Las gotas resonaban en el techo, estás se estrellaban contra la lámina constantemente, pequeños chasquidos sonaban y sonaban, parecía que la lluvia no iba a parar, al menos hasta la mañana siguiente.

Un jóven híbrido felino, de cabello negro, su cola de color blanco y una leve mancha de negruzco pelaje en ella, sus orejas blancas y de piel pálida, sus ojos también se distinguían por ser de distintos colores, el ojo izquierdo era azul claro y su ojos derecho de un color marrón rojizo, que se traslucía ante la luz, aparentando ser rojo vivo.

Se encontraba sentado tranquilo, sus orejas se movían atentas al sonido de los pequeños golpeteos ocasionados por el agua en el techo de su hogar.

La taza humeante en sus labios, pasando el líquido caliente de sabor amargo por su garganta, el café siempre lo relajaba. Claro que se sentía sólo, pero tanta costumbre a la soledad misma era peligroso, porque sentía que estaba bien, contrario a la hora de dormir. Su cuerpo sudoroso y frío se retorcía cada noche al caer en los brazos de Morfeo. La soledad puede ser la pesadilla para los más perdidos, para los más cariñosos, y eso porque no pueden dárselo a nadie.

El sonido de unos pequeños ladridos, un tanto agudos fue su perturbación al tranquilizador silencio que calmaba sus orejas curiosas, y estás se erizaron al repentino aullido que sonaba por fuera de su ventana.

Ante tal cansancio del irritante sonido, al híbrido de gato dejó su taza de lado, y salió sin cubrir su cabeza; a diferencia de otros gatos, el disfrutaba de sentir el agua correr contra su pelaje.

Al momento de salir y abrir la puerta levantó ambas orejas buscando el origen del sonido, su cola se había enrollado por qué se sentía amenazado por un riesgo inexistente.

Después de unos segundos, cuando ya se iba a volver a meter en su hogar, escuchó los pequeños ladridos de un cachorro, a un lado de su casa. Se acercó al origen y encontró dentro de una caja un cachorro con una pata lastimada, Min Yoongi era un ser serio, pero a diferencia de lo que las personas pensaban de él, de ser un chico frío y sin sentimientos, era todo lo contrario, por lo que al ver al cachorro de ChowChow metido y lastimado, se agachó y cargó en sus brazos y se entró en la casa.

Lo revisó y comenzó a tratar su patita lastimada. Después lo alimentó, y al final lo acurrucó en sus brazos hasta que se quedó dormido.

A pesar de verlo como un cachorro, hubo un pequeño detalle que identificaba al cachorro como un híbrido, y por la increíble vista del pálido felino logró darse cuenta de aquello.

—Hola pequeño –susurró–, soy un híbrido como tú... No tengas miedo, te puedes quedar ... Todavía hay gente mala afuera que piensa que somos inferiores, que no somos como ellos, pero aquí estarás seguro... No te dejaré sólo, no te abandonaré, y espero que tú no lo hagas.

Al terminar de hablarle al dormido cachorro se agachó ante su peluda cabecita, y besó su frente, para luego dejarlo acostado cuidadosamente, a un lado del propio cuerpo sobre las mismas cobijas donde él dormiría.

—¡Buenos días, Yoongi Hyung!

Dijo aquél híbrido de perro, al bajar las escaleras corriendo.

—ChimChim, sabes que no debes de correr así, te vas a lastimar.

—Lo siento Hyung, pero hoy es el día, hoy festejamos cuando comenzamos a vivir juntos.

El chico perro primero comenzó a dejar pequeños besos sobre la mejilla del felino bicolor, y después por la emoción, comenzó a dejar pequeñas lamidas sobre ellos.

Hoy era su primer aniversario como pareja, el cuál, hace unos 10 años más, el felino híbrido había rescatado un cachorro de ChowChow, de unos 17 años de edad. Cuando este había curado su patita, se transformó de nuevo en su forma híbrida, pero sus huesos necesitaban acostumbrarse, llevaba tiempo sin dar aquella transformación, y los primeros meses habían sido difíciles y dolorosos para ellos.

Mientras que aquél joven pálido cuidaba y ayudaba al cachorro, le dió estudios, y una nueva vida de oportunidad, el cachorro le llenaba su vacío sentimental, que al cabo de los años, los dos se dieron cuenta de los sentimientos que sentían por el otro, y apenas el año pasado, el gato persa bicolor, se le había declarado mientras veían una película tomando una taza de café por parte de él, y una taza de chocolate caliente para el cachorro.

Hoy iban a festejar el primer aniversario, y también un año más del llenado del vacío de cada uno de los dos híbridos, porque ahora eran familia.

Dedicado a shameless-devil, no sé si te guste la historia, iba a escribir taekook 😔, pero no se me ocurría nada.