TaeHyung caminaba de un lado a otro paseando a YeonTan y a Suga en aquel parque, procuraba salir con ellos al menos 2 veces a la semana, para que no se sintieran abandonados ahora que vivían en casa de JiMin y YoonGi.

Tomó asiento bajo un árbol mientras acariciaba a el gato y le lanzaba su pelota a su animado perrito, que corría alegremente tras ella y la llevaba de regreso.

—Los extraño en casa, pequeños. Pero no se preocupen, pronto Jungkookie estará bien y ustedes volverán a casa.

Acaricio la parte trasera de las orejas del gato y la cabeza del can. 

Sonrio al ver a su perrito acomodarse a su lado.

—Bueno, mis niños, es hora de volver a casa.

♡

Entro mirando el lugar desorganizado, el piso sucio revuelto con tierra y agua, los sillones mal acomodados y los pocos trastes apilados llenos de espuma y chorreando agua.

Consternado dejo su abrigo en el perchero y cerro la puerta.

—¡JungKook!—Grito buscando señales de donde se encontraba aquel hombre.

—Mmh—La respuesta sonó seca, sin ánimos y dolorosa, camino rápidamente a la cocina encontrando al pelinegro tirado detrás de la isla, su mirada apagada y su rostro mojado en lágrimas lo dejo sin aliento, su pie lleno de sangre al igual que su mano.

—¡Por Dios!—Se acerco con rapidez al pelinegro incandose a su lado y acercandolo a él.

—Mi amor, ¿qué sucedió?

—Qui... quise limpiar, pero no barri bien y cuando moje el piso se ensucio más. Quise acomodar los sillones, pero me salto tierra en la cara y comencé a toser sin parar... aun así quise lavar los trastes, y al intentarlo cayó agua en mis pies y resbale, me corte con un plato que se me había quebrado e intentando quitar el vidrio roto me corte la mano... ya no pude pararme. Lo siento, soy un inútil, está maldita enfermedad me ha hecho un inútil, yo solo quería ayudar. Solo quería quitarte trabajo en casa. Suficiente tienes con limpiarla diario, con salir a pasear a los animales y con cuidar... con cuidar a este maldito moribundo.

—JungKook—Gimió entre lágrimas, y se levantó cargado al delgado cuerpo qué yacía  en el piso y llevándolo a la recamara.

—Ves... ahora me puedes cargar, cuando antes de ser un estorbo era 10 veces más grande y pesado que tú.

—Calla, ya, ya no sigas. Por favor para.

—No es justo para ti, TaeHyung, vete.

—¿Qué?

—Vete, no quiero, ni voy a permitir que estés conmigo cuando quizá me muera mañana. Pareces más mi sirviente que mi novio, y te amo lo suficiente como para saber que te debo dejar ir.

TaeHyung sin decir una sola palabra, dejo a JungKook sobre la cama y salió del cuarto cerrando la puerta y secando sus lágrimas.

El pelinegro sintió su corazón romperse al mirar al amor de su vida alejándose de él, por su culpa, por su enfermedad y su incapacidad de hacerse valer por si mismo.

Miro la ventana y vio como el sol comenzaba a caer para ver como el tiempo pasaba y la luna ascendia. Ya solo quería morir, ya había perdido a quien amaba, ¿para que seguir?

Se abrazo a si mismo y continuo con su llanto, hasta sentir la garganta seca y su piel irritada.

—Bueno, JungKookie, ya esta la casa limpia y el baño listo, vamos—Volteó rápidamente encontrándose ahí a TaeHyung, con una sonrisa tan cálida que toco su corazón—¿En serio creíste que iba a abandonar a hombre que amo?, para eso debes matarme, JungKookie.

JungKook sonrió y las lagrimas salieron con más fuerza y un nudo se formó atorandose en su garganta, sin duda Kim TaeHyung era un ángel.

—Tae, ¿te he dicho que te amo?

TaeHyung sonrío.

—Más de una vez, pero dímelo las veces que quieras, porque yo también te amo, mi JungKookie.

♡

—Los análisis han dado resultados positivos, en conjunto al especialista a cargo de las quimioterapias del señor Jeon, hemos estado de acuerdo que después de 2 sesiones más podremos dar por concluido el tratamiento.

—¿Doctor, esta seguro de ello?—Cuestionó JungKook enarcando una ceja.

—Así es, el tumor esta cada vez más pequeño y podemos asegurar que con estas últimas sesiones desaparecerá en su totalidad.

—Doctor, pero JungKook aun tiene recaídas, se cansa muy rápido y en veces caminar le es imposible.

—Habíamos hablado de esto en un principio señor Kim. Las radiaciones que emiten en las quimioterapias suelen reducir la vida activa del paciente, eso disminuye la energía, provocando así la dificultad para hacer quehacer, caminar o algo tan simple como tomar una ducha diaria. Cuando las radiaciones sean retiradas en un lapso mínimo de 1 mes comenzará a retomar la vitalidad de su energía y volverá a ser la misma persona que fue antes de todo este proceso.

TaeHyung y JungKook agarrados de la mano asintieron y el doctor tras una leve reverencia despidió a los dos hombres quienes caminaron a la puerta con el fin de irse, parando en seco una vez que el doctor volvió a hablar.

—Por cierto, señor Jeon, felicidades por su pronta recuperación, esta a 1 mes de gritarle a los 4 vientos que ha vencido el cáncer.

Una sonrisa y una reverencia en agradecimiento recibió el doctor, antes de mirar a los dos jóvenes veinteañeros cruzar la puerta de su oficina.

El doctor tomo asiento y sonrío, girando en su silla.

—Esas caras de alegría son por lo que amo mi trabajo.