habitación.
- Gracias papá - le sonrió mientras Krest le acariciaba el vientre - ¿Y mamá?
- Está asegurándose que todo esté perfecto, ya sabes como es - beso su mejilla y acaricio su cabello - ¿Estás listo para casarte?
- Lo estoy - le sonrió a lo que Krest lo tomó de la mano.
Cuando padre e hijo se disponían a abandonar la habitación, se encontraron con Shura esperando en el pasillo vestido con un traje completamente negro como era de costumbre y con una sonrisa amplia pero melancólica.
- ¿Me permite un minuto con el novio señor Krest?
- Por supuesto muchacho - se retiró hacia la entrada de la casa para darles espacio a los amigos de la infancia.
Una vez solos, Shura se deleitó con la belleza del francés.
- Luces hermoso, Cam - lo miró con una sonrisa mientras sus ojos brillaban - más que hermoso.
- Gracias Shurita y tú también estás muy apuesto.
- Gracias - sin poder contenerse más, el español abrazo a su amigo fuertemente - te deseo que seas muy feliz junto a Milo - habló cerca de su cuello por el abrazo con la voz entrecortada.
- Gracias amigo - al escuchar eso, el caprino lo apretó aún más a su cuerpo - ¿Estás bien?
El azabache asintió con la cabeza sin romper el abrazo, su corazón estaba roto y moría por llorar en su hombro. Estaba destrozado pero se mantenía entero para no arruinarle el día a su mejor amigo.
Con todo pesar, rompió el abrazo para mirarlos a los ojos y sonrió nuevamente, cosa que fue una tarea titánica para su rostro contraído por la amargura.
- Te están esperando - acaricio su cabello, tomó su mano y lo acompañó hasta donde Krest los estaba esperando.
Shura se adelantó, dio una última mirada a Camus y siguió sus camino hacia el lugar del padrino
La ceremonia se llevaría a cabo en el jardín trasero de la propiedad, que contaba con varias hectáreas de plantación de la más exquisita uva.
Un enorme granero fue acondicionado para que la fiesta se celebrará allí, Brigitte ordenó quitar una de las paredes laterales y poner pilares y vigas. Una estructura de madera y telas blancas fue la continuación de esté hacia el exterior donde se ubicaba la pista de baile y un escenario.
Milo no paraba de removerse nervioso en su lugar, sus hermanos estaban a su lado animándolo. Estaba ansioso por ver a Camus caminar por ese camino hacia el altar adornado con arreglos florales en tonos blancos y rosados.
- ¿Nervioso? - su ex esposa llamó su atención.
- Un poco - sonrió.
- Tranquilo, todo saldrá bien - le tocó el hombro - ¿Te acuerdas de Albiore?
- Si, tu baterista.
- Mí pareja - corrigió ella sonriendo.
- Vaya, te felicito Shai. Lo tenías guardado.
- Quería esperar un poco para presentarlo a ti a Shun, ya sabes, a que sea algo más serio.
- Sabes que conmigo no tienes problema, si él te hace feliz a mí también.
- Solo ruego que Shun lo acepte.
- Eso dependerá de Albiore.
- Creo que ahí viene el novio, me iré a mí lugar junto a Shun.
Una vez que la peliverde abandonó su lado, miró hacia el camino en busca de su futuro esposo y lo único que encontró fue a Shura caminado hacia el altar con semblante serio.
- Milo - llamo una vez que llegó a su lado - felicitaciones - le extendió su mano pero el escorpiano lo abrazó - hazlo feliz Milo o juro que te mataré - le advirtió una vez que rompió el contacto.
El griego estaba por contestar cuando los músicos comenzaron a tocar una dulce melodía anunciando la llegada del novio.
Ambos hombres compartieron miradas un tanto amenazantes, que no pasaron desapercibidas ni por Saga ni por Cid.
El español se ubicó en su lugar de padrino.
Teniendo el duelo de miradas con Shura, Milo volteó en busca de una visión soñada. Cuando sus ojos encontraron al hombre de sus sueños, contuvo inconsciente la respiración, estaba tan hermoso en ese traje entallado color blanco y su peinado con la corona de flores afinaba sus rasgos y resaltaban sus ojos color zafiro. Era perfecto, todo Camus era perfecto.
No puedo evitar llorar y sonreír a la vez, sentía que su corazón se saldría de su pecho y lo único que deseaba era tomar la mano de su amando doncel.
El camino hacia el altar parecía eterno y se aferraba al brazo de su padre como si en cualquier momento se caería, sus piernas temblaban y no tenía idea de cómo su aturdido cerebro lograba dar indicaciones para que sus pasos fueran certeros.
- Tranquilo hijo - le susurró Krest posando su mano en la de su hijo que se ubicaba en el brazo.
El pequeño francés buscó de reojo una cabellera pelirroja y cuando la encontró paradito junto a Shura sonrió aliviado.
- Milo, te entrego a mi hijo y espero que lo cuides y lo hagas feliz - Krest tomó la mano de Milo y la unió con la de su hijo.
- Por supuesto señor - afirmó su agarre con el de su futuro esposo.
Krest le indicó a Shijima que lo siguiera para sentarse en la primera fila junto a su abuela.
El momento había llegado y la voz del juez se dejó escuchar, callando a todos los presentes.
- Estamos reunidos aquí para celebrar la unión en matrimonio de Milo Vasilakis y Camus Monnier ... -
Ninguno de los dos lograba escuchar las interminables palabras dichas por el juez. Nada a su alrededor importaba más que ella dos y esperaban el momento de recitar sus votos.
- Camus, eres la luz que encontré un día e ilumino mi vida con esas sonrisas y esos ojos en los que amados perderme de por vida - lo tomó de las manos - eres con quién quiero compartir mis alegrías, mis tristezas, mis triunfos y fracasos porque se que estarás allí para apoyarme, eres mí compañero, mí amor y mí todo, estar a tu lado es como vivir en un sueño hecho realidad, estoy feliz de poder ser tu esposo y formar una familia contigo y con este anillo lo hago realidad.
Temblando y al borde de las lágrimas, Milo colocó la alianza en el dedo anular de Camus.
- Milo, gracias a ti es que volví a creer en el amor, gracias a ti pude volver a sonreír, gracias a ti fue que me solté y pude volver a ser el Camus divertido, gracias a ti por mostrarme una vida diferente. Me sacaste del vacío que estaba viviendo y pintaste mí vida de colores y alegraste mis días con tu música. Me cambiaste la vida Milo - unas lágrimas se asomaron por de sus bellos ojos - y con este anillo te tomo como mí esposo y mí compañero de vida.
Camus colocó el anillo en Milo, estaba temblando y al borde de las lágrimas. Por fin se había casado, y formarían una hermosa y gran familia.
- Los declaro unidos en matrimonio, señor Vasilakis, puede besar al novio.
Milo sonrió de lado y acercó a su ahora esposo a su cuerpo plantando un casto beso. El griego de cabellos rubios envolvió a Camus con sus brazos y lo apretó aún más profundizando el beso.
Todos los invitados ovacionaron a los recién casados, salvo los hermanos que comenzaron a silbar alto bromeando al pequeño de los Vasilakis.
- ¡Guarda algo para la noche de bodas Milo! - grito Kanon haciendo que todos allí comenzarán a reír.
El anochecer había comenzado a hacerse presente tiñendo todo el cielo en tonos naranjas cálidos.
La música sonaba de fondo, suave, haciendo de la velada un ambiente tranquilo que permitía a los invitados conversar mientras disfrutaban de la exquisita comida.
- ¿Me concedería está pieza señor de Vasilakis? - invitó Milo extendiendo su mano y haciendo una reverencia.
- Por supuesto mí amado esposo - contestó con vos sugerente.
Camus aceptó su mano permitiendo que el heleno lo guiará hasta el centro de la pista de baile. Una melodiosa música junto a la dulce voz de Shaina, inundaron la fiesta.
La peliverde enfundada en un vestido largo y ajustado color rosa palo, comenzó a cantar la letra de "I am kissing you", una canción hermosa y adecuada para el momento, que ella les dedicaba a los novios.
- ¿Te dije que estás deslumbrante amor? - comentó Milo mirando totalmente enamorado a su pareja.
- Como unas 100 veces - habló divertido.
- Realmente eres hermoso Cam.
Ambos hombres bailaban lento, disfrutando de la música y la cercanía que ambos tenían en ese momento.
Camus colocó su cabeza en el hombro de Milo, disfrutando de su perfume, mientras este lo sujetaba de la mano y cintura, acompañando con sus pasos.
Todo a su alrededor parecía desaparecer, hasta la música de había dejado de oír para los dos, solo eran ellos en un mundo paralelo. Se sentían bailar en las nubes.
Apenas compartieron el primer beso durante el baile, todos comenzaron a aplaudir la escena romántica que se estaba dando, y aquello fue una invitación a que las demás parejas se unieron a los recién casados en la pista.
Kanon arrastró a la joven modelo hacía el centro, dejando los bebés con sus abuelos.
Luego le siguieron Defteros y Vanessa, también Kardia y Degel.
Saga se quedó bebiendo champagne pensando en Aioros mientras esquivaba la mirada de una señora solitaria.
Shura prendió un cigarrillo perdiéndose por el costado del antiguo granero.
Helena arrastró a un protestón italiano que aseguraba no saber bailar.
Un muy alegre Mu, obligó a su esposo a bailar junto con él, Brigitte se ofreció a cuidarle a las niñas mientras ellos disfrutan del momento juntos.
Cid buscó a su hijo con la mirada y negó con la cabeza cuando lo encontró fumando junto a Saga. Nuria para distraer a su serio esposo, tomó su mano y lo arrastró a la pista de baile.
- Milo - llamo Krest - ¿Me permites bailar con mí hijo?
El escorpiano asintió, ofreciendo la mano del francés para que el mayor la tomara.
- ¿Cómo te sientes pequeño?
- Mejor, mis nervios ya se esfumaron.
- Que bueno, porque con tu mamá nos llevaremos a Shijima a casa y supongo que la mamá de Shun hará lo mismo - el acuariano lo miró extrañado - no pensaste que pasaran la noche de bodas cuidando niños ¿Verdad?
- Ay papá - regaño sonrojado.
- Lo dices como si nunca lo hubieran hecho.
- Señor Krest - una gruesa y varonil voz interrumpió la conversación de padre e hijo.
- Shurita.
- ¿Me permite?
- Pues claro - Krest toca el hombro del español y los deja solos.
- Shura ... -
- Cam - lo llama perdido en sus ojos - de todo corazón te deseo que seas feliz al lado de Milo - le sonrió mientras seguían bailando.
- Gracias Shura.
El capricorniano miró hacía los lados en busca del novio, lo encontró entretenido bailando con su madre y eso fue el pie para llevarse de la mano al aguamarina hasta el pórtico de la casa que estaba a unos cuantos metros del lugar donde la fiesta se estaba celebrando.
- Acompáñame un momento Cam, deseó hablar contigo a solas.
Y confiando en su amigo, este lo siguió, sin darse cuenta que los ojos turquesas no los perdió de vista.
Hola mis bellos lectores.
Les dejó un nuevo capítulo.
Espero que lo disfruten, al fin tenemos boda. Cada vez más cerca del final.
Gracias por leer.
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