– No me has respondido – reflexiona el rubio – Podemos descubrir juntos al otro, lo que queremos...

– Eso no es una pregunta – contesto con una estúpida sonrisa en la cara.

Cevans se levanta de la cama, busca su ropa y se pone solo la parte de arriba. "Espero que algún día me respondas" dice sin mirarme mientras ubica sus pantalones al mismo tiempo que se peina con las manos.

Cuando iba a contestarle, comienza a sonar el móvil de Chris desde la cocina. Después de varios "Sí", "Ajá", "Lo vamos hablando", vuelve a la habitación con los boxers puestos y una sonrisa de chulería pintada.

– Hoy tienes suerte, me quedo a dormir contigo – le tiro una almohada a la cara, queriendo decirle que la suerte la tiene él – Han desviado el tráfico, por lo visto por una tormenta que ha pillado a nuestros amigos, supongo que se irán a la casa que tengan más, la cual no es la tuya. Así que, ¿fiesta de pijamas?

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– Te toca contar cosas tuyas – grito emocionada llevándome otro trozo de pizza la boca y viendo como Chris da un gran sorbo a su cerveza. Ambos estamos tumbados en el sofá, yo con mi pijama más calentito y él con la manta más calentita que encontré en las cajas de mudanza.

– Uf, a ver. Tengo dos hermanas, Carly y Shanna, y un hermano, Scott; lo sé, cuatro niños para dos padres, injusto. Mi madre se llama Lisa, como mi mejor amiga, la cual tengo que ir a visitar a Inglaterra pronto o me pateará el culo; mi padre se llama Bob. Tengo un perro que se llama Dodger que rescaté de la calle hace poco; historia que no te voy a contar para no fanfarronear sobre mi pura, humilde y generosa alma; aunque ahora mismo está viviendo con mi hermana y sus hijos debido a mi agenda de mierda. Mis primeras pelis fuero, como decirlo... Peculiares; pero me han hecho ser lo que soy y me río mucho reviéndolas en mis días de bajón. ¿Qué más hitos de mi vida?

– Tranquilo – digo entre risas – no hace falta que me cuentes todo tu vida ahora – me recrimina que no sabe tampoco mi vida y que podría ser una espía para conseguir secretos del mundo de Hollywood – Vaya, casi me pillas, era mi gran plan de vida – respondo quitándome una lagrima de la risa que me está provocando – Ya sabes que tengo un mellizo, Iker, que vive en Alemania de químico en un hospital; mis padre están en España. Nunca tuvimos una mascota, aunque era lo que Iker y yo más queríamos de pequeños, hasta que un día vimos una paloma muerta en la carretera y fue la primera vez que nos dimos cuenta de la muerte y el dolor que supondría pasar eso con nuestra mascota, total, que lo dejamos en el aire, aunque sé que algún día tendré una mascota. Estudie traducción en Madrid e hice un master de dirección de empresas emergentes porque, según mis padres, era muy útil; aunque base mi doctorado en el lenguaje y cómo nos enseña igual que la cultura en la que vivimos.

Rápidamente Evans se levante del sofá y hace una reverencia muy exagerada al tiempo que dice que está ante una intelectual, que no merece mi presencia.

– Y tengo curiosidad, ya sé como conociste a Renner y has acabado aquí, pero por lo que me cuentas, estabas asentada en España, con tu vida, familia, amigos...

– Bueno, digamos que tuve cumplir un pacto de hace varios años – la fuente congelada que encontramos Iker, Jeremy y yo hace más de un año se dibuja en mi mente. Era el ultimo vestigio de Eric en mi vida, la promesa que hicimos juntos, ese cambio radical que le daríamos a nuestra vida; que realmente yo estaba pensando en un tatuaje y no mudarme a los Estados Unidos y acabar trabajando para Marvel.

– ¿De qué te ríes?

– De cómo he acabado aquí – contesto sincera, sin saber que me estaba riendo – Mi mente esperaba un tatuaje, no todo esto, no estar cenando en pijama con Chris Evans en mi propio piso en Estados Unidos como si fuera lo más normal del mundo.

– Hey, está en el pack de bienvenida. Pero doy gracias por ese pacto – alza su cerveza y brindamos entre risas.

Me levanto para ir al baño, pero se me olvida al momento al mirar hacia el balcón y ver un manto blanco en el suelo. Grito como una niña pequeña y salgo al ventanal. La vista era preciosa aún estando en una calle céntrica de la ciudad rodeada de calles y varia gente que se asoma por la ventana para contemplar la escena. Noto como Chris me abraza por detrás y me cubre con la manta "No vayas a coger frío" me susurra al oído, consiguiendo ponerme toda la carne de gallina.

– Este pack de bienvenida está genial, debes de estar muy reclamado – le contesto. Me acerco un poco más a él, quiero recordar esto siempre, me da igual el resultado que tengamos Evans y yo, o si es que llegamos a tener uno. Si la fuente del parque hubiera estado aquí, tendría que haber cumplido el pacto ese mismo año, sin conocer a Eric, sin conocer a Jeremy. No hubiera pasado por aquella depresión que no quiero pensar que he superado del todo. Se me forma un nudo en la garganta, ¿algún día llegaré a contárselo? Solo lo sabe mi familia, ni siquiera Jeremy o Tom.

– ¿Aún quieres hacerte ese tatuaje?

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– ¿Qué me tengo que echar la crema cada tres horas? – preguntó incrédula.

– Y lavarlo antes.

Emy, la tatuadora, empieza a decirme todo lo que tengo que hacer para curar correctamente el tatuaje, sin infección, como dormir, qué no hacer, y demás cosas que doy gracias está apuntando en un papel.

Me miro en el espejo, observando la fuente congelada en la parte de atrás de mi antebrazo, sigo sin creerme que me haya tatuado. Emy ha hecho un trabajo increíble, entiendo que sea la tatuadora de Evans.

Me quedo sola un poco, admirando y pensando en lo que acabo de hacer, no se como sentirme ahora mismo. Llevaba tiempo pensando hacerlo, pero nunca encontraba la fuerza mental para ello, aunque mi psicóloga me hubiera instado y apoyado con esta idea, "Me parece una bonita forma de cerrar un capítulo de tu vida, siempre que estés preparada para ello" me dijo antes de irme de España y ver nuestras sesiones claramente pausadas.

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– ¿Podré dormir bien con el tatuaje no? – preguntó desconfianza al rubio mientras me pongo el pijama con cuidado de no mover el papel protector del tatuaje. Evans a su vez se quitaba los pantalones y se metía en una sudadera grande que había encontrado. Me dice que no me preocupe y que me acueste ya. Le doy la espalda, pues no quiero dormir del lado del tatuaje, y me abraza con cuidado de no rozar el brazo.

– Este día me ha gustado mucho – confiesa a mi cuello. Me doy cuenta de lo intenso que ha sido para ambos, sobretodo después de haber estado dos días sin contactarnos mutuamente. Nunca pensé que las cosas darían este giro, incluso tras ese beso en su coche, ha sido de golpe, surgiendo según el momento; la verdad que no me molesta este ritmo, me encuentro bastante cómoda.

"Podemos descubrir juntos al otro, lo que queremos..." vuelve a mi mente; sí que deberíamos hablar aunque sea de como esta cada uno, que punto de su vida y lo que conviene, tampoco podemos hacernos ilusiones si nuestras vidas estas en zonas muy diferentes. Ahora no es momento de comentarlo la verdad, mañana es otro día, pensaremos mejor todo y habrá pasado un tiempo decente para ver las cosas con más objetividad.

El calor y olor de Evans han invadido mi espacio sin darme cuenta, cierro los ojos para disfrutarlo el tiempo posible...

>> Siento frío, mucho frío. Estoy tumbada en la calle y alguien está sentado a mi lado, diciendo cosas que no llego a oír. Tampoco quiero. Lo único que realmente quiero es no sentir este dolor, quiero que termine ya, me da igual como, por favor.

– Vaya, creía que ya habíamos pasado por esto – dice la única voz que me puede levantar en este momento.

– ¡Eric! – grito entre lágrimas, levantándome como puedo, intentando no resbalar.

Me giro para todos los lados, no hay nadie.

Parpadeo y estoy ante la fuente de Iker y mía, congelada. Me acerco poco a poco. La toco y las lágrimas no paran de brotar de mis ojos.

– Eric, todos nuestros planes, nuestra vida... Sino hubiera sido por ese accidente de coche.

– Ay amor, nunca descansas – susurra una voz a mi lado. Y esta vez sí esta él, pero antes de dejarme hablar, sigue con su monologo sin mirarme – Aun cuando la persona que ha conseguido alegrar y esperanzar tu corazón puedes dejarme ir. Lo entendía los primeros meses, pero ya han pasado varios años. Apacigua tu corazón, esta bien, estoy bien, de verdad; esta bien que atisbes aberturas de felicidad. Hazlo por ti, nunca por mí – se hace el silencio – Tu tatuaje es muy adecuado, con él no piensas en mí, e incluso cuando lo haces, es de forma diferente; como un recuerdo en el que eras feliz, del que poder aprender y nunca vivir en él.

Te hace mucho bien, al igual que tú a él.

– No le conoces.

– No me hace falta, es el efecto que causas Iria.

Un chasquido de dedos. Estamos delante de una puerta, de una puerta de hotel. De repente me veo a mi misma esperando expectante. Se abre y un Jeremy Renner aparece desorientado y medio dormido. Es cuando vino a Madrid de vacaciones hace un par de años.

– Sé por qué me has traído aquí – digo con una voz ronca y con tono de melancolía – Este día fue un antes y un después; realmente me forcé hasta tal punto de intentar olvidarte a la fuerza, no funcionó. Besando a Renner buscaba sentir lo que sentía cuando me besabas: era completamente diferente; tan seco, tan sin sentido, tan frío.

– No parabas de compararle conmigo. No es que quiera, pero todavía no me has comparado con Chris.

Abro los ojos en la oscuridad de la habitación, las sabanas están mojadas, al igual que mi cara. Intento quitarme como puedo las lágrimas y resoplo con rabia; Evans reacciona a mi movimiento y me abraza más fuerte. Pego mi cuerpo al suyo, abrazándome a su brazo.

"Nunca te voy a comparar con él, no lo mereces... No lo merezco" susurro para mí. 

No estaré yo actualizando después de más de un año... jeje. No se si alguien estará leyendo esto la verdad.

Merezco que me matéis. No voy a decir que voy a volver a actualizar frecuentemente, mi vida ahora mismo es un caos. Sí que quiero acabar esta historia, aunque todo los planes que tenía para la novela se me han olvidado y donde las tenía apuntado se perdiendo cuando tiré agua a mi antiguo portatil.

En fin, la cosa es que actualice aunque nadie se lo esperase y espero poder llevar una rutina más saludable con mis obras. Se va a intentar.