Año nuevo y deseos (parte 1)
El calor del verano brasilero estaba en todo su esplendor, era ya el mediodía y ambos hermanos seguían de compras.
Degel, exhausto de caminar, rogaba por sentarse a comer y beber algo fresco, llevaba su segunda botella de agua fría y eso no era suficiente.
- Cam - llamó - por favor, comamos algo en un lugar fresco, con aire acondicionado si es posible.
-Como digas.
Ambos francés buscaron un restaurante abierto en el centro... Con aire acondicionado por supuesto. Degel necesitaba descansar, su enorme vientre estaba por explota y agotaba toda la poca energía que recuperaba al dormir. Por un momento pensó que viajar con un embarazo tan avanzado era una mala idea y que Shura tenía razón, de echo la tenía, pero nada se comparaba con ver la felicidad en el rostro de su hermano.
-Por fin nos sentamos, por Dios Camus, hemos caminado por horas buscando algo para ti.
- Lo siento - respondió colocando las bolsas de compras en la silla libre entre ambos - quería algo especial para agradarle a Milo.
- Cariño, no necesitas nada para agradarle a ese hombre. Lo tienes enamorado que si te vistieras con un bolsa te seguiría viendo como un tesoro - ambos rieron por el comentario. Se aclaró la garganta - ¿ Pensaste que vas hacer una vez que el divorcio termine?
-No te entiendo - el mesero interrumpió la charla para tomar el pedido. Cuando se fue siguieron.
-¿Que harás? ¿Hablarás con la otra mujer? ¿Le sacarás todo? - las preguntas del francés mayor eran movidas por la venganza de este.
-No, no creo hablar con ella. Lo único que quiero es estar en paz - bebió un poco de gaseosa - me quedaré con mí casa, eso seguro - pensó un poco - tenía pensado venderla y mudarme a París, allí estaré más cerca de ti y de Milo.
- ¿Vivirás con Milo? - inquirió curioso.
- Aún no hemos hablado del rumbo que tomaremos, si bien estamos juntos, no hemos hablado sobre vivir juntos, al menos no ha tocado ese tema y no me ha preguntado aún.
- ¿Y si te lo pregunta?
- Hablaría primero con Shijima sobre el tema - tomo un trago de su bebida sin apartar la vista de su hermano - Degel, primero quiero divorciarme y vender la casa.
- Te entiendo. Si te soy sincero, me alegra que te hayas separado de Surt, nunca me gustó y ya veo el por que - Camus hizo un gesto levantando las cejas y sonriendo de lado - lamento todo lo que sucedió con él, de verdad, se que lo amabas.
- Aún siento cosas por él, es confuso, pero se que ese amor incondicional que le profesaba ya no existe, fue barrido por decepciones y odió. También soy consciente de los sentimientos hacia Milo.
La comida había llegado a la mesa y ambos se limitaron a comer dejando la charla de amores para otro momento.
Degel entendía los sentimientos encontrados de su hermano menor, que ni él mismo era capaz de entender el caos sentimental que atormentaba su mente. Confiaba en su hermano y sabía que no le mentía cuando le decía que no volvería con el ruso pese a sus constantes súplicas y que no lastimaría a Milo en el proceso.
Milo y Kardia disfrutaban de la piscina del hotel, el clima cálido era ideal para nadar y refrescarse en el agua.
Había jugado en la playa con los niños, armando castillos de arena que Mystoria destrozó luego.
Shijima no se despegaba de Milo, había echo una buena relación con el griego y este era bueno con él, también quería mucho a Shun.
Milo le enseñaba a nadar al pequeño pelirrojo mientras Kardia intentaba hacer lo mismo con el revoltoso de Mystoria.
Los niños estaban felices por la tarde agradable y divertida que habían pasado con los mayores dónde aprendieron a nadar.
Mientras los Shijima y Mystoria jugaban entretenidos en los juegos del parque, Shun hablaba por teléfono con su madre Shaina. Está le contaba que pronto lo visitaría.
Ambos griegos tomaban cerveza fresca sentados en unos sillones cerca de sus hijos para poder vigilarlos.
- ¿ Cómo seguirá tu relación con Camus? - cuestionó el peliazul mientras bebía de su cerveza.
- No hemos hablado nada - contestó mientras imitaba las acciones de su hermano mayor - de lo que si estoy seguro es que quiero a Cam en mí vida, quiero todo con él, estoy enamorado de él y haré lo posible por hacerlo feliz - hizo una pausa para mandar un texto - estoy acomodando la casa del viñedo para poder pasar unos días allí con él y Shijima.
- Procura ir despacio hermano, él aún está tramitando su divorcio y necesita hacer su duelo, arreglar sus cosas - el rubio lo miró frunciendo el ceño - Ey no me malinterpretes, solo digo que no lo presiones.
- Lo sé, no me regañes. No me pondré intenso como piensas - sonrió a la vez que golpeó el hombro de Kardia - de verdad deseo hacer las cosas bien está vez.
- Eso espero. No será un divorcio fácil - posó la mano en el hombro de Milo - ¿Piensa pedirle que se mudé contigo?
- Me encantaría, no sé que lo que tenga pensado hacer él. Por lo pronto iremos al viñedo en tanto los papeles del divorcio que está haciendo Saga estén listos - rió pedido en sus pensamientos - si fuera por mí ya le habría pedido casamiento.
Ambos hermanos rieron a carcajadas por los dichos del menor. Kardia sabía lo enamorado que estaba su hermano menor de su cuñado. Sabía perfectamente que no sería fácil ese divorcio ya que había varias personas involucradas y Surt no dejaría tan fácil en paz al francés. También estaba Degel con su sed de venganza por todo lo que les hizo eso años.
Luego de una extenuante tarde buscando ropa y regalos para los familiares, todos se ocupaban de arreglarse para la cena de fin de año.
El francés de cabellos aguamarinas arreglaba sus atuendos blancos que había comprado esa misma tarde para lucirlos en la noche.
Terminaba de abotonar su camisa color hueso con pequeñas líneas de transparencias en el frente, abrochó su pantalón de vestir color blanco apagado y mocasines beige.
Esa noche el calor se había acrecentado y decidió hacerse una coleta alta.
Observó su imagen en el espejo y sonrió en forma de aprobación. Le faltaba algo, su perfume.
Hurgó en la maleta, color verde Benetton, con el objetivo de buscar aquél perfume que le había regalado su mejor amigo. Se sorprendió al encontrar allí dentro, al fondo, una pequeña cajita color azul merino adornada con un moño blanco.
Movido por la curiosidad que se había despertado en su interior. No sabía de parte de quién era aquél regalo, solo tenía un pequeño papelito enganchado en los listones del moño.
Para Camus.
Tenía escrito aquel pedacito de papel.
Abrió la pequeña cajita encontrándose con otro trozo de papel que tenía escrito una especie de carta. La abrió y la leyó detenidamente.
Mí Cam:
Como todos los años, este es mí regalo para ti por navidad. Se que no te gustan y que gaste plata, y como siempre ignoro eso, aun así tienes mí presente todos los años. Amo ver la cara de sorpresa que siempre pones al abrir un regalo, cara que no podré disfrutar en esta ocasión, pero me la puedo imaginar.
Paseaba por el centro, estaba buscando joyerías, y me encontré con este collar de plata. Es la piedra de la Luna y pensé que es justo para ti. Es la gema de los nuevos comienzos que infundirá luz para aclarar los caminos. Dicho sea de paso también es una de las gemas de Acuario y eso la hace especial para ti.
Espero que te guste, la compré pensando en lo hermosa que es, al igual que tu.
Desde lejos te deseo un feliz año nuevo.
Shura.
Enternecido apretó el papel contra su pecho, una cálida sensación se apoderó de su cuerpo y corazón. Ahí estaba su amigo, siempre atento con él y a pesar de estar lejos de alguna forma se las ingenió para hacerle llegar ese presente.
Tomó de la pequeña caja el dichoso collar con la piedra, la cual acarició con su dedo admirando la belleza de esta. Sin dudarlo volvió a mirarse al espejo para colocar dicha joya en su cuello
Se preguntó si habría recibido ayuda de Afrodita ya que este lo ayudo a preparar la maleta.
Sonrió pensando en su amigo y esperaba que al llegar a su hogar, él también podría darle su regalo.
Shijima lo esperaba sentado en un sofá de la sala en la habitación del hotel, el niño pintaba en un librito mientras rizaba su cabello con el dedo índice. Cosa que a Camus le produjo dibujar un gesto involuntario con al boca, Surt hacía lo mismo cuando estaba concentrado.
Sacudió la cabeza tratando de alejar de su mente la imagen de su ex esposo.
Unos golpes en la puerta le anunciaron la llegada de Milo para ir al salón del hotel. Chequeó su aspecto por última vez frente al espejo y luego se encaminó para abrir la puerta. Al abrirla se encontró con la bella imagen del griego malditamente sexy vestido con un jean blanco roto en las rodillas, camisa blanca abierta los 3 primeros botones y náuticos blancos, su pelos rubio revuelto y coronado ahí estaba esa sonrisa pícara que siempre solía tener.
El francés paseó su vista de arriba abajo por todo el cuerpo del escorpiano, la visión que tenía frente a él era totalmente exquisita impidiéndole articular ninguna palabra.
El heleno lo observó de la misma forma, ante sus ojos, el galo era la persona más hermosa que había visto jamás, con esa delicadeza y finura que solo él era capaz de poseer.
- Cam ¿Están listos? - preguntó recargado en el marco de la puerta sonriendo.
- S-si ya estamos listos - contestó sonrojado el perfume
El pequeño pelirrojo abandonó lo que estaba haciendo para correr a los brazos del griego se cabellos rubios. Milo lo acogió entre sus brazos sonriendo tierno mientras lo balanceaba levemente.
Camus miró con ternura la escena frente a sus ojos, le sorprendía la confianza de su hijo con el rubio ya que el pelirrojo no está muy dado con la gente. Ese acto logró disipar algunas de sus dudas con respecto a él curso que tomaría su relación con Milo.
El heleno miró a los ojos al griego y le regaló una amplia sonrisa mientras bajaba al infante al piso.
Animado, ofreció su brazo para que el aguamarina lo tomara y así salir por le pasillo como una pareja.
Camus aceptó el brazo y a la vez que sostuvo la de Shijima.
- Vamos amores, que mí hermano y el tuyo nos esperan.
Esperando cerca del elevador están Shun hablando por teléfono con sus abuelos paternos.
Milo revolvió sus cabellos verdes para luego pasar su brazo por los hombros y abrazarlo.
Eran una familia.
Hola bellos lectores. Ando un poco complicada para escribir y sobre todo sin ganas ya que la semana que viene operan a mí hijo y no tengo cabeza para otra cosa. Por ese motivo decidí partir en dos este capítulo. Lo tenía escrito hace ya varios días, decidí publicarlo así para darles aunque sea algo.
Ya pronto me volverán las ganas, tengan paciencia.
Gracias por leer.
Les dejo la foto del collar
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