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Felicitaciones, eres padre...

El dolor se hacía cada vez más insoportable, al punto de ya no poder caminar.

Buscaba desesperado, en su morral Louis Vuitton, su celular para llamar a Shura.

Una vez que lo encontró, movía desesperado sus dedos sobre la pantalla buscando el contacto de su ex pareja. Otra punzada de dolor detenía su labor.

- Mierda, mierda - maldecía susurrando apoyado en la pared - esperen niñas, déjenme llamar a Shura.

Volvía a mover sus dedos sobre la pantalla. Se regañaba mentalmente por no poner el contacto de su ginecólogo en marcado rápido.

Sonrió al pensar que él número que tenía agendado para marcado rápido era el de Mu. Llamarlo no era una opción, él estaba muy ocupado besuqueando a una rubia.

- Hola Shaka ¿Sucede algo que llamas?

- ¡Shura! ¡Ay rayos que dolor! ...

_ Shaka ¿Estás bien? ¿Qué te duele?

- Las niñas Shura... ¡Mis niñas quieren nacer!... ¡Ay Shura, duele maldita sea!

- Shaka ¿Dónde estas? Estoy en la casa Camus.

- En la puerta del café que está entre la calle 41 y la 22. Estoy apoyado en una pared.

- Quédate ahí, ya salgo a buscarte y te llevo al hospital.

Apenas Shura cortó la llamada, se dirigió al lugar dónde Shaka lo esperaba, no sin antes avisarle a su pareja, que lo veía atónito como el azabache salía acelerando el deportivo negro, haciendo crujir las piedritas de la entrada de la casa del francés.

Mientras el indio maldecía internamente por causa del dolor que sentía, se preguntaba si debería avisarle a Mu que las niñas estaban por nacer.

- Que se pudra ese maldito, si niñas, que se pudra por ni siquiera venir a vernos una vez en estos meses.

Después de dos minutos de despotricar contra Mu, un lujoso y pulcro deportivo negro se estacionó frente a él.

- Shaka - lo llamó Shura bajándose rápidamente del auto para auxiliarlo - ven, agárrate de mí y caminemos despacio al auto.

- ¡Ay! ¡No me toques! ¡No ves que me duele y no puedo caminar! - lo retó el rubio casi a los gritos en plena calle.

Shura levanto ambas manos en son de paz. Había tratado infinidad de veces con mujeres y donceles en labor de parto. Sabia lo agresivos que se podían llegar a poner a causa del dolor. No le extrañaría que Shaka lo mordiera como un perro rabioso.

- Shakita, cálmate - el virginiano casi lo asesina con la mirada, que descaro pedirle que se calme cuando él se estaba muriendo del dolor - te llevaré a upa hasta el auto.

El español lo levantó en brazos y con cuidado lo metió en su auto.

Ya en camino, Shaka seguía gritando de dolor y golpeaba el tablero del auto, como si eso le calmara el dolor.

- Hey, cuidado que es un auto caro.

- Cállate, esto es tu culpa. Tuya y la de ese idiota de pelo lila. Los voy a matar a ambos.

Shura no podía evitar reírse. La situación le parecía muy cómica, nunca pensó que vería al refinado y calmado Shaka insultando y maldiciendo a los 4 vientos.

- Hablando de Mu ¿ Le avisaste?

- No, que se pudra, ni siquiera se ha preocupado por las niñas en todo este tiempo - espeto Shaka y para su alivio ya habían llegado al hospital.

- Bien, yo lo llamo.

El capricorniano bajó apurado del auto para buscar una silla de ruedas.

Alertó a las enfermeras y ayudantes que preparen la sala para atender a su ex pareja.

Después de movilizar a medio medio hospital Shura ordenó ingresar a Shaka a la sala y lo prepararán hasta que el vaya. Primero debía avisarle a Mu que las niñas estaban por llegar a este mundo.

Después de aquel fugaz beso con June, la rubia se despidió y se marchó rumbo a una nueva aventura.

Mu quedó pensativo, tenía ganas de retomar su antigua vida de ruta y libertar, pero no era correcto y tampoco era el mismos jovencito de hace años atrás.

Extraña a Shaka horrores, se había acostumbrado a convivir con él todo este tiempo, que ya la vida que llevaba le parecía ajena.

Pensaba en lo que había hablado con su hermano y los planteos que esté le había echó.

Su teléfono comenzó a sonar y al mirar quien llamaba hizo una cara se desagrado.

- Y ahora que quiere Shura.

- Hola - atendió seco la llamada.

- Hola idiota, las bebés están a punto de nacer. Te aviso por si te interesa y te presentas aquí.

El ginecólogo cortó la llamada así como si nada después de lanzar semejante bomba.

Sus niñas ¡Por Buda! Sus niñas estaban por nacer y él como imbécil pensando en irse de viaje y perdiendo el tiempo.

Debía de bañarse antes de ir, no podía presentarse en el hospital lleno de grasa.

Cerró el taller y manejó su moto a toda prisa hasta la casa de su hermano.

Mientras piloteaba su moto como corredor de carreras hacía la casa de Shion, pensaba en todo lo que estaba pasando en su vida.

Estacionó la moto en la entrada así como llegó.

- Mu ¿Qué haces aquí tan temprano? - cuestionó el ariano mayor al abrir la puerta de su casa.

- Shion, las niñas... La niñas están por nacer... Necesito bañarme rápido.

Shion se quedó sorprendido, como podía ser si el había visto a Shaka la tarde anterior y le comentó que le faltaba 2 meses.

- Si si ve. Yo te acompaño.

- ¿Qué? No, iré solo.

- No me perderé el nacimiento de mis sobrinas Mu. No era una pregunta, te acompañaré y punto.

- No sabemos aún si son mis hijas.

- Tu amas a Shaka, él te ama a ti así que son mis sobrinas. Vete a bañar y yo prepararé las cosas de Okko y también le avisaré a Dohko, se podrá contento.

Mu rodó los ojos pero no podía negar que el entusiasmo de su hermano mayor era contagioso.

Shura se encontraba en la sala tranquilizando a un muy histérico Shaka.

- Dr. Maldonado - llamó tímidamente una joven enfermera - un joven pregunta por usted en recepción.

- Ya voy. Lleven a él señor Kumar a la sala de parto que ya estamos listos - le indicó a sus ayudantes.

Abandonó la habitación designada para Shaka y caminó a paso ligero hasta la recepción.

Allí estaba el pelilila muy nervioso junto a su hermano y sobrino, esperando que el español apareciera con noticias.

- Cálmate Mu, todo va a estar bien - Shion intentaba tranquilizar a su hermano menor que caminaba de punta a punta en la recepción del hospital.

- No me puedo calmar. Me he comportado como un imbécil con Shaka todo estos meses que nos separamos. Ignoré sus llamadas y mensajes y jamás lo visité ¿Crees que aún me acepte después de tanto?

- Por supuesto que te aceptará, él te ama y lo que más quiere es formar una familia contigo.

-¿Y tú como lo sabes?

- Lo visité ayer por la tarde - contestó levantando los hombros - mira ahí viene Shura.

Mu al ver al azabache corrió desesperado a su encuentro.
Shura dibujó una sonrisa, le agradaba ver a Mu preocupado e interesado por Shaka y las bebés. Eso demostraba que el pelilila aún amaba a su ex pareja.

- Shura ¿Cómo está Shaka? ¿Y las niñas, ya nacieron? - el ariano en el medio de la conmoción del momento, no notaba lo desesperado que estaba sonando.

- No, aún no nacen y por eso te venía a preguntar si quieres estar a la sala.

El tibetano se quedó pensativo. No creía que seria una buena idea dado a su último comportamiento con el rubio.

Antes que Mu logrará responder que no le parecía buena idea, Shion se adelantó y dio la repuesta por él.

- Si quiere - contestó apurado el ariano mayor al ver dudar a su hermano - si ve, no te lo puedes perder. Se hombre y ve, Shaka te necesita.

Shura asintió con la cabeza entendiendo que debía llevarse al mecánico a rastras hasta la sala de parto.


Ambos hombres caminaban en silencio por los pasillos del hospital.

Shura estaba tranquilo, estaba preparado y acostumbrado a estás situaciones. Traer niños al mundo es algo que hacía a diario. En cambio Mu era todo un manojos de nervios e inseguridades. Su vida estaba por cambiar tan drásticamente que no tuvo tiempo ni siquiera de asimilarlo. Sería padre de cualquiera manera, había decidido quedarse con Shaka sea el resultado que fuera.

- Shura yo... - Mu se animó a romper el incómodo silencio que se había instalado entre ellos - yo lo siento, se que me comporte como un idiota con ustedes.

- No tienes que disculparte conmigo si no con Shaka. Es a él a quien lastimaste y en este momento te necesita - ambos llegaron a la puerta del lugar que cambiaria sus vidas para siempre - ¿Estás listo? - preguntó Shura abriendo la puerta y dejando escapar los gritos del rubio desde adentro.

-¡ Shura! Desgraciado por fin llegas, yo muriendo aquí y tu paseando - grito Shaka ya recostado en la camilla.

- Y no vine sólo - Shura se hizo a un lado dejando ver a Mu parado detrás de él.

Shaka lo miró serio, aún podía ver a la rubia colgado del cuello de él.

- Dr. Maldonado ya hay que comenzar.

Shura asintió y se acomodó en su lugar para recibir a la primera de las niñas. Le hizo una seña a Mu, que estaba petrificado en el lugar, para que se colocará junto a Shaka.

- Dame la mano maldito - le hablo el rubio ya preparado para pujar.

- Bien Shakita, cuando te diga pujas - el indio comenzó a respirar como Shura le había enseñado - Ahora puja puja.

Shaka hacia toda la fuerza que podía mientras estrujaba ensañado la mano de Mu.

- ¡Ahhhhhh! Malditos, los odio, los odio a los dos. Es su culpa... ¡Ahhhh!

- Ahí sale la primera - grito con alegría Shura.

Gritando, al igual que el padre, nacía la primer niña. El español sonrió al ver qué el cabello de esta era lila igual al de Mu.

La enfermera estiró sus brazos para pasar a la niña a los brazos de Shaka.

- Felicitaciones Mu, eres padre - habló Shura sacando del trance al tibetano al ver a la recién nacida.

- Mira Mu, conoce a tu niña - Shaka no podía evitar sonreír de felicidad.

- Es hermosa, igual que tu - halagó el ariano besando la frente sudada del rubio.

- Ahí viene la otra, puja puja con fuerza.

Después de un arduo trabajo la segunda bebé vio la luz. Otra niña con cabello color lila, sin duda eran gemelas.

- Te presento a tu otra hija - Shura extendió a la bebé a los brazos de Mu - ves, son tuyas. Felicitaciones.

Mu no aguantó y una lágrimas de felicidad se escaparon de sus ojos. Volvió a besar a Shaka pero está vez en los labios.

Eran una familia ahora.


Una vez que toda la emoción del parto pasará, la nueva familia se encontraba tranquila en la habitación. Eso fue hasta que un muy emocionado Shion interrumpió abriendo la puerta.

- Hola - saludó bajito para no despertar a los retoños - felicitaciones Shaka ¿Puedo verlas?

Mu tenía a una de las recién nacidas en brazos, se acercó a su hermano para presentarla.

- Toma hermano - le extiende a la beba - te presento a Sendai.

Shion lo miró con los ojos abiertos de asombro al ver el cabello del mismo color que su hermano. Mu que entendió la mirada de Shion asintió con la cabeza.

- Es hermosa, Mu es hermosa - el tibetano mayor se largo a llorar como un niño al ver a su sobrina - hermano felicitaciones.

- Y está princesa de aquí se llama Sasha - Shaka desde la cama le mostró a la otra gemela que tenía en sus brazos.

- Sasha y Sendai Kumar. Mis pequeñas sobrinas, las amo.

Después de las visitas, que Shura pasará a ver a Shaka y la pediatra a las niñas, Shaka y Mu disfrutaban por fin en soledad de su pequeña familia.

Shaka le cantaba a sus hijas una canción de cuna en su lengua mientras mecía las cunas del hospital.

Mu lo miraba enamorado, era hora de hablar con él y disculparse por ser tan idiota.

- Shaka - lo llamó en un susurro acercando su silla junto a la cama donde el rubio estaba acostado. Agarró sus manos y lo miró a los ojos, debía ser sincero y demostrarle que lo amaba - perdona por dudar de tu amor hacia mí, de insultarte y no hablarte durante meses - hizo una pausa para aclarar la garganta, Shaka lo estaba mirando con mucha atención clavándole sus ojos color celeste y eso lo ponía nervioso - me comporté como un patán lo sé, haré lo posible para remediar el tiempo que perdimos juntos y el mal momento que te hice pasar todo este tiempo. Perdona por ser inseguro y torpe. Te amo Shaka, como no tienes idea a ti y a nuestras niñas. No tengo nada que ofrecerte, no tengo casa, riqueza y ni apellido para ponerles a las niñas, pero de los que estoy seguro es que todo lo que tengo y todo lo amor es para ti y ellas - el ariano saca una pequeña cajas de terciopelo negro, que su hermano le había entregado a escondidas antes de irse - Shaka mí amor ¿Quieres casarte con este bruto que te ama más que a su vida?

El virginiano no podía creer la propuesta que Mu le estaba haciendo. Era lo que más deseaba él, formar una familia con Mu y sus recién nacidas.

- Te equivocas, si tienes apellido y ese será Kumar... Claro que quiero casarme contigo.

Mu beso en los labios a su ahora prometido.
Ahora eran una familia y nada lo iba a separar de su amor y sus hijas.

Estaban todos juntos en la sala espera del avión que los llevaría a Brasil, los niños corrían por todo el lugar.

Degel estaba sentado en el sillón con las piernas arriba del regazo de Kardia, Milo sentado junto a Camus y esté último intercambiando mensajes con Shaka.

- Mira, las niñas de Shaka acaban de nacer - el francés extendió su celular a Degel para que vea las fotos que Shaka me había mandado.

En una se veía a Mu con una niña en cada brazo, otra a Shaka de la misma manera y las última de la recién nacidas durmiendo en sus cunitas.

- Amor ¿Estás seguro de que Orfeo no nacerá en Brasil?

- No Kardia, te aseguro que podré mantener a este niño aquí adentro hasta que volvamos.

- Bueno si nace en Brasil podemos llamarlo Orfedinho - Milo comenzó a reír a carcajadas por la ocurrencia de su hermano.

Degel lo miró asesinándolo con la mirada, no podía creer que a su esposo se le ocurrieran esas cosas.

_ Cállate Kardia, no digas boludeces.

- No queda tan mal en nombre - el escorpiano peliazul levanto los hombros haciéndose el desentendido.

- Vamos, ya están llamando a nuestro vuelo - comunicó Camus para luego levantarse y tomar de la mano al pequeño Shijima.

Un viaje inolvidable les esperaba a Camus y Milo

Hola bellos lectores, les dejó un nuevo capítulo, espero que les guste.

Trataré de actualizar más seguido.

Gracias por leer.

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