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Cumpleaños de Virgos Parte.1 (Shijima)


Septiembre había llegado y con él 3 cumpleaños.

El primero de la lista era el de mí hijo Shijima. El 3 de septiembre mí pequeño pelirrojo cumplía 5 años.

Ya tenía todo preparado, él quería con la temática de dinosaurios. Así que estos últimos días estuve ajetreado con las compras y preparativos de la pequeña fiestas que daría en mí casa. Gracias a Zeus tengo Afrodita a mí lado para ayudarme.

Tenía pensando invitar a todos nuestros amigos, mi familia y algunos niños del colegio del pelirrojo - que no eran muchos -.

Aproveche que Milo también estaba organizando el cumpleaños de Shun para hacer algunas compras juntos. El conocía tiendas en París dónde podíamos conseguir todo lo necesario para el agasajo.

Últimamente pasamos mucho tiempo juntos - para molestia de Surt- con la excusa de los cumpleaños ¿La verdadera razón? Nos gustaba pasar tiempo juntos y comer helado, también por qué nuestro niños disfrutaban jugar entre ellos.

Me tomé la tardé libre en mí trabajo y le di la tardé libre Afrodita por qué mí plan eran pasar a buscar a Milo y luego ir un cotillón enorme que el conocía ...dónde pobremente nos perdamos comprando decoraciones.. según sus palabras.

El griego es perfecto para estás cosas, disfruta de hacer compras y no se queja, no le molestan los niños -aunque nuestro idea era dejarlos con Degel- es divertido, compañero y siempre está con una sonrisa. Nada que ver a mí esposo.

Surt no le gustan este tipo de cosas. Nunca me apoyó ni me ayudó en preparar ningún tipo de fiestas, ni siquiera nuestro casamiento. El entusiasta siempre fui yo.

Milo es perfecto para esto.

Te agrada Milo ¿Verdad? — el sueco sentado en el asiento del acompañante en mí camioneta habla — digo, como pasan mucho tiempo juntos y Shura me contó que no eras muy sociable me pareció que disfrutas de la compañía de Milo — mencionó mientas me miraba.

Lo miré de reojo mientras manejaba rumbo a la ciudad de las luces — Shura tiene razón, mí circulo social es reducido, tengo a mí familia y dos amigos, Shura obviamente y Shaka a quien conocí en la universidad, pero no está mal conocer nuevas personas, estás tú por ejemplo que me caíste del cielo y Milo que gracias a él y su hijo, mí pequeño  se a vuelto más desenvuelto y sociable... Aparte Milo es cuñado de mí  hermano así que prácticamente somos familia — sonrió.

— A Milo lo conozco del bar, es muy buena persona y se nota que ama mucho a su hijo. Siempre está pendiente y preocupándose por él, así como tu lo haces con Shijima.

Era verdad, yo también había notado esa cualidad en Milo y era lo que más me gustaba de él.

— Dobla en la próxima cuadra a la izquierda — indico Dita sacándome de mí ensoñación con el griego. Hago lo indicado por el — aquí Cam, es la puerta pintada de rojo — señala y yo paró la camioneta.

Rápidamente le di una inspección amplia a mis alrededores admirando el lugar mientras el sueco se predisponía a salir de la camioneta. Así a simple vista parecía un barrio costoso y me pregunté curioso como el costearía eso. No soy de juzgar ni meterme en vida ajena pero... ¿Cómo un joven como él trabajando de lo que trabaja puede pagarlo?... Su voz me sacó de mis pensamientos y decidí no meterme en sus asuntos.

— Gracias por traerme — manifestó con dulzura y gracia.

— No hay porque. Es lo menos que puedo hacer. Disfruta tu tardé libre, quizás Shura quiera una consulta extra — le guiño un ojo divertido el sonríe.

— No sería mala idea, pero tengo cosas que hacer. Nos estamos viendo en el cumple de Shijima — me saluda y luego se dirige a mí hijo — chau pequeño cardinal rojo prometo traerte los mejores chocolate hechos por mí familia — besa su mejilla con mucho amor.

Desde la camioneta espero a que Dita ingresé a su departamento y recién ahí me dispongo a seguir hacía mí próximo destinó, dejar al pequeño pelirrojo de su tío, después ir a buscar a Milo a su casa.

                           ~~~~~~~~~~~~~~~~

Manejó por la ciudad del amor paseando un poco por sus hermosas calles y mostrándole mis lugares favoritos al pequeño. Después del tour turístico llegamos a la casa de Degel.

Mí hermano abre la puerta de su casa y un alborotado Mystoria comienza a correr y gritar el nombre de mí hijo. Degel hace danzar sus ojos con fastidio. Shijima corresponde al saludo de su primo y ambos se retiran a jugar.

— Kardia me invitó unos días de relajación y distensión en Italia. No quiero sonar egoísta pero los necesito. Por suerte Milo siempre está predispuesto a cuidarlo — una carcajada escapa de mí boca.

— Después de tener a Mystoria todavía tienes ganas de tener otro, estás loco hermano, si mí hijo fuera así yo habría cerrado fábrica.

— No es mí culpa son los genes Vasilakis, tienes suerte que Shijima es tranquilo, esperó que está vez el próximo salga más a los Monnier — se toca su creciente vientre.

— Por suerte Surt y yo somos personas tranquilas, estoy seguro que esté pequeño de aquí no será la excepción — toco ni panza y sonrió con burla hacía mí hermano para fastidiarlo.

— ¿Tú que quejas tienes con los Vasilakis? — recrimina Kardia divertido entrando en escena — tú mí querido cúbito cuando te enojas eres capaz de convertir la casa en Siberia — Degel lo mirá enojada mientras el griego y yo reímos.

— Tú cállate bicho venenoso.

— Bueno yo procedo a retirarme, tengo que pasar a buscar a Milo.

— Ojo con mí hermano, ese te clava su aguijón y te deja intoxicado para siempre — comenta divertido y pícaro. Miró a mí hermano enarcando una ceja.

— Pero que desubicado que eres griego bruto, no ves que mi hermano es un hombre casado — Kardia lo mira frunciendo el ceño.

— ¡Hay perdón! Habló el francés modosito, si tu idea era junt...

— ¡Cierra la boca! — mí hermano lo interrumpe —  ¿No tienes nada mejor que hacer? — lo fulmina con la mirada y  los miró sin entender nada.

— Perdónalo Camus, su boca es más veloz que su mente, escupe lo primero que se le pasa por la cabeza sin filtro, ya te acostumbraras.

— No te preocupe hermano, tengo que irme, nos vemos mañana en el cumpleaños.

Subo a mí camioneta y en ese momento un mensaje de Milo entra a mí buzón de mensajes.

Para Camus:

Cam, recién llego del trabajo y me voy a duchar, te dejo la llave de la puerta de entrada debajo de la maceta con flores rojas. Entra con confianza.

Leí rápido el mensaje y acelere rápido.

                              ~~~~~~~~~~~~~~

Llegué en un parpadeo a la casa del griego rubio de penetrantes ojos. Bajo de la camioneta y caminó tranquilo hacía la entrada. Busco con la mirada entre sus macetas la que contiene las flores rojas. Una vez que la diviso la levanto de lado y efectivamente la llave estaba ahí.

Con cuidado y sin hacer ruido meto la llave en la cerradura y la giró, el sonido emitido por aquél metal indica que ya estaba abierta.

Empujo la puerta de madera pintada de azul francia haciendo juego con las ventanas que resaltan el exterior pintado de blanco.

El crujir de la puerta fue el único sonido de aquel lugar, todo estaba en un silencio armonioso. Me doy paso hacia el interior de la sala perfectamente ordenada.

Doy un barrido rápido con mí mirada y me detengo al encontrar unos porta retratos que descansaban sobre la encimera de la chimenea. Camino despacio hacia aquellas fotos que memorables contaban una pequeña historia sobré aquella familia rota pero unida ocasionalmente.

Mí mirada se posa en una foto donde un joven rubio y una bella mujer de cabellos verdes y ojos dulces posan mostrando orgullosos una panza muy abultada. Shun es una réplica exacta de esa mujer.

La segunda foto era del griego con un recién nacido Shun en brazos, que por el entorno de la foto era en el hospital, la sonrisa de Milo demostraba lo feliz que se sentía en ese momento tener a su hijo en brazos y a su lado se encontraba aquella mujer que aunque se notaba cansada eso no lograba opacar su enorme sonrisa.

El tercer porta retrato era un collage del niño de cabellos verdes que demostraba su crecimiento plasmado en cada foto. Desde un pequeño bebé que dormía tranquilo en su cuna hasta un Shun, con su delantal a cuadros azules, en su primer día de escuela.

El cuarto era otro collage de fotos graciosas de Milo y Shun haciendo caras divertidas, durmiendo juntos, tocado instrumentos y otra de ambos disfrutando de un chapuzón en una pileta.

La última mostraba dos elegantes padre e hijo vistiendo ambos trajes negros y camisa blanca, sonriendo.

Ahí me di cuenta de la ausencia de fotografías que había de Shun y su madre... Eso causó una punzada en mí pecho y vientre con una perfecta coreografía. Me ponía triste por Shun, por ese pequeño niño, que aunque tenga a su padre incondicionalmente, experimente la sensación de la ausencia y abandono.

Con ese pensamiento me siento en sofá y me doy cuenta que en su respaldo descansa el abrigo del rubio. Lo tomo y lo huelo con una acción inconsciente de mí cuerpo, siento su perfume Christian Dior y mí barriga vuelve a dar una punzada pero está no es de angustia. Devuelvo aquél abrigo donde estaba.

Mí mirada curiosa ahora se posa en la mesa de café frente a mí, ahí había un cuaderno abierto y una lapicera. Mis manos llegan a ese cuaderno y le doy una ojeada, me doy cuenta que Milo en esas ojas escribe canciones.

Comienzo a leer la última ahí escrita.

"  La luna en la gran ciudad y la adrenalina corre
Será que estoy alegre y no tengo pretensiones
Y vos me das lo que hace falta
Y vos me das lo que haga falta

Adicto a la estimulación perdí mi guerra santa
Brindando con demonios que hablan a mis espaldas
Vos me decís que no hace falta
Vos me haces tanta falta

Uh, me hace tanto mal
Pensarte y no tenerte
Es mi angustia existencial
Me busca y me tortura
Me arranca el corazón

Vivamos el momento
Vivimos el momento
Vivamos el momento y nada más

Mi casa es una jungla y no pude adaptarme
Será que siempre tuve vacíos existenciales
Y vos me das lo que hace falta
Uh, vos me haces tanta falta

Ey, no puedo verte así
Un cisne con alas rotas
Sufrir es el precio de vivir
Y pagaría mil vidas por verte sonreír

Vivamos el momento
Vivimos el momento
Vivamos el momento y nada más"

Una sonrisa tonta se dibujo en mis labios como si eso fuese un gesto involuntario... Mí vientre volvió a revolotear...

Un armonioso y lírico canto llego a mis oídos, como el sonido producido por las olas del mar en una mañana de verano en la playa haciéndome sentir de vacaciones, atrajo mí atención.

Era Milo cantando en la ducha...

Una parte de mí se moría por espiar al griego, pero la parte racional gritaba en mí mente que eso no era lo correcto, que era un hombre casado... Cerré mis ojos fuerte apretando mis párpados con intensidad intentando reprimir mí deseó... Pero su voz me llamaba como si de un canto hipnótico de una sirena se tratara... Moví mi cabeza negado energéticamente alejando esa melodía de mis oídos.

— ¡¿Cam?! — me llama gritando del bañó y doy un brinco asustado abriendo mis ojos tan grandes como un niño descubierto haciendo una travesura — ¡¿Eres tú?!

— ¡Eeeh si soy yo, recién llego! — grité casual volviendo al living.

— ¡Ya salgo! — grita desdé el baño.

Me siento en el sofá impaciente. Al rato Milo aparece con una toalla enroscada a su cintura y secando su cabello energéticamente con otra... Trago grueso y un furioso sonrojo tiñe mis mejillas... Por Athena, verlo así tan ... Tan ...

— Cam ¿Estás bien? — la pregunta del rubio me arrastra de nuevo mundo real.

— Si si — afirmó desde mí posición, nervioso asiento con mí cabeza al unisomio con mis palabras mientras admiro ese abdomen bronceado y marcado. Él me mira divertido.

— Mientras esperas que me vista en la heladera hay jugó natural de limón y frutillas que tanto te gusta. Sirvete con confianza. También hay masas finas, esas no las hice yo — me guiña un ojo para luego girar sobre sus pies y desaparecer en su habitación.

Cielos santo este hombre va a matarme... Le hago caso y me dirijo a la cocina en busca de aquella bebida fresca que quizás con suerte calmaría mí ardor.

Ya en la cocina me sirvo el juego en un vaso, mientras lo bebo recorro con mí mirada una estantería ubicada en un rincón. Allí hay unos libros de recetas... Sus famosas recetas... Me acerco aquel mueble y sacó un libro. Lo ojeo rápido chusmeando su contenido.

Milo apoya su pera en mí hombro asustándome.

— Cielos Milo casi me matas del susto — muevo mí hombro para que se aleje, su cercanía me pone nervioso y es algo que en todo este tiempo no logró controlar.

— Perdón no era mí intención. Vamos ya estoy listo.

                                ~~~~~~~~~~~~~~

— Cam, mira, aquí hay cosas que te puedan servir — menciona el griego señalando unos estantes con decoraciones en la tienda.

— Si, esto me sirve — agarró paquetes de globos y un cartel que dice "feliz cumpleaños" — Milo ¿Encontraste algo que te sirva?

— Algunas cosas, Shun quiere una fiesta de disfraces y acordamos con mis hermanos de ir juntos a buscar que ponernos.

— Fiesta de disfraces, me gusta, nunca asistí a ninguna — digo contento mientras agrego más cosas al carrito.

— ¿Qué tal me queda? — pregunta mostrado con cara graciosa unos lentes enormes. Sonrío.

— Resalta tus ojos... ¿Y a mí? — me coloco una nariz se tucán.

— Tu cabeza se ve más chica — ríes a carcajadas.

— Mira — agarro una peluca negra y me la pruebo — con ésto puedo ser un vampiro.

Me mira fijo y luego habla en griego, lo cual no entiendo.

— Αυτή η περούκα αναδεικνύει τα όμορφα μάτια σου που με έχουν ερωτευτεί — luego de eso camina y se pierde en otro pasillo del lugar. (Esa peluca resalta tus bellos ojos que me tienen enamorado)

Me quedé estático en mí sitio como si me hubieran atornillado a él, preguntándome qué carajo había dicho en griego. Esperó que no me haya insultando, negué con la cabeza.

Camino a paso acelerado tratando de alcanzarle. Lo  busco por los pasillos de la tienda y cuando al fin doy con el griego lentamente me acercó a paso seguro y me paro a su lado.

— ¿Qué significa lo que dijiste en griego? — pregunté asustándole.

— Heeem... Que esa peluca te hacía ver un vampiro feroz — contesta evitando mi mirada — ya tengo todo lo que necesito ¿Y tú? — pregunta intentando cambiar de tema... Lo dejo pasar.

— Si tengo tengo todo, vámonos antes que siga comprando más cosas.

Caminamos hasta la caja ya para pagar todo lo adquirido en el lugar.

— ¿Quieres ir por un helado? — pregunta mientras juego al Tetris con las bolsas para que todo quepa en el baúl de la camioneta.

— Por supuesto, eso no se pregunta, un doncel en mí estado jamás te dirá que no a una invitación así.

Me guiña un ojo y me extiende su mano pidiendo las llaves del vehículo.

— Yo manejo — apoyó las llaves en sus manos y río de lado — súbete Cam.

                         ~~~~~~~~~~~~~~~~

— Tu camioneta es genial Cam — expresa su cumplido mientas bajamos del vehículo para ir a la heladería — entra y pide los helados, ya vuelvo.

Así sin más Milo se aleja. Con desconcierto entro a la heladería, pido los gustos con total confianza por qué siempre disfruta de los mismos y mí memoria los tiene presentes.

Crema Cookie y  Chocolate con almendras...

Ya con ambos helados en mis manos lo espero sentado en la mesa juntó a la ventana como ya se nos había echó costumbre.

Entra por aquella puerta sosteniendo una caja adornada con un enorme moño rojo, que a simple vista parece de chocolates, sonriendo.

— Te compre bombones frutales — hace entrega de dicho presente y lo miro embelesado y dentro mío poco a poco algo comienza a florecer y eso se debe a él— mencionaste en el camino que tenías antojo de éstos bombones y me acordé que aquí a una cuadra los vendían. Es mí deber satisfacer esos antojos — guiña un ojo y se sienta frente a mí pará degustar su helado.

                             ~~~~~~~~~~~~~~~

El día siguiente llego junto a un torbellino de cosas pendientes.

Me desperté temprano gracias al sonido molesto y taladrante de la alarma que, con fastidio, apague como si mí vida dependiera de ello... No hay cosa más molesta en esta vida que el sonido de la alarma avisándote que tu plácido descanso a terminado.

Me incorporo en la cama y estiró mis brazos con  la esperanza de que aquel movimiento logré despertar mí mente que aún se encontraba pegada a la almohada.

Lo que menos tenía ganas era madrugar un sábado... Todo sea por mí hijo, me repetía a mí mismo como si de un CD rayado se tratara.

Caminé sonámbulo hacía el bañó privado de mí alcoba con la esperanza de que una ducha fría sea la cachetada necesaria para finalmente despertar.

Surt me alcanzó en la ducha con la misma cara, de "no se quién soy", que tenía yo mismo pintada en el rostro hace un momento.

— Te haría el amor aquí en la ducha pero dudó que se me pare en este momento — se expresa con la voz adormilada.

— No importa, no tengo tiempo ni ganas — un sonidos gutural se resbala de su boca.

A paso veloz comienzo a colocar la decoración e inflar globos como si estuviera en una competencia de pulmones resistentes dejando mí boca hinchadas.

Me había convertido en Flash por un momento y mis pies comenzaban a echar humo.

Justo a tiempo, mi casa se convirtió en un paisaje de hace millones años atrás dándole vida a la Era Mesozoica en pleno comedor, cuando la primer visita tocó timbre.

En menos de 30 minutos ya tenía "full house".

Mí pequeño jugaba feliz junto a los gemelos Caín y Abel — sus únicos amigos de la escuela— Mystoria y Shun.

Degel juntó a Kardia hablaban con mis padres, mí madre no para de sacar fotos a todo con su celular nuevo, como quién descubre el maravilloso arte de plasmar todo en una foto para  el recuerdo.

Milo y Surt me ayudaban vigilando que las bebidas y los snacks no se terminen.

— Amigo — me llama Shura — acuérdate que el lunes tienes ecografía — me recuerda mientras recargo algunas bandejas con papas fritas.

— No lo olvidé, iré con Milo, el se ofreció acompañarme ya que Surt está ocupado con una cirugía.

— Oh, pero que atento que es Milo — espeta con sarcasmo — pues veo que ya me haz remplazado

— Shurita, si no te conociera diría que estás celoso.

— ¿Celoso de Milo? Claro que no — asegura destapando una cerveza.

— Como digas, igual sabes que ocupas un lugar importante en mí corazón — su rostro se ilumina y sonríe —  ¿Afrodita dónde está?

— No tengo idea, hace un momento estaba jugando con los niños — comentas y luego te retiras para hablar con mí padre.

Sigo con lo mío. Milo llega a mí lado y coloca dulcemente una mano sobre mí vientre.

— ¿Te sientes bien? — pregunta con un tono de voz dulce y  mirada acorde a ella — descansa, no te haz sentado en toda la tarde.

— Gracias, iré a preparar el pastel para soplar las velas y tu termina de rellenar más bandejas. Por cierto ¿Haz visto a Surt?

— Estaba hablando con Afrodita hace unos momentos.


Narra Surt:

Miraba furioso desdé un rincón del living como Milo se acercaba demasiado a mí zafiro. Su sola presencia me resultaba totalmente repulsiva... Pero nada podía hacer si mí esposo estaba empeñado por frecuentar a ese griego imbécil con sonrisa ladina... ¿O quizás si podría separarlos?...

— Se te van a salir los ojos de tanto mirar — la voz suave y seductora de Afrodita llego, como un susurro de un pequeño diablillo, a mi oído — estás perdiendo terreno.

— Camus jamás se fijaría en un tipo como Milo. No es su estilo de hombre.

— ¿Y por qué te sientes amenazado? — el diablillo sigue susurrando.

— No me siento amenazado, solo no me gusta que toquen lo que es mío.

— Yo creo, por las miraditas de tu esposo, que le atrae, inconscientemente , pero le atrae — esas palabras me revuelven el estómago y me produce acidez.

— ¿Qué quieres? — preguntó colérico mientras sigo viendo a esos dos hablar.

— Que me regales un poco de tu atención mientras tu esposo le sonríe a su nuevo amigo — agarrar rápidamente mí mano y me arrastra hacía el baño de invitados.

Una vez allí dentro cierra la puerta con llave.

— Solo descarga tu frustración conmigo — pega su delicado cuerpo al mío — se por boca del mismo Camus que desde que se enteró de su embarazo no tienen relaciones — afirmas mientras deslizas lentamente tus dedos sobre mí miembro — se que tienes ganas y que necesitas urgente un poco de atención — me besas y yo correspondo feroz necesitado de sexo — no te preocupes, nadie nos escuchará gracias a la música — mencionas entre besos.

Afrodita tiene razón y con el si fácil correspondo a sus provocaciones... Repentinamente lo volteó dejándolo apoyado sobré el lavado.

Rápidamente bajo un poco sus pantalones y desabrochó mí cremallera solo dejado mí miembro erecto afuera.

Mojo con saliva mis dedos y los froto en su pequeña y ansiosa entrada.

De manera brusca lo penetró y comienzo el vaivén rápido y profundo desahogando con ello toda mí bronca y frustración.

Dita gime como un gato en celo mientras se viene sobré el pie del vanitory y yo eyaculo en su interior.

— Que rico, sexo sucio y rápido ¿Te sientes mejor? — dice con una molesta sonrisa satisfecha mientas se acomoda la ropa.

— Si, y ya déjame en paz — manifiesto pará luego salir con cautela del baño sin ser notado.

Llegó al centro de la celebración. Busco rápido a Camus con la mirada y lo ubico preparando el pastel. Me acerco a el

— Amor te estuve buscando ¿Dónde estabas? — pregunta curioso colocando las velas en la torta.

— Fui al baño de nuestra habitación — miento.

— Llegaste justo a tiempo para cantar el "feliz cumpleaños".

Cantamos alegres el "feliz cumpleaños". Todos gritando, silbando y celebrando a mí hermoso pelirrojo.

Milo acaricia de modo inconsciente el vientre de Camus...
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Hola a todos!!!!!

Les dejó un nuevo capítulo.

El próximo tendremos el cumpleaños de Shun y fiesta de disfraces!!!!

Gracias por leer!




















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