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Capítulo 17 (Una relación rota)🌹

Sin dame cuenta me había quedado dormida entre los brazos de Leo, fue hermoso despertar y verlo tan sereno dormido, me quedo un instante mirándolo para después recordar que deje a mi mamá sola toda la noche.

Me levanto de la cama con cuidado para no despertarlo, se me hizo un poco difícil levantar su brazo que estaba por encima de mi pecho sin que se despertara, lo logro y me voy de la casa  rápidamente.

Llegando a mi casa me siento fatal por haber dejado a mamá sola, "¡Soy la peor hija del mundo!". Digo en mi mente apenada.

Entro a la casa esperando conseguir a mi mamá hecha una furia en la sala, por suerte mi madre no estaba en la sala como me lo estaba imaginando, subo a su habitación y ahí estaba ella, todavía no se había levantado, todavía seguía dormida, suspiró aliviada de que no se diera cuenta que anoche no dormí en la casa, por lo menos me evite un regaño hoy.

Entro a mi habitación y al cerrar la puerta en mi rostro se dibuja una sonrisa tontamente enamorada al recordar que dormí en los brazos de Leo, suspiro y voy hacia el baño para ducharme y ir a preparar el desayuno antes que mi madre se levante.


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Ya había terminado de preparar unos huevos revueltos, tostadas, jugo de naranja y por supuesto la ensalada de mi madre cuando la veo descender por las escaleras.

— ¡Buenos días señora Clara! — expreso con alegría al verla.

— Alguien amanece de muy buen humor hoy — Exclamó mi madre arqueando una de sus cejas.

— Siempre amanezco de buen humor mamá — aclaro mientras coloco los platos en la mesa.

— Hija, espero que hoy si me digas que ya estás lista para irnos de aquí — dice mi madre sentándose en la mesa.

Comenzamos a desayunar mientras mi madre seguía insistiendo que no fuéramos pronto del pueblo, mientras yo solo hacia gesto disimulados de que no quería irme.

Nuestra conversación fue interrumpida por alguien que tocaba la puerta, me levanto a abrir mientras voy  imaginando que es Leo quien toca la puerta, al abrir se borra de mi rostro la sonrisa que tenía al ver que no era Leo, sino Andrew.

— Buenos días Amanda ¿cómo estás? hoy me tocó patrullar por esta zona y decidí pasar por aquí  a saludar y saber cómo están.

— Hola Andrew, estamos bien gracias por estar pendiente de nosotras.

— Amanda ¿Quién está en la puerta? — pregunta mi madre desde el comedor.

— Hola señora Clara ¿Cómo está? — responde Andrew alzando un poco la voz para que mi madre escuchará el saludo.

— Amanda deja pasar al oficial, no lo dejes parado ahí en la puerta — Me regaña mi madre por no decirle a Andrew que pase a la casa.

Me aparto de la puerta para que él pase mientras ruedo mis ojos cuando él me da la espalda. Mi madre al verlo lo invita a desayunar con nosotras ¡Menos mal que siempre haga comida de más, porque sino me quedo sin desayuno!.

— No han visto nada extraño en estos días — pregunta Andrew mientras come.

— No, gracias a Dios no, el asesino como que tiene otra distracción estos días —  especula mi madre con ironía.

— ¡Mamá por favor, que comentarios son esos! — gruñó tras el comentario irónico de mi madre.

— La señora Clara tiene razón, el asesino ha estado tranquilo estos días, debe estar tramando algo, por lo tanto tengan más cuidado y no bajen la guardia.

— Sí, estaremos pendiente de ese asesino, aunque la verdad, pronto ya no nos tiene que preocupar ese loco, Amanda y yo nos vamos del pueblo — anuncia mi madre.

— ¿Qué, ya se van? — Andrew se sorprende al escuchar que nos vamos a ir.

—Sí, le dije Amanda que nos fuéramos, ya no quiero pasar más ni un minuto aquí, ese hombre malvado ha dañado este hermoso pueblo.

Andrew se queda en silencio mirando su plato, su rostro era pensativo y profundo. Levanta la mirada y se encuentra con mis ojos haciendo una pequeña sonrisa al verme.

— Amanda ¿Tú también te quieres ir?.

— No, pero si mi madre se quiere ir  yo me iré también con ella.

En eso llaman a Andrew de la estacion  de policía y él se levanta de la mesa para irse, mi madre y yo lo acompañamos hacia la calle para despedirlo, él era un buen oficial de los pocos que quedan, así que nuestro trato hacia él era muy amable.

— Gracias por el desayuno, estaba muy delicioso.

— Mi hija es una gran cocinera, de seguro el hombre que se case con ella será feliz con su comida.

— ¡Mamá por favor! — Gruñó apenada, es que mi madre hace unos comentario que avergüenzan.

Andrew se ríe antes las palabras de ella  y lo ruborizada que yo estaba,  mi madre entra a la casa dejándome sola con Andrew a fuera. Él se me queda mirando fijamente mientras se me acerca.

— Amanda ¿Puedo invitarte a salir? me sorprendió mucho que tu madre me dijera que se marchan del pueblo, así que quiero invitarte a salir antes que suceda y tal vez ya no te vuelva a ver.

No sabía que responderle a Andrew, no quería salir con él, pero a la vez me daba pena rechazar su invitación con lo amable que había sido con nosotras.

Andrew se queda mirando hacia la casa de Leo y emboza una sonrisa, me mira y se me acerca para darme un beso en mi mejilla, me sorprende el acto que hace tan derrepente y sin mi permiso, lo empujó y doy unos cuantos pasos hacia atras, por mi lado derecho veo venir a Leo cómo un salvaje, se abalanza contra Andrew y lo golpea fuerte en la cara.

— ¡Leo detente! — grito aterrada de ver como él está sobre Andrew golpeándolo sin para, estaba incontrolable, tenía una ira tan fuerte que parecía que lo iba a matar a golpes.

Andrew logra quitarse de encima a Leo y se levanta rápido del suelo con su cara ensangrentada, Leo intenta otra vez arremeter contra él y me pongo en medio de los dos. me quedo atónita al ver en el rostro de Leo una expresión macabra.

Y como sino reconociera mi cara me empuja hacia el suelo lastimandome la mano al caer, mis grito de dolor hacen que Leo por fin vuelva en sí y se calme.

— ¡Amanda! — escucho a mi madre gritar mi nombre al oir mis quejidos por el dolor.

— ¡Amanda yo.... Yo... discúlpame, no quise lastimarte! — El rostro de Leo era de preocupación al ver que me había lastimado por su culpa — Vamos al hospital — propone Leo angustiado de ver como el dolor me hacía llorar.

Andrew se nos acerca y empuja a Leo para quedar frente a mí.

— Déjame ver, Amanda — Andrew mueve suavemente mi mano haciéndome sentir un fuerte dolor  — Está rota hay que ir al hospital —  informa el chico tratando de levantarme con cuidado del suelo.

— Suelta a Amanda, Andrew, yo la llevaré al al hospital —  habla Leo en un tono molesto, me agarra de la mano y me acerca a él para ir en su camioneta hacia emergencia.

Me subo en la camioneta mientras veo a mi madre y a Andrew  sorprendido por la reacción de Leo y creo que también por la mía al subirme en su camioneta después de haberme empujado contra el piso.

— Perdoname Amanda, perdoname — murmura Leo angustiado mientras conduce, no le respondo, estaba tan molesta con él que no me importaba su arrepentimiento.

Llegamos al hospital y me atienden, las radiografías que me hacen no muestra una fractura, solo fue una torcedura que pasaría a los días, me siento aliviada de que no se me fuera partido mi mano.

Al salir del consultorio veo a Leo sentado esperando muy intranquilo que saliera de la revisión con el médico.

— ¿Amanda. que te dijeron? ¿Cómo estás — pregunta Leo muy asustado.

— Me dijeron que no hay fractura solo fue una torcedura que sanará en un par de días — respondo en un tono molesto y sin verlo a los ojos.

— Lo siento Amanda, no fue mi intención hacerte daño — el arrepentimiento de Leo era genuino, pero ya era muy tarde para arrepentirse, mi rabia era más grande y esta vez no lo toleraría ni lo justificaría como siempre.

— Ya es muy tarde con tu disculpa, sabes que Leo, vete a la mierda, no quiero saber más de ti,  no te quiero volver a ver nunca más en mi vida — hablo entre sollozos que ahogan mi voz.

Doy la vuelta y me dispongo a salir del hospital después de haber dejado a Leo con una expresión de asombro y tristeza en su rostro.

Mientras camino lagrimas caen por mis mejillas haciendo que las personas que pasaban se me quedarán mirando extrañada por la forma en que estaba llorando.

La rabia que siento no me permitía pensar con claridad, estoy tan cansada de esto, mi vida ya no estaba tranquila sino en una constante angustia, ya no quiero esto, no quiero sentir ese desespero  por Leo, así que a la mierda con todo. Esto se terminó.

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