— No quiero oír excusas Jungkook — fue lo primero que le dijo Taehyung cuando el menor llegó al parque junto a él.  Taehyung empezó a caminar para salir del parque y cruzar la avenida para pedir un taxi  — y no me vengas con que tus padres te pegan porque Dios les susurra al oido que deben hacerlo.

Jungkook bajó la cabeza todo el tiempo haciendo puchero.

—¿Por qué me seguiste hasta aquí?

Taehyung se rascó la rubia cabellera antes de frenar un taxi.

— No me tomes por acosador, pero antes de que te fueras corriendo de la escuela quise preguntarte si querías ir al cine conmigo, pero como te fuiste a las apuradas tuve la intuición de que algo andaba mal. Así que te seguí por todas partes para ver qué rayos hacías.

Ambos se metieron al taxi, Taehyung le indicó la dirección y el camino al chófer y siguieron hablando.

Taehyung le palmeó la espalda.

— Duérmete en mi hombro hasta que lleguemos a casa, debes estar muy cansado.

Jungkook se lo pensó dos veces y antes de que dijera algo, Taehyung lo interrumpió con la misma frase que le había dicho cuando estaban en la terraza de la escuela:

—Dios no te castigará por apoyarte en mi hombro.

Jungkook volvió a hacer un puchero y rindiendose al sueño, se apoyó en él y durmió el resto del viaje.