Capítulo 15: Quererte mucho más de lo que te odio
Montados en la mamá de Hawk, el grupo empezó a encaminarse hacia la aldea de los Gigantes, donde según la información de la pérdida de memoria de Diane llevaba al grupo, el lugar donde vivía antes de pertenecer a Nanatsu no Taizai.
King se había quedado con el resto en la parte de fuera del bar, mirando al horizonte, hablando consigo mismo; y Zoba dentro de la cocina. Meliodas la había puesto a cocinar, ¿por qué? Por muchas cosas: a Zoba le relajaba cocinar, y ahora que no tenía sus peligrosas uñas, podía manipular mejor los objetos; también le relajaba hacerlo y ahora debía estar alejada de King y sus nervios o se iba a alterar también; y finalmente, porque todos tenían que estar comidos.
Gowther, sentado en una de las mesas del bar, miraba por la ventana. Sabía bien que ahora mismo los miembros del grupo no querían verle mucho, ni oírle, ni notarle, por lo que se quedaba dentro, aunque no sabía cómo se sentirían. En su cabeza pasaban muchas cosas, pero sobre todo el golpe que le dio Zoba, con una fuerza tan asombrosa que se la arrancó de encima de los hombros.
Entonces, se le ocurrió una cosa. Si Zoba es una humana... ¿de dónde venía? ¿Por qué fue aceptada en el grupo? ¿Qué hacía antes de ser traída aquí? Nunca se lo había planteado, por raro que pareciese. Se giró en su silla mirando a la cocina. Escuchaba a Zoba poner cosas en las sartenes y suspirar.
Puso sus dedos como si fueran una pistola, e hizo el amago de disparar. Una flecha de su poder fue desde su dedo hasta clavarse en la cabeza de Zoba. Luego, fue a la cocina. Ella estaba mirando al frente con la mirada perdida, delante de los fogones.
Gowther empezó a retroceder en su mente. Retrocedió semanas, meses, cambios de forma, cambios de paisaje, compañías... llegando a retroceder unos 10 u 11 años, y entonces... se paró.
Él giró la cabeza interesado. 11 años atrás, Zoba no tenía recuerdos. Mejor dicho, no existían, porque no estaban encerrados en su mente. Había un gran vacío que terminaba con la cara de Meliodas sonriéndole. Gowther miró sus primeros recuerdos. Meliodas estaba hablándole.
"- Así que... esa es tu historia, ¿verdad? ¡Interesante! ¡Sígueme, no tenemos tiempo que perder!"
Gowther se colocó las gafas mirándola. Ella se veía igual que hace 10 años, no había estado más joven ni envejecido, y es lo que hacen los humanos. 10 años en la juventud cambian mucho a una persona. ¿Por qué no había investigado esto antes?
- ¡Eh, Zoba! - la voz de la Pereza se escuchó entrando en la cocina - Huele a quemado...
Al entrar, encontró a Zoba sola delante de las sartenes, sin reaccionar.
- ¿eh, Zoba? ¿Estás bien? - él zarandeó su hombro, haciéndola volver a la normalidad.
- ¡Se me quema, se me quema! - ella se apresuró a sacar las cosas del fuego.
- Parecías perdida... ¿pensabas en Diane? - preguntó bajando al suelo.
- Pues... sinceramente no recuerdo en qué estaba pensando... que torpe...
Antes de que pudieran seguir con su conversación, el Boar Hat se sacudió de sobremanera. King apartó a Zoba del fuego antes de que cayesen sobre ella la comida y el aceite hirviendo y saló volando con ella fuera. Gowther salió después para que no pareciese que estaba, efectivamente, espiando.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó ella.
Todos guardaron silencio un momento. Luego, Meliodas se giró con su característica sonrisa.
- Nada, no te preocupes... sólo que cambiaremos de rumbo. Diane está a salvo e iremos a otro lado antes.
- ¿¡Que?! ¡No! - Zoba se asustó - Meliodas, por favor, no abandone a Diane...
- No la estoy abandonando, pero quiero que entiendas algo. Ella está bien. Y es muy peligroso ir ahora.
La mirada confiada de Meliodas hizo que Zoba mirase a otro lado con los ojos llorosos. Movió los ojos en busca de King, y lo encontró mirando al horizonte. La Pereza se giró a mirarla con una débil sonrisa y se acercó flotando hacia ella. Tomó sus manos levantándolas y las apretó entre las suyas pequeñas.
- Se que te duele y te molesta... se lo que sientes... - King sonrió - Nadie duda que ames a Diane.
- Sí, él sí - Zoba soltó una mano, señalando a Gowther a lo lejos - ¡Si no lo dudase no me haría tanto daño!
Gowther asomó los ojos inocentes por encima de su libro mirando curioso al escuchar su nombre.
- No dudo que la quieras, pero veo complicado que tu amor por Diane sea correspondido. Es un trío amoroso muy extraño entre la Envidia, la Pereza y tú.
Zoba le arrebató a King su cojín y se lo lanzó con gran fuerza a Gowther a la cara, haciendo que se cayese de espaldas en su asiento.
- ¡No es esa clase de amor! ¡Ni me hables!
King, desde cerca, veía la cara de rabia que tenía Zoba, una mezcla de odio, impotencia y tristeza. En realidad no quería pegarle, no quería hacerle daño, pues cada golpe que le daba le dolía más a ella que a él. Mucho más.
Arthur se acercó a Merlín y susurró con disimulo.
- ¿Estos dos están siempre así? Desde que los conozco se están peleando...
- Se quieren mucho más de lo que se odian - Merlín los miraba sonriendo de brazos cruzados.
Arthur los miró algo confuso. ¿Se quieren? Eso va para los dos y es mutuo... pero Gowther... ¿Merlín se está equivocando?
- Ya hemos llegado - anunció Meliodas - Bienvenidos a la tierra de los druidas.
Todos se bajaron de mamá Hawk y entraron caminando a ese maravilloso pasaje, una pequeña isla en todo ese desierto. Caminando, Zoba iba delante, al lado de Elizabeth y Meliodas, y al final del todo, Gowther. Quería estar lo más alejada posible de él. No quería verle, en absoluto. Meliodas le dio un codazo cariñoso sonriendo.
- ¿Qué te pasa en la cara? Zoba nunca se enfada - dijo sonriendo.
- Zoba sí se enfada, Meliodas... - ella hinchó los mofletes mirando a otro lado.
Meliodas echó un vistazo hacia atrás.
- Gowther te está mirando.
- ¡Que no me mire!
Ella se sonrojó fuertemente y buscó algo para lanzarle a la cara. Al no encontrar nada, agarró a Hawk y lo levantó por encima de su cabeza. El cerdo movió sus patas nervioso.
- ¡Loca, loca! ¡Bájame, cerdaca! ¡No soy un arma arrojadiza!
Elizabeth se puso a reír. Ellos irían ahora a hablar con los druidas, a entrenar, a sacar sus verdaderos poderes, aumentar sus potenciales. Zoba sonrió. Tenía muchísimas ganas de ser fuerte, por Diane, por todos, por ella misma.
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Si, llevo mucho sin actualizar y es cortito, pero estoy liada con cositas... perdón :3
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