Capítulo 49: Dos corazones (lemon)
Yo apareciendo como buena sinvergüenza tras más de tres meses sin actualizar.
Debo avisar de que este capítulo tiene lemon... pero no me ha quedado tan bien como me gustaría.
El caso es que llevo sin actualizar mucho pero es porque me frena mucho el lemon y tengo ganas de seguir con la historia, así que perdonadme si no es lo que esperabais...
Y quien no quiera leer el lemon porque no le guste este tipo de lectura, debo decir que no se pierde nada de la historia y de la trama que sigue la historia, así que no pasa nada si os lo saltáis :3
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La taberna estaba bastante solitaria cuando se marcharon King y Diane, dejando solos a nuestra pareja principal. No había ganas de cenar ni de dormir, tampoco de leer ni de querer limpiar o hacer nada en particular. Sólo estaban sentados en una mesa, con una bebida sin terminar delante, pensando en qué sería a partir de ahora de ese grupo llamado Los 7 Pecados Capitales. Todos ellos tenían un lugar fijo a donde ir... mientras que ellos simplemente caminarían y descubrirían el mundo juntos durante un tiempo, aprovechando su longeva vida.
Zoba acariciaba el borde de su vaso con la yema del dedo mientras daba pequeños suspiros, hasta que Gowther se levantó de su lado.
- El día ha pasado... más rápido de lo que parece - dijo recogiendo la mesa - Deberíamos ir a la cama...
- No tengo nada de sueño... y sin embargo me siento... tan cansada y tan... desolada... - admitió ella.
Gowther dio una sonrisa triste. Haber discutido de esa manera con su creadora Merlín llena de impotencia dejaba un rastro de dolor en ella que no se iría en mucho tiempo. A ella no le gustaba llevarse mal con los demás... ni le gustaban los malos rollos entre las personas. Había mucho valor e impotencia en su alma que la impulsó a ir a por la maga y dejarle las cosas claras y hacer un mínimo de justicia por su padre.
- Venga, vamos al cuarto... seguro que te entrará sueño al cabo de un poco - dijo tomándola suavemente por el brazo.
Zoba se levantó suspirando y subió las escaleras desganada junto a él. Al entrar en su cuarto, salió directamente al balcón. Él la siguió.
- Gowther... - le llamó ella en voz baja - Dime... ¿tú tenías pensado hacer algo en particular cuando todo esto terminara? Algún plan que quisieras hacer si nosotros no hubiésemos... ya sabes, acabado como pareja.
- Igualmente sería viajar - admitió con una sonrisa - Quiero viajar a muchos reinos, conocer muchos lugares, leer muchos libros...
- Y... ¿yo soy un impedimento para que cumplas tu deseo? - preguntó mirándole.
Gowther parpadeó mirándola confuso.
- Nunca has sido un impedimento para mí, me apetece mucho más hacer este viaje acompañado que solo - admitió con una sonrisa - Además, ¿con quién voy a estar mejor que contigo, y dónde voy a estar mejor que a tu lado?
Zoba dio un sonrojo mirándole.
- E-Eso es... demasiado cursi para ti... - dijo quitándole la mirada.
- Pero cierto - confesó él cerrando los ojos ampliando su sonrisa.
- ¿Sabes? Desde que sonríes haces que sonría incluso cuando no tengo ganas... - dijo dejando salir una pequeña sonrisa.
- Entonces es cierto eso de que las sonrisas se contagian.
Ambos miraron la negra noche, junto con el frío viento que corría. Ni siquiera se escuchaban grillos o cigarras, pues la taberna estaba abandonada en medio del antiguo campo de batalla, encontrándose lejos de la ciudad más cercana.
- Zoba, mañana nos iremos - le dijo él - Esta será nuestra última noche aquí, descansemos bien.
- Yo no tengo sueño... tengo muchas cosas en la cabeza. Y tú no necesitas dormir... - ella entró con la cabeza baja dentro.
Zoba se sentó en la cama quitándose los zapatos y los calcetines, quedando con su vestido corto de manga larga de estilo oriental. El pensar en que sería la última noche en lo que ha sido su hogar tanto tiempo... le dolía más de lo que parecía, pero no debía dejarse llevar por esas malas sensaciones. Y dentro de todas esas malas sensaciones... había una pregunta que quería una respuesta... desde hace tiempo.
- Esto... Gowther... - le llamó - Ahora... ahora yo... mi corazón ya no está unido al de Merlín y tengo dos que me funcionan muy bien... así que recordé algo que me dijiste, y... - comentaba incómoda jugando con sus pies desnudos.
- Oh, es verdad - recordó el muñeco dando una palmada - Quieres tener relaciones sexuales conmigo.
Zoba aumentó su sonrojo mirando hacia otro lado. Esa parte de Gowther no había cambiado, seguía siendo demasiado directo... pero eso hacía las cosas más fáciles.
- Sólo me acordé de ello... no es nada en particular... - intentó desviar la atención.
- No es nada malo que quieras hacer eso - él se acercó para agacharse a su altura - Me honra que me quieras tanto para aceptar realizar ese acto conmigo, así que yo también te seré sincero - dijo llevando una mano a su pecho - También quiero unirme a ti... pero... pensar en ello me genera siempre algo de miedo.
- ¿Miedo? - preguntó Zoba mirándole a los ojos.
- Aunque lo tenga superado... - dijo sentándose a su lado - No puedo evitar pensar... que tal vez al terminar, tu corazón se pueda detener. Sé que es muy improbable de que suceda dado tu buen estado de salud, pero es un pequeño miedo latente que tengo desde... bueno, ya lo sabes.
- ¿Olvidas que el corazón que tengo en el pecho era el del gran Escanor? - preguntó con un poco de soberbia alzando la barbilla - Sumado a tu antiguo corazón, no hay nada que me pueda detener. Los corazones de los dos hombres de mi vida están conmigo.
- Tienes razón - él sonrió más confiado cerrando los ojos - Entonces haz lo que consideres para estar cómoda. Si te da vergüenza, apagaré la luz, aunque te recuerdo que ya te he visto desnuda.
- Lo se... - dijo con un sonrojo y algo de enfado de la vergüenza - Pero sí... apaguemos la luz, por favor... dejemos sólo lo que entra por el balcón.
Gowther se incorporó y apagó con un soplido los dos candiles que había en el cuarto, dejando sólo la luz de la luna por el balcón. Zoba miró al suelo, hacia su ropa. Se quitó las sandalias y los calcetines usando sólo sus pies con algo de vergüenza, y se agarró el vestido por abajo para sacarlo por encima de su cabeza. Podía escuchar a Gowther que también se estaba desnudando, pero no le miraba por vergüenza. Luego se miró en ropa interior, dudando si seguir quitándosela o esperar un poco.
- ¿Ya? - preguntó Gowther colocando su ropa en la silla, estando ya desnudo, sin ningún tipo de vergüenza.
- U-Un momento... - pidió.
Se quitó primero la parte de arriba y luego la de abajo con lentitud, dándole aún vergüenza, pero sintiéndose extrañamente nerviosa. Nerviosamente feliz.
- Si te tumbas boca arriba estarás más cómoda - dijo él acercándose.
Ella obedeció, tendiéndose en la cama con las piernas algo encogidas escondiendo su intimidad y con un brazo sobre su pecho, mirando a un lado. Gowther gateó por la cama hasta ponerse encima y observar su rostro con detenimiento.
- ¿De qué tienes miedo? - preguntó en voz baja.
- Realmente no lo se... - contestó ella - Sé que ya me viste sin ropa, sé que quiero hacerlo y estoy lista, y también sé que sabrás ayudarme y guiarme... pero no sé por qué me encuentro así. Estoy nerviosa pero también algo feliz.
- Eso es un bonito halago... tal vez son todavía algunos nervios o inseguridades que tengas dentro de su mente por las mutaciones de tu cuerpo... pero ya te dije que me gustas de todas las formas, incluso si ahora te muta el brazo en un tentáculo.
Ella dio un pequeña risa volviendo a mirarle. Sí, no tenía que estar así, nunca más volvería a mutar. Gowther seguía mirándola, como si estuviese viendo a través de ella, sumido en sus pensamientos. Luego retrocedió hasta ponerse de pie al lado de la cama.
- Así no - dijo agarrándola por los tobillos.
Zoba dio un grito cuando Gowther tiró de ella hasta dejar su cadera en el borde de la cama, llevándose con ella la sábana inferior arrastrada.
- Me has asustado... - comentó ella.
- No era mi intención... - contestó él con una sonrisa, inclinándose sobre ella entre sus piernas, sin llegar a tocarla.
Zoba dio una sonrisa cuando los labios de ambos se tocaron naturalmente, dándose un tierno beso lleno de cariño, y sonrió correspondiéndole cruzando sus brazos en la nuca de su pareja para impedir que se alejara.
Sus manos sabían dónde tocarla y acariciarla, con la presión y con la forma justa para conseguir que su joven pareja llegara a relajarse del todo, huyendo su vergüenza y su preocupación a un lugar lejano, dejando que acariciase sus zonas privadas con lentitud para dejar su huella de pertenencia. Cuando ambas manos de los amantes acabaron en las mejillas de su pareja mirándose a los ojos, sabían que los preliminares habían terminado.
Ni siquiera había que preguntar si ella estaba preparada, los ojos y el resto de su cuerpo ya se lo habían chivado a Gowther, que deslizó sus manos hacia sus piernas, que descansaban en su cintura entrelazadas suavemente. Gowther asintió mirándola, y ella le devolvió la afirmación de la misma manera.
Tras unas leves caricias con la punta de su glande a su entrada, siempre pendiente y vigilando las reacciones de su primeriza pareja, movió su cadera hacia delante con una lentitud calculada, notando como ella se agarraba a las sábanas y tensaba la mandíbula. Gowther sonrió, apartando la mano que reposaba en su cadera para tendérsela y entrelazar sus dedos con los suyos, pidiendo así que apretara su mano y que estaría con ella. Así, antes de que ninguno de los dos se diera cuenta, sus caderas ya habían chocado, indicando que había entrado en ella en la totalidad de su largura.
Ambos se miraron a los ojos al notarlo, y una sonrisa se dibujó en la cara de Zoba. Todo estaba bien para ambos, y estaba lista para que su pareja se moviese en su interior. Gowther sonrió también, y sin soltar su mano, comenzó a entrar y salir de ella con lentitud, procurando que no se le hiciese muy incómodo y que no le doliese nada. Para hacerlo más llevadero y placentero, con la mano que no le sostenía su pareja y tenía libre, fue a acariciar su clítoris despacio, y vio como la chica se estremecía bajo su contacto.
Los gemidos y suspiros por ambas partes no se hicieron tardar, y Gowther se inclinó más hacia ella para estar más cómodo y más cerca, mientras que ella le abrazaba más fuerte con las piernas para que no se alejase de ella. El final se iba acercando para ambos a la vez, y ella tuvo el impulso de arquear la espalda para incorporarse y besar apasionadamente a su pareja mientras ambos terminaban juntos, ahogando sus gemidos en la boca del otro.
Tras un instante de tensión en ambos cuerpos, sus labios se separaron, quedándose mirando desde muy cerca, y ella luego descansó su cabeza en su hombro mientras él la abraza por la espalda.
Zoba desenrolló sus piernas de su cintura, y él la tendió sobre la cama tras salir de ella. Descansó su cabeza pelirrosa sobre su pecho, y ella le abrazó apegándolo con un suspiro de felicidad. Acarició despacio con sus dedos sus cabellos suaves y lisos, escurriéndose de sus dedos rápidamente con una sonrisa, y le miró. Gowther seguía con la cabeza sobre su pecho, con el oído sobre su lado izquierdo, callado y atento.
- Gowther... mi corazón no se va a detener... - dijo tomándolo por la mejilla y haciendo que le mirase - Estoy aquí contigo... y siempre siempre lo voy a estar...
Gowther dio una sonrisa mirándola con cariño, y ella le quitó despacio sus gafas empañadas para limpiarlas. No quería mirarle de reojo porque sabía que tenía el ceño fruncido para poder ver algo y le causaba risa su expresión. Al colocarle las gafas de nuevo, su rostro volvió a la normalidad, y él se acostó a su lado, arropándola con la sábana.
- Mañana será un día muy cansado, ¿Verdad? - preguntó ella - Nos tendremos que poner en marcha e ir de aquí...
- Sí, pero no tenemos prisa - contestó él - Sé que este lugar tiene muchos recuerdos para ti, que lo vas a extrañar mucho...
- Pero también estoy ansiosa por empezar una nueva vida contigo.
Esas palabras le llegaron a Gowther directamente a su pecho vacío, que aún estando hueco por lo que era, esa chica conseguía llenarle completamente de un sentimiento que le hacía rebosar de buen humor por todas partes. Sin duda, su vida juntos estaba a punto de comenzar.
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