Capitulo 25: Conversación bajo el cerezo
Tras solucionar los problemas con Gowther, el equipo regresó al nuevo Boar Hat, donde les esperaban Hawk, Elizabeth y Elaine. Al verlos entrar, Hawk levantó el morro de su plato de comida.
- ¡Por fin! ¡Vaya horas de llegar! ¡Me he denigrado hasta el punto de pedirle a Elizabeth que me haga comida, está a punto de alcanzar al capitán en asquerosidad!
Elizabeth puso una sonrisa incómoda, y tanto ella como el cerdo vieron que algo había cambiado en el grupo. Parecía más unido, pero esa... esa sonrisa de niño en la cara de Gowther era nueva... Hawk tragó lentamente antes de hablar.
- ¿Que es eso que tienes en la cara? Me da repelús...
Gowther se tocó la cara sin encontrar nada extraño y el grupo sonrió sentándose. Todos menos Merlín, que se ausentó un momento. Se sirvieron unas bebidas y se sentaron.
- Sate, sate, saaate... - no hace falta mencionar el nombre del hablante - Lo primero ahora es pedirle a Merlín que nos indique la ubicación de Zoba. Ya que estamos todos unidos de nuevo y somos más fuertes que antes... - dijo con una sonrisa - ¡Me siento positivo!
- Estuve hablando con Gloxinia cuando superé mi prueba - dijo King después de dar un trago - Por lo visto, él se encargó de convencer a Estarossa para que no la matara. Está prisionera y mutando... pero quieren devolvernosla. El problema es ese, claro, Zeldris y Estarossa.
- Estarossa debería andarse con cuidado... - Ban acabó la primera cerveza y el alcohol ya iba a empezar su tarea en él, y hablaba con una sonrisa de lado - Que mira lo que le pasó cuando vino a la fortaleza, Escanor casi lo churrasca...
- Oh, no exageres... - Escanor se sentó después de ayudar a Elizabeth a traer botellas - Sólo tuve la seguridad para hacerlo...
- A Escanor le sentó fatal que Estarossa le agarrara del cuello y amenazara con matarla, o eso me han contado - Meliodas dio un sorbo - Es que yo no lo vi...
- Meliodas-sama... por favor... - Elizabeth se incomodó - No hables de eso...
Meliodas se rió de esa forma característica suya, como si no le importara en absoluto haber sido asesinado.
- A propósito, Gowther-san... - ella miró al muñeco - Tú no has visto tu cuarto, estabas en la prisión...
- Es verdad... me sorprendió ver los cambios - dijo levantándose - Iré a verlos ahora.
- Pero siéntate ahora y bebe, monigote... - Ban se empezó a reír sólo.
- Baaan... - Elaine le regañó.
- No puedo beber alcohol, lo siento - dijo con una adorable sonrisa - Sigo siendo un muñeco.
- A propósito, ¿El hecho de ser un muñeco te da la manía de travestirte? - el zorro tenía las mejillas algo rojas de alcohol.
- No, no es eso. El rey Bartra me dijo hace tiempo que si quería quedarme en su castillo tenía que hacerme pasar por sirvienta. Por lo que solía vestir vestidos. Así que me gusta vestir todo tipo de ropa - dijo sosteniendo los volantes rosas de su camisa.
- Pues aprovecha, hombre andrógino, que todo te queda bien.
En la mesa empezaron a reír. King se agarró la barriga de la risa.
- Ban, se te suelta mucho la lengua bebido...
Gowther no se molestó en absoluto y tras mirarlos otra vez, subió las escaleras con Elizabeth para ver el nuevo Boar Hat.
Tenía unos cuartos muy grandes y bien repartidos, un patio con un huerto y un parque, varios baños y una gran terraza en lo alto para que Diane descansase cuando era gigante.
- Y este es tu cuarto...
Elizabeth le abrió una puerta. El cuarto tenía la forma de los otros con una distribución casi igual, pero luego cada uno movería y cambiaría las cosas que quisiera.
- ¿Mi cuarto? - dijo entrando y observando que sus libros estaban en su escritorio.
- Si, ¿No te gusta? - preguntó ella.
- Si, supongo que si... - dijo dándose la vuelta - Pero es mío y de Zoba. Nosotros compartimos cuarto.
- No te preocupes, Gowther, Zoba tiene el suyo propio también, justo a tu lado. Estaréis juntos, pero tendréis vuestro espacio personal para cada uno.
Gowther miró de nuevo su cuarto. La cama era suficientemente grande para dos personas, y a las malas podía poner otra cama alterando un poco la distribución del cuarto.
- Elizabeth... agradezco el cuarto... pero se me hace muy grande...
- ¿Grande? - ella se sorprendió, aunque lo entendió después de estar en una celda y en el antiguo pajar del Boar Hat.
- Me refiero en el sentido de... de que no quiero volver a estar sólo - Gowther le enseñó una sonrisa triste - Cuando mi padre murió, me quedé sólo en la oscuridad... cuando Nadja murió, me volví a quedar sólo, y a partir de ahí... vagué por el mundo solo. Estar aquí ahora en un silencioso cuarto se me haría triste... si, creo que si...
- Siempre puedes pedirle a Zoba compartir un cuarto cuando regrese - dijo ella convencida - Pero también ella se podría negar.
- Pues la obligo - contestó rápido el muñeco.
- ¡No hagas eso!
- Es broma - dijo sacando la lengua, lo que hizo reír a la princesa, pues se lo había creído de verdad.
- Y si se niega, pueso tirar el tabique que conecta los cuartos - dijo pensando.
- ¡No, tampoco!
- Es broma otra vez - ahora puso con sus dedos dos símbolos de victoria.
Ella suspiró con alivio. Les llamó la atención la estruendosa voz de Ban animando a Meliodas a beber más y más, y bajaron tras cerrar el cuarto.
Meliodas bebía un barril directamente sosteniendolo con un brazo y Ban le animaba a no parar y Elaine hacía palmas. A King le daban ganas de vomitar ver beber tanto a Meliodas, pues él también había bebido mucho, y Escanor recitaba un poema que nadie escuchaba. Diane le sirvió una copa a Merlín, que acababa de llegar y les miró con las mejillas un poco rojas.
- ¡Contigo quería yo hablar! - dijo la giganta casi derramando la copa de Merlín.
- ¿Conmigo? - Gowther se señaló.
- Contigo mismo - dijo dejando la botella - Vamos al jardín...
- Éstas ebria, tal vez no sea buena idea...
- Estoy perrrfectamente cualificada para hablar - dijo con la voz un poco tonta, agarrando al muñeco del pañuelo de su cuello y tirando de él.
- ¡Gowther! - él se giró a ver a King llamarle - ¡No te he perdonado aún lo quw le hiciste a Diane... y como vayas ahora a borrarle recuerdos... te juro que...
El hada empezó a caer somnoliento sobre la mesa y a acurrucarse en sus brazos, dejando ver en su espalda unas pequeñas alas. Ban empezó a jugar a tirarle del pelo suave y taparle la nariz, mientras Diane se llevaba a Gowther fuera.
El viento fresco de la noche les envolvió y refrescó las ideas, antes de sentarse en un banco, bajo un enorme cerezo.
- Quiero hablar de toooodo lo que nos ha pasado - dijo la giganta.
- Mañana no te acordarás de nada - Gowther la miraba - No tiene sentido.
- Yo quiero hablar ahora joo... echo de menos a Zoba... mucho muchito... y quiero hablar de ella y de esa manía fea de tocar los recuerdos de la gente...
- Le pedí perdón a Guila, pero no a ti. Nos peleamos por algo en lo que llevabas razón.
- No es que llevase razón... yo también estaba muy alterada. Manipular el corazón de las personas es algo muy frío - ella se cruzó de brazos - Pero... cuando dijiste que tú también querías un corazón, me di cuenta realmente de todo lo que te has estado guardando para ti. Nosotros podemos expresar muchas cosas que no entiendes... bueno, empezarás a entenser.
La conversación obligó a Diane a no dejarse llevar por su embriaguez y a hablar con claridad y prestar atención.
- Parece ser que amar era el sentimiento más fuerte que podéis experimentar los que tenéis un corazón, es el sentimiento que todo lo puede curar. Y yo, como la Lujuria, estoy relacionado con el amor... y no sé qué es.
- Si yo no tuviera corazón.... Si yo me pusiera en tu lugar... si, comprendo lo que has hecho... te perdono, ¿Sabes? - dijo con una sonrisa adorable - No quiero imaginarme vivir sin sentir el cariño...
- También debo pedirle perdón a Zoba... - dijo el muñeco mirando al cielo.
- Ella de seguro te perdonará... le gustas muchísimo... eres la primera persona en que se ha fijado. Lo se porque hemos estado años juntas. Ah, también deseo que tus primeras experiencias con los sentimientos sean favorables.
- Arigato – él le levantó ambos pulgares.
- Nee, Gowther... ¿Qué sería lo primero que harías cuando tuvieras claro cómo se mueven tus sentimientos?
- Querer a Zoba.
- ¿¡Qué?! - ella se giró hacia él rápidamente.
- Querer a Zoba. Sincera y desinteresadamente. Esta vez de verdad. Además, ella ya está enamorada de mí, así que será más fácil aprender del amor y del resto de sentimientos con una persona que ya me ama y es tan emocional.
- ¡Pero no la escojas sólo porque ya te ame, imbécil!
- No solo por eso. Ella se expresa bien e intenta comprender todos los sentimientos de las demás personas poniéndose en su lugar. Comprendió mis intenciones incluso justo después de traicionarla, aunque le doliesen, sabía que no tenía mala intención. No sentía pena ni lástima por mi por no ser como el resto, sino que buscó en libros para poder ponerse en mi lugar.
- Zoba es así... - dijo con una sonrisa y cerrando los ojos - Ah... echo de menos restregar la mejilla en su pelo esponjosito y suave...
- ¿La quieres mucho? - preguntó el pelirrosa observandola.
- Imagínate... fue una de las primeras humanas en aceptarme y quererme... tras la guerra hace diez años, viajó conmigo todo el tiempo hasta que nos empezamos a reunir de nuevo. Que me quiten a Zoba es que me quiten una parte de mí.
Gowther sonrió. Conocía ese sentimiento. El de perder a alguien y sentie que te has quedado vacío, pues él sigue así como en la celda. Sólo tienes ganas de abrazar a esa persona tan fuerte como para que te devuelva el relleno de tu vacío interior.
- Me gustas para ella... - dijo Diane en un susurro - Por favor, hazla sonreír todos los días...
Gowther la miraba en silencio. Vieno su pequeña sonrisa y su corazón decidido, algo infantil pero sincero, le hacía saber una de las razones por las que Zoba amaba tanto a esa giganta.
*
Dentro del bar, Merlín se retiró pronto a descansar. Subió las escaleras despacio, y cuando abrió la puerta de su cuarto, se llevo la mano al vientre, dejando salir sangre de su boca.
Una pequeña mano le rodeó la cintura y sostuvo su brazo. Meliodas la miraba sin que el barril le alcohol le hubiese afectado en absoluto.
- Zeldris... ¿Verdad? - dijo.
La maga no respondió, y Meliodas la ayudó a ir a la cama.
- No tienes que fingir, te conozco como nadie - dijo Meliodas arropandola - Puede que a los demás les engañes con tu buena compostura, pero a mi nunca vas a poder esconderme nada.
- Es cierto... - la maga dio un suspiro con una sonrisa - creo que... necesito reposar antes de que enferme...
La puerta se abrió dejando entrar a Escanor, que llevaba un cuenco con agua fría y un paño.
- Yo... también he notado que Merlín-sama no estaba en su mejor momento. Bebió poco y tenía las mejillas rojas... y ella aguanta mucho la bebida... pensé que le entraría fiebre.
Él le colocó un paño húmedo a la maga en la frente, y se sentó en la cama con ella. Merlín había estado muy estresada últimamente. Había usado mucho poder para pelear contra los mandamientos, proteger la ciudad y repararla, buscar a Arthur y a Zoba por el mundo... y ahora Zeldris le había pillado en su espionaje y me había atacado.
Meliodas estaba de brazos cruzados esperando a que Merlín contase lo que había pasado, pero ella empezó a hablar de otra cosa.
- ¿Os acordáis... de cuando nació Zoba? Hace 15 años ya...
- Claro que lo recuerdo... - Escanor sonrió bajo su bigote - Ese día me abrazó, Merlín-sama... - se limpió rápido con un pañuelo la gota de sangre que salió de su nariz al recordarlo.
- Sí, Zaratras acababa de nombrarme caballero sacro y fui a verla - dijo Meliodas llevando sus manos a su cabeza.
- Fue una gran felicidad... tan débil, tan inocente... y tenía tantas ganas de vivir...
La maga miraba al techo con nostalgia. Sí, hace 15 años eran buenos tiempos...
- Me he acordado mucho de su nacimiento ahora con lo que hemos vivido de Gowther y lo de borrar sus recuerdos... a veces pienso que no estuvo bien borrar cinco años de su vida de su memoria...
- Fue para protegerla y hacer que no sufriera. Era lo correcto esta vez - Meliodas lo afirmó.
Escanor suspiró.
- Ella estaba tan desconsolada que fue lo mejor... pero ella debe saberlo algún día.
- Y se lo diré yo. No os preocupéis...
Merlín cerró los ojos para dormir un poco y Meliodas se marchó. Escanor se quedó cuidando de ella todo el tiempo.
*
En la fría y oscura mazmorra de Camelot, Gloxinia entraba abriéndose paso en la negrura con la luz de sus alas. Drole estaba en el patio de mazmorras destruido, al lado, y podía oir a su compañero si hablaba.
- ¿Cómo está? - preguntó el gigante.
- Parece que está a punto de terminar - contestó Gloxinia desde dentro - efectivamente está usando la energía del lugar para mutar. ¿La has tocado?
- Una vez la sostuve en mi mano. Temblaba mucho y le di calor - confesó el gigante.
- Tiene el color de tu piel... no la toques más o podrían salirle cuatro brazos - dijo suspirando - es una verdadera esponja absorbepoderes...
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