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Capítulo 32 - Nunca


Zoba se quedó callada e impresionada mirando a Escanor, que empezaba a temblar ligeramente al no obtener una respuesta. Luego, ella empezó a sonreír lentamente.

- Por fin... - dijo con una gran sonrisa - ¡Por fin va a ocurrir!

- ¿El... el qué? – Escanor sacó un pañuelo para secarse el sudor.

- ¡Voy a tener a mi creadora y a mi cuidador unidos! ¿¡No es maravilloso para alguien como yo?!

Zoba le volvió a abrazar con alegría. Escanor dio una sonrisa tímida y la tomó por los brazos.

- Me alegra que te haga feliz... pero no te hagas ilusiones...la respuesta no será la que yo quiero.

Zoba se separó de él mirándole a los ojos. Cierto es que Merlín no era ninguna presa fácil en este tipo de situaciones, pero... ¿Gowther lo era? Y fíjate como acabaron las cosas.

- Tampoco... - Escanor bajó la mirada – Tampoco tengo la confianza necesaria... creo que debería esperar a que el sol... esté más alto siquiera para poder mirarla a los ojos...

- ¡No! – Zoba gritó convencida, haciendo sobresaltar al pobre Escanor - ¡Debes hacerlo así, Merlín lo valorará más! Además, Gowther y yo quisimos contártelo a ti de esa forma para que lo apreciases más. Si te lo hubiésemos dicho ahora... ¿qué responderías?

- Esto... si... si estáis bien y eres feliz... no tengo problema...

- ¿Ves? Pero sin embargo, el Escanor orgulloso dijo...

Zoba miró a Hawk que volvía caminando sobre sus patas traseras fingiendo ser más grande y aterrador.

- ¿Y QUIÉN HA DECIDIDO ESO? ¡PORQUE YO NO FUI! – dijo intentando imitarle.

- Que aterrador... - Escanor fue detrás de Zoba y ella empezó a reír.

- Creo que deberías ensayar antes... - entonces, a la chica se le iluminó la mirada - ¡Ya lo tengo, ven conmigo!

Ella le agarró de la muñeca y fue a paso rápido por los pasillos, seguidos de Hawk que llevaba la lata de las galletas en el lomo.

Mientras, en el cuarto de Zoba, Gowther, aún con la apariencia de Merlín, meditaba lo que Zoba le había dicho. Su habilidad de copiar apariencias era buena, pero si quería engañar de nuevo a alguien debía actuar como él, claramente. Se sentó en el borde de la cama y se miró en el espejo de cuerpo entero en el otro lado del cuarto. Se sentó con las rodillas juntas, como él suele hacerlo, y luego cruzó las piernas. Sí, Merlín cruzaba siempre las piernas, parecía femenino. Ahora bien, King también solía tener las piernas cruzadas, pero no era femenino.

Ahora, por último, Ban. Ban era tremendamente alto y los asientos del Boar Hat no muy altos, casi hechos para Meliodas, así que solía tener las rodillas flexionadas y las piernas abiertas para poder inclinarse. Gowther le imitó con la forma de Merlín, sentándose de esa forma con las piernas muy abiertas. De verdad que no le pegaba a una mujer como Merlín. En ese momento entró Zoba tirando de Escanor.

- ¡Ya estamos aquí! – dijo con felicidad - ¡Gowther, cierra las piernas!

Era tarde, Escanor ya tenía su derrame nasal al ver inesperadamente a Merlín con las piernas abiertas con ese pequeño trozo de tela tapando su zona íntima. Hawk entró caminando detrás.

- Merlín, cierra las piernas, puerca, se te ve todo...

Gowther las cerró cruzándolas.

- Perdón... estaba experimentando...

Zoba suspiró sujetando a Escanor. Hawk se fue a poner cómodo y comer galletas.

- Chicos, no es Merlín, es Gowther con su apariencia. He pensado que es una fantástica forma de que Nor practique para decir lo que siente a la Merlín real.

Escanor se recompuso limpiando su nariz.

- ¿Es... Gowther de verdad? – dijo mirándole.

Gowther puso las dos manos en forma de V al lado de su cara y guiñó un ojo, con la forma de Merlín.

- ~Kyupiiiin~

Ese gesto tan lindo de Gowther en el cuerpo de Merlín hizo que Escanor volviese a sangrar. Hawk los observaba acostado en un cojín comiendo galletas.

- Esto va a ser una comedia divertida... - dijo masticando.

*

*

*

Tras un par de horas en las que Escanor no paró de temblar hasta que consiguió confesarse a la falsa Merlín, Zoba no permitió que saliese de su cuarto. Ahora Escanor tenía un corto pero directo y precioso poema en su mente, y se sabía las palabras que debía decir de memoria. Entre todos le habían ayudado un poco a que sus palabras fueras dichas expresamente para que la maga le diese una respuesta.

- ¡Bien! – dijo Zoba decidida – Ahora tenemos dos opciones, pillar a Merlín de buen humor, lo que es casi imposible con la que está cayendo o por lo menos encontrarla tranquila y sola, preferiblemente antes de dormir, por si no te da una respuesta, que tenga un tiempo para meditarla. ¿Entendiste, Nor?

- ¡S-Si! – dijo poniéndose recto - ¡Lo haré lo mejor que pueda!

Todos asintieron. Hawk se había comido todo el bote de galletas él solo y suspiraba satisfecho, y Gowther había vuelto a su forma original.

- Cuéntanos mañana, Nor, nosotros nos iremos a descansar – dijo Zoba estirándose.

- Si, por supuesto... - el orgullo cogió las manos de la mutante – Gracias de corazón... no pensaba que podía sentirme más seguro en estos temas... y quiero que sepas... que aunque me coma el orgullo cuando sube el sol, estoy muy feliz de que hayas encontrado y luchado por alguien hasta conseguir lo que quieres.

Zoba se despidió de Escanor con un abrazo y le dejó marchar hacia el cuarto de Merlín. Luego miró a Gowther.

- Estaría bien que fueses a dormir a tu cuarto... - dijo con una pequeña sonrisa.

- Pensaba que querrías dormir conmigo – Gowther la miraba fijamente.

- Y quiero, pero hoy ha sido un día duro. Podría ser otra noche, y terminamos el libro de Violet Evergarden... aunque ya no lo necesite, la historia era muy buena.

Gowther puso una mueca de disgusto. De verdad quería dormir con ella. Miró al suelo para encontrarse con Hawk mirándole.

- Ahora que Meliodas no está... - dijo el cerdo mirándole – No puedo interponerme en sus manoseos descarados a la princesa Elizabeth, que está con él. Por lo cual me encargaré de ti ahora.

- Pero yo no la manoseo descaradamente – Gowther le contestó mirándole.

- Hasta que lo hagas, es cuestión de tiempo – dijo señalando con la pezuña – Y luego eso llegará a más hasta que... - hizo un silencio dramático mirando a ambos, que parecían no entender lo que quería decir - ¡hasta que hagáis ñiqui-ñiqui!

Los dos siguieron mirándole de la misma manera. Zoba no sabía que significaba esa expresión, y Gowther se subió las gafas.

- Creo que "ñiqui-ñiqui" no aparece en el diccionario – dijo meditando.

- ¿No sabes lo que es ñiqui-ñiqui? – el cerdo se giró a mirarle - ¿¡Ninguno de los dos?! Por todo el tocino de mi mamá... ¡tener sexo! ¡Relaciones sexuales!

Zoba dio un respingo sonrojada y se tapó la cara con las manos. Gowther permaneció impasible.

- Ah, si, eso si se lo que es – dijo con una sonrisa tranquila – No te preocupes por eso, Hawk, se exactamente cuándo lo haremos.

Zoba se fue corriendo al balcón a que le diese un poco el aire.

- Pues avísame antes que venga a atarte con una cuerda, que si no Escanor me asa al horno con una manzana en la boca.

- Sí, Si... - dijo diciendo adiós con la mano cuando el cerdo se fue a su propio cuarto a dormir – Zoba, voy a irme a mi cuarto ya, pues...

Ella se acercó mirando al suelo a darle un abrazo de buenas noches. Él la abrazó también con tranquilidad.

- Gowther... esto... - dijo incómoda - ¿Por qué... dices que sabes cuándo será el momento de... eso?

- Porque estoy muy seguro de la fecha exacta – contestó el muñeco mirando al frente.

- ¿Y... y... - ella estaba muy nerviosa – cuándo... será?

Gowther se separó de ella mirándola, y le puso una mano en su cabeza acariciando su pelo. Luego dio una sonrisa inocente a la vez que torcía la cabeza a un lado.

- Nunca.

Dicho esto le dio un pequeño beso en la frente a la chica y salió de la habitación cerrando la puerta de su cuarto, dejando a una Zoba blanca y aturdida mirando la puerta cerrada.

- Nunca... - repitió ella en voz baja.

Hawk seguía dentro y había visto y oído todo. También se sorprendió.

- Que fuerte me parece... - dijo el cerdo, pero Zoba no se dio ni cuenta – Bueno chata, no pienses mucho en eso, seguro que está bromeando, jiji. Buenas noches, sueña con muuucha comida.

Hawk también se marchó del cuarto. Sus palabras no la habían reconfortado mucho, que digamos, y sólo podía ponerse a pensar en la razón por la que Gowther no lo quería hacer con ella. Se sentó en la cama y miró al espejo, que no reflejaba la ilusión, sino la realidad. Podría ser porque tras esa ilusión de cuerpo original creada por Merlín había en realidad un cuerpo verde de ojos oscuros y cuatro alas mal formadas. Ciertamente, no era agradable a la vista, pero ella podría volver a mutar. Ahora que Gloxinia y Drole murieron, su magia que absorbió su cuerpo para empezar a mutar podría desvanecerse y empezar una nueva mutación. Ojalá fuese la última...

Decidió dejar su mente despejada e irse a la cama. Cuando pudiese, pediría la opinión de Diane al respecto. Al destapar su cama, llamaron a su puerta.

- Adelante... - dijo sin mirar.

La puerta se abrió dejando entrar unos pasos lentos. Zoba se giró y se sorprendió ver al inmortal dentro de su cuarto. La miraba con desgana y con las manos en los bolsillos de su ropa.

- Casi te despierto... - dijo seriamente.

- No, Ban, aún tengo que ponerme el pijama y todo... ¿querías algo?

El zorro miró a un lado, intentando buscar las palabras con seriedad.

- Voy a marcharme un tiempo indefinido. Puede ser desde unos segundos hasta... no sé, días.

Zoba frunció el ceño. ¿Cómo se marcha alguien unos segundos?

- Y por eso necesito que te quedes ocupando mi puesto en la cocina, por lo que pueda ocurrir. ¿Es mucho pedir?

- No, no... gracias por confiar en mí... - ella le miraba queriendo preguntar, y el zorro se dio cuenta.

- Tú no has estado cuando Merlín lo dijo – dijo caminando hacia ella para mirarla de cerca – pero me voy a ir al Purgatorio.

Zoba lo miró blanca como la nieve, pero Ban siguió hablando.

- Hawk no es un cerdo cualquiera. Es un portal al inframundo. El rey Demonio lo puso al lado de Meliodas para mantenerle vigilado por sus ojos. Yo voy a ir a buscar a mi amigo y no sé lo que tardaré ni si volveré.

Ella le miró a los ojos. Seguía con su cara desganada, pero seguramente, sufría internamente. Era un hombre que no se abría a ella poco a poco como el resto de los miembros, pero ella no tenía prisa. Asintió decidida mirándole.

- Claro, Ban, ten mucha suerte y regresa sano y salvo con nosotros con Meliodas, por favor...

El zorro dio una pequeña sonrisa de lado. Levantó una mano también para acariciarle la melena esponjosa. Todo el mundo tocándole la cabeza, parecía un perrito...

- Parece ser que te quedas con algo mío...

El zorro miró al espejo donde Zoba se mostraba como era su mutación. En su cabeza había dos orejas de zorro moradas, y de su punta salían las antenas que le permitían comunicarse mentalmente si hacía un gran esfuerzo de concentración.

- Esto puedes haberlo heredado de la energía que desprendió mi cuerpo cuando morí al intentar detener a Estarossa por tu ataque – dijo mirando al espejo con ella, sin apartar su mano de ahí – Tienes algo del zorro de la avaricia.

Zoba rió suavemente. No lo había visto así.

- Puede ser, Ban, pero eso no funciona así. Si estoy con hadas, puedo desarrollar alas, si estoy con gigantes, puedo tener su piel, pero estando con humanos no puedo desarrollar orejas de zorro, aunque seas ese pecado...

- Sí, lo comprendo, pero... - él sonrió enseñando los dientes - ¿a que es bonito creérselo?

Zoba sonrió con cariño. Se despidió del zorro deseándole buenas noches y se metió en su cama en forma fetal para intentar dormir.

*
*
*
Escanor estaba respirando para relajarse delante de la puerta de Merlín. Escuchaba a la maga hablar con la giganta, y aprovecharía cuando ella se fuese para hablar con Merlín. No pudo evitar escuchar algo de la conversación.

- No puedo, no lo consigo... necesito localizar a Arthur, saber que se encuentra bien... ¿dónde estará...? – preguntaba la maga paseándose por el cuarto flotando.

- ¿Tan importante es para ti el rey de Camelot, Merlín? – contestó Diane con una pregunta.

- Él es muy importante para mí, y en realidad para todos. Si a él le pasa algo...

- ¿Es importante en el sentido de lo importante que es King para mí? – preguntó ella, refiriéndose si se trataba de una relación amorosa.

Merlín negó paseándose, pero lo que Escanor escuchó fue un silencio al no ver nada tras la puerta. Un silencio que lo decía todo. Bajó la mano con la que iba a llamar la puerta a la vez que bajaba también la cabeza. Escanor... fue derrotado por ese mocoso antes de empezar siquiera el combate.

Se apartó de la puerta del cuarto de Merlín y se fue a su cuarto directamente sin hacer ruido, sin comer, sin hablar, sin sueño.

*
*
*
De madrugada, Zoba ya había contado unas 1500 ovejitas, 200 cabras y 2500 Hawks comiendo galletas, y no podía conciliar el sueño. Tantas cosas que habían pasado en ese día iban y venían en su cabeza. Gowther, Ban, Escanor... y lo que quedaba.

Retiró la sábana y se levantó de la cama con su pijama puesto. Sólo se le ocurría algo que le pudiese hacer dormir, y ese algo era estar con Gowther, aunque su corazón estaba algo dolido por lo que le dijo antes. Temía... que toda esta situación sentimental tan fuerte y los problemas futuros con los Mandamientos ocasionasen que su corazón se debilitara más rápido.

Abrió la puerta de su cuarto en silencio y sin encender la luz, mirando por el oscuro pasillo. Cerró la puerta despacio y fue de puntillas hacia el cuarto de Gowther, pero había una sombra en su camino.

- Zoba.

La chica dio un salto del susto y se aguantó maldecir. Por la pequeña luz que entraba por una ventana, vio que era el mismo Gowther.

- No quería asustarte... ¿Qué haces aquí?

- Pues vaya susto... - dijo con un suspiro – Yo... no puedo dormir... y esperaba que si me iba a descansar contigo lograba dispersar mi mente. Tengo demasiadas cosas en las que pensar y... también me he dado cuenta lo que echaba de menos dormir contigo en el mismo cuarto... ¿Y tú que haces aquí fuera?

Gowther dio una sonrisa cariñosa de las suyas, de las que tanto tiempo estuvo sin dar, y ahora, la mayoría eran para ella.

- Me quería ir a dormir contigo – dijo con sinceridad.

Ella dio un suspiro con un sonrojo. Qué bonita coincidencia dos personas que se buscan encontrarse a medio camino en el mismo momento. Gowther le ofreció con una mano entrar al cuarto de ella, y entraron juntos a dormir. A partir de ese momento, las preocupaciones que tenían ambos en la cabeza por los problemas de la situación se esfumaron, dejando sólo espacio para el otro en su cabeza y en su corazón.

*
*
*
A la mañana siguiente, se notaba la tensión y el estrés del personal. Zoba estaba en la cocina preparando desayunos y Gowther los llevaba a las mesas, mientras que King preparaba leche, café y zumos, algo no muy complicado. Escanor ya tenía su forma de mañana, fuerte y musculoso, pero no demasiado, y estaba muy serio y ausente. Enfadado, podríamos decir. Merlín seguía dándole vueltas a su cabeza con el tema de Arthur, y Hawk pedía el doble de comida con la excusa de que tenía que alimentar al Ban que llevaba dentro.

Diane bajó bostezando y saludando con alegría, pero sólo le contestaron King y Zoba. Gowther estaba ocupado porque Hawk no se lanzase a la bandeja que llevaba y los otros dos pecados... pues parecían peleados. Ella puso un gesto cansado y se sentó junto con King a comer.

Zoba salió de la cocina mirando el panorama con una tostada en la boca. Podía deducir por la actitud de Escanor que su propuesta de anoche no salió bien, pero si él no se acercaba a contarle, ella no le presionaría. Merlín parecía tener la mente ocupada en sus propios asuntos y tampoco quería molestarla. Ella suspiró y acabó de comer su pan con mantequilla.

Luego notó algo. Era una presencia, algo extraña, pero no era negativa, y miró al cielo. Los demás parecían ocupados con sus cosas y no se habían percatado, y a ella le daba curiosidad. No era algo malo, podía ser un aliado.

Empezó a subir las escaleras del Boar Hat hasta la terraza superior, un enorme espacio ancho donde Diane podía descansar en su forma de giganta tras los viajes. Allí había una chica donde su pelo ondeaba con fuerza al viento. Se giró a verla, y ambas chicas volvieron a encontrarse de nuevo. Era Elizabeth, pero ahora sus ojos tenían las dos marcas, haciendo clara su procedencia divina. Ella había escapado de donde estaba Meliodas para impedir que él se convirtiese en el nuevo rey demonio, y necesitaba la ayuda de sus amigos.

- Elizabeth... - dijo ella impresionada – Has vuelto...

- Zoba... - ella se acercó preocupada – todo esto está ocurriendo muy deprisa, ya casi va a empezar...

- ¿Te refieres a la guerra? – dijo tomando sus manos con cariño una vez que estuvo enfrente.

- Sí... ¡cuidado!

La chica apartó a Zoba con una gran fuerza antes de que un cuerpo llegase lanzado desde lejos y se estrellara en la terraza. Su aura si era malvada... y Zoba la reconocía. Cuando el polvo se disipó, Zoba pudo ver al Mandamiento de la Pureza, ahora con el pelo corto, herida e intentando levantarse. Le daba miedo esa mujer tan salvaje y que le golpeó tanto, pero ahora parecía inofensiva...

- Derieri... - dijo en un susurro recordando el nombre.

Elizabeth no se lo pensó dos veces y corrió al lado de la demonio a levantarla y ayudarle.

- Diosa Elizabeth... - dijo ella apretando los dientes. ¿Qué...?

- No hables ahora, Derieri – dijo poniendo su brazo sobre sus hombros – Está claro quién te ha hecho esto, no temas, ahora estás con nosotros...

- Moonspiet... - dijo la Pureza cerrando los ojos y apretando dientes y puños.

- Lo lamento mucho...

Zoba miraba alejada la escena impresionada. Parecía que Elizabeth sabía que había una serie de problemas entre los Mandamientos y que Gloxinia y Drole no fueron los únicos desertores. Ahora, parece que se están castigando, y Moonspiet había caído en la presencia de Derieri. Ahora, sintió empatía por esa chica que tanto dolor físico le había hecho, y que parecía estar de su lado ahora. Justo cuando iba a acercarse a ellas, una nueva presencia apareció. Muy negativa, muy poderosa, muy cerca de ella. Tanto, que Zoba juraría que estaba detrás suya, y lo verificó cuando escuchó dos pies posarse en el suelo.

- ¡Aquí estaaaaas! – dijo con una voz alegre – Si supieras lo mal que me sentó que me dijera mi hermano que te habías escapado mientras estaba en coma, ojalá hubiese matado yo a esos dos malditos desertores...

Zoba estaba congelada en el sitio, y Elizabeth y Derieri también lo estaban más alejadas mirando hacia ella y a quien estaba detrás. Reconocía muy bien esa voz despreocupada fingiendo alegría, y hacía que no pudiese ni respirar. Lentamente giró la cabeza a un lado, mientras sus rodillas temblaban, para verificar que, efectivamente, era él.

- Estarossa... - dijo temblando.

- Me alegra que recuerdes mi nombre – dijo sonriendo tranquilamente.

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Se acabó el relleno! Vuelve Zoba y vuelve a seguir el manga >:3

Ahora volveré a leer los últimos capítulos y todo el lío que hay xD

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