Hola a todos!
Antes de empezar quería decir que ahora tengo que ponerme con mi trabajo de fin de grado (llorad conmigo) y tengo que seguir leyendo el manga, y seguir escribiendo...
Seguiré actualizando, claro, eso es seguro.
Ahora, leed el capítulo, por favor :3
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El nuevo Mael estaba en cielo flotando con gran solemnidad, observando los destrozos provocados y notando la fuerza de su nuevo poder adquirido. Gowther zarandeó despacio a Zoba para despertarla mientras la llamaba en voz baja. Ella abrió los ojos con pesadez y le miró.
- Gracias al cielo que estás bien... - dijo él con un suspiro de alivio.
- No, gracias a ti, que amortiguaste mi caída... - dijo ella con una pequeña sonrisa.
Puso la mano en su mejilla derecha acariciándole, por debajo de su ojo perdido, y él sonrió notando su calidez.
- Ayuda a King, por favor... - rogó ella.
Gowther asintió y lanzó un rayo contra su cuerpo en el suelo, obligándole a despertar. Mientras, Zoba miró a su alrededor, viendo a Hawk frotarse el chichón y a Elizabeth acercarse a los arcángeles, muertos en el suelo.
De repente, un gran agujero apareció en el aire, uno que King conocía muy bien. Zoba sonrió levantándose con Gowther. Conocía esa presencia muy bien. Dos enormes piernas aterrizaron, seguidas de un gran cuerpo con una cabeza adornada con dos coletas.
- ¡La serpiente de la Envidia, Diane, ha llegado! - anunció ella.
Oslo, cayendo detrás de ella, ladró feliz.
- Diane... - King sonrió mirándola.
Ella se giró a verlos, con una sonrisa y se sorprendió al ver a esa nueva Zoba alada. Dio un grito emocionada.
- ¡Mi pequeña cosita! - dijo agachándose - ¡Estaba muy preocupada e hice todo lo que pude por venir a ayudaros! ¿Qué ha pasado?
- Te hago un resumen.
Gowther disparó una pequeña flecha a Diane con los acontecimientos sucedidos.
- ¿¡Queeeeeee?! - gritó mirándolos - ¿¡Eso es verdad?!
- Si, Diane... - Zoba se acercó un poco a ella - no pude detenerle... ni siquiera con el apoyo de mis padres. Os he fallado, y te he forzado a venir.
- No digas eso... - ella se inclinó con su compasiva sonrisa - Yo iba a venir si o si, somos un equipo - luego, se incorporó mirando con seriedad a Mael - Bien, ¿cómo le derrotamos?
- Ataquemos todos juntos - afirmó King.
- Claro, ayudados con Elizabeth - Zoba la miró.
Todos miraron a la princesa, que les sonrió mientras terminaba de curar el chichón de Hawk.
Mael levantó una mano, y una gran presión cayó sobre ellos haciendo que la tierra se agrietase, pero no duró mucho, pues Zoba levantó su escudo brillante y su piedra brilló absorbiendo la energía.
- ¡Atacad! - gritó ella - ¡Yo le quitaré toda la energía que pueda!
Diane se levantó, notando aún un poco el peso del ataque de Mael, y concentrándose, empezó a bailar, ejecutando la Danza de Drole. King se equipó con la forma final de Chastiefol, la nueva armadura, y junto con el poder que le daba la danza de su amada, usando su habilidad y velocidad sin igual, comenzó a atacar a Mael. Tal era su velocidad, que Mael no podía responder.
Justo cuando iban a esbozar una sonrisa de satisfacción, los Mandamientos en la túnica de Mael cambiaron de orden, quedando primero el Mandamiento de la Verdad. Tras esto, todas las ilusiones que había alrededor de King, creadas por Gowther para ayudarle, fueron destruidas, al ser mentiras.
La onda del ataque cayó en las grietas de la tierra, que sumado al ataque anterior, la tierra comenzó a caer. La pequeña isla en el cielo caía por partes, y justo cuando Gowther iba a volver a por Mael, volvió a atacarle con fuerza, mandándolo al suelo. Esta vez fue Zoba la que se lanzó a por él al vuelo para impedir que se chocara contra el suelo. Ambos cayeron después, pero no se hicieron apenas nada.
- ¡Te tengo! - dijo cansada.
Pero el muñeco tenía la mirada perdida, encerrado en su mente, con su propia verdad que provocaba el mandamiento en él.
- Nad...ja... - susurró él - Estás aquí...
Zoba se sorprendió al escuchar ese nombre de nuevo, pero la sorpresa en su cara duró poco, pues se tornó en algo nunca experimentado para ella: el enfado. El corazón de Merlín y la fuerza de Escanor le habían dejado experimentar esa rabia, la rabia de que la verdad de Gowther fuera Nadja. Hawk llegó corriendo, pero se detuvo en seco al ver esa cara enfurecida de Zoba.
- ¡Zo-Zoba-chan! ¿¡Qué sucede?! ¿Aviso a Elizabeth-chan? - dijo con los jamones temblando.
- No, Hawk - dijo con seriedad - ¿Puedes hacerme un favor? ¿Podría el Gran Capitán de las Sobras protegernos a Gowther y a mí durante un minuto?
- ¿Un minuto? - dijo acercándose al ver que ella ya no tenía esa cara de enfado.
- Sí, sólo necesito eso para salvar mi relación - dijo con una sonrisa confiada.
Dentro de la mente de Gowther, sólo se encontraba él, sano y completo, y Nadja. La princesa le miraba con una sonrisa, y la Lujuria no se creía que ella estuviese ahí.
- ¿Nadja? - preguntó acercándose más.
Ella sonrió encogiendo los hombros.
- Aquí estoy, Gowther...
Él la abrazó con una gran sonrisa, y ella le correspondió igual.
- ¡Eres tú de verdad! ¡Te eché mucho de menos y me acordaba tanto de ti! - confesó el muñeco.
- Nunca te olvidaría... has sido tan especial para mí... - dijo ella separándose un poco y mirándole con cariño - Tú fuiste quien me quitó mi virginidad.... mi única y primera vez...
Gowther dio una sonrisa algo triste, y tomó sus pequeñas manos con fuerza.
- Nadja... ahora, yo...
- Gowther.
Ambos se giraron con sorpresa. Se encontraron a Zoba ahí, con una mano en su cadera, balanceando sus plumas y sacudió un poco su cabeza para apartarse el pelo de la cara. Tenía una expresión bastante complicada. Era una mezcla de curiosidad, enfado, respeto... y una serenidad sospechosa.
- Zoba... estás aquí también... - dijo soltando las manos de Nadja - ¿Eres también parte de esto?
- No - dijo seriamente - No soy producto de tu verdad. Si lo fuera, tendría mi forma humana libre de mutaciones. Me he metido por la fuerza con la poca magia que poseo de Merlín.
Dicho esto, se acercó un poco más a ellos, mirando de arriba a abajo a Nadja. La chica mantenía su sonrisa tranquila, frente al rostro sorprendido de Gowther, que estaba viendo a los dos amores de su vida, uno al lado del otro.
- Así que tú eres la famosa Nadja, quería conocerte - dijo tendiendo una mano hacia ella con educación.
- Yo también quería conocerte en persona, me hacía ilusión - contestó la princesa estrechándole la mano.
- Antes de nada, esta no es mi verdadera forma de ser - dijo Zoba mirándole - No tengo esta... actitud altanera, confiada y orgullosa. Es fruto de las emociones de mis padres al darme poder.
- Lo sé, lo he visto - Nadja volvió a sonreír - eres sincera, cariñosa, algo tímida, y amigable. Te preocupas por los demás más que por ti misma, eres una buena persona.
- Me gustaría volver a tener una conversación contigo con mi verdadera forma de ser - dijo Zoba con una sonrisa más amigable - y siento... que ahora por esta forma de ser mía pueda herirte con alguna de mis palabras.
- Eso sólo depende del futuro, pero sería interesante hablar contigo.
Gowther se aclaró la garganta confuso y ambas le miraron.
- Os acabáis de conocer, pero... parece que os conocéis de antes...
- Que va - ambas negaron, pero contestó Zoba.
- Formalmente, nos acabamos de conocer ahora mismo - aclaró Nadja sin soltar la mano de Zoba - Las almas que se van y no son devoradas por demonios pueden ser libres, y yo, Gowther, te he estado viendo desde siempre. También desde que os conocisteis, he seguido vuestra historia todo el tiempo.
Gowther miró a un lado incómodo, y a Zoba no pareció importarle lo más mínimo, pues se estaba acordando de cuando Ban le contó que Elaine siempre le observaba en su viaje. Nadja se giró hacia ella de nuevo.
- Me alegra mucho de que hayas aparecido en la vida de Gowther - confesó ella - le haces muy feliz, le haces sentirse vivo.
- Y yo me alegro de que alguien tan pura como tú le hayas enseñado lo que es amar y ser amado antes que nadie - Zoba cerró los ojos, pero apareció esa sonrisa altanera - eso es lo que diría la verdadera Zoba, pero yo...
Zoba soltó la mano de Nadja y se alejó de ella. Agarró a Gowther por el brazo y lo atrajo hacia ella con brusquedad, e impulsándose un poco con sus alas para ser un poco más alta flotar, lo apegó contra su pecho y atrapó rodeándolo con sus brazos.
- Pero yo soy el presente de Gowther, y tú eres su pasado - dijo con esa sonrisa de superioridad, y sus ojos brillaron con el alma de Merlín - Ahora yo soy su pareja, y me ocuparé de serlo en un futuro y para siempre. Es mío.
Las dos últimas palabras sonaron autoritarias y frías, mientras rodeaba a Gowther con sus cuatro alas, pero no eran un ataque hacia Nadja. Mientras, la chica permanecía impasible ante esto, y Gowther no se lo creía. Estaba apegado contra sus pechos, con los ojos titilantes de incredulidad, y debajo de ellos apareció un sonrojo. Esta nueva faceta dominante de Zoba era nueva para él... y era maravillosamente inesperada. Le encantaba, era como si el tiempo en el que él estuvo investigando sobre sus sentimientos por ella de esa forma tan celosa y posesiva... y era como si ahora le pasara a él. Ella... le amaba de verdad. Cerró los ojos, dejándose llevar con su calor y aroma, y en ese momento, Nadja comenzó a desaparecer. Zoba la miró, viendo cómo ella seguía sonriendo.
- Cuídale mucho... - pidió ella llevándose la mano al lado derecho de su pecho - cuida mucho del tesoro que tienes ahí...
Y dicho esto, terminó de desaparecer. Zoba sonrió. En el lado derecho de su pecho, al lado del pulmón, tenía el corazón de Gowther. Y lo iba a cuidar como oro en paño.
- Lo dejas en las mejores manos... - aseguró ella en un susurro.
Gowther se removió un poco y sacó la cabeza de su pecho. Miró hacia atrás, hacia donde antes estaba Nadja, y ahora no había nadie.
- Se ha marchado - dijo ella dejándose que se separase un poco.
- Lamento que haya pasado esto... no es lo que piensas... no es que la siga queriendo... - dijo frotándose la mejilla donde estaba el rastro de una lágrima.
- Ya hablaremos de esto cuando termine lo que sucede fuera - dijo ella posándose en el suelo de nuevo - Da lo mejor de ti para que podamos salvar a Mael, Gowther.
El muñeco sonrió, y cuando se iba a disponer a darse la vuelta, Zoba le agarró del brazo y volvió a tirar de él. El muñeco se giró sorprendido y Zoba juntó sus labios con los de él con rapidez, haciendo que este se sorprendiese todavía más abriendo los ojos. Fue corto, pero lo suficiente intenso para que el muñeco recibiese una descarga por su cuerpo. Luego ella se separó.
- Cuando todo esto acabe - dijo confiada - Besa tu a la verdadera Zoba, que ella seguro que no se atreve - dijo con una sonrisa misteriosa.
- La verdadera Zoba... - dijo asintiendo con una sonrisa emocionada - ¡Así va a ser!
Ella sonrió, mientras Gowther salía de su mente. El muñeco se encontró en el regazo de Zoba, mientras ella tenía las manos en su cabeza concentrada. Delante de ellos, Hawk estaba delante temblando.
- ¡N-No mires aquí! - gritó a Mael a lo lejos - ¡No te atrevas a venir! - decía temblando de miedo - ¡Zoba, me dijiste un minuto y llevas tres, es injusto!
- Ya estamos aquí, Hawk, gracias por todo - dijo ella levantándose con Gowther.
- ¡Por todas mis pezuñas, por fin! - les replicó mirándolos, con los ojos temblorosos - ¡Esa masa de músculos ni me ha mirado, le da miedo el capitán de las Sobras, pero está rompiendolo todo! ¡Ha matado a Oslo!
- ¿¡Cómo a Oslo?! - preguntó Zoba mirando sorprendida.
Encontró a King abrazando a su mágico animal, que murió sacrificandose recibiendo un impacto de Mael para evitar que le diese al rey. Él moriría feliz si podía cumplir el deseo de su amada en la otra vida...
El suelo cedió en el lado que estaba Diane por su peso, y cayó junto con las rocas. King fue detrás, pero fue golpeado por las rocas. Elizabeth agarró a la giganta de un dedo y empezó a batir sus alas con fuerza para sostenerla.
- Ve a ayudarles - dijo Gowther subiéndose sobre Hawk en forma de manta raya voladora - Voy a terminar esto.
- Pero prometeme que no harás ninguna locura y que nos veremos después - dijo ella agarrándole el brazo.
Gowther sonrió y dejó un beso en su mano.
- Te lo prometo desde el fondo de mi corazón - dijo.
Zoba levantó una ceja no muy convencida y el muñeco sonrió más relajado.
- Está bien... te lo prometo por el bonito futuro que nos espera juntos.
- Eso ya me gusta más.
Zoba sonrió soltando su mano y echó a correr moviendo sus alas. Alzó el vuelo y fue a por su amiga. Gowther la miró sonriendo y fue a por Mael.
- ¡Diane! - gritó volando entre las rocas.
- ¡No! - pidió ella mientras descendía inevitablemente, sostenida por el ángel - ¡No me ayudes a mí, ayuda a King, por favor!
- ¿King? - dijo deteniendo el vuelo.
Se giró sobre ella misma mirando hacia todas partes, encontrando miles de rocas cayendo, buscando al hada, que se precipitaba casi incosciente. Fue volando y esquivando las piedras, dándole algunas en las alas inevitablemente, pero consiguió agarrarrle de un tobillo.
- ¡King, espabila! - le gritó - ¡Despierta!
- No... - susurró el hada con la mirada cansada - soy... un fracaso de rey de las hadas... no puedo proteger a Diane...
- ¡Diane te ama! ¡Te ama vivo! ¡Así que despierta y vamos! - dijo zarandeandole - ¡Tienes que demostrarle a todos que eres un gran rey de las hadas, a Gloxinia que murió por protegernos, a tu hermana que te admira, a Oslo que en paz descanse, y a Diane!
El rey de las hadas abrió los ojos, pensando en sus palabras.
- ¡Gowther está luchando por mí, lucha por ella! ¡Quiero sobrinos, King! ¡Que te cases con Diane! ¡Te necesitamos, King!
- Si... - dijo con una sonrisa pequeña - Diane... y yo...
En ese momento, el hada brilló con fuerza, recuperando la compostura y su poder de volar. Todos le miraron, viendo al nuevo rey de las hadas con su poder desatado, sus alas crecidas, y su nueva forma.
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