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Capítulo 2.

— ¡Honey! —fue lo primero que escuché cuando abrí la puerta, no pude ver mucho de mi amigo puesto que de inmediato me abrazó, a lo que yo respondí abrazándolo de vuelta, después de unos segundos nos separamos.

— Hola Kookie — lo saludé con una gran sonrisa y me hice a un lado para que pasará para después cerrar la puerta.

— ¿Qué tal tus exámenes? —preguntó en lo que se quitaba sus zapatos y se ponía sus pantuflas negras que ya tenía guardadas aquí por cada vez que venía a visitarme, dejó su maleta y mochila en la entrada y entró a sentarse en la silla de la mesada de la cocina. Yo lo seguí mientras soltaba un suspiró.

— Bien, estoy exhausta a decir verdad, pero por fin acabaron, ¿tú cómo vas con el trabajo?

Caminé hacia la estufa donde estaban todos los ingredientes para preparar la comida. Empecé a cortar verduras para hacer un ramen para los dos.

—Estoy muriendo lentamente, he avanzado bastante con el proyecto pero me falta algunos detalles, ya no quiero ser adulto. —volteé a verlo divertida y él me hizo un puchero, se veía tan malditamente tierno cada vez que hacía eso. Puedo decir que su parte tierna solo la conocíamos yo y... Realmente solo yo. Era divertido cuando se comportaba así porque con su imagen de chico bad boy, sus tatuajes y perforaciones no parecía ser de ese tipo de chicos adorables, pero a él le quedaba todo bien.

Me reí mientras seguía cortando las verduras. —Y esto solo es el comienzo, cuando tu papá te ponga al mando de la empresa será más difícil.

—Que buenos ánimos me das. —se quejó sarcásticamente y yo solté una carcajada.

—Sabes que bromeo, eres muy bueno en lo que haces y te irá muy bien.

Jungkook había estudiado economía y administración de empresas, su padre era dueño de una gran disquera en Corea y Jungkook siguió sus pasos, cabe decir que desde chico estuvo muy involucrado en la música, tenía un don para eso, claramente el señor Jeon no quiso dejarle todo a manos llenas a su hijo y lo hizo empezar de cero en su empresa para que conociera más sobre lo que sería su herencia y aprendiera sobre humildad y que todo en la vida costaba, Jungkook nunca se quejó, era agradecido con lo que tenía y tenía los pies sobre la tierra, siempre fue amable con todos a pesar de ser un niño riquillo. Y sus padres lo educaron bien, debo decir.

—¿Qué nos harás de comer? Muero de hambre. —sentí su presencia atrás de mí al oler la fragancia que emanaba, era una loción que le había regalado en su cumpleaños, ladeé la cabeza un poco al verlo asomarse y su rostro estaba arriba de mi hombro demasiado pegado a mi rostro, veía con ojos brillantes la comida que estaba haciendo. Él no conocía sobre espacio personal conmigo, no era que me molestara.

—Ramen, y tengo carne de cerdo para acompañar con arroz en el refri.

— ¡Dios! No sabes cuánto amo tu comida. —dicho esto beso mi coronilla y salió de la cocina. —Pondré música...—anunció a lo lejos mientras le pedía a Alexa que pusiera música y empezó a sonar Crooked de G-Dragon.

Sonreí de lado en lo que seguía con mi labor, sabía que vendría hambriento de su trabajo. Seguí en lo mío unos minutos más, me asomé para ver que hacia puesto ya que todo había quedado en silencio salvó la música que se escuchaba de fondo, lo descubrí sentado con su laptop en la mesada de la cocina, tenía sus ojos fijos en la pantalla, mantenía el ceño fruncido y mordía los dos aros que tenía en la esquina de su labio inferior, señal de su concentración. Se veía tan malditamente sexy, como sus dientes mordían ligeramente sus labios, y con la punta de su lengua jugaba con los aros de su labio, de solo verlo pensé en muchas cosas que no eran necesariamente lo más puro de mi mente, sacudí la cabeza y regresé a lo mío.

Voy a contar un poco mi historia con Jungkook, nos conocimos desde que estábamos en pañales, por nuestras mamás, ellas eran muy amigas desde la universidad, y siempre estuvieron en contacto, vivían muy cerca de nuestra casa y nos metieron a la misma escuela, aunque él era un año mayor que yo, siempre nos llevamos muy bien, éramos uña y mugre; a pesar de los años, y de que teníamos otras amistades nunca dejamos de ser mejores amigos, él me defendía en la primaria ya que yo fui una niña gordita y para colmo muy tímida, mis compañeros solían hacerme bromas o comentarios sobre mi cuerpo, pero él siempre me defendió de todos. Conforme fuimos creciendo él se puso cada vez más guapo y yo me propuse a bajar de peso, mi amigo se volvió famoso entre las chicas y algunas me odiaban porque veían que pasábamos muchos tiempos juntos, pero para que no me molestaran él mintió diciendo que éramos primos y así todas después quisieron ser mis amigas, al final terminaron enterándose que era mentira y volvieron a ignorarme, hipócritas. Tuve un gran enamoramiento con él desde los diez años hasta los dieciocho, claramente jamás se lo dije, no quería arruinar nuestra maravillosa amistad (y tampoco quería ser humillada con su rechazo), además de que él siempre me vio cómo su hermana pequeña, alguna vez llegué a pensar que él sentía lo mismo por mí por sus actitudes que tenía conmigo y quise declararme primero aún con miedo a que me rechazara y echara a la basura tantos años de amistad, pero después de mi primera fiesta en la cual no recuerdo mucho porque terminé demasiado borracha, él empezó a salir con su primer gran amor SuJin (y su única novia debo agregar), él nunca dejó de ser tan lindo y atento conmigo, y ahí entendí que solo eran imaginaciones mías, Jungkook siempre sería súper lindo conmigo justamente por eso, era su mejor amiga de toda la vida, tenía absoluta confianza en mí y no cambiaría nada. Al entender eso, poco a poco fui apagando las ilusiones que tenía con él y empecé a verlo como lo que siempre iba a ser, mi mejor amigo, dedo admitir que me puse demasiado triste (y celosa) cuando empezó a salir con SuJin, y ni siquiera podía odiar a la chica porque era un amor de persona, pero con el paso del tiempo me acostumbré a su relación. No podía mentirme tampoco, me seguía gustando, pero tenía muy clara mi realidad, y por eso mismo nunca hice o dije algo para que él me viera con otros ojos, para no arruinar lo que teníamos o que él se pusiera incómodo. Aún con sus halagos o comentarios fuera de lugar que siempre me daba o lo cariñoso que era, me las arreglé para entender que solo lo hacía por mí –antes- baja autoestima.

Puse la comida ya echa en platos limpios, y empecé a servirlo a un lado de él para que pudiera comer mientras trabajaba, yo por mi parte me serví y me fui a sentar al sillón para comer en lo que veía mi dorama del momento. Y sí, era una fan de ver doramas.

—¡Oye! —escuché como gritaba, apagaba a Alexa y agarraba sus platos para empezar a caminar hacia mí. — ¿Por qué me dejas solo comiendo? —se quejó.— Que mala anfitriona eres. —me acusó y se sentó a mi lado viéndome con un puchero.

Me reí por su berrinche. —Creí que comerías en lo que trabajabas. —me encogí de hombros y me metía ramen a mi boca.

—Entiendo que te dije que tenía mucho trabajo pero tampoco es para tanto, solo son detalles los que tengo que acomodar, no me llevaré todo el fin de semana en eso.

—Dijiste que tenías muchísimo trabajo y por eso te urgía venir a quedarte conmigo. No quería interrumpirte. —enarqué una ceja.

—Puede que haya mentido un poco, si tengo mucho trabajo pero ya había adelantado bastante, fue un pretexto para poder ver a mi chica favorita. —dicho esto me dio un guiño y yo tragué grueso la comida que tenía en mi boca. A esto me refería con sus comentarios.— Si tengo mucho trabajo pero no es tan exagerado como lo envié por mensaje.

—Eres un mentiroso. —lo culpé— No necesitas buscar pretextos para venir a verme. —Hice una pausa y él río en lo que empezaba a comer— Espera... ¿Entonces era mentira lo de la luz de tu departamento? —lo miré con el ceño fruncido.

Mi amigo de inmediato negó con la cabeza rápidamente. — No, eso sí es completamente verdad, y también que no quería estar en casa de los primos desastrosos, con ellos no hubiera podido estar tan tranquilo para trabajar y RM también tiene mucho trabajo que hacer, necesita entregar una composición para el lunes a primer hora.

Namjoon o conocido también como RM era el mejor amigo de Jungkook y Jin, mi hermano, después de un tiempo también se convirtió en amigo mío, trabajaba en la disquera del señor Jeon, era compositor y productor junto con otro de nuestros amigos, Yoongi.

—El punto es... —siguió hablando— no porque tenga trabajo significa que no puedo tomarme unos momentos para comer contigo.

— Owww, a veces eres todo una ternurita. —hablé con voz tierna mientras le apretaba la mejilla dulcemente.

— Lo sé. — afirmó orgulloso.

Seguimos comiendo tranquilamente mientras veíamos el dorama en emisión. Jungkook como siempre se reía de mis caras de enamorada o mis gritos de emoción cuando pasaba una escena romántica.

Al terminar de comer, se ofreció a lavar los trastes y aunque me negué muchas veces terminó haciéndolo cuando me distraje por la video llamada que empezó a sonar en mi teléfono, era SeokJin. Acepté de inmediato la llamada.

—¡JIN! —grité al ver el rostro de mi hermano en la pantalla.— Que mal te ves....— le dije mientras miraba las bolsas oscuras bajo sus ojos.

—Hola pulgarcita, yo también te extraño mucho. —la risa estruendosa de JungKook sonó de fondo al escuchar el apodo que mi hermano mayor tenía para mi.

Gruñí, y no era que me molestará que mi hermano me dijera así, pero a mi amigo pelinegro le daba bastante risa mi estatura, y tardaba un buen rato haciéndome burla. —Cállate, y ponte a lavar los trastes, chismoso. —le grité y él río más fuerte mientras seguía lavando los platos.

—¡Oh! ¿El narizón está contigo? —ahora fue mi turno de soltar una estruendosa carcajada mientras caminaba hacia la cocina y me ponía a un lado de mi alto amigo que ahora estaba serio por escuchar el apodo que mi hermano le había puesto cuando éramos pequeños, puse el celular para que nos enfocara a los dos.

Jungkook traía puesto mi mandil rosa para no ensuciarse la ropa que a decir verdad le quedaba pequeño, y traía puesto guantes rosas que lo más seguro es que también le quedarán pequeños. Jin rió fuerte al verlo.

—Veo que mi hermana te tiene bien educado, cuñadito. —rodeé los ojos al escuchar a mi maldito e indiscreto hermano.

Jin tenía la esperanza de que terminaríamos juntos en algún momento, y siempre nos molestaba con eso. O más bien a Jk, y eso no es todo, a mí me incomodaba más porque él sabía perfectamente el flechazo que tuve por años con mi mejor amigo.

—¡Hyung! No digas eso, tu hermana no es tan afortunada. —abrí mi boca en una "O" indignada y le di un golpe en su muy trabajado estómago, que claramente no le hizo ni cosquillas.

Jin frunció el ceño en modo de resignación. —¿Qué dijiste, maldito narizón? Mi hermana es demasiado para ti. —refunfuñó. —Sal de su casa ahora mismo, que también es mi casa porque yo pago la renta, no te quiero ver más. —señoras y señores, el dramático de mi hermano, no me quejaba porque yo era igual.

Jungkok soltó otra risa divertida, cerró el grifó cuando terminó de lavar los pocos trastes que habían y empezó a hablar mientras se quitaba los guantes. —Sabes que es broma, hyung. Soy perfectamente consiente que el afortunado sería yo. —Jin rodó los ojos y se río.

—Si, hola, yo sigo aquí... —empecé a hablar. Jin mandó su mirada a mí y sonrió grande. Jungkook mientras tanto me apretó mi mejilla levemente y después se fue a sentar para seguir trabajando en su laptop y yo me apoyé en la mesada mientras seguía viendo a mi hermano.

—Pulgarcita de mi vida. —Empezó a hablar mi hermano— solo quería decirte que ya te mandé dinero y revisaras tu cuenta.

Jin era como mi padre, después de la muerte de nuestros papás, él se hizo cargo de mí, aunque ellos nos habían dejado una pequeña ayuda económica por si les pasaba algo. Nuestros padres nunca fueron ricos como los de Jungkook, pero tenían buenos trabajos, vivíamos cómodamente y nunca nos hizo falta nada, cuando fallecieron, nos dieron un dinero que nos dejaron, no era el dinero del mundo pero al menos ayudó mucho a mi hermano y a mí los primeros años, yo empecé a trabajar de medio tiempo, aunque eso no le agradó en un principio a Jin porque decía que quería que me enfocará solo en mis estudios, pero no quería sentirme una carga para él, mi hermano ya trabajaba desde antes y apoyaba a nuestros papás con algunos gastos, siempre fue un hijo presente. Él vivía solo pero cuando pasó el accidente me mudé con él a su departamento y viví ahí hasta hace un año y medio que tuvo que mudarse a Japón, él fue director de una marca de videojuegos, después se asoció con uno de sus compañeros para crear su propia mini empresa de video juegos, para eso tuvieron que empezar en Japón y les ha ido demasiado bien y económicamente hablando también, hasta hace un año sacaron al mercado su primer juego y ha tenido buenas reseñas. Se suponía que iría solo un tiempo en lo que hacían crecer la empresa y regresaría, tuve la oportunidad de irme con él pero sinceramente no la quise tomar ya que estaba por acabar mi carrera y no quería atrasarme mucho más de lo que ya estaba, porque era repetir varias materias. Y lo que más me urgía era ya graduarme.

—Gracias Jin, pero espero no te hayas emocionado como la vez pasada. —mencioné, a veces me dejaba mucho dinero de más, y entendía que ya ganaba bien, pero aun así me sentía un gran peso para él. Ese dinero lo podía ocupar para ahorrar y comprarse una casa, yo seguía trabajando como podía en una cafetería, que si bien solo iba de lunes a jueves en la tarde, también daba tutorías a niños de secundaría para idiomas los fines de semana. Suficiente ayuda me daba pagando mi renta donde vivía y los gastos básicos que eran la luz e internet, en eso habíamos quedado, pero él no sentía que era suficiente y quería seguir manteniendo todos mis gastos como si fuera su hija.

—Deja de decir eso, puedo mantenerte perfectamente bien sin que tengas la necesidad de trabajar —se quejó— ya casi te gradúas y solo quiero que estés enfocada en tus materias, el otro año ya podrás trabajar todo lo que quieras, porque serás una adulta completa —quiso insistir como todas las veces que sacábamos al tema el dinero y trabajo.

—Sabes cuál será mi respuesta como lo ha sido todos estos años —hablé seria, él no entendía la carga que me sentía para él, y era demasiado frustrante para mí.

Soltó un sonoro suspiro y proseguí a cambiar de tema. — ¿Ya me dirás porque tienes esa cara tan cansada y esas enormes ojeras? ¿Está yendo bien la empresa? —pregunté preocupada.

Él me sonrió con ternura. —A veces eres como mamá. —negó con la cabeza y pasó un brillo de nostalgia por sus ojos y yo sonreí con cierta tristeza, era algo que me repetía mucho, pero yo sentía que él se parecía más a ella y yo a papá.— Estoy bien, solo que vamos a sacar otro juego y unos empresarios de Estados Unidos quieren invertir con nosotros, tenemos junta la próxima semana y hay mucho trabajo, debemos de tener todo listo el día que vengan, si ellos deciden invertir, todo esto crecería aún más y queremos abrir una nueva sucursal en Corea— dicho esto una enorme sonrisa de esperanza salió de mi boca, y es que de verdad extrañaba a mi hermano como no tienen una idea, lo había visto por visitas que él me hacía o yo, pero aun así no era lo mismo, mis ojos se pusieron cristalinos de la felicidad al pensar que podría regresar— si nos va tan bien como esperamos podría regresarme por fin, estoy trabajando duro para que salga todo perfecto, no he dormido bien y....— hizo una pausa al verme fijamente— ¿Estas llorando? —mis ojos se pusieron rojos lo más seguro, y es que yo no podía ni soltar una lágrima porque ya todo mi rostro estaba rojo en automático, mi cara era muy escandalosa cuando lloraba. Al escuchar a Jin decir esto Jungkook subió rápidamente la mirada para verme, sabía que estaba escuchando, era un chismoso de primera, se levantó de su asiento y rodeó la mesada para llegar frente a mí pero dándome mí espacio, con una mano rozó mi brazo dándome apoyo. Él sabía perfectamente lo que Jin significaba para mí y lo difícil que era tenerlo tan lejos.

—No estoy llorando, o sea si, solo se me lagrimearon los ojos un poco— empecé a explicar, no quería que se sintiera mal por verme así, no me gustaba causarle ninguna molestia— solo me pone feliz la posibilidad de que pronto regreses. —le sonreí mientras pestañeaba mucho para que las lágrimas se fueran. Y es que yo era una llorona, la verdad es que a veces exageraba de sensible y más cuando se trataba de personas que amaba.

Jin también se puso rojo y puso sus ojos de cachorro, sabía que igual se estaba aguantando las ganas llorar, era de familia lo llorones. —A mí también me llena de felicidad la posibilidad de regresar, pulgarcita. Te extraño demasiado y eres mi principal motor para que esto crezca —al decir eso una lagrima salió por mi ojo, se sentía bonito que tu hermano te considerara así, no todos los hermanos eran tan unidos como él y yo. —Sé que nos irá demasiado bien, por eso estoy poniendo todo mi empeño en esto, además de que no puedo dejarte más tiempo sola con el tarado de Jeon. No sabe ni cuidarse él mismo —bromeó para aligerar el ambiente, yo reí mientras sorbía la nariz y Jungkook se puso a mi lado con cara de indignación viendo la pantalla.

—Hyung, te recuerdo que sigo aquí, y mis papás y yo hemos cuidado muy bien de Haneul. —se defendió. Jin rió y asintió.

—Sé que todos han cuidado muy bien de mi hermana — respondió y volvió a dirigirse a mí— Incluso Yoongi a veces me manda mensaje cuando te ve y me dice cómo estás, porque claramente a veces pecas en comunicarte. —Le regalé una sonrisa inocente porque tenía razón, a veces me tardaba en responder días, tampoco algo exagerado, no era que tuviéramos que hablar todos los días, pero a veces si él no me hablaba yo no daba señales de vida, solía ser despistada.— En fin, niños, me tengo que ir porque debo trabajar.

Ambos asentimos a mi hermano y nos despedimos de él con una sonrisa, y Jin recordándole al chico a mi lado que cada vez lo veía más narizón para luego reír de su propio comentario y colgar rápidamente, no sin antes decirme un "te amo", era completamente agradecida y afortunada por tener un hermano como él. Cuando detuve mi risa volteé a ver al chico guapo que tenía como mejor amigo.

—¿Estás bien? —me preguntó y sabía que se preocupaba por mi bienestar emocional, sabía lo sensible que a veces era.

—Lo estoy, solo que lo extraño mucho—hice una mueca para evitar llorar, de seguro seguía roja de la cara. Él paso sus brazos por mis hombros y me abrazó mientras me besaba la frente, yo correspondí abrazando su cintura.

—Pronto va a estar de vuelta, te lo prometo... —sonreí mientras asentía— ¿Quieres ir a distraerte un rato? ¿Vamos a Blacklist? Los chicos me dijeron que irían ahí a despejarse un rato, y la verdad yo si lo necesito — preguntó luego de deshacer el abrazo y caminar hacia su laptop, lo seguí y vi que estaba apagando el aparato.— Y tú también lo necesitas, hay que festejar el termino de tus exámenes.

—¿No crees atrasarte? —fruncí el ceño. Parecía yo más preocupada por su trabajo que él.

—Es viernes por la noche, aún me queda el sábado y domingo, por una noche tranquila con mis amigos está bien, también irán Minah y Jiwoo.

—Malditas, no me dijeron nada...—me quejé mientras desbloqueaba el celular y entraba a nuestro chat grupal para encararlas, ¿Qué clase de mejores amigas eran? —Son unas pésimas ami...—callé al ver varios mensajes de ellas en nuestro grupo de chat hablando sobre justamente ir a tomar algo con los chicos, claramente yo no había visto porque desde que llegué a casa solo estuve enfocada en Jungkook, la llamada con mi hermano, comer y mi dorama. — Retiro lo dicho.

Mi tatuado amigo me vio burlescamente. — ¿No habías visto el celular verdad? Típico de ti. Me dijeron que las estabas ignorando y yo te dijera, les avise que estaba contigo, Minah me mando mensaje preguntando por ti. —empezó a caminar a mi habitación, que era el único que había en el departamento, mientras cargaba su maleta. Yo lo seguí mientras seguía viendo los mensajes, unos eran de mis alumnos de las tutorías, compañeras de clase y el más reciente era de Hoseok que se quejaba por no responder los mensajes que me había mandado, al parecer él había organizado la salida. Qué raro (sarcasmo).

—Entra tu primero a bañarte, yo saldré a hacer una llamada. —empezó a decir para darme espacio, asentí con la cabeza a su mandato. Salió de la habitación y me quedé sola, no tenía tantos ánimos de salir realmente, con los exámenes recién acabados, solo quería descansar, pero hace mucho que no salía con todo nuestro grupito juntos, y ya los echaba de menos. Sabía que mi resistencia al alcohol no era buena cuando estaba cansada, así que no tomaría tanto. Además, ¿qué podría salir mal? Era una simple salida tranquila con mis amigos.


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Hola, ¿cómo están?
Espero estén teniendo un lindo domingo 💖

Dejen su like y su bonito comentario, acepto de todo, si alguien me quiere dar una opinión para mejorar, la tomaré con gusto.

Nos vemos pronto. 😘 

-M

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