El pasado treinta de agosto sucedió el juicio por el asesinato de mi excompañera Blue; el cuerpo fue encontrado en su apartamento en Ciudad Azulona, la causa de la muerte fue un golpe en la cabeza con un objeto contundente, no murió al acto, quedó viva unos cinco minutos en los que pudo llamar a emergencias, no obstante cuando llegó la ambulancia ella ya estaba muerta. Recuerdo que cuando me enteré se me cayeron las lágrimas por saber que una compañera había fallecido asesinada.  Al inicio yo no tenía nada que ver con el caso, después de todo soy solamente un abogado defensor, empero, cuando conocí al acusado me vi en la obligación moral de defenderle.

¿Quién era el acusado? Otro de los antiguos DexHolders, Silver, aquel al que Blue quería como a un hermano menor.

No me pude creer que él fuera el acusado, ni mucho menos, nadie que les conociese pensaría ni un segundo en que Silver hubiera asesinado a Blue, no obstante, así se presentaba el caso y sin pensarlo mucho, me ofrecí para defender a Silver, estaba más que seguro de que era inocente. Su testimonio era bastante difuso, no parecía recordar lo acontecido esa noche, según él se habían emborrachado y de ahí, todo era oscuro, mas, su palabra era declarase inocente; le creí en todo momento.

Por extraño que parezca, se me permitió investigar la escena del crimen y tomar testimonio de todos los vecinos; todo marchaba muy bien, si sumaba los testimonios de aquellas personas junto a las palabras de Silver podría corroborar que no era culpable. El caso estaba prácticamente ganado antes de empezar...o eso creía.

En el fondo, me parecía entre triste y tierno que Silver se dejase llevar por el alcohol al estar con Blue, y eso era un problema mayor, porque estando borracho no recordaba nada, podría haberla matado y no acordarse, pero seguí confiando en él hasta el final, porque ese es el deber de un abogado.

El día treinta llegó, y con eso, llegó el día del juicio. No estaba especialmente nervioso, sabía de la inocencia de mi cliente, solamente tenía que demostrarla; la fiscal del caso era una archiconocida experta en medicina, respondía al nombre de Moon Berlitz, su mirada era fría y tuvo una actitud recta y diligente todo el juicio, se notaba que tenía un objetivo muy claro: que declarasen a Silver culpable.

Al inicio todo iba genial, pude desmontar el testimonio de los dos primeros testigos en el interrogatorio, no obstante, el segundo fue bastante duro de roer y nos llevó más tiempo de lo esperado, así que el Juez dictó una pausa de veinte minutos. Por un momento...juraría haber visto una sonrisa victoriosa en el rostro de Moon. Durante la pausa me tomé un café para recuperar energías, empero, me fijé en alguien en particular: el inspector Lack-Two.

Por lo general, el inspector es el primero en testificar en contra del acusado, pero esta vez Lack-Two no había hecho acto de presencia hasta ahora.

Cuando se reanudó el juicio la fiscal llamó a testificar al inspector, siempre es una odisea interrogarle, es alguien impasible que casi no tiene brechas en sus testimonios, sin tics nerviosos en caso de mentir, prácticamente es una máscara que habla. Y como si fuera cosa del destino, el caso llegó a un punto muerto, no quedaban pruebas ni a favor ni en contra de Silver; era el caso más extraño al que me había podido enfrentar.

Al no haber pruebas decisivas que informasen de la culpabilidad de Silver el Juez estuvo apunto de dar un veredicto de "no culpabilidad", no obstante, un grito de protesto fue lanzado por Moon. Quedaba una prueba, una última prueba que había sido traída por el inspector Lack-Two.

Un análisis psicológico de mi cliente, en el que se veía claramente el problema:

Trastorno explosivo intermitente.

Silver era culpable.

Él fue el siguiente en subir a testificar, y cavó su propia tumba, confesó lo del alcohol, sumado a su trastorno, se vio resignado a confesarse culpable, con lágrimas en los ojos se lamentó lo sucedido.

Tras beber alcohol se quedó ebrio, prácticamente perdiendo el control de sí mismo, por desgracia sufrió un ataque de su trastorno, y, al tener una botella en mano atacó a Blue sin pensarlo dos veces.

Silver había matado a su hermana sin su propia voluntad.

<<Declaro al acusado, Silver...¡culpable!>> Dijo el Juez en voz alta justo antes de dar un golpe con la maza, dictando la sentencia de Silver.

Ficha del acusado

Nombre: Silver.

Edad: 29 años.

Condena: 20 años de prisión.

*El trastorno explosivo intermitente es, como su nombre dice, un trastorno que provoca una agresividad descontrolada en la persona que lo padece de manera espontánea.