Capítulo 41: No voy a moverme de aquí
Venga si, estamos seguros todos y todas que cuando Elizabeth vio a Meliodas como Rey de los Demonios pensó que estaba suculento xD
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Zoba se había quedado congelada mirando a ese poderoso demonio que tenía a sus espaldas, mientras él sonreía tranquilamente. No, no era Meliodas, por supuesto. La voz le delataba, pero sobre todo que en esa sonrisa no había nada del capitán de Nanatsu no Taizai.
- Hola, Elizabeth, que bien te veo - dijo él levantando la mirada hacia la chica unos metros más alejada.
- No intentes hacerte pasar por Meliodas - dijo mirándolo con furia - Porque no lo eres.
Esa afirmación hizo que Zoba se paralizase aún más, con un rostro pálido, mirando al demonio, a menos de un paso de distancia de ella. El demonio sólo sonreía tranquilo. Luego cerró los ojos.
- Ya veo, no te iba a engañar de todos modos... pero me da igual - él abrió los ojos tranquilamente.
Fue sólo un leve parpadeo, una mirada de soslayo, para que todos vieran dentro de ese cuerpo el aura inconfundible del Rey de los Demonios. Se había metido en el cuerpo de Meliodas dominándolo para tener un cuerpo joven otra vez, y no darle el lugar por traidor.
- Aunque, pensándolo bien, Elizabeth - dijo el Rey Demonio volviendo a mirarla - Te haré un favor... te quitaré la maldición.
La chica le miró sin estar convencida. Sabía que él no era trigo limpio para nada.
- ¿Y cómo piensas hacerlo? - preguntó desafiándole con la mirada.
El Rey Demonio dio una sonrisa siniestra meciendo la cabeza a un lado.
- Matándote... lenta y dolorosamente...
- Con eso sólo me confirmas que Meliodas está ahí dentro y es consciente de todo - contestó ella con una sonrisa sin creerse nada.
El Rey Demonio rio.
- Sí, así es, es consciente de lo que voy a hacer, por eso vamos a hacerle sufrir un poco. Traicionar a un padre es una cosa muy fea... Veamos...
El Rey Demonio miró al frente de nuevo, donde estaba Zoba. Ella podía llegarle un poco más abajo del pecho, pues ahora él era muy alto.
- Vaya, Zoba, tienes una cara realmente agradable a mis ojos... los ojos titilantes de miedo, la tez blanca, el labio inferior tembloroso, y los sentidos paralizados - él se inclinó un poco sobre ella - Opino que aunque tu poder es curiosamente útil, deberías morir también. De todas formas, Meliodas te tiene aprecio, ¿no es así?
Todos observaban la escena paralizados. La presencia del Rey Demonio era algo imponente y muchos tenían los sentidos paralizados, y sólo podían observar aterrados... excepto uno, que en cuanto escuchó que Zoba debía morir se armó de valor para despegar los pies del suelo y echar a correr entre ellos hasta llegar junto a ella.
El Rey Demonio le vio venir, y no hizo nada, sólo mirarle con su característica sonrisa y sus brazos cruzados. Gowther se puso delante de ella separándola más del demonio y obligándola a responder. Aún tuerto y manco, no iba a dejar que le ocurriese nada a su pareja. No se iba a perdonar volver a fallarle ni a dejarla sola, no delante de un demonio.
- Gowther... - alcanzó ella a susurrar despertando de su trance de terror.
El Rey Demonio levantó las cejas divertido ante la mirada de enfado que le dedicaba Gowther, que apenas intimidaba.
- Gowther, es sorprendente ver cómo en ese estado tan deplorable tienes agallas para plantarte delante de mí y proteger a mi presa.
- No te dejaré que le pongas ni un dedo encima - aseguró él apretando su puño en una posición defensiva.
- También tenía ganas de tomarla contigo, después de todo eres un traidor de los demonios como mi hijo - admitió con una sonrisa - Aunque sinceramente me esperaba tu traición. No te preocupes, también tendré tiempo para dedicarme a destrozar tu cuerpo de marioneta hasta que me aburra, así que ahora aparta. Ella va primero.
- No - la respuesta de Gowther fue alta y clara.
La mirada del Rey Demonio aumentó de intensidad, causando un mayor miedo a Zoba. Gowther lo notó, pues sus manos estaban apoyadas en sus hombros y temblaban, pero él estaba decidido.
- Aparta - volvió a ordenar con una voz más grave.
- No voy a moverme de aquí, la protegeré con todo lo que tengo - dijo clavando su ojo ámbar en él - No me das miedo.
El Rey Demonio levantó una pierna con gran velocidad, estrellando su rodilla contra el pecho de Gowther. El impacto fue fuerte, lo suficiente como para que hubiese salido volando, pero sus pies se mantuvieron firmes en el suelo. Zoba se asustó aún más cuando notó el impacto en el cuerpo de Gowther, y llegó a sus oídos diversos crujidos. Algo estaba roto en Gowther, pero él no se movió de delante. Sólo volvió a abrir los ojos y a desafiar al demonio con la mirada.
Diane se tapó la boca asustada, Merlín pensaba algo rápidamente y Escanor la tenía tomada en brazos. Ella estaba realmente agotada después del hechizo. El Rey Demonio dio una sonrisa de soslayo, y con un golpe giró su cuerpo para golpear a Gowther en el lateral de la cara con una fuerza mayor... pero él no se movió. Sus pies estaban anclados al suelo. Zoba volvió a escuchar ese sonido de rotura dentro de su pareja y aparecieron lágrimas en su cara. Aunque no podía ver la cara de Gowther, sabía que debía estar pasándolo muy mal.
- Detente... - rogó al Rey Demonio - No sigas...
- Esto se está volviendo divertido - confesó el Rey, y preparó su puño para darle más golpes - ¿Cuántos más aguantarás, Gowther?
- N-No... - dijo él con voz herida - No... no dejaré... que ningún demonio le vuelva a hacer daño... - susurró apretando los dientes - Ni tú... ni nadie... yo... ella... es todo lo que tengo...
El Rey Demonio hizo un sonido despectivo con la garganta, como si no le importase nada de lo que le decía, y preparó otro golpe. Cuando Zoba iba a gritar que no lo hiciera, un enorme grito agudo le hizo detenerse. Alguien más había conseguido salir de su petrificación terrorífica y corría hacia el Rey Demonio como un poseso.
Hawk, con grandes ríos de lágrimas de sus ojos y mocos de su morro colgando, corría al galope gritando contra el Rey Demonio. Digamos que lo único que respondía a su cuerpo eran sus patitas, pues él seguía aterrorizado. Ni siquiera sabía por qué se estaba lanzando en plan kamikaze contra él.
- ¡Hawk, no! - gritó Elizabeth.
Pero él no escuchaba, sólo gritaba para darse ánimos.
- ¡¡¡NO QUIERO QUE SIGAS SIENDO EL MALO DE ESTA BONITA HISTORIA DE AMOR Y VALOR!!! - Gritó - ¡¡¡ERES UN CERDO ASQUEROSO, DEJA A MELIODAS Y AL RESTO EN PAZ Y VUÉLVETE AL PURGATORIO!!!
Y mientras corría hacia las piernas del demonio, él dejó escapar una risa, y cuando estuvo lo suficientemente cerca, le dio una patada en el hocico haciéndole chillar y volar por el aire.
- Que criatura tan vulgar y ruidosa... - dijo el demonio volviendo a centrarse en Gowther.
Sin embargo, algo cambió alrededor de ellos. Había un aura nueva, alguien más.
- Oe.
El Rey Demonio se sorprendió. No le había notado llegar. A su lado, siendo aún más alto que él, Ban estaba muy cerca mirándole con Hawk debajo del brazo. El pobre cerdito sangraba profusamente por sus grandes orificios nasales.
- ¿Quién te crees que eres para golpear al Maestro? - preguntó la Avaricia mirándole todavía más cerca.
- Vaya, uno nuevo - el Rey Demonio lo miró con una sonrisa - También tendré tiempo para ti cuando termine con este.
Una milésima de segundo después de terminar la frase, el Rey Demonio lanzó un puñetazo contra la cara de Gowther, pero antes de estrellarse en él, la mano de Ban detuvo el puño en el aire, poniéndose entre el puño y la cara de la Lujuria, deteniendo el golpe con una gran velocidad y fuerza.
- No me importa lo que quieras hacer - dijo la avaricia con su voz dejada característica - El zorro ha elegido a la presa, y debe ser ahora.
El rey Demonio lo miró más interesado y se giró hacia él bajando el puño, y Ban hizo lo mismo.
- Como quieras, espero que me diviertas.
Ban dio una sonrisa de soslayo y lanzó hacia el resto de Pecados a Hawk herido por el aire.
- ¡¡Diane!! - gritó.
La giganta, que había reaccionado cuando Ban apareció, atrapó al cerdito entre sus grandes manos de la forma más delicada que pudo. Mientras, ellos se apataron un poco más del resto para pelear.
Zoba, que se había quedado muy sorprendida con lo que había sucedido delante de ella, nos e atrevía a tocar a Gowther. Él seguía de pie, delante de ella, dándole la espalda y sin moverse. Justo cuando iba a tocarle el hombro con delicadeza, el chico perdió el equilibrio y se cayó lentamente hacia atrás. Ella reaccionó y le tomó de los brazos para que no cayese al suelo.
- ¡Gowther! - gritó.
- Estoy bien... no te preocupes... - susurró.
Gowther tenía la cabeza hacia un lado, tapando su cara con su pelo, sin dejar que ella se la mirase.
- ¿Tú... estás bien? - preguntó él.
- Perfectamente... estoy perfectamente... - dijo aguantando las lágrimas.
- Me alegro... - dijo mostrando una pequeña sonrisa bajo los mechones de su pelo.
- Déjame... - pidió ella acercando una mano para apartarle el pelo de la cara, pero él la sacudió un poco.
- No... no me mires... estoy bien...
Mientras ella le miraba con mucha tristeza, una enorme mano les envolvió con un gran cariño un calor conocido. Diane los tomó con delicadeza y los acercó al grupo, dejándolos delicadamente en el suelo.
- Gowther... - dijo la giganta con pena - ¿Cómo te encuentras?
- Estoy bien, no me voy a morir por esto... - dijo sin dejar que se le viese la cara - No es necesario sanarme, Hawk corre más prisa.
Mientras, Elizabeth se encargaba de curar las heridas del kamikaze Hawk, y Merlín se soltó de los brazos de Escanor.
- Ve con ellos... - le dijo la maga - Yo me encuentro mejor.
Escanor, en su forma noche y con su abrigo casi arrastrando, asintió, y dejando a la maga a bien recaudo de King, se acercó hacia ellos. Diane le vio venir, y agarró a Zoba con su gran mano apartándole de Gowther.
- Zoba, mi niña... - dijo con pena al tenerla delante de su cara - Yo... yo no he tenido valor para ir en tu ayuda...
- No te preocupes Diane... - dijo con una sonrisa - No quería que salieses dañada, y que estés bien es lo principal para mí.
La giganta dio una sonrisa de pena, en el fondo, no se perdonaba haberle fallado en esto. En el suelo, Escanor se sentó al lado de Gowther, que tumbado en el suelo, giró su ojo hacia él. Escanor no sabía que decir. Ver a Gowther tan destrozado en el suelo era una imagen para no olvidar, y todo su pelo osultando su rostro le daba un aspecto muy dejado. Pensaría que estaba muerto de no ser del brillo dorado que aparecía entre sus mechones rosas.
- Esto... Gowther... - dijo acercándose un poco sin saber qué decir.
- ¿Sí? - preguntó incitándole a continuar.
Escanor tragó saliva y le miró detenidamente. Su pecho se movía despacio respirando, y vio aparecer por encima de su camiseta roja unas grietas. El león tendió su mano hacia él, y viendo que el muñeco no le impedía seguir, la bajó un poco. El pecho de Gowther estaba completamente roto, pero la piel estaba intacta, como en su vientre. La piel estaba uniendo los fragmento de su interior, agrietados y algunos caídos, dejando una imagen bastante fea de un pecho hueco que mostraba las grietas agarradas por la piel en cada respiración, como si fuera un triste suelo de concreciones sin lluvia.
Escanor se estremeció, y sin apartar la mano, la llevó hasta su cara, donde levantó un par de mechones rosas, para ver su cara abollada de la misma forma que en su pecho, en la parte donde le faltaba el ojo. Aún así, Gowther sonrió un poco mirándole.
- Una imagen horrorosa de la realidad del cuerpo de la persona con quien está saliendo tu hija... ¿no crees? - susurró él.
- Oh, no digas eso... - Escanor negó, pues no estaba pensando en eso.
- No dejes que me vea así, por favor... - pidió él.
- Por supuesto, confía en mí - dijo el león seguro - Has tenido valor para hacer lo que todos queríamos... pero nadie lo tuvo salvo tú. No se si es valor, si es temeridad como Hawk, o...
- Amor - le contestó Gowther - Es el amor lo que me ha hecho correr hacia ella sin importarme nada más, pero también el miedo... el miedo a que le ocurriese algo. No me lo perdonaría.
Escanor se sorprendió abriendo los ojos. Era la primera vez que Gowther se sincerizaba con él de esta forma. Tal vez fuese la situación, su mal estado... pero era cierto lo que sentía. Escanor cerró las manos sobre sus rodillas, agarrando la tela de su pantalón.
- Eres el indicado para hacerla feliz... - admitió mirando a Gowther.
La cabra hizo un esfuerzo por sonreír y levantó lentamente su brazo completo, poniéndolo delante de su cara y sobre su único ojo puso el símbolo de victoria con la mano.
Luego, Diane bajó a Zoba al suelo, y Merlín se acercó a ellos con King.
- Los ataques mágicos no le hacen nada al Rey Demonio, pero está siendo atacado a dos bandas. Ban en el exterior, y Meliodas en su interior. Aún así, no podrán derrotarle.
Gowther la miró tumbada, a través del pelo de su cara, y vio venir a Hawk recuperado caminando. Él sonrió.
- Sí que pueden derrotarle - dijo Gowther - Sólo necesita ánimos.
- ¿Tienes un plan? - Merlín preguntó, y todos le miraron.
Gowther asintió pesadamente, pero sonriendo. Hawk le había demostrado que los ánimos, aunque sean infundidos del miedo, dan una fuerza increíble.
- Usaré mi magia para llevar nuestros espíritus junto con el Capitán, dentro del Rey Demonio. Le ayudaremos a pelear contra él si ve que estamos todos juntos, y sobre todo, ver a Elizabeth debería darle un empujón importante de poder.
- Pero Gowther... - Zoba se sentó con él - ¿Tienes energía para hacer algo así?
- Me sobra - dijo sonriendo - Así que acercaos a mí, por favor...
El resto de Pecados y Elizabeth se acercaron a él, mientras efectuaba su magia uno por uno: Elizabeth, Diane, King, Escanor, Merlín... pero cuando iba a hacerlo con Zoba, ella se alejó de él dando unos pasos atrás. Gowther la miró entre su cabello sin comprender.
- Lo siento, Gowther... yo no iré... - dijo con una pequeña sonrisa.
- ¿Por qué? - preguntó - ¿No quieres venir a ver al Capitán?
- No es eso... tengo muchísimas ganas de verle y hablar con él... pero será cuando esto acabe. Además, alguien tiene que protegeros mientras estáis vulnerables, ¿no es así? - dijo mientras aparecían detrás de ella Mael y Ludociel.
Gowther la miró durante unos segundos antes de resignarse y aceptarlo.
- Gowther... - ella le llamó - ¿Podrías decirle a Meliodas de mi parte... ya sabes qué? - dijo con una sonrisa.
Gowther lo sabía, y asintió. Luego usó su poder en él mismo para ir también. Zoba los miró con una sonrisa, e hizo aparecer su escudo de león en el brazo mientras se giraba a mirar a los arcángeles.
- Ayudemos a Ban - dijo segura de sí misma - Ayudemos a que esto termine.
Y ellos tres se lanzaron a por el Rey Demonio y a por los secuaces que estaba creando.
*
Dentro del espíritu y corazón de Meliodas, él se encontraba sólo pelando contra su padre, un enorme y antiguo demonio. Detrás de él, empezaron a aparecer sucesivamente sus amigos, sin que él se diera cuenta. No fue otra sino Elizabeth quien le llamó con lágrimas en los ojos.
- Meliodas...
Él se sobresaltó y miró a sus espaldas, viendo a todos sus amigos ahí presentes sonriendo. El dragón abrió los ojos sorprendido. Elizabeth se acercó a tomarlo de las manos.
- ¡Hemos venido a apoyarte! - dijo llorando de felicidad.
Meliodas aún no se lo creía. Los miraba a todos pensando cómo podía haber sido eso, y al ver la sonrisa traviesa de un Gowther completamente curado y entero, supo que él era el culpable de todo.
- Chicos... - dijo emocionado - Habéis venido a apoyarme de verdad...
- Faltan Ban y Zoba... - dijo Elizabeth - porque ellos están peleando desde fuera, pero también te están ayudando.
- Te estamos esperando fuera, esperando a verte en persona - Merlín sonrió cruzándose de brazos - Así que prepárate para recibir todo nuestro apoyo.
- ¡~Meliodas~! ¡~Meliodas~! - animaba Diane - ¡Meliodas es el mejor!
Elizabeth sonreía, y apretando las manos de su pareja, dejó caer varias lágrimas.
- Te amo... - confesó.
Meliodas le devolvió el apretón y le miró con una sonrisa.
- Ahora sí que no voy a perder.
Y dicho esto, se lanzó a por el Rey Demonio a combatir contra él.
- ¡Meliodas! - gritó Escanor todo lo que pudo - ¡Quiero decirle que ha sido un orgullo estar a su lado todo este tiempo! ¡Ha sido usted mi primer amigo y es algo que agradeceré toda la vida!
- ¡Gracias, Escanor! - contestó Meliodas sonriendo.
- ¡Se que durante la noche soy un estorbo inútil, más débil que cualquier humano, pero me llena de satisfacción que eso no sea un impedimento para estar con vosotros!
- ¡No digas eso, Escanor! - Meliodas rio peleando - ¡De noche sirves de camarero sirviendo cerveza en mi bar! ¡Todos somos útiles!
- ¡Capitán! - Gowther gritó sonriendo - ¡Sé que os he hecho sufrir mucho este tiempo con mis acciones equivocadas, pero ha sido gracias a ti que he conseguido encontrar lo que tanto ansiaba, e incluso mucho más! ¡Pero tú eres el causante de todo, tú que has reunido a este grupo!
- ¡Dime algo que no sepa, Gowther! - Meliodas estaba muy contento.
- ¡Vale! ¡Zoba no está aquí, pero me he pedido que te diga que tiene muchísimas ganas de que todos volvamos a estar juntos en la taberna haciendo una fiesta como las de antes! ¡Tiene muchas cosas que hablar contigo y agradecerte! ¡Ah, y ahora se parece mucho físicamente a Elizabeth! - dijo gritando con las manos a los lados de su boca.
- ¡Wow, quiero verla entonces! - dijo divertido dando golpes certeros al Rey Demonio - ¡Claro que haremos una gran fiesta cuando termine esto! ¡Aniquilaremos la cerveza de todo Lyones!
*
En el exterior, Ludociel, Mael y Zoba peleaban incansablemente contra los enemigos, esperando a que sus amigos volvieran. Cuando aparecieron, llegaban cargados de vitalidad, dispuestos a ayudar a expulsar a Meliodas de ese cuerpo. Tras multitud de ataques cargados intentando entre todos apresarle y obligarle a soltar a Meliodas, una enorme luz envolvió su cuerpo, haciendo aparecer al verdadero Meliodas y dejando sin rastro al Rey Demonio.
Ya sólo quedaba eliminar sus maldiciones, antes de que Elizabeth gastara su último día de vida. Y Meliodas sabía cómo. Ahora, después de estos tres días tan agitados, a Meliodas le parecía muy buena idea la proposición de Zoba: una fiesta en el bar con todos los amigos.
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Pues aquí estamos, perdón por el final precipitado pero estoy algo agotada y enferma.
Eso sí, tenía muchas ganas de llegar a este punto, porque no hay nada que me guste más que escribir sobre este grupo en el bar, montando una fiesta, todos felices y así. Me gusta mucho más que las batallas, así que espero que me salga algo largo y bonito :3
Nos leemos! Y gracias por ello!!! :3
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