No era lo que esperaba, claro que no.

El aire se había soltado fuertemente, y al volver al departamento corrió en busca del saco, sin encontrarlo, se asomo con miedo por el barandal de la terraza y si.

Tal como lo imagino, el saco yacía en el camino siendo pisoteado por las llantas de los carros que pasaban.

Sintió miedo cuando la puerta del departamento se abrió.

—Volví, ¿tienes el saco?, debo irme ya a la reunión.

TaeHyung lo miro con una sonrisa completamente forzada y se acercó a él.

—Amor...

—¿Qué?

—Tú saco... El aire...

—Deja de balbucear.

—El aire voló tu saco.

Los gritos no tardaron en llegar a sus sensibles oídos.

Los desprecios hacía él y hacía su perrito llegaron con dolor a su pecho.

—By-byul.

—Largate de mi departamento. ¡Acabas de joder mi carrera!, largate. Terminamos.

Con la cabeza agachada camino hacía la habitación qué compartía con su ahora ex pareja y tomó una maleta del closet comenzando a guardar sus cosas.

2 años, habían sido tirados a la basura junto a ese saco.

Pero, era mejor así, ¿no?, para que quería seguir así, siendo maltratado verbalmente por alguien, a quien ya ni siquiera amaba.

Guardo todas sus pertenecías en esa  y otra pequeña maleta, terminando, en una caja guardo las pertenencias de su perro y camino hacía la sala de estar 2 horas después ya teniendo todo listo.

—¿A... a donde iré?

Preguntó dudoso, no tenía a donde ir. Su anterior casa la había vendido, sus padres vivían en Daegu. Sus abuelos vivían en Japón y su única tía recientemente se había mudando con su nuevo esposo, por lo que no podía acudir a ella.

—No es mi problema. Ya vete.

Asintió acomodó como pudo las cosas y puso la correa a su perro y comenzó a caminar, sosteniendo la correa, arrastrando las 2 maletas y rezando por que la caja no se cayera de como la acomodó.

Salió del edificio suspirando con pesar.

—¿Qué haremos, Tanie?

El perro ladro 2 veces seguidas, y volteó a verlo, el perro miraba en una sola dirección, ladrando múltiples veces.

Y lo recordó.

—¡Eres un genio, Tanie~!

Su mejor y único amigo vivía a unas cuadras en un elegante edificio, él lo ayudaría sin problema.

Y con la esperanza invadiendo su corazón, tomó camino hacía una nueva ruta, que marcaría el inicio y el fin de una era en su vida.

♡

Tocó la puerta con nerviosismo, sabía que su amigo lo ayudaría sin problema, pero le apenada su situación.

La puerta fue abierta, y sin elevar su cabeza para ver a su amigo hablo.

—J-JiMinie, perdón por venir a molestar, Byul se volvió a enojar conmigo, me grito e insulto, me corrió del departamento, no tengo a donde ir... eres mi único apoyo—Las lagrimas comenzaron a salir con dolor y sintió un mano colocándose en su hombro.

—Lamento lo que te paso.

Levantó la mirada encontrándose con un pelinegro alto de tez clara.

Retrocedió y limpio sus lágrimas con rapidez.

—D-Dios, me equivoque de apartamento. Y-yo lo siento.

—No te equivocaste, pasa—Se hizo a un lado abriendo la puerta por completo y TaeHyung dudoso y recordando al sujeto como el del parque, no hizo más que asentir y pasar. ¿Qué más podía hacer?

—¿Y JiMin?

—El se mudo hace poco con su novio, YoonGi. Me vendió su departamento y ahora vivo yo aquí. Mucho gusto, me llamo Jeon JungKook.

—E-es un gusto, JungKook. Soy Kim TaeHyung.

—Lamento mucho tu situación. ¿De donde conoces a JiMin?

—Somos amigos desde preescolar.

—Oh, entonces son buenos amigos. Su novio es mi primo. Por ende, los amigos de JiMin, son mis amigos. Tengo una habitación extra, tu y tu perro pueden quedarse aquí, en lo que consigues una casa.

—No quiero molestar, muchas gracias—tomo nuevamente las maletas y la correa de su can e hizo una pequeña reverencia.

—Oh, por favor, no es ninguna molestia. No me haría mal tener un roomie, la soledad no me sienta bien.

TaeHyung sonrío viendo el pequeño sonrojo surgiendo en las mejillas de JungKook.

—Po... por cierto, ¿encontraste a tu gato?

—Oh, si, Suga es muy escurridizo, pero lo encontré con ayuda de el arma secreta.

—Ah, ¿si? Y ¿Cuál es esa?

—Las mandarinas. Apenas olfateo una, corrió de regreso a mi.

TaeHyung sonrío ante la pose de victoria que hizo su ahora nuevo conocido.

—Vamos, quédate, JiMin se acaba de mudar recientemente por lo que creo que querrá privacidad con Yoon. Así que, para evitarte a ti incomodidades, puedes quedarte aquí.

Un maullido sonó y de pronto su perro comenzó a jalonear la correa, logrando así que TaeHyung la soltara y comenzó a correr.

Corrieron hacía él asustado TaeHyung y un confundo JungKook.

Encontrando al perro lamiendo al gato y el gato olfateando al perro.

—Tanie~ Ven.

El perro lo volteó a ver y ladró 2 veces, tirándose al suelo dando vueltas en el siendo acompañado en su acción por el felino.

—Creo que se agradaron.

—Tan no es muy sociable, es increíble.

—Es una señal.

TaeHyung río y miro a JungKook. Era un completo desconoció que le ofrecía asilo en su hogar con insistencia pero le brindaba una calma tan extraña que no podía negarse ante la sensación de comodidad.

Asintió.

—Muchas gracias, JungKook.

—No hay de que, bienvenido a tu nueva casa.

—Trabajo... trabajo, te puedo ayudar con los gastos—Dijo rápidamente recordando ese detalle. No quería verse como un oportunista, debía dejar en claro que ayudaría.

—No lo dudo, tu tranquilo, siéntete cómodo, hablaré con JiMin, iban a venir hoy en la tarde, será muy feliz al saber quien lo espera.

TaeHyung asintió viendo a JungKook desaparecer por la puerta de la habitación.

—¡Por cierto, esa será tu habitación!

Sonrío.

¿JungKook habrá sido un ángel mandando a su rescate, o solo una muy buena persona que le gustaba ayudar?