Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 43: Por confiar en mí

A la mañana siguiente, Zoba abrió los ojos lentamente. La noche había sido muy extraña y había dormido después, pero no descansado. Nada más que pensar que el Rey Demonio había querido meterse dentro de ella... era horroroso. Menos mal que tuvo ayuda a tiempo.

 - Buenos días.

Ella levantó un poco la mirada. Gowther seguía acostado a su lado, de la misma forma en la que se quedó cuando Merlín se marchó.

 - Buenos días... - contestó ella.

 - ¿Cómo te encuentras?

 - Sólo estaba pensando... en el día tan movido que tuvimos ayer, y la calma que siento ahora - dijo mirándole - ¿Tienes algo que ver?

Gowther apretó un poco su mano por debajo de la sábana. Ella ni siquiera se había dado cuenta de que la tuvo tomada toda la noche.

 - Sólo me he encargado de que no tengas pesadillas esta noche. Sólo hice eso - confesó.

 - Pero no has dormido...

 - No lo necesito - sonrió - Puedo hacerlo, como los humanos y otras razas, pero no lo necesito para estar bien.

Zoba dio una pequeña sonrisa y volvió la mirada a otro lado. Por mucho que quisiera sonreír, sólo le salía una pequeña mueca.

 - No me gusta esa sonrisa forzada y lastimera... - dijo él en un susurro.

 - Lo siento... sólo acabo de recordar... que hoy es el día - dijo ella incorporándose - El día... en que los pecados capitales estarán disueltos definitivamente cuando Meliodas se marche con Elizabeth al Purgatorio para vivir lo que les queda juntos...

Gowther se incorporó mirándola, algo preocupado. Ella apretaba las sábanas en sus manos.

 - Es extraño... este sentimiento de tristeza tan amargo mezclado con una felicidad abrumadora... ah, es difícil explicarte...

 - Zoba - su extraño buen humor en su nombre hizo que ella se girase a verle - Ya tengo sentimientos, ¿recuerdas? Aunque aún estoy aprendiendo un poco - él contestó con una gran sonrisa.

 - Sí, es verdad... - ella sonrió más - Estoy muy feliz que después de tantos, tantos años ellos acaben juntos... pero a la vez... Meliodas fue una de las personas que me crio en el palacio. Aquel chico que tuvo unos ratos libres para escaparse de estar con la pequeña Elizabeth, iba a ver a la chica de Escanor al torreón. O al menos eso dijo mi padre, y le creo. Además, ellos dos... han sido tan buenos conmigo, con todos... y que ellos se vayan del grupo significa que los Pecados Capitales ya no necesitan estar juntos. Perderé a quienes considero mi gran familia. Ojalá poder seguir viajando por todo el mundo a lomos de la mamá de Hawk, todos juntos, sin malvados demonios de por medio...

 - Eso no significa que dejemos de ser amigos - Gowther tiró de su mano para levantarla de la cama - Eso me lo has enseñado tú. Además, si quieres, nosotros podremos emprender un viaje.

 - ¿Eh? ¿Un viaje? ¿Nosotros? - dijo tomando sus zapatos.

 - Sí, nosotros dos y Escanor - dijo con alegría - Merlín no creo que quiera venir, pero la intentaremos convencer. He estado viajando esos diez largos años, como tú con Diane, pero ahora me gustaría recorrer el mundo... acompañado.

 - Es una gran idea. Y Diane... seguramente ella quiera quedarse con King... lo comprendo.

 - Entonces, ¿bajamos?

Zoba sonrió y se vistió con velocidad. Bajaron juntos al bar, donde todos estaban listos para marcharse a despedir a Meliodas y a Elizabeth. Sólo faltaba Escanor, y además, nadie más parecía saber la mala experiencia que tuvo ella anoche.

 - ¿Y mi padre? - preguntó ella después de saludar.

 - Escanor se ha marchado a la ciudad, dijo que tenía algo importante que hacer - contestó Meliodas - Ya se ha despedido de nosotros.

 - Oh, vaya... pues, la verdad... - dijo ella un poco avergonzada.

 - ¿Quieres hacerlo tú también? - preguntó Meliodas - Eres muy predecible.

 - Te pareces mucho a tu padre - dijo Elizabeth sonriendo.

 - Entonces... ¿no os molesta que me despida ahora? - dijo sintiéndose incómoda - Creo que... lloraré mucho si os veo marchar, aunque seré feliz...

Meliodas sonrió abriendo los brazos.

 - Ven y calla, pequeña llorona.

Ella se acercó sonriendo, pero frotando sus ojos. No quería llorar, pero incluso así, se le escapaban las lágrimas. Se agachó hacia el chico rubio y le dio un abrazo. Una lágrima se cayó por su mejilla rodando.

 - No llores, no llores... - Meliodas le dio unas palmaditas en la cabeza - No hagas que me sepa mal irme por tú culpa...

 - ¡No, no! - ella se separó, limpiando rápidamente sus lágrimas - ¡Quiero que te vayas, que te vayas muy muy lejos! ¡Donde nadie os vuelva a hacer daño!

Meliodas asintió convencido ante la mirada forzada de Zoba para no llorar. Elizabeth se acercó, con su sonrisa compasiva y sus brazos extendidos. Zoba apartó la mirada apretando los dientes con un puchero. Ah, esa mirada podía hacerla llorar de nuevo.

 - Oh, mi pequeña Zoba... - dijo - La hermana con la que me crie en el castillo y que nunca pude ver...

 - Elizabeth, no... - dijo mirándola con los ojos a rebosar de lágrimas.

 - Ha sido una gran maravilla del destino que después de todo, ambas hayamos formado parte de este viaje junto con la persona que amamos, ¿verdad? Igual que se que tú esperas para mi una felicidad absoluta, yo deseo para ti una larga vida acompaña de tu amor y de las personas que amas. Ahora, ¿nos damos un abrazo que selle nuestra felicidad por separado?

Zoba dio un gemido rompiendo a llorar, a la vez que avanzaba a abrazar fuerte a una de sus amigas del alma. Elizabeth también la abrazó con una tranquila sonrisa. Se sentía en paz. Zoba se separó, antes de llenarla de lágrimas y mocos. 

 - Marchaos al Purgatorio... no os quiero ver nunca más...

Aunque eran palabras duras en otro contexto, Zoba las decía con todo el amor del mundo. Se sentó en una de las sillas mientras todos salían por la puerta, menos Gowther, que se quedó el último.

 - ¿Estás... segura de que estás bien?

Ella lo miró con una sonrisa.

 - Sí, claro que sí, esperaré aquí a que volváis con Hawk. Ve con ellos a despedirte de tu amiga y tu capitán.

Gowther la miró serio un segundo, antes de sonreír y cerrar la puerta del bar. En ese momento, el bar quedó en completo silencio. Ni siquiera sabía si Hawk estaba ahí o no. Se llenó de una botella un vaso de zumo de varias frutas y se quedó pensativa. ¿Se habría marchado de verdad el Rey Demonio? ¿Zeldris dejaría de estar atormentado? ¿Habría hecho Meliodas algo como le dijo? ¿Qué pasará ahora con el resto de pecados capitales?

Se apoyó sobre una mesa de madera y puso sus brazos como almohada para colocar la cabeza encima, cerrando los ojos. Pasara lo que pasara, tenía algo de sueño, y durmiendo, no pensaba en tantas cosas.

*


Dentro de uno de los torreones de palacio, una luz salía de una ventana. Era de noche, y todo estaba en silencio, a excepción de los paseos de los guardias nocturnos... y la risa incontrolable de una niña pequeña que venía del torreón. Ese era el torreón donde el rey mandó dejar a la pequeña Zoba en sus primeros momentos de vida, y el lugar donde Escanor y Merlín pasaban más tiempo.

El lugar tenía todo lo que necesitaban, y era bastante cómodo. Bajo la protección del rey, todo estaba bien... salvo por la pequeña revoltosa. Dentro del baño, Escanor intentaba ponerle el camisón a la niña revoltosa. Eran de los primeros días que estaban juntos, y ella no sabía ni siquiera hablar. Sólo reír.

 - Por favor, Kasumi, no te muevas tanto... lo pondrás todo lleno de agua... - pedía el Escanor forma noche.

(Nota de la autora: Aquí, Zoba se llamaba aún Kasumi, pues era el nombre del proyecto de Merlín. El nombre de Zoba se lo dio Diane por el número del proyecto)

La chica se escapó de sus brazos y corrió hacia el cuarto con su camisón de dormir solamente. Escanor corrió detrás con su ropa mojada y la toalla.

 - ¡No corras! ¡Te puedes resbalar y hacer daño! ¡Kasumi!

Pero esa noche ella estaba más revoltosa de lo normal, estaba feliz, como siempre solía estarlo, sin preocupaciones ni temores, con la adrenalina aumentada. Corriendo detrás de ella y su melena mojada, Escanor pisó un poco de agua y se escurrió. Kasumi, lejos de ayudarle, se rio todavía más y huyó al balcón.

 - ¡No! ¡Ahí no, Kasumi!

Escanor corrió al balcón con la toalla, pero no la vio por ninguna parte. Se asomó rápidamente con el bigote temblando de miedo, rogando que no se haya tirado por él. No la encontró por ninguna parte.

 - ¿Kasumi? - preguntó mirando a ambos lados - Demonios... ¿cómo se escapa una niña por un balcón? - se preguntó.

Sin embargo, aunque sus ojos no la podían encontrar, su risa se delataba. Miró hacia arriba, viendo cómo ella había llegado hacia el torreón vecino, a unos pocos metros del suyo y hacía equilibrios sobre el palo de una enorme bandera puesta en horizontal. Escanor abrió la boca.

 - ¡Kasumi! ¡Eso es muy peligroso! - dijo dejando la toalla.

Pero ella era una inconsciente. No se percataba de nada peligroso a su alrededor, ni de una caída de 100 metros ni nada por estilo. Sólo era feliz manteniéndose de pie en el palo y notando el viento.

 - ¡Te vas a resfriar también! - dijo él poniéndose de pie sobre la barandilla con las piernas temblorosas - Por favor, vuelve dentro, me tienes asustado.

Ella le miró con una sonrisa, y le saludó desde su lugar. Escanor suspiró y abrió sus brazos.

 - Venga, ven conmigo - pidió.

Ella sonrió con inocencia, y en ese momento, la base del mástil de la bandera se resquebrajó. Ella se asustó al notar bajar un poco su soporte, y miró hacia atrás despacio. Entre el viento y su peso, el enganche estaba cediendo, y ella dejó de reír.

 - Oh, oh... - dijo inocentemente agachándose un poco y agarrándose también con las manos al mástil.

 - ¡Kasumi, eso se va a caer! ¡No te muevas!

Escanor miraba tanto al vacío como a la chica, que miraba a todas partes intentando ver dónde podía agarrarse y escapar. El mástil se balanceaba y bajaba cada vez más.

 - ¡Kasumi, mírame! - Escanor abrió sus brazos todo lo que pudo - ¡Salta a mis brazos, te atraparé!

Ella le miró dudosa. Empezaba a ser consciente de que la situación era peligrosa y que podía pasarlo muy mal.

 - ¡Escucha! - volvió a gritar desesperado - ¡Se que no tengo mucha fuerza, se que no soy confiable, pero no quiero que te pase nada! ¡Te prometo que si saltas hacia mí, no te dejaré caer! ¡Prometo protegerte siempre!

El mástil de la bandera cedió con un ruido sordo, pero la pequeña ya había saltando hacia los brazos del pequeño hombre, que ni siquiera tenía bigote aún de lo joven que estaba. Escanor se preparó para recibirla y el impacto hizo que cayese de lo alto de la barandilla al suelo del balcón, abrazándola y protegiendo su cabeza y cuello del impacto. Luego, ni siquiera se atrevía a soltarla de entre sus brazos temblorosos, pues no se le había pasado el susto. Sin embargo, Kasumi se puso a reír al encontrarse a salvo, lo que hizo al hombre dar un suspiro de alivio.

Cuando Escanor la hizo a un lado y se giró para levantarse, vio a su lado unas botas moradas de alguien que conocía muy bien. Merlín estaba ahí mirándolos de brazos cruzados y un rostro serio. Con su magia, antes de que él dijera nada, los movió para meterlos dentro y cerró de portazo el balcón.

 - Escanor... ¿qué parte de "nadie salvo nosotros, Meliodas y el rey sabe que existe Kasumi" no has entendido? Es un proyecto secreto, y tú te pones a gritar su nombre en la noche varias veces.

 - Lo... lo lamento, Merlín-Sama... - dijo levantándose - Es que ella...

 - Es que ella nada. Si no se controla, tendré que ponerle somníferos - dijo molesta.

La maga se giró a ver a la chica que reía sentada en el suelo, aún con la cabeza mojada, que se acercó a donde estaba Escanor y se puso de pie.

 - NoOOHoorRrr... - dijo forzando la garganta, y tras ello abrió fuerte los brazos para volver a abrazarlo.

Escanor se quedó helado y luego la abrazó. Su primera palabra había sido su nombre. Merlín suspiró y se teletransportó de allí.

 - Te enseñaré a hablar... ¿de acuerdo? - dijo él mirándola - A leer y a escribir. Te enseñaré a vivir, pero no vivirás lo que yo; te enseñaré a soñar, pero no realizarás mis sueños; y te enseñaré caminar en este mundo que se hará difícil para ti, pero no seguirás mis pasos. Todo eso, por confiar en mí...


*

Zoba abrió los ojos, encontrándose en la mesa de la taberna donde se quedó dormida. Sin moverse ni un pelo, sonrió ampliamente.

 - Me encanta soñar con mi pasado con papá... - susurró para si - Papá... ¿papá?

Ella se levantó de la mesa y se masajeó el cuello. Se asomó a una de las ventanas, donde se veía la ciudad a lo lejos, con un enorme demonio con ella, y con otros que parecían crías de ese Indra.

 - Papá... ¡Papá!

Dicho esto corrió hasta la puerta y salió corriendo. Movió sus alas alternativamente hasta despegar e ir lo más rápido posible volando a la ciudad, mientras hacía aparecer su escudo del león en su brazo.

 - Papá... ya no tiene Sunshine... yo... yo debo protegerle...

-------------------------------------------------------------------------------------------------

Hellooo a todos, aquí Zoba como siempre saltándose las batallas :3

Que pereza me dan, de verdad, por eso he metido en este capítulo algo de relleno, y ya en el siguiente, momento Escanoba (casi dice Pescanova como la marca de pescado XD) o a lo mejor debería llamarlo Zobanor, lo que os guste a vosotras :3

Nos leemos! :3






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro