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Capítulo 22: Necesidad de abrazarte

Había pasado un día después del gran incidente con los 10 mandamientos, y todos tuvieron tiempo de recuperarse mental y físicamente de ese dia tan marcado en sus corazones. Ahora, los pecados capitales que quedaban se unirían a los caballeros sagrados para proteger al Reino y sus cercanías de los ataques de demonios rojos y grises, además de los mismos 10 mandamientos.

Ban había quedado al mando de estas brigadas, y eso le estresaba mucho. Habiendo dejado alrededores del castillo limpios de demonios y sin rastro de los mandamientos, subió a lo alto de una torre a estar solo y descansar mirando a la distancia.

Haber perdido a su mejor amigo, a su novia y a su compañera de viaje el mismo día le había hecho mucho daño. De los pecados capitales, Ban era el que menos se llevaba con Zoba, no porque le cayese mal ni mucho menos, pero Ban es difícil es tratar y no tiene nada que hablar con Zoba. Pero eso no significa que ella no esté en su círculo de amigos.

Se sentó suspirando y estiró las piernas agotado.

- Demonios... esto de estar al mando es un engorro... - dijo para sí mismo.

- Podrías dejarle el mando a Escanor si tanto te molesta.

Ban abrió los ojos y giró la cabeza. Gowther estaba en la misma torre, pero por el otro lado, haciendo lo mismo que él, pero con un libro en las manos.

- Pensaba que estaba solo - dijo el zorro.

- Si te molesto me voy. Aquí hace demasiado viento para leer. Se me mueven las páginas - se escuchó la cabra.

- No, quédate... además, tengo que hablar contigo.

Gowther lo miró con su pelo ondeando al viento, que se apartó con cuidado y se acercó un poco al zorro para sentarse.

- ¿Cómo estás? - preguntó el más alto poniendo sus brazos tras la cabeza y cerrando los ojos.

- ¿Cómo estoy de qué? - le devolvió la pregunta Gowther.

- Pues con todo esto. Ambos hemos perdido a nuestra novia, y a un amigo importante...

- No puedo sentir nada, Ban. Entiendo el dolor de todos, se cuando la gente está apenada, noto las pérdidas. Pero yo no me aflijo. No tengo emociones.

- Si no tienes emociones, tarugo... - insultó el zorro abriendo un ojo - ¿Cómo amaste a Zoba?

- No la amé - confesó - pero ella sí me amaba a mí.

Ban puso una mueca de descontento.

- Oye, así no funciona una relación. Eso es cosa de dos.

- Zoba era feliz cuando estaba conmigo - dijo mirándole - si mi presencia le hacía feliz y sentirse bien, ¿Por que no darle lo que quería? Yo no perdía nada, ella ganaba todo. Solo que nunca le dije que fuésemos pareja. Yo lo admití, pero no se lo dije.

- Entonces si ella estuviese aquí... - dijo incorporándose el zorro - la tendrías engañada. Ella pensaría que la quieres y no es así.

- Sí, sería una mentira ciertamente - admitió Gowther quitando su mirada - pero eso no quita que me sienta bien estando con ella. Zoba me ha explicado muchas cosas sobre los sentimientos, ella los entiende bien. Es amable y atenta, se preocupa mucho por los demás. Todo esto me hace pensar... en que se ha enamorado de alguien erróneo. Pero eso no se puede controlar, ¿O si, Ban? -preguntó.

El zorro lo miró seriamente sin contestar. Luego cerró los ojos.

- Pues si. Eres una pareja nefasta para ella. Pero eso es asunto vuestro. Eres tú el que siente celos cuando cualquiera se sobrepasa con ella.

- Que yo no siento celos - Gowther frunció el ceño un poco - Para eso, hay que sentir amor, y yo no...

- Gowther, déjalo. No tiene sentido seguir. Dejemos a los muertos tranquilos...

- ¿Estás dando a Zoba por muerta? - preguntó Gowther con un poco de interés.

- Yo experimenté el poder de ese estúpido mandamiento en mi carne - dijo mirando al cielo seriamente - entonces cuando lo veía todo perdido... apareció ella y... estallando con tanto poder me hizo morir. Luego, Escanor me contó lo que había pasado, que una niebla se los llevó a todos cuando Estarossa la estaba asesinando... ese tipo no tiene compasión.

Gowther le observaba callado. Si era cierto que ella estaba viva en el último segundo en que la vieron, pero eso no significaba que siguiese viva después.

- Eh, Gowther - dijo Ban levantándose y dándole la espalda - Tenías razón sobre... lo de tu racionalidad. No debería haber ido allí a intentar defender al capitán. Él no hubiese querido que fuese, y además... he perdido a Elaine. No eres un cobarde, sólo piensas más y mejor que yo. Y por eso quiero darte un consejo - Ban le miró por encima del hombro con ojos tranquilos - Si alguna vez la recuperas... si alguna vez ella vuelve... cuídala. Cuida de lo que es tuyo, no dejes que te la vuelvan a quitar... porque ahora, cuando pienses en ella - Ban sonrió tristemente - te darás cuenta de que los recuerdos no se pueden abrazar...

Gowther tenía la mirada perdida mirando al frente, con la voz de Ban de fondo en sus pensamientos. Estaba valorando las posibilidades de que Ban tuviese razón y Zoba estuviese muerta. Ni siquiera escuchó la llegada de unos caballeros aparecer por la torre.

- Pecado de la Cabra de la Lujuria Gowther - dijo un señor mayor, alto y de largos bigotes y barba, Denzel.

Como Gowther no le respondió, Ban les indicó con la cabeza que era él.

- Quedas bajo arresto, como sospecha de tu perteneciencia al grupo formado por los 10 mandamientos. Hasta que se demuestre lo contrario, serás encarcelado.

Unos caballeros pasaron al lado de Ban para levantar a Gowther del suelo y esposar sus manos sin que él pusiera resistencia o ser consciente. Ban lo miraba sin entender.

- ¿Gowther? ¿De los 10 mandamientos? - dijo parpadeando.

- Tenemos pruebas suficientes para acusarle - confirmó Denzel.

Cuando los caballeros pasaron al lado de Ban con Gowther, él puso la mano en el pecho del muñeco parándolo y se inclinó a su oído.

- Te has ganado el odio de Diane, te has ganado el odio de King y casi el de Escanor. Ahora también tienes el mío.

Empujó su pecho apartándolo de su camino y se marchó a paso rápido y enfadado. Gowther no reaccionó. Seguía en su trance, y fue conducido hasta las mazmorras de palacio.

*

Pasaron un par de días más después esto, y ahora el castillo estaba lleno de ruidos de trifulcas y peleas con demonios. Pero todo esto no llegaba a las mazmorras. A nadie le importaba de que nuestro adorable muñeco siguiese encerrado, ni a él mismo, casi. Pasó este par de días sumido en sus pensamientos, sin articular palabra, sin comer, beber o dormir. Sólo pensaba y recordaba.

Por su mente pasaban todas las imágenes desde aquella vez que sorprendió a Zoba, Hawk y Elizabeth colgando panfletos del Boar Hat, mientras él estaba disfrazado de Alan, hasta el momento en que la magia de Gilfrost (Vivian, traidora, me hiciste ilusiones, ¡Tú tenías prohibido acercarte a Gil!) no le afectó.

Estaba de pie, delante la poca luz que entraban por unos pequeños barrotes en lo alto del muro, con su fino cuerpo congelado por la humedad al tener sólo ese camisón de prisionero, pero él no se daba cuenta. Recordar la sonrisa, la cara de mal humor, las lágrimas, su rostro durmiente o las tonterías que hacía Zoba intentando darse seguridad y fuerza de su voluntad hacían olvidar las necesidades de su cuerpo humano de calor, hambre y sueño.

La puerta de su celda se abrió con un gemido largo y chirriante, dejando entrar el sonido de unos zapatos de tacón para luego cerrar tras de sí.

- Vaya, así que es cierto que estás aquí...

Merlín dejó una cesta y unos libros sobre su ruda cama de madera y vio que las gafas de Gowther estaban sobre ella. Miró al muñeco estar de cara hacia la luz de los barrotes, sin articular una palabra, ni girarse a verla, con las manos en forma de cuenco a la altura de su pecho.

- Te he traído comida. Con todo lo que está sucediendo ahí arriba, no me extraña que se hayan olvidado de ti. Seguro que no te han traído nada de comer - dijo con su sonrisa tranquila.

- ¿Por que...? - se escuchó decir a Gowther con una débil voz.

- ¿Por qué? No hay un por qué. Yo he estado encerrada en mi laboratorio y tampoco he comido ni dormido, pero por mi cuenta, sí que podría haberlo hecho. A ti nadie te ha traído comida - dijo sentándose al lado de sus gafas en su cama, notando lo dura y lo incómoda que era.

- No, ¿Por qué...?

Gowther se giró hacia ella. Tenía los ojos vidriosos, con largos regueros de lágrimas en sus mejillas hasta la barbilla, que goteaban hasta sus manos en forma de cuenco, recogiendo todas sus lágrimas. Sin embargo, su cara estaba como siempre, pero con sorpresa.

- ¿Por qué estoy llorando? Yo no lloro, Merlín...

La maga se sorprendió poniéndose recta y cruzando las piernas. Rápidamente, sus ojos se llenaron de interés y una sonrisa curiosa apareció en su boca.

- ¿Cómo estás, Gowther? ¿Sientes... tristeza?

- No. Creo que no...

El muñeco miró sus manos. Estaban hasta el borde llenos de sus lágrimas, y las lanzó al cielo haciéndolas brillar como rocío con la poca luz azulada que entraba por los barrotes.

- Se puede llorar por muchas cosas -la maga quiso continuar, pero Gowther la interrumpió.

- Tristeza, alegría empatía, furia, dicha, agonía, impotencia... Zoba me explicó que las lágrimas no estan asociadas sólo a la tristeza.

- Claro. Cuando una emoción es tan fuerte e intensa, necesitas...

- Llorar - volvió a interrumpir - el cuerpo quiere expulsarlo en forma de lágrimas para relajarse. Me lo dijo Zoba.

- Zoba era una llorona muy emotiva. Es normal que te haya enseñado tanto de ello...

- Yo no tengo emociones que expulsar.. no lo siento... entonces ¿Por qué lloro? - Gowther se frotó las mejillas con las mangas para limpiarse.

- ¿Has estado pensando en ella? - dijo la maga con una sonrisa.

- Desde el momento en que cerraron esa puerta y me dejaron sólo - confesó - No tenía nada con lo que pasar el rato... así que me puse a pensar en lo ocurrido, y una cosa llevó a la otra...

Merlín le tendió las gafas a Gowther, que él limpió con el borde de su camisón antes de ponerlas de nuevo en su helado rostro. Luego se sentó en el suelo al lado de la cama, dejando ese espacio para ella, y abrazando sus rodillas.

- Debes estar helado... aquí no entra nada de calor... - dijo Merlín sacando algo parecido a un termo de la cesta y dándoselo.

- Cuando pienso tan profundamente, me olvido del exterior - dijo tomándolo y calentando sus manos con él - es como soñar sobre mi pasado con ella... Es curioso... Meliodas también ha muerto, y noto bien el dolor de los demás, y noto la pérdida en mí... pero no me siento mal... sin embargo... si pienso en Zoba, me lleno... pero cuando abro los ojos, vuelvo a la realidad y... no está... me vuelvo a vaciar.

- Es maravilloso lo que describes - Merlín estaba muy satisfecha - Debe ser algo muy intenso para ti.

- Ban tenía razón...

Gowther cogió su fría almohada dejando el termo a un lado sin probarlo y escondió su rostro en ella, apretando sus rodillas y encogiéndose contra el muro.

- Pensar en ella es agradable y doloroso... pues puedo mentirme a mí mismo diciendo que ella está aquí de nuevo... pero no puedo abrazarla...

- Ban sabe lo que es extrañar el cariño - Merlín miró al techo - un chico criado sin amor que creció hasta encontrarlo... y perderlo muy pronto. Es raro, pero en estos temas, Ban es mejor que yo para hablar.

- Pero Ban ha dicho que la pareja que haríamos sería nefasta - la voz de Gowther sonaba muy grave al estar contra el cojín.

- Sois muy diferentes en realidad. Tú no puedes entender la intensidad con la que ella manifiesta su emociones, más intensas que el resto de los humanos, pero estás aprendiendo.

- Y ella no puede entender la carencia que yo tengo al no poder tener nada de eso. Ni una pizca - Gowther apretó el cojín entre sus manos con fuerza.

- Puede que no... - dijo con una sonrisa tomando uno de los libros - Pero créeme que lo intentaba.

Lo tendió hacia Gowther con una sonrisa, y al ver que el muñeco no le miraba, dio con el un golpe en su cabeza. Gowther se frotó la cabeza molesto y la miró.

- Tómalo. Era de Zoba. Elizabeth recogió sus cosas un poco, y lo vio escondido bajo su montón de paja. Sería bueno que le echases un vistazo y te entretuvieras.

Gowther cogió el libro mirándolo con curiosidad mientras Merlín se levantaba.

- Tengo que dejarte. He estado recluída en mi laboratorio y ahora necesitan mi ayuda ahí fuera - ella puso una malévola sonrisa con enfado - Esos mandamientos me quitaron a mi objeto de investigación... mi pequeña esponjita mutante... ahora me vengaré quedándome a uno de ellos - dijo caminando hacia la puerta.

Gowther la miró de reojo antes de centrarse en el libro. Como buen lector que era, miraba siempre el resumen trasero del libro antes que la carátula.

  - "Hay palabras que no pueden olvidar" - leyó Gowther - "Estas palabras le fueron dadas por alguien que ella aprecia, más que nadie. Ella todavía no sabe su significado. Ahora en su nuevo viaje cercano a las palabras y al corazón, se encuentra cara a cara con las emociones de las personas y las diferentes formas de amor. Todo el tiempo buscando el significado de esas palabras que no puede olvidar"

La puerta de la celda se cerró dejando a Gowther solo de nuevo y dejando el eco de los tacones de Merlín desvaneciéndose en el aire. Gowther quedó lleno de curiosidad con esa pequeña lectura y giró el libro para ver la hermosa portada bien cuidada que tenía Zoba escondida.

- "Violet Evergarden" - dijo acariciando la portada - ¿Tú has estado ayudando a Zoba a entender lo que es no tener emociones?

El vio que había un marcapáginas puesto a tres cuartas partes del libro, y dedujo, por el olor dulce, que era que Zoba no llegó a terminar su lectura. Se movió debajo de los barrotes en busca de un poco más de luz y abrió el libro para empezar a leer.

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