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Capítulo 39 - Un futuro para todos

Habla la autora:

Fans de la relación paterno filial de Escanor y Zoba, ¿Quiénes sois?

Os deseo que disfrutéis de una bonita parte de este capítulo :3

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Mientras la pelea se ponía cada vez peor, la tensión aumentaba en el bando de Merlín y Escanor, pero su ayuda llegaría pronto. El resto de compañeros había descendido hasta Camelot y King se había adelantado hacia el campo de batalla.

 - Hay un aura horrible allí... - dijo Elizabeth - La más horrible que he conocido nunca...

 - Eso no me va a impedir que vaya a por mis padres - dijo Zoba con una sonrisa tranquila - Tengo que agradecerles en persona mi corazón y mi nuevo poder.

 - Iremos todos, pero con cuidado - dijo Diane agarrando a Gideon.

Zoba se sentó sobre su hombro, dejando de volar. Cerró los ojos y respiró profunda y lentamente. Relajaba su corazón, relajaba sus nervios, y mientras la giganta avanzaba, ella meditaba. Necesitaba serenidad, no para ella, sino para Merlín, pues ella notaba que su corazón estaba oprimido y angustiado, y le brindaba tranquilidad a ese nervioso corazón.

Gowther la miraba desde el lomo de Hawk con una sonrisa. Le encantaba mirarla a todo momento. Hawk levantó el morro a mirarle.

 - Oye tú... - dijo llamando la atención del muñeco - Estás enamorado hasta las trancas, ¿eh?

Gowther sólo contestó con una sonrisa mayor cerrando los ojos con felicidad. Pero Diane les llamó la atención a todos.

 - ¡Mirad eso! - gritó señalando hacia delante.

A lo lejos se podía ver algo similar a un gigantesco demonio con aspecto de centauro con cuatro brazos, solo que en vez de ser mitad caballo, era algo similar a mitad león, como una quimera. Parecía un demonio enormemente poderoso. Se estaba creando lentamente, dejando un poco de pausa para los aliados cansados. Junto a él, había un gran capullo, donde dentro se estaba llevando a cabo la transformación de Meliodas en el nuevo Rey Demonio. Mientras, King le plantaba cara a Zeldris.

El grupo aumentó la velocidad y Diane comenzó a correr a grandes zancadas y Zoba se apartó de su hombro para volar con velocidad y adelantarse. Tenía que encontrar a Merlín y a Escanor en ese campo de batalla destrozado. No tardó en localizar la gran espalda con la chaqueta que tenía el símbolo del león dibujado.

Mientras, Escanor se limpió con el puño la sangre que salía de su labio mientras que miraba con fiereza hacia el demonio mutando de forma, siendo en realidad, la verdadera forma de Chandler y Cusack fusionados. Del cielo se escuchó a lo lejos...

 - ¡Papá!

Escanor parpadeó y aflojó la mano que agarraba el mango de Rhitta. 

 - ¡Papá, soy yo!

El león se giró y miró al brillante cielo, con una mano sobre su frente para evitar el resplandor. Una figura volaba hacia él, con seis alas y un escudo en forma de león en su brazo izquierdo.

 - ¡Soy Zoba! ¡Soy tu hija! ¡Créeme, no soy un arcángel, es una mutación!

Después de eso, Escanor la pudo ver bien cuando ella tapó el gran brillo del sol con sus alas. Aunque ella cambiase mucho, Escanor la reconocería entre mil, pero esta vez debía reconocer que el llamarle "papá" le había descolocado un poco y puso a arder su corazón.

Zoba, en vez de lanzarse en caída libre como hizo con Gowther, fue frenando su vuelo conforme se acercaba él y se enderezaba. Escanor clavó a Rhitta en el suelo y se acercó a ella despacio, y cuando estuvieron lo suficientemente cerca, él tendió los brazos hacia ella para recogerla, y ella tomó sus manos ensangrentadas y sucias con las suyas, blancas y limpias, sin ningún reparo.

Escanor la miraba como si del cielo estuviese descendiendo un ángel, envuelta en sus alas blancas, con su elegante vestido y sus cabellos al viento. Una hermosa ángel guerrera. Ella se acercó a él y rodeó su cuello con los brazos, a la vez que el enorme león la rodeaba con los suyos para apegarla lo máximo posible a él y se fundían en un cálido abrazo.

Ella realmente parecía más pequeña de lo que era abrazando a ese enorme león, pero eso no importaba ahora. No hay nada más bonito que ver regresar a tu hija de una horrible batalla y que corre a tus brazos llamándote papá.

 - Papá... - susurró ella - Temía llegar y que no me reconocieses por esta mutación nueva... - dijo con la cabeza su hombro.

 - Sólo permito que una persona me llame de esa forma... mi hija... - dijo separándose un poco para verle la cara a su hija, y poniendo una enorme mano en su mejilla.

Ella se frotó contra su palma como si fuese un gato y tomó su mano con las suyas.

 - Vaya... - dijo Escanor con la voz suave mirando sus alas - Ahora eres un arcángel...

 - No - negó ella - Soy una leona y cambie lo que cambie, tengo el espíritu de una leona. 

Escanor la miró un momento con su serenidad envidiable, sin ni siquiera notar cómo la herida de su labio volvía a sangrar un poco. Justo cuando Zoba se dio cuenta y tendió un mano para limpiarla, Escanor la tomó. Dejando su pulgar en su palma, la apartó despacio, y con la otra empujó despacio a su hija hacia él, acercando la cabeza y dejando reposar sus labios sobre la frente de Zoba. Ella cerró los ojos con felicidad. Era el primer beso que recibía de Escanor, y olía a un mágico cariño paterno... pero ella era aún una niña aunque quisiese aparentar madurez, y empezó a reír.

 - Papá, tu bigote me hace cosquillas...

Cuando Escanor se retiró un poco mirando a su hija con un amor camuflado en orgullo, se fijó en que había manchado su frente con la gota de sangre de su labio inferior. La gota se deslizó despacio, por estar ella mirando hacia arriba, hasta el centro de su entrecejo y el nacimiento de su nariz, donde se dividió en dos, y se fueron a los lagrimales de Zoba, lo que le obligó a cerrar los ojos por la molestia.

Merlín mientras, los miraba a un lado con los brazos cruzados. Su reencuentro había durado unos segundos, y ella ya tenía su plan preparado, pero la magia de esos dos parecía detener el tiempo a su alrededor, y parecían que estuviesen más.

Zoba se frotó los ojos un poco y luego los abrió parpadeando.

 - ¿Te ha molestado? - preguntó su padre tomándola de la barbilla para ver sus ojos.

 - No... - contestó ella mirando los azules de su padre.

Escanor se sorprendió al ver la lambda de sus ojos de un ámbar brillante moverse como si estuviese distorsionada, hasta llegar a desaparecer. El contorno de sus ojos se volvió negro, incluidos los lagrimales perfilando el ojo completamente, y en el lugar del dibujo de los ángeles, apareció una pequeña pupila negra. Los ojos de Escanor se abrieron aún más por una rápida mutación que sufrió Zoba en un segundo gracias a su sangre.

Ahora ella, definitivamente, una leona.

Un carraspeo de garganta rompió el bello momento, y Zoba se giró a mirar a Merlín, aún en los brazos de Escanor, pero este no podía apartar la mirada de los ojos que tenía ahora su hija.

 - Siento estropear el momento, pero ahora que estamos todos aquí, debemos continuar la batalla.

Zoba miró a su alrededor. El grupo había llegado y ahora, Ludociel había salido del cuerpo de Margaret, quedando su verdadera identidad revelada, y algo débil por todo. Luego, junto con Escanor, se giró lentamente hacia esa enorme aura maligna que se alzaba sobre ellos: El demonio original estaba finalizado.

 - Es... enorme... - dijo Zoba en un susurro - Enormemente horrible...

 - Y eso no es todo... - Merlín miró al cielo.

El cielo era cruzado por los Mandamientos que habían salido del cuerpo de Mael, añadido al de Meláscula que le quitaron a Merlín, y que entraron en el capullo donde estaba Meliodas, siendo los últimos que le quedaban por absorber.

 - ¡Escuchadme bien! - gritó la maga - ¡Tengo un plan para detener la Guerra Santa impidiendo el renacer del Rey Demonio! ¡Detendré el tiempo alrededor del capullo de transmutación, pero necesito que me protejáis mientras hago el encantamiento durante 15 minutos!

 - ¡Misión, cuidar de Merlín! - gritó Zoba levantando su escudo.

 - De eso nada, señorita - Escanor la levantó por la cintura e impulsándola la mandó al lado de Merlín - Vosotras dos quietas ahí, nosotros nos encargaremos de protegeros.

 - Pero... - dijo ella aterrizando y mirando a su padre, pero Escanor ya había ido corriendo a por ese enorme demonio, y King peleaba contra Zeldris.

 - No te preocupes - dijo Merlín moviendo las manos para formular - Es por nuestro corazones unidos, así es más fácil protegernos a las dos.

 - ¿Entonces yo no puedo participar? - preguntó con algo de pena.

 - Durante estos 15 minutos, no - dijo sonriendo a la vez que aparecía magia en sus manos.

 - Bueno, pues animaré desde aquí... por cierto... muchas gracias por lo de nuestros corazones... me salvaste de morir... - dijo mirándola.

La maga asintió complacida y empezó a formar a su hechizo.

 - Por cierto, estás muy guapa con ese traje... - siguió ella.

 - Zoba, no me desconcentres.

Ella dio un pequeño suspiro, y Merlín la miró de reojo.

 - Tú también estás muy guapa - dijo dejando de mirarla.

 - Je je - Zoba sonrió de lado con las manos en las caderas.

Ahora sólo tenía que ver cómo se desarrollaba la pelea, a la vez que Gowther y Hawk corrían hacia ellas para poder ayudar a protegerlas, pues eran los que en ese momento menos podían ayudar.

Merlín comenzó en hablar en un idioma desconocido mientras aparecía un enorme reloj hecho con su magia, y concentrada pero alerta, continuaba su encantamiento. Mientras, Zoba miraba pelear a su padre con las manos en porfa de súplica. Los ataques de ese demonio eran tan inmensamente fuertes que Escanor sólo podía defenderse de él. De un enorme machetazo del demonio, hirió a Escanor en el pecho empezando a sangrar, y de otro golpe con su escudo, lo lanzó por el aire a gran velocidad.

 - ¡¡Papá!! - gritó Zoba con horror al verle.

En el aire, Escanor cambió a forma noche por el dolor del impacto y lo débil que se encontró, soltando a Rhitta. Zoba movió sus alas para ir a recogerle en el aire, pero Gowther la agarró del brazo.

 - ¡No puedes irte de aquí, es peligroso! - le advirtió.

 - ¡Peligroso será que le pase algo a mi padre en ese estado! - le gritó ella.

 Con una mirada de Merlín fue suficiente para congelar el cuerpo de la chica con un escalofrío de miedo para no fuese a volar tras su padre, que fue recogido al vuelo por los fuertes brazos de otra persona. Escanor, con la frente ensangrentada  y goteando sobre sus ojos, miró hacia quien le sostenía por debajo de los brazos, viendo una cara que le resultaba muy familiar.

 - Que ironía de la vida que termine salvando a aquel que intentó matarme, ¿no es así, Escanor?

El delgado Escanor parpadeó intentando ver mejor, con los ojos entrecerrados.

 - ¿Esta...rossa? - preguntó dudoso.

 - No, Mael, de los cuatro arcángeles - le corrigió él con una sonrisa.

 - ¡Escanor! - gritó Diane - ¡Te ves muy mal!

 - Por favor, señorita Diane... - dijo Escanor mirándola - No te preocupes por mí...

En ese momento, con una asombrosa velocidad, las heridas de Escanor sanaron y su sangre se limpió. Él se miró impresionado y vio a aparecer a Elizabeth volando al lado de Mael con una sonrisa.

 - ¡Señorita Elizabeth, mil gracias! - agradeció él.

Zoba, en el suelo al lado de Merlín, dio un largo suspiro de alivio a la vez que se apoyaba en Gowther. Escanor volvió a levantar la mirada hacia la apuesta cara de Mael.

 - Así que... mi poder Sunshine era originalmente tuyo... ¿no es así? - preguntó.

 - Sí lo era, pero abandonó mi cuerpo y encontró un usuario mejor tras mi decadencia como arcángel.

Escanor bajó la mirada en busca de Merlín y Zoba. Ambas estaban bien, y esta última le miraba desde el suelo con alivio, agradeciendo a Mael con la mirada.

 - Entonces... quiero devolvértelo - dijo apretando los puños.

 - ¿Cómo? - Mael exclamó, más que preguntar, con asombro.

 - Sí, quiero devolverte el Sunshine - dijo con más seguridad - Yo sólo soy un humano, y este poder... me consume...

 - Yo ya no soy digno de ese poder, no puedo aceptarlo - dijo el arcángel mirando al frente.

Escanor, en esa débil forma, sólo podía apretar los puños. Reconocía el poder del más fuerte de los cuatro arcángeles, y sabía que tendría más oportunidades que él para derrotarlos. Volvió a bajar la mirada, sin saber qué decir o que hacer para convencer al arcángel... hasta que la vio de nuevo.

Zoba estaba abajo delante de Merlín, con una actitud muy fiera, pues Zeldris se había parado delante de ella y no había nadie para impedirlo. Gowther corrió a ponerse a su lado. Zoba miraba a Zeldris de una manera que lo podía paralizar de terror... si no fuese quien era, pues sus ojos de leona podían amedrentar a cualquier humano. Sus alas estaban totalmente extendidas con las puntas erizadas. El león de su escudo mostraba los dientes.

 - ¡¡¡No vas a tocarla, me escuchas!!! - gritó - ¡¡No vas a ganar!!

Gowther, a su lado, sufría un poco el efecto de su intimidación, pero eso le infundía fuerza de la seguridad que demostraba la chica. Esas palabras fueron suficiente para que la Piedad se detuviese un momento por la intimidación, momento bien aprovechado por la giganta para darle un fuerte golpe con el Gideon como si fuera un golpeo de golf y apartarlo todo lo que pudo de la maga y su hechizo.

 - ¡10 minutos! - gritó Merlín.

Escanor dio un pequeño suspiro con una sonrisa mirando a su hija, y su corazón habló solo.

 - Mael, mira ahí abajo. ¿Ves a dos de las mujeres más hermosas que ha habido en el mundo?

El arcángel miró con curiosidad hacia donde indicaba Escanor, viendo a Zoba y a Merlín.

 - ¿Te refieres a...?

 - Sí, a ellas. La chica alada es mi hija adoptiva - dijo sonriendo con ternura - La he criado desde que era una niña... pero sucedió lo que tuvo que suceder y... nos acabamos separando. Pero el destino me hizo volver a encontrarme con las dos... y me di cuenta de lo que había cambiado mi hija. La niña pequeña juguetona... era una chica madura, algo miedica, pero noble... muy noble y honrada. Amable con los suyos, bondadosa con los enemigos. Y ahora... tiene a alguien especial para ella. Tiene a alguien a quien amar por su vida, pues sus vidas estaban ligadas desde antes de su nacimiento.

 - Creo tus palabras, Escanor - dijo Mael - He experimentado en mis carnes como esa pareja ha hecho lo imposible por salvarme de los mandamientos y hacer que vuelva a mi forma original, recordándolo todo. He intentado matarla, lo sabes, la secuestré dos veces, la herí, le dije cosas horribles... y ella era incapaz de odiarme, e incluso me concedió el perdón que sanaría mi alma. Ah, y concuerdo contigo con que ella me parece una de las chicas más hermosas que he visto en mi larga vida.

 - No parece una de las más bonitas - Escanor miró a Mael con una mirada cargada de orgullo - Lo es. 

Mael dio una suave sonrisa, y le dejó continuar.

 - Mael, esa chica lo es todo para mí, y no hay día en el que no pensara que cuando ella estuviese preparada, le entregaría a ella Sunshine, pero su futuro es mucho más importante que lo que yo quiera en este momento. Así que, Mael - dijo agarrando la ropa de su pecho y mirándole con intensidad - No les dejes morir... no dejes morir a las personas que me importan. Mis amigos, mi hija, todo el reino y el mundo entero... necesito este mundo y necesito a su gente... para que mi hija sea feliz. El ser llamado "papá" por ella me ha hecho comprender que la felicidad de mi hija va por encima de todo lo demás.

Mael abrió los ojos mirando el rostro de Escanor, que en sus ojos empezaban a aparecer lágrimas.

 - Por favor... necesito un futuro en el que ella pueda vivir feliz con todos ellos...

Mael le miró con seriedad, y luego levantó la vista hacia el enorme demonio, que estaba batallando contra su hermano de Ludociel. El demonio sonreía, herido, mientras que lentamente, empezaba a desintegrarse. Cuando el arcángel comprendió lo que suponía la lenta desintegración del demonio, miró rápidamente a la maga, que seguía conjurando. Ella también lo sabía: Crisis, cuanto más cerca esté de morir, mayor daño hacen sus ataques, por si no era bastante poderoso de por sí. Él rio sonoramente.

 - ¡Estoy dispuesto a sacrificar mi vida y mucho más por el nacimiento de un nuevo rey de los demonios! - gritó abalanzándose sobre Ludociel.

Cuando el arcángel se iba a defender, un gran rayo de luz cayó sobre ellos desde el cielo, lo que detuvo al demonio en seco, que tuvo que taparse con su escudo. Al mirar hacia arriba, todos pudieron contemplar a un hermoso arcángel portando el Sunshine.

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