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Jugando

*Narra Iria*

Me lanzo a la cama de mi apartamento, sin esperanza de dormir, pues sé que me va ser imposible. Cierro los ojos y me dejo llevar por la música suave de mi móvil.

Caricias. Mi piel se pone de gallina al recordar las manos de Chris recorriendo mi cuello y cara.

Besos. Se me curvan los labios al revivir su tacto.

Nervios.

Alegría.

Cierta inseguridad por mi larga temporada sin besar.

Cosquillas de su barba de escasos días.

Ganas de parar el tiempo.

Pero no todo se cumple. "Te dejo en casa", sus palabras a mi mente; hubiese pensado que no quería seguir con lo que estábamos haciendo si no llega a besarme otra vez al decir eso. Ambos estábamos de acuerdo en despedirnos.

Esto no nos convierte en nada, lo sé, soy consciente, pero dioses, quiero saber que significa para él; y debería saber que significa para mí también.

¿Y si llamo a Iker? Igual me manda a la mierda, debe de estar trabajando.

Por la mañana será otro día, veré que hago después de trabajar.

*Narra Cevans*

- ¡SÍ! ¡AL FIN! - se oye por todo el apartamento - Ya pensaba que iba a perder la apuesta de Hemsworth.

- Cállate Atwell... Espera, ¿qué? ¿Qué apuesta?

- Nada, nada. Cuéntame todo.

- ¿Cuántos habéis apostado?

- Todos. Prat y yo hemos ganado.

Me dan ganas de cerrar la pantalla del ordenador y mandar a la mierda a mi amiga inglesa, pero con suerte me contengo. Le explico todo lo que me pide ante su estúpida sonrisa de superioridad por haber ganado lo que sean que han apostado.

- Oh querido, realmente no sabes que hacer con respecto a ella.

- Eso ya lo sé. Por favor, no se lo digas a nadie por el momento; Iria y yo tenemos que hablar y pensar que hacemos.

Nos despedimos y me acuesto en el sofá, ¿por qué todo tiene que ser tan difícil? Hablar con Hayley siempre me ayuda a saber qué hacer, y ella ha dejado bastante claro que debo ser sincero conmigo mismo y con Iria, ambos merecemos eso.

Me consuela saber que ella me besó a mí, significa que yo no vi señales donde no las había; pero casi no nos conocemos, no sé que quiere ella a largo plazo; yo tampoco es que lo tenga claro...

Puede que sea eso lo que necesito, estar con una persona que no sabe lo que quiere y averiguarlo juntos; que no tenga prisa por nada, que sea paciente conmigo, que entienda mi mundo. Ventajas que sea amiga de Renni es que comprende y soporta este mundo; desventaja es que él es muy protector con ella. Obviamente no quiere que ella se vea afectado por un mundo que no es el suyo y que es muy duro.

*Narra Iria*

- ¿Mamá? - pregunto mordiéndome el dedo pulgar de mi mano libre.

- Está durmiendo cariño - contesta la voz de mi padre adormilado - ¿Ha pasado algo? ¿Necesitas hablar?

Y, sin poder aguantar más mis sentimientos, le cuento todo lo relacionado con Evans desde el primer día que nos conocimos. Sé que con mi madre me hubiera ahorrado ciertos detalles porque no puede evitar intervenir cuando le cuento una historia, pero mi padre escucha todo, reflexiona y luego habla.

- ¿Te hace feliz? - suelta tras un minuto de silencio que se me hace eterno - Sé que no estáis juntos, ni si quiera habéis tenido una cita o más de dos horas solos completamente, pero... el estar con él, verle, oírle, que te escuche, que sientas algo por él, ¿te hace feliz su presencia?

- Sí.

- Pues inténtalo hija, sea lo que sea que quieras. También tienes que tener en cuenta las consecuencias de implicarse con una persona como él; no va a ser fácil, todo lo contrario.

- Lo sé papá - digo más para mí que para él. Diablos, ni si quiera sé que quiero, ni había pensado lo que podría significar para él, debe cuidar su vida personal.

- Sabes que no queremos que vuelvas a sufrir y nos encanta que estés emocionada; pero si te va a romper el corazón, cosa que no tiene que pasar, puedes contar con nosotros. No volveremos a ver una película en la que aparezca o salga él, pero volveremos a ser tu apoyo.

- Gracias papá - contesto con la voz entrecortada.

*Dos días después*

"Esta noche. Cena en casa de Iria. Nadie puede faltar. Los que estén en la ciudad van a ayudar a preparar la casa de Iria para la cena; los que no estamos, os avisamos cuando salgamos del set de rodaje de nuestros respectivos proyectos y vamos allí. Vamos todos."

Mensaje de Lizzie, el cual solo confirmaron su asistencia Renni, Scar, Mark, ella misma y por supuesto, Evans.

Encima se habían adueñado de mi casa en un momento. Y también, por supuesto, solo Evans estaba en la ciudad, el cual está de camino a mi casa para que vayamos juntos a por varias pizzas para todos.

No hemos hablado desde nuestro beso. Debo admitir que he revisado su twitter diariamente por si ponía algo, pero nada. Mi madre esta cardiaca por saber que pasará con nosotros, creo que no le hace gracia que su nuero pueda ser un actor famoso por el simple hecho de que será una relación casi imposible, según ella. Mi padre, hermano y cuñado me apoyan, siempre lo hacen pero, creo que están tan cardiacos como mi madre.

Un timbrazo hace que grite y salte del sofá para avisar que ya bajo. Cojo el bolso y me miro al espejo por decimocuarta vez, salgo y bajo corriendo las escaleras. Mi corazón va a mil. Identifico su coche y a él en el asiento del conductor; me hace una seña para que entre y así lo hago.

Nos saludamos cordialmente y ponemos rumbo a la pizzería de su amigo. No hablamos de mucho, solo de cosas triviales y escuchamos la radio con ansiedad. Llegamos a la pizzería y entramos; tras unos diez minutos, el dueño nos proporciona las pizzas acordadas y habla con Evans brevemente, el local está a tope.

Volvemos al coche, pero Chris no enciende el motor. Le miro cuestionando su acción y me pierde en sus ojos; él también parece perderse en los míos, tiene la boca abierta ya que las palabras que planeaba decir nunca salieron de sus labios.

Se va acercando poco a poco, yo estoy paralizada ante su boca, la cual respira lentamente. Nuestros labios se rozan, pero el beso no se profundiza, ya que me aparto mordiéndome el labio inferior.

- Chris, no tengo claro que debamos estar haciendo esto; en fin, no nos conocemos tanto, no sabemos lo que quiere el otro...

- Podemos descubrirlo juntos - me corta con una sonrisa. Imito su sonrisa, justo lo que me dijo mi hermana que diría.

- ni si quiera yo sé que quiero - remarco la última parte.

- Yo tampoco sé que quiero, solo sé que me encantaría saberlo a tu lado, si me dejas - su sonrisa no desaparece, ¿por qué no desaparece? Me derrite poco a poco, es demasiado Evans.

*Narrador omnisciente*

La pareja decide irse sin la conversación terminada, pues han visto a varias personas salir del local de antes, en busca de algo o alguien. Temen que se vean entrevistados por ellos, sobretodo ahora que necesitan concluir este debate.

La verdad es que Iria y Chris se mueren por poder acercarse el uno al otro, pero Evans se controla porque tienen que hablar de lo ocurrido y lo que deberían hacer. Iria se autopara por la abundante fama del rubio y el dolor de volver a enamorarse y sufrir, tal y como le han advertido en casa.

Ambos llegan al piso vacío de Iria, dejan las pizzas en la mesa de la entrada e Iria saca dos cervezas de la nevera para ella y su compañero.

- Que raro que no hayan venido - comenta Evans, aceptando la cerveza mientras le guiña un ojo a su amiga.

Iria revisa su móvil y ve un mensaje de Jer: "Vamos a llegar tarde, una fauna de fans nos ha encontrado. Te llamo cuando cojamos el coche, pero hemos oído que hay atasco desde hace diez minutos".

La pelinegra informa a Evans y este suspira pensadamente. Cada vez le cuesta más estar con Iria a solas; no puede más con la clara tensión que existe entre ellos. Ella se sienta a su lado mientras bebe su cerveza, un tanto incómoda de estar mucho tiempo con él a solas.

- ¿Cómo llevas vivir sola? - pregunta él, intentando pensar en otra cosa que no implique tener a Iria pegada a sus labios.

- Si lo supiera... Nunca tengo la casa sola del todo - bromea ella, aunque hay mucha verdad en sus palabras. Se gira para ver al rubio, ya no tan rubio y con su barba en crecimiento. "Como me gustaría acariciar esa barba joder" piensa ella.

- ¿Y eso?

- O no estoy en casa o vienen todos de visita, ya sabes: Scar, Jer, Tom, todos en general.

Quieren volver a retomar esa conversación, pero ninguna sabe cómo; han perdido el momento y ahora lo ven un tanto incómodo. Iria nunca ha llevado bien este tipo de silencios, porque lo piensa varios temas neutrales, pero no puede sacarse de la cabeza esos labios que se muere por volver a besar. Se está poniendo más nerviosa que antes.

- Mira, me gustas, lo sabes, pero...

- ¿Te gusto? - corta él con una sonrisa que no puede esconder. Iria se pone roja, pero no aparta la mirada en ningún momento.

Desea que Chris le diga lo mismo, pero a él le apetece jugar un poco; él se muere por ella y ahora que sabe que ella tiene interés en él, no puede evitar ser un poco cruel. Evans nota como ella quiere que la bese o diga algo para romper el silencio, pero se va a hacer de rogar.

Iria se percata de la cercanía con el actor y como el ambiente ha cambiado radicalmente: puede percibir la respiración del rubio, sus ojos, como curva los labios formando una sonrisa. Aparta la vista a las botellas que descansan en la mesa, quedándose con la garganta seca.

La mano de Evans se posa en la rodilla de ella, porque la está moviendo de forma frenética y eso lo pone nervioso. Ambos se miran a los ojos y, si intentásemos cortar el ambiente con un cuchillo, podríamos repartir trozos a todo el que lo pidiese.

Ahora la partida ha cambiado: Evans sabe demasiado y está dispuesto a jugársela con y por ella. Él se relame los labios que, de repente, tiene secos; Iria aprieta la mandíbula intentando olvidar la imagen que Evans la acaba de regalar sin pretenderlo.

Sus alientos chocan a la vez en medio del silencio. Justo cuando él se atreve a decir algo, el móvil suena por toda la habitación e Iria se levanta muy deprisa y agradecida mientras sus piernas tiemblan.

- ¿Sí? - contesta ella.

- Soy yo - dice la voz de Jer - Acabamos de coger el coche, pero hay un atasco realmente importante y todavía no hemos entrado en autopista. Suponemos un par de horas de retraso, ¿lo cancelamos?

Abucheos por partes de todos los integrantes del coche resuenan y hace reír a la pelinegra. Acaban decidiendo ir de todas formas, pero dan permiso a Evans y García para empezar a cenar sin ellos. Iria se despide y da la vuelta para informar a su compañero, pero se encuentra casi pegada al cuerpo del rubio al girarse.

Evans no había perdido tiempo cuando ella se levantó y la siguió por el piso mientras hablaba. Había escuchado toda la conversación y no podía alejarse de la chica que le volvía loco. Iria intenta hablar, pero él la hace callar, arrebata el móvil de las manos de ella y lo deja en la mesa.

- Así que tenemos dos horas solos como mínimo - dice él sonriendo de forma pícara.

- Eso parece - contesta ella con la respiración agitada. Si el rubio seguía haciendo todo lo que estaba haciendo, no se podría controlar por mucho más tiempo.

El equilibro de la española pendía de un hilo, pero en el momento que él se acercó a su rostro para dejar el móvil en la mesa, la respiración de él chocó con el cuello de ella, consiguiendo hacer erizar toda su piel y echando a perder el último resquicio de cordura en ella.

No aguanta un minuto más y agarra con sus manos los cuellos de la camisa de él, pegándole a su cuerpo consiguiendo que sus labios choquen con urgencia y pasión, ante la sorpresa de él. Pero el rubio no se queda atrás y responde abriendo la boca y subiendo sus manos por toda la espalda de ella de forma calmada, como si pudiese estar toda la vida así cuando no se aguantaba por besarla.

El tiempo parece no correr entre ellos, pero en el momento que Evans pasa sus manos por debajo del jersey de ella, ambos se dan cuenta de lo que están haciendo y paran por un segundo. La pelinegra aparta los labios de los del rubio y mira bajo, temerosa de encontrarse con la mirada azul que tanto la tienta.

- No sabemos cuándo llegarán - susurra ella no pudiendo soportar más el silencio.

- Está bien - dice él, moviendo su cabeza al cuello de ella, para evitar que se preocupe - Es normal que hayan pillado atasco, no son horas para conducir. Tranquila.

Iria decir algo, pero los labios de Evans en su cuello la impiden pronunciar palabra alguna. Sus puños se cierran con más fuerza todavía y el rubio ríe roncamente en el cuello de ella, provocando que todos los nervios de Iria dejan de prestar atención a todo lo que no sean esos labios rosados.

Ahora las manos de Iria recorren el abdomen de Chris y se paran en sus costillas; con un movimiento rápido las mete por debajo de la camiseta y nota como Evans sonríe aún en su cuello. Él pasa de su cuello y ataca su oreja con pequeño mordisco que deja en su lóbulo y parte del cuello.

Ella responde con pequeños arañazos en su espalda y algún que otro gemido que se la escapa. Acaba por quitarle la camisa de un tirón y tirarla al suelo. Evans se separa un poco y ella aprovecha para besarle en venganza por lo del cuello. Las manos de él van a los muslos de ella y con un gesto por parte de él, la española salta un poco y enreda sus piernas en la cintura del rubio, aumentando su cercanía y pasión.

Él empieza a caminar hacía la habitación de Iria, dando gracias por conocer la casa lo suficiente para eso. Abre la puerta de una patada y entran sin romper el beso e Iria dejando marcas rojas por toda la espalda de él con una mano y con la otra, haciendo lo mismo en su pecho.

El rubio cada vez puede menos y la tira en la cama, siguiéndola mientras se arrastra hasta ella. En el proceso mete las manos por el jersey y la camiseta interior de ella, haciendo que se quiten de forma lenta. La saca la parte interior de la ropa y observa su piel adornada con pequeñas pecas por todo su torso y pecho, sonríe como un idiota ante la mirada juguetona de Iria, acompañada de un levantamiento de ceja.

Él apoya su peso en sus brazos y vuelve a besar a Iria con pasión en los labios; pero poco a poco baja por su barbilla y sigue por su pecho.

Entre beso y beso la ropa empieza a sobrar y poco a poco se deshacen de ella entre besos y caricias. La risa se hace presente, pero no una risa nerviosa, sino una felicidad por parte de los dos, sin saberlo han encontrado a alguien que entiende su locura, bajones y subidas, los aceptan tal como es sin importar su pasado y dispuestos a intentar un futuro juntos.

La pareja se convierte en una sola a medida que avanza el tiempo y todo el deseo y amor que llevaban guardándose para ellos mismos, sale de una forma jamás pensada. La metáfora perfecta para ellos.


HEY, que sigo viva.

No ha nadie verdad. Lo entiendo, hace como... ¿casi un año que no actualizo? Más o menos sí pero no preocuparse, ¡he vuelto!

Cuando tenga más tiempo, me pararé a contestar todos los comentarios pero mientras tanto... MUCHAS GRACIAS POR TODO EL APOYO!!!! MÁS DE 10 MI LEÍDOS *snif* :D

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