Habían pasado unos días desde que hablé con Shura contándole sobre el embarazo y aún no me animaba hablar con Mu.

Sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo, tenía que juntar valor.

Estaba almorzando en la cafetería de las oficinas cuando Camus me aborda allí.

— Hola Shaka ¿Cómo estás? ¿Cómo llevas el embarazo? — pregunta sentándose frente a mí con una bandeja con comida.

— ¿Shura te lo contó? — asiente— era obvio, ustedes son cercanos.

— Lo siento, no te enojes con él. Necesitaba hablar y desahogarse.

— No, no me enojo. Perdona que no te conté, tengo otras cosas en la cabeza y se me pasó por alto.

— No te preocupes ¿Qué te atormenta?

— No se como decirle a Mu sobre todo lo que está pasando. No es fácil abordar un tema así.

— Losé amigo. No conozco mucho a Mu pero si es buen hombre sabrá entender y no te dejara sólo.

— Eso espero Camus, eso espero.

— Ya se acerca tu cumpleaños ¿Qué Tienes pensado hacer?

— Shura me habló de un bar divertido en París. Quería algo tranquilo pero logró convencerme — alzo los hombros despreocupado.

— ¿Es el bar donde Afrodita y Milo trabajan? — hace una mueca de desagrado.

— Si ¿Porqué? ¿Algún problema? — pregunto curioso.

— No, es solo que hace días que no hablo con Milo... Paso algo y bueno... No importa.

— ¿Algo que quieras hablar?

Hasta donde yo sabía Camus y Milo se llevaban bien, no tenia ni idea de que habría pasado.

— No, no importa, enserio. Iré de todas formas, veré si Surt puede acompañarme.

El teléfono de Camus comenzó a sonar, era una llamada, miró la pantalla para ver quién era, hizo una cara de desagrado y no atendió.

En ese rato que estuvimos juntos su teléfono no para de sonar. Llamadas y mensajes le llegaban a cada rato.

— ¿No piensas atender? — niega con la cabeza — ¿ De verdad está todo bien?

— No lo sé, no es algo de lo que desee hablar.

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—Hola buenas tardes, soy Shaka Jaidev Kumar, tengo turnó con el Dr. Maldonado.

— Hola señor, ya le aviso de su llegada.

La secretaria llamó por teléfono a Shura. Habló algunas cosas y luego se dirigió a mí.

— El Doctor lo atenderá en un momento. Si desea tomé asiento. Gracias.

Agradezco igual y me siento es la cómoda sala de espera. Me entretengo con algunas revistas. La voz de Shura hace que levante mí vida del papel y me lo encuentro hablando con Milo ¿Qué hacía Milo con él? No tengo ni idea, supongo que le preguntará por Camus.

El griego se retira, pero no logra verme, el que si me ve fue mí ex y me llama con un movimiento de mano.

Me levanto del sillón y caminó hacia él.

—Hola Shura — beso su mejilla.

— Shakita — responde a mí beso y acaricia mí vientre — vamos a la oficina.

Sigo sus pasos hasta adentrarnos a su consultorio.

— Recuéstate en la camilla que te revisaré y haremos la primer ecografía. Pensé que ibas a venir con Mu.

— No le dije aún sobre el embarazo — comento mientras me recuesto.

— ¿Cómo que aún no le dices?  ¿Cuánto tiempo más esperarás? Tienes que resolver esto.

— Lo sé, no me presiones. No estoy preparado aún.

— Esto no es un juego Shaka, dile de una vez y si te deja iré yo a buscarlo — espeta mientras me unta el gel y apoya el transductor en mí bajo vientre — mira aquí está tu be... ¡ Que! ¡ No puede ser! — dice con cara de asombro mientras señala en monitor.

— ¿Qué sucede? — pregunto preocupado levantándome levemente.

— Shaka... Estás esperando gemelos.

— ¡Queeeee! ¡Gemelos!

— Shaka... Shaka... Shaka respóndeme.

Todo me daba vueltas, abría mis ojos lentamente y me tope con la cara de Shura preocupado llamándome.

— ¿Qué me pasó? — pregunto confundido.

— Te desmayaste, menos mal que estabas acostado y no te golpeaste ¿ Te sientes mejor?

— Si, tuve un mal sueño, tu me decías que estaba esperando gemelos.

— No, no fue un sueño, estás esperando gemelos.

— Mierda.

— ¡Ey! Quién diría que Shakita Kumar dice malas palabras. Venga vamos a escuchar esos corazones.

Nuevamente Shura hace el ultrasonido y sus corazoncitos se dejan escuchar en un latir acelerado y sincronizado. Fue el más bello sonido que alguna vez haya escuchado. Ahí estaban mis dos pequeños retoños.

Mire a Shura de reojo y él al igual que yo lloraba.

— Escucha, son sus latidos — me dice sonriendo pero sin quitar la vista de la imagen.

— Esto... Esto es hermoso — no podía contener mis lágrimas.

— Mira — señala la pantalla — aquí hay uno y esté  bultito es el otro ¿Vas hacer el ADN?

— Si por supuesto.

— Bien, esperaremos hasta que tengas 15 semanas. Shaka habla de unas vez con Mu.

Ambos nos sentamos en el escritorio, él en su silla y yo en la del otro lado.

— ¿Quieres comer algo? Eres mí último paciente y no tengo nada que hacer, aparte que te desmayaste y necesitas comer — me dice mientras escribe algunas indicaciones.

— Claro, yo tampoco tengo nada que hacer.

— Aquí tienes las recetas de las vitaminas, ácido fólico y la orden de los análisis — me entrega los papeles — espérate que me cambio y salimos.

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Ya sentados en un restaurante del centro, nos pusimos a charlar después que ambos hicimos nuestro pedido.

— Vi a Milo salir de tu consultorio hoy ¿Paso algo?

—  Nada que deba preocuparte — asevera mirando la pantalla de su celular.

— ¿Estará asociado al distanciamiento entre Camus y Milo? — manifiesto pará ver si nombrando a nuestro amigo pisa el anzuelo.

— ¿Distanciamiento dices? ¿Qué paso? — cayó... Enseguida deja si celular para prestar atención.

— Pensé que tu sabrías y podrías contarme. Pero si, Camus me contó hoy que no hablan desde el cumpleaños del hijo de Milo.

— Camus no me comentó nada... Ya no habla mucho conmigo desde que Milo apareció en su vida — baja su mirada — no se que habrá pasado entre ellos. Solo se que Surt se está portando un poco raro.

— ¿Sucede algo entré ustedes Shura? — niega — ¿Acaso estás celoso?

— No, como crees.

— Como digas ¿Todo va bien entre Camus y Surt? Seguro Surt está contento con el niño por venir.

Shura hace una mueca que no puedo descifrar y vuelve la atención a su celular.

— No se como están ellos, no me interesa, si se divorcian mejor para Camus.

— Y pará ti ¿Verdad? — levanta su mirada — digo, como siempre estuviste enamorado de él. Sería una buena oportunidad para ti.

Me mira asombrado como si hubiese descubierto su mas oculto secreto, que para mí nunca lo fue.

— ¿Por qué piensas que mí mejor amigo me gusta?

— Mira, Camus puede ser inocente y poco observador, pero yo si lo soy y te conozco. Me di  cuenta desde que empezamos a salir, pero Camus estaba con Surt.

— Si bueno, aunque el se divorciara de Surt yo no tengo oportunidad, soy su simple amigo y siempre me verá así — se podía notar la resignación en su mirada.

— ¿Por cuánto más tiempo sufrirás por él? Se muy bien que lo nuestro no avanzo por lo que sentís por el. Se que no te das oportunidad de una relación seria por lo mismo ¿ No te parece que ya es hora de seguir después de tantos años?... Tienes a Afrodita, parece un chico dulce y te quiere.

— Quizás tengas razón Shaka, nunca me he dado la oportunidad de una pareja. Aunque me haya acostado con muchas personas siempre fueron eso, acostones. Es como si siempre estuviera esperando algo de Camus que nunca llegará. Afrodita me gusta mucho, siento algo fuerte hacia él y es la primera vez que siento algo profundo por alguien que no sea nuestro amigo.

— Creo que deberías aprovechar está oportunidad y disfrutarla.

— También pienso lo mismo. Tengo que intentar sacar de mí corazón a Camus para darle espacio a Afrodita.

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Estaba en mí living leyendo pero no podía comprender ni un párrafo. Mis pensamientos opacaba cualquier cosa que hiciera para distenderme.

Tenía que solucionar esto pero ya.

Para Mu:

Hola mí amor... Necesito hablar contigo
¿Podrías venir a casa?

Para Shaka:

Claro cariño, me baño y enseguida voy.

Listo, el primer paso estaba echo.

Respiré hondo intentando tranquilizarme. Era una persona adulta y como tal debía afrontar mis problemas.

Estaba entretenido en la cocina preparando un postre y té cuando el timbre sonó.

Me acomode mí vestimenta y cabello para luego abrir la puerta.

— Hola mí amor ¿Cómo estás? — me besa y me abraza — ten — me entrega una maceta — te compre una planta de tomillo, se que te gustan las especias y pensé que te agradaría tener una aquí.

— Hola mí amor y gracias me encantan las plantas, la pondré en la cocina.

Lo hago pasar al living y el se sienta en los sillones tapizados con arabescos turcos color champagne y rojo.

— Espérame aquí, traeré un tiramisú que prepare y té.

Al rato vuelvo con una bandeja en mis manos con te y dos porciones del tiramisú.

Me siento a su lado y lo miro aterrado y ansioso por dar la noticia.

— Mu, debemos hablar... Bueno tengo una noticia que darte.

— Escupe preciosura.

— Estoy esperando un hijo — se queda sin palabras y me mira totalmente asombrado.

— ¿Un hijos dices? ¿Un hijo nuestro? — no paraba de gesticular nervioso.

— Si Mu un hijo nuestro, lo sé , lo sé, esto es repentino pero es lo que pasa cuando dos personas tienen relaciones y no se cuidan. Mira si quieres irte bueno lo entenderé y ... — me interrumpe haciendo un gesto con su mano.

— Espera, espera ¿Qué rayos estás diciendo? Claro que me haré cargo y no me iré ¿Por quién me tomas?

— Mira la situación no es tan fácil y tienes que saber que ... — vuelve a interrumpir.

— No es fácil pero lo haremos juntos. Mira no soy de las personas que abandonarían un hijo. Yo no tuve padre y no quiero lo mismo para este pequeño — toca mí vientre.

— Mira — saco la ecografía de mí morral Louis Vuitton y se la entrego — ten, tendremos gemelos.

— ¡Gemelos! ¡Que locura! — pensé que estaba enloqueciendo, pero era más bien una exclamación de felicidad y asombro — espera a que le cuente esto a mí hermano, se volverá loco que tendrá 2 sobrinos.

Estaba aliviado que tomara con positividad la noticia, solo faltaba decirle la otra parte... Pero no pude, no pude opacar ésa felicidad y tampoco tuve tal coraje. Simplemente no pude.

— Debemos ir con mí hermano a darle la noticia y presentarte, hemos estado saliendo un tiempo y no lo he hecho.

Y así como así tomó mí mano y salimos directo a su casa.

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Llegamos a la puerta, el vino en su moto y yo en mí auto.

Ambos entramos a la casa y lo primero que mí olfato agudizado, gentileza del embarazo, fue olor a comida frita.

La casa se ve modesta, normal, nada ostentosa pero si acogedora.

— ¡Shion tenemos visitas!  — grita desde la sala.

Un hombre alto de cabello largo color rubio verdoso sale de la cocina. Y lo primero que noto era su enorme vientre.

— Hola,  soy Shion, hermano mayor de Mu — estrecha mí mano — y esté es mí hijo Kiki — señala al niño jugando videos juegos sentado en el sofá — y aquel es mí esposo Dohko — señala a un hombre castaño sentado, en la mesa  del comedor, leyendo en su portátil, levanta la mano en modo saludo.

— Un gusto, mí nombre es Shaka Jaidev Kumar, pareja de su hermano.

— Y futuro papá de  mis hijos. Tendremos gemelos — agrega Mu mostrando su enorme sonrisa.

— ¿Qué estás diciendo? ¡Ya dejaste preñado a tu médico! ¡Y de gemelos! Que puntería hermano— guarde silencio y sonrojado me apegue más a Mu.

El voltea dándose cuenta de mí acción y me mira — Siento el vocabulario de mí hermano, el embarazo lo va vuelto una bestia glotona y mal hablada.

Reí por lo bajó con aquél comentario.

— Bueno felicitaciones a ambos — Shion nos envuelve a ambos con un efusivo abrazo y nos apreta con su enorme panza — Hay que festejar ¿Te quedas a comer?

Mu me mira esperando que acepte.

— Si, por supuesto.

Dohko se levanta de su lugar y se pone junto a Shion.

— Hola, siento no saludarte antes estaba terminando un trabajo — me da un beso en la mejilla a modo de saludo — soy contador y tenía que acabar unos balances para mañana.

— No se preocupe.

— Tutéame, ya somos familia — me sonríe, ese hombre parece muy amable.

Me dirijo hacía la cocina para ofrecer ayuda a mí cuñado.

— ¿Necesitas ayuda? — pregunto tímido.

— Prueba esto — con una cuchara toma de una olla algo que parece una salsa roja — prueba y me dices si le falta algún condimento, Mu me ha dicho que cocinas exquisito.

Agarro la cuchara y pruebo la salsa. No tenía gusto.

— ¿Me permites?

— Si claro, mira allí tienes condimentos, haz con confianza.

Da unos pasos hacia atrás y me deja hacer. Rebuscó entre los frascos de condimentos, agradezco que estén etiquetados, y encuentro lo que busco.

Agrego un poco de esto y aquello y le doy de probar a Shion como quedo.

— ¿Y? ¿Qué opinas?

— Mmmm — contesta con la boca llena y levanta su mano indicando que espere a que trague — riquísimo, sabe riquísimo, tienes que enseñarme.

— Me encantaría.

— ¡A comer! ¡Preparen la mesa!

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Entre todos pusimos la mesa y nos sentamos a comer.

Shion mira a todos expectante esperando opinión de los degustadores.

— Está muy rico amor — comenta Dohko después de probar bocado.

— Si la verdad te salió exquisito, haz mejorado hermano.

— Yo lo hice pero Shaka lo condimento — me señala.

— Quizás Shaka podría darte algunas clases por qué esto cariño sabe muy bien.

— ¡¿Quieres decir que mí comida no te gusta?! — se levanta enojado y se retira enojado.

Todos nos miramos incrédulos pero Dohko tiene cara de terror.

— Disculpa — Dohko me mira — el embarazo lo pone sensible... Ya vuelvo — se levanta y lo sigue.

Miro apenado a Mu.

— No te preocupes cariño, volverá, no se quedará sin comer.

Mu se acerca a mí y acaricia mí vientre.

Al rato vuelven ambos a la mesa. Shion se disculpa por su arrebato y comemos tranquilos con charlas amenas.

— Cuéntenme ¿Piensan ya mudarse juntos? — pregunté Shion — si es así Mu tendrás que ir acondicionado tu habitación para los 3.

Me horrorizó del hecho de pensar en convivir en esta casa. No me malinterpreten, me caen bien pero estoy muy acostumbrado a la tranquilidad, el orden y tener ni espacio y privacidad.

— Oh no, no creo necesario mudarme aquí, tengo una cada amplia y cómoda.

— Entonces Mu se puede ir contigo, no nos vendría mal el espacio.

— Cariño — el castaño lo llama acariciando el dorso de su mano — no los presiones, déjalos que se acomoden ellos mismo.

— Yo solo decía — alza los hombros.

— Bueno, tendrán que disculparme pero mañana trabajo temprano y necesito descansar  — me levanto de la silla.

— Te acompaño mí amor — Mu imita acción.

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Ya en la puerta de mí casa nos besamos, Mu me arrincona contra la puerta y los besos se vuelven más demandantes.

— ¿Quieres quedarte a dormir? — pregunto jadeando.

— Si y te haré el amor.

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Una semana había pasado, Mu me visitaba a diario y me miraba mucho. Siempre aparecía con plantas o bombones.

Hoy tendríamos un control con Shura y Mu me acompañaría.

— ¿De donde conoces al Dr. Maldonado?

— Es uno se los mejores Obstetras — comento nervioso, aún no le contaba que era mí ex y mucho menos un posible padre de los gemelos.

— Tiene que serlo por lo que cobra y que vengas hasta aquí a atenderte.

— Bueno también es amigo mío de la Universidad Camus, él y yo somos muy buenos amigos. Lo viste en un almuerzo.

Era nuestro turnó de pasar y ambos entramos al consultorio.

— Hola Shaka ¿Cómo estás?

— Hola Shura ¿Te acuerdas de Mu mí pareja?

— Si claro que me acuerdo — Shura se levanta de su lugar y estrecha la mano de Mu — hola Mu un gusto verte acompañando a mí amigo.

— No podía dejarlo venir sólo y moría de ganas por ver el ultrasonido.

— En todo caso comencemos, recuéstate Shaka.

Me acuesto y Shura coloca el gel y el transductor en mí vientre.

De repente dos corazoncitos de dejan escuchar y Mu aprieta mí mano. Cuando Shura me nuestra  ambos bultitos no puede contener las lágrimas y ambos lloramos.

Noto que Shura en ningún momento demuestra celos ni nada por el estilo. Es como si de verdad sintiera que esos niños no le pertenecen. Él está muy contento mostrando aquella imagen de las dos personitas en formación a Mu. Cómo di le diera su lugar de padre.

— Mira mí amor,  esos son nuestros retoños — Mu me besa —¿ Cuándo podremos saber el sexo?

— Aún son muy pequeños, después de las 20 semanas se puede apreciar bien.

Pensé que esté momento entre los 3 iba a ser por demás incómodo pero me equivoqué. Shura se a comportado a la altura y Mu se ve muy feliz.

                                 ~~~~~~~~~~~~~~~~~

— Cariño ¿Quieres pasear por París y ver ropita de bebé? — Pregunté Mu una vez que salimos del consultorio.

— La verdad estoy muy cansado y muero de hambre.

— Vamos a tu casa y te preparare algo rico.

Toma mí mano y juntos nos dirigimos a mí auto.

— Yo manejo cariño — le extiendo las llaves.

Ya ambos en camino a mí casa nos pusimos a discutir nombres de niños y niñas.

— Estaba pensando en que tarde o temprano tendremos que convivir ¿Por qué dudas?— pregunta Mu cambiando drásticamente de tema, si dejar de mirar la carretera.

— No dudo, solo no quería presionarte a convivir.

— No me siento presionado, lo haría con gusto y también estaría cerca para cuidarte y mimarte.

— Podemos ir despacio, quédate unos días a la semana y te vas instalando gradualmente.

— Shaka, tendremos gemelos eso no es ir despacio.

— Se que suena tonto, todavía estoy intentando adaptarme a todo esto... A la idea de tener bebés y estoy muy acostumbrado a la soledad.

— Entiendo amor, haremos como tu te sientas más cómodo.

— Gracias por comprender, amor.

— Bueno ya llegamos.

Mu estaciona en auto y ambos bajamos. Ese día se quedó otra vez en mí casa.

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Mi cumpleaños había llegado. Iríamos al bar del que tanto habló Shura, pero primero cenaría con Mu en un restaurante de París.

Me puse un pantalón color marrón claro, una camisa celeste, sin corbata y zapatos en punta color café.

Me coloque mí perfume One Million de Paco Rabanne y ya estaba listo.

Eché una última mirada al espejo e instintivamente toque mí vientre imaginando que pronto tendré una panza enorme de gemelos. Reí con ternura de solo pensar como mí vida había cambiado, pero no me disgustaba.

Siento la puerta de la casa abrirse, era Mu. Le había echó una copia de las llaves para que tuviera ya que estábamos intentando esto de la convivencia de a poco y estaba resultando bastante agradable.

Mu entra a la habitación con un ramo de girasoles, una caja de dátiles dulces y estuche grande de terciopelo negro.

— Feliz cumpleaños mí bello girasol, esto es para ti — me hace entrega de los regalos y yo le doy un tierno beso en los labios — estos girasoles no son tan bellos como tu amor.

— Gracias Mu, son hermosos.

Abro la caja y me encuentro con un collar de oro y un dije de bebés gemelos. Era realmente hermoso y las lágrimas no tardaron en caer. Las hormonas me han vuelto muy sensible.

— Esto... Esto es hermoso Mu, gracias — hablo entre sollozos.

Él me abraza y me besa tan apasionadamente haciendo que olvidé el llanto. Le damos paso a la pasión.

— Espera Mu, no podemos hacerlo ahora llegaremos tardé  — menciono entre besos y jadeos.

— No importa, en este momento solo quiero hacerte mío.

Cedo ante las caricias que me regala y lo sigo besando con deseó. Caminamos aún comiéndonos la boca y me arrincona en la cómoda.

Desesperado desabrocho su pantalón y él hace lo mismo con el mío. Mí miembro queda al descubierto cuando baja un poco mí pantalón juntó con la ropa interior.

Me mira con deseó y baja hasta mí miembro. Un gemido de placer escapa de mí boca al sentir su cálida y húmeda lengua acariciar con parsimonia mí longitud.

Comienza a practicarme sexo oral y yo no paro de gemir. Desesperado enrriedo sus cabellos en mis manos acompañando los movimientos. No tardó mucho en venirme en su boca.

Se levanta y me gira apoyando mis manos sobre el mueble.

— En el cajón hay lubricante — le indico y el lo busca.

Bajó un poco más mis pantalones y apoyo mí pecho en el frío mueble, dejando mí trasero más expuesto.

— Ah que rico que te ves así — me da una nalgada.

Unta lubricante en su miembro y lentamente se hunde en mí. Comenzó con sus movimientos lentos y suaves metiendo toda su longitud en mí interior.

— Ah Shaka que rico está... Aah como apretas... Cómo me gusta tu culito.

Con Mu he descubierto que me gusta que me hable sucio mientras tenemos sexo. Comienza con palabras suaves y a medida que su excitación sube, el tono de sus palabras también. Pero eso me excito.

Las estocadas lentas se volvieron rápidas y profundas. Mu no paraba de maldecir y yo de gemir.

Con una de mis manos masturbo mí miembro y la otra la uso de apoyo. Siento como la excitación sube y el orgasmo me arrollado ensuciando mí mano.

Al poco tiempo Mu explota en mí interior.

— Una cogidita rápida antes de ir a comer — me guiña un ojo —cuando volvamos seguimos.

Nos limpiamos con una toalla y nos vamos a cenar.

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Después de comer en el elegante restaurante, caminamos un rato por las calles de París y compramos algunas cosas para los gemelos.

Nos sacamos fotos románticas con la Torre Eiffel de fondo y Mu puso una que le gustó como fondo de pantalla.

Después del paseo nos dirigimos al bar.

Al llegar Shura y Camus estaban esperándonos afuera.

— Hola chicos — saludó a cada uno con un beso.

— Hola Camus, hola Shura un gustó volver a verlos.

— Hola Mu el gustó es nuestro y un placer que te unas al grupo — Camus lo abraza como dándole la bienvenida a nuestro círculo de amigos.

Círculo e historias enredadas dónde:
Mí ex es mí amigo y posible padre de mis hijos, pero a su vez está enamorado de su amigo de toda la vida, que es mí amigo también, pero se consuela con una pareja. Que trabaja para el amor de su vida y amigo.

Mí otro amigo que tiene un esposo que es un idiota, que se dejó besar y manosear por su mejor amigo y creo que se siente ligeramente atraído por Milo.

Un grupo muy normal.

Entramos al lugar, la música y el ambiente era agradable. Había gente bailando en el centro del lugar y otras tantas bebiendo en las mesas a  los costados.

Shura nos lleva al área VIP y nos sentamos en los cómodos sillones. Milo se acerca a saludar antes de cantar y noto que Camus se pone incómodo y no lo mira.

Milo sentó junto a Camus. La imagen era muy graciosa, Camus quedó en medio de Milo y Shura. Ambos hablándole.

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Después de que los cantantes hacen su presentación Shura me invita a bailar, dejando a Milo y Camus solos sentados. Mu se había ido al baño.

Agarrados de la mano caminamos entre la gente hasta llegar a la pista de baile.

Nos movíamos al compás de la música, con nuestros cuerpos pegados.

Shura es un buen bailarín.

Luego me acuerdo que la última vez que baile con Shura termine acostándome con él.

Mí ex me mueve de aquí para allá, me hace girar, me rosa, me sujeta de la cintura y de golpe siento que otra mano agarra la mía y me tironea apresándome entre unos musculosos brazos... Era Mu.

Mí novio estaba serio.

— ¿Bailas conmigo cariño? — me susurra al oído y besa mí cuello.

En eso llega Afrodita y se lleva a Shura para otro lado de la pista.

— Bailabas muy pegado a tu amigo — menciona mientras bailamos.

— Es solo un amigo, no te pongas celoso, aparte tiene pareja y está aquí con él.

No se como se pondrá si de entera que es mí ex...

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Era martes y me había tomado unos días de descanso peque tenía muchos dolores.

Estaba sentado en el sillón mirando un expediente médico, tenía una cirugía en dos días.

El timbre me sorprende y extrañado me levanto atender. No sabía quién era, Camus está trabajando y Mu también... Era Shura.

— Hola Shakita ¿Cómo te sientes? ¿Sigues con dolores?

Lo saludo y lo hago pasar.

— Un poco ¿Qué haces aquí? No te esperaba.

— Vine a ver a Camus y a ti. Me preocupe cuando me avisaste que no te sentías bien — acaricia mí vientre — te traje las vitaminas, el ácido fólico y unos chocolates ¿Necesitas algo más?

— No, estoy bien, gracias Shura.

— Sabes que cuentas conmigo. Si necesitas algo solo pide.

Lo abrazo fuerte con ganas de drenar esa preocupación y estrés que cargo hace semanas.

Ese estrés que me provoca la situación que nos acongoja a los 3 y que solo Shura y yo sabemos.

Quizás soy un cobarde por no decirle a Mu nada..  Quizás traiga problemas en un futuro.

Me sigo aferrando a la única persona que me entiende y que conocerte mí pesar.

De golpe se abre la puerta... Era Mu.

Mierda va a pensar cualquier cosa...

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Hola bellos lectores.

Les dejó un nuevo capítulo para festejar el cumpleaños de Shaka.

Un poco de la vida de Shaka y Mu.

Celos comienzan a nacer.

Gracias por leer.